FEDERICO URFER, AQUEL SUIZO INVENTOR QUE VIVIÓ EN LA CAÑADA


Muchos cañadenses deben desconocer que en nuestra ciudad vivió, trabajó y dejó plasmado sus sueños un hombre oriundo de las tierras helvéticas llamado Federico Urfer.


Urfer llegó a la ciudad en la última década del siglo XIX y donde actualmente se encuentran la Casa del Bicentenario, el N.A.C. y el Centro de ex Combatientes de Malvinas tuvo su espacio donde junto a Luis Mayer tuvieron sus talleres y la vivienda familiar el primero de ellos. Según puede apreciarse en una foto que nuestro Museo Histórico posee, en 1885 Federico Urfer patentó su trilladora económica en Colonia Esperanza, donde vivía en esos tiempos. La misma tiene fecha del 7 de agosto del citado año y llevaba el número 457 con una duración de diez años. Dicha patente tiene la firma del Ingeniero Guillermo White quién durante el gobierno de Julio Argentino Roca ocupó la Dirección del Departmento de Ingenieros Civiles de la Nación y que presidió el Cuerpo de Ingenieros de la Nación, White renunciando a ese cargo en desacuerdo con el gobierno por elegir el proyecto de Eduardo Madero para el puerto de Buenos Aires, desechando el del Ing. Luis Huergo.

Volviendo a la Trilladora inventada por Urfer se puede leer en el Boletín del Departamento de Agricultura, editado el mismo año de patentamiento que  «la nueva máquina construida por el señor Urfer es un aparato mucho más sencillo que los otros conocidos, y tiene las ventajas de evitar los gastos y trabajos de hacer parvas, embolsar el trigo, etc. »[1]. Junto a su hijo se trasladó a nuestra ciudad donde instaló su taller a la par de su vivienda ubicada en Quintana y Tortugas. Otro patentamiento de Urfer, esta vez acompañado por Antonio Beltramone fue el Dispositivo para cambio de marcha en los motores a vapor, que lleva el número 5360 con fecha 18 de julio de 1907. Tres años más, ambos volvieron a patentar desde nuestra ciudad, el 23 de noviembre las Mejoras en vehículos para el transporte de agua, con número 7743, cuya tarea era la de «aliviar considerablemente el trabajo de los caballos u otros animales evitando accidentes.»[2] Cabe agregar que otro oriundo de Suiza, más precisamente Basilea, que llegó prácticamente al mismo tiempo que Urfer fue Luis Mayer quién se desempeñó como armador de molinos de viento, posteriormente fue tornero y mecánico en el taller de Urfer. Luis Mayer y su hijo Jorge en 1923 formaron la firma Mayer y Cía. que continúo con aquel taller fundado por Urfer.  

Otro papel importante que desarroló Federico Urfer fue el ser dirigente de la colectividad suiza, de quién fue el primer presidente de la Sociedad Suiza fundada el 7 de noviembre de 1897.  El 5 de septiembre de 1920, el periódico Tribuna, publicó la noticia del fallecimiento de Urfer días antes, donde en dicha crónica se expresa

«En la colectividad suiza, especialmente, perdura aún el pesar por la desaparición de aquel laborioso y honesto convecino que fue Federico Urfer. Todos recuerdan la vida de este hombre que fue únicamente dedicada al trabajo, habiendo alcanzado su bienestar sin ayuda alguna y únicamente con su inteligencia y con su brazo.

»Contaba tan sólo con un año de vida cuando los padres llegaron a la República, en el año 1864, estableciéndose en Esperanza. Cursó las escuelas de entonces, y luego se empleó en los talleres mecánicos y herrería de Nicolás Schneider en cuya casa quedó hasta la edad de 18 años para trasladarse como uno de los más proyectos torneros, en los talleres del F.C.S. en Buenos Aires. Después de cinco años, llamado por la casa Pedro Falco de Rosario se estableció el malogrado.»[3]

Aunque no puede leerse muy bien en el informe, se entiende que en 1894 Federico Urfer llega a Cañada de Gómez a dedicarse de lleno al taller que tantos frutos dio a la comunidad local.

Otro recuerdo a otros de los pioneros olvidados por el tiempo, y que una vez que estén inauguradas las nuevas salas del Museo tendrá un lugar como lo merece en ese espacio.



[1]  Boletín del Departamento de Agricultura, Buenos Aires, 1885.
[2] Patente Nº 7743, 23 de noviembre de 1910
[3] Tribuna, 5 de septiembre de 1920

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