Chicas bien de casa mal (parte 2)

Cañada de Gómez a finales del 1800 y comienzos del 1900  era un pueblo pujante, con sus calles de tierras, con sus primeras empresas en marchas y también con muchas “Casas de tolerancias”, por ejemplo podemos citar a “Sullier” en Balcarce y Belgrano, “Recreo” en Centenario y Suipacha, “Café Inglés” en Ocampo y Alberdi donde posteriormente fue la sede social de Newell´s  por último el “Bajo” que se encontraba en Ovidio Lagos y Roldán.
¿Usted se imagina dando unas vueltitas por el pueblo y ver a estas lindas y eróticas niñas en la puerta de todos estos lugares? Seguramente sería un verdadero escándalo.
En 1899 el presidente comunal Félix Pagani remitió un comunicado el Jefe Político del Departamento Iriondo Rudecindo Freyre que dice lo siguiente:
“La Comisión de Fomento local pasa a notificar a V.S. que habiéndose recibido en ésta oficina una petición referente a una queja sobre una casa de tolerancia situada en el Bv. Balcarce esquina Callao (hoy Pellegrini) y que dicho se había situado frente de casa de familia siendo poco decoroso e inmoral según lo expuesto en la nota recibida que dice: que en toda hora del día y la noche se ven actos repugnantes cruzándose de un extremo al otro de la cuadra en completo estado de ebriedad las mujeres (…) Soy madre de familia y me veo obligada a mantener mis puertas cerradas para evitar que mis pequeños hijos sean testigos de tanta inmoralidad…”

Preocupación por las enfermedades
El 14 de setiembre de 1916 el entonces presidente de la Comuna, don Evaristo Giordano, le comunicó a la titular de una de las “Casas”, la Sra. Aida Bernal que a raíz de haber “constatado la existencia de enfermos atacados por enfermedad infectocontagiosa y siendo obligación de la misma (Comuna) procurar, por todos los medios posibles de evitar su propagación, ha resuelto ordenar la inspección de que estas se encuentran con el perfecto estado de aseo.”
A su vez la Comuna la intimó que en un plazo de 48hs. desinfecte adecuadamente el “boliche”.
También Giordano remitió una carta al Jefe Político don Julio Peña denunciando que en la “Casa de Tolerancia” de Rita Alonso trabajaban mujeres dadas de baja en otros prostíbulos por estar infectadas por enfermedad contagiosas e invitándolo a que investigue hasta las últimas consecuencias estas denuncias.
Seguramente muchos señores de la alta clase cañadense que eran habitúes de esos lugares deben haber recudido al famoso y querido Espadol o lo algo similar.

La disputa política
Cómo bien dijimos en la primera nota de “Chicas mal de casa bien” en 1932 el presidente Agutín P. Justo cerró todos los prostíbulos del país dejando en la clandestinidad al trabajo más antiguo del mundo pero entre 1954 y 1955 Perón sanciona una Ley de Divorcio, legalizó los prostíbulos y suprimió la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en las escuelas.
El radicalismo sacó un panfleto por aquel entonces repudiando la legalización de las llamadas “Casas de tolerancia”, en el mismo manifestaban que “una vez más el peronismo descubre su entraña reaccionaria y revela su desprecio por la dignidad humana, que para el Radicalismo no tiene limitaciones de sexo ni condición. Las Leyes de la República se han humillado a declarar que un ser humano puede ser también una mercancía y ese triste honor le ha cabido al Regimén que se precia de haber incorporado a la mujer a la vida política y ha construido por primera vez un partido exclusivamente femenino, que ha consentido en silencio esta degradación de la mujer…”
Paradoja de la historia estas leyes fueron retiradas en la dictadura de Aramburu y algunas de ellas, como por ejemplo la Ley de Divorcio, fue votada en el Congreso y presentada en el gobierno radical de Raúl Alfonsín.

La historia continúa
Hoy a más de 100 años de muchas de estas historias siguen estando en los periódicos de este país, agravado por el secuestro de muchas jóvenes argentinas que son obligadas a trabajar sexualmente y torturadas por una mafia cómplice con muchos gobiernos provinciales.
Lamentablemente tenemos trata de mujeres porque existen los clientes, hoy se necesitan mejores leyes que combatan este flagelo y le den una marco legal para que no existan más muertes de muchas chicas inocentes.
Para cerrar un toque de humor: ¿Qué hubiesen dichos los cañadenses de entonces si vivieran hoy junto a los “traviesos” de las “vías”?

Pablo Di Tomaso

Documentos sacados del Archivo del Museo Histórico Municipal de Cañada de Gómez

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