El paquete impositivo que se debate en la Legislatura bonaerense, y que ya tuvo media sanción en la Cámara de Senadores, movilizó a un sector de productores rurales que intentaron tomar por asalto el edificio del Congreso provincial. El objetivo: evitar que se apruebe el paquete de medidas que tiende a reparar inequidades. Mientras un vecino de Lanús paga por una pequeña casa setenta pesos por el impuesto inmobiliario urbano, el dueño de una hectárea sojera, que rinde hasta cincuenta mil dólares anuales y su valor fiscal es irrisorio, desembolsa la misma carga impositiva.
Tres días atrás, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, arengaba a los productores rurales a tomar el edificio legislativo con la excusa de evitar “un impuestazo” mientras lanzaba todo tipo de improperios contra los gobiernos nacional y provincial. Claro, el amigo de Mariano Grondona silencia el verdadero motivo de su irritación y es que, tras la aprobación del paquete de medidas impositivas, los terratenientes deberán pagar el tributo de bienes personales a la administración nacional.
En este sentido, el senador provincial del Frente para la Victoria, Gustavo Oliva, justificó a Miradas al Sur el paso dado por la administración bonaerense recordando que “hacía más de diez años que no se actualizaban los valores”. Además, el ex rector del Colegio Nacional de la Universidad de La Plata puso como ejemplo que “un campo de 115 hectáreas en Tres Arroyos tiene una valuación fiscal de ciento cuarenta y seis mil pesos cuando el valor real del mercado es de quinientos mil dólares; es decir, su propiedad está subvaluada doce veces”. Por otro lado, sobre la actitud intempestiva de los agropecuarios cuando irrumpieron en la Legislatura provincial, Oliva se lamentó advirtiendo que “esa formas, lamentablemente, no terminan de morirse nunca. Se creen los dueños de la tierra, los dueños del país”.
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