Poco después de publicar un tuit admirativo por la muerte de
Fidel Castro -“¡Fidel Castro está muerto!”, el presidente electo de Estados
Unidos, Donald Trump, emitió un comunicado que va a contracorriente de lo que
han expresado la mayoría de los políticos del mundo, incluidos muchos de su
propio país.
Donald Trump llamó a Fidel “brutal dictador” que dejó un
legado “de escuadrones de fusilamiento, robo, sufrimiento inimaginable, pobreza
y la negación de los derechos humanos fundamentales”.
Aseguró que su “gobierno hará todo lo posible porque el
pueblo cubano pueda finalmente iniciar su viaje hacia la prosperidad y la
libertad. Me uno a los cubanoestadounidenses que me respaldaron durante la
campaña presidencial, incluyendo la Asociación de Veteranos Brigada 2506 -léase
mercenarios de Playa Girón: ndr- que me dio su apoyo, con la esperanza de que
un día pronto veamos una Cuba libre”.
Después, el vicepresidente electo, Mike Pence, tuiteó una
frase no menos brutal: “El tirano Castro está muerto. Amanece una nueva
esperanza. Estaremos junto al oprimido pueblo cubana por una Cuba libre y
democrática. ¡Viva Cuba Libre!”
Nunca pensé que escribiría en un mismo año dos cartas a
presidentes distintos de Estados Unidos. En mi misiva a Obama luego de su
discurso en el Gran Teatro de la Habana Alicia Alonso, consideré nuestras
diferencias, dejé establecidos mis puntos de vista al respecto, pero fui
respetuoso y cortés con un hombre que como mínimo ha mantenido la compostura
diplomática en su trato con Cuba.
En esta oportunidad, reconozco que me motivan situaciones
diferentes, usted eligió el peor día para hablar de Fidel Castro en los
términos en los que lo hizo, y quedar callado ante semejantes declaraciones,
sería como aceptar sus ataques y mirar a otro lugar mientras permanezco de
rodillas.
Cuando en la madrugada de hoy conocí la noticia de la muerte
del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el mundo quedó sin sentido por varios
segundos, es la sensación de quien no espera nunca vivir un momento como ese.
Muchos cubanos dentro de los que me encuentro, hubiésemos preferido dar años de
nuestras vidas, o morir primero, por el solo hecho de mantener vivo a Fidel por
más tiempo. No es fanatismo, es amor.
Antes de salir de mi casa, me senté junto a mi hijo que aún
dormía y observé su respiración, mientras pensaba que le tocaría enfrentarse a
un mundo sin Fidel. Su historia será distinta a la mía, porque no lo escuchará
en sus discursos, no lo tendrá para ir a la Plaza de la Revolución y decirle adiós mientras desfilamos
juntos, no podrá disfrutar de su barba y su uniforme verde olivo, salvo por lo
que nosotros seamos capaces de mostrarle, pero aún así, salí de mi casa seguro
de que mi hijo amará a Fidel, porque él está encarnado en cada uno de nosotros.
Cuando a las 8 de la mañana vi el tweet que usted lanzó
pensé en lo absurdo de su contenido, e incluso respondí a su cuenta oficial. Con
el desarrollo del día llegaron sus infortunadas declaraciones, y con ellas,
esta necesidad de responderle desde el más profundo dolor de un hijo, ante la
pérdida de un padre.
Señor Trump, usted no conoce a Fidel Castro, usted no sabe
nada de la historia de Cuba y lo demuestran sus absurdas e hirientes palabras,
usted se comporta como un títere de la política más baja y ruin, como un hombre
desatinado, sin sentido, y acaba de vaticinar que George W. Bush, podría haber
sido solo un ensayo para lo que sufrirá el mundo durante su mandato.
Sus declaraciones son irrespetuosas con un pueblo que ama y
sufre la pérdida de su líder histórico, sus declaraciones no tienen en cuenta
el básico honor y respeto que debe existir entre contrarios. Puede estar seguro
de que el pueblo de Cuba no va a olvidar sus palabras, y las tendrá en cuenta
ante cada paso que demos con su administración. No crea que tenemos miedos de
sus medidas o sus locuras, sabemos vivir en las mayores necesidades provocadas
por el imperio, estamos dispuestos a la convivencia pacífica y respetuosa, pero
no somos de los pueblos que no veneran a sus muertos, nosotros los defendemos
con los huesos y la piel, al precio que sea necesario pagar, incluso el
hostigamiento de su administración, que se presenta como el preludio de la
caída del Imperio.
Al llamar a nuestro Fidel dictador brutal, recuerdo a Rubén
Martínez Villena, cuando parado frente al dictador Gerardo Machado descubrió a
un hombre bruto, salvaje, desconocedor del comunismo, y una amenaza para
América Latina. Por lo tanto, creo que no hay otra figura que como usted,
merezca ser nombrado de la misma forma que el tirano: Asno con Garras!!
Fidel vive y vivirá en su pueblo, Fidel iluminará el camino
de nuestra Revolución, una Revolución que será cada día mejor, más justa y más
humana, más internacionalista y más proletaria. Usted solo podrá armar rabietas
desde su silla presidencial y tomar decisiones a golpe de pluma, que solo nos
harán más fuertes.
Créame, no hay mejor placer que terminar diciéndole que Cuba
es y será un pueblo de Patria o Muerte, y que con Fidel estaremos Hasta la Victoria Siempre.
Fuente: Cuba Debate
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