Otro crimen en Rosario: hubo uno por día en lo que va del año

En los barrios olvidados de Rosario las historias se repiten: jóvenes que se involucran de distintas formas con el narcotráfico, un negocio que los arrastra hasta la muerte. Las crónicas, en su mayoría, están atravesadas por denominadores comunes como la exclusión y la violencia. Los relatos se cruzan. Ayer, un hombre de 27 años, que estaba prófugo por el asesino de un joven al que en junio del año pasado habría matado por error, fue acribillado en un ajuste de cuentas vinculado al negocio de la droga.


Un narco del barrio lo arrinconó en un pasillo y lo ejecutó con un disparo en el tórax.
El crimen de Germán Carabajal es el número 16 en lo que va del año en el Gran Rosario. Uno por día. Así, enero duplica por el momento los índices registrados en los últimos meses del año pasado.
Las estadísticas marcan que la violencia recrudeció en estos primeros 15 días del 2015 tras el retiro de los gendarmes que patrullaban los barrios de la ciudad. "A la policía los narcos le pagan tres mil pesos por semana para poder vender tranquilos. Cuando estaba Gendarmería la cosa era distinta porque a ellos no los podían comprar", denunciaba ayer Mercedes, hermana del joven asesinado, en el lugar del crimen.
La mujer contó una versión de los hechos que no coincide con la investigación policial. Según su relato, a su hermano lo mató un narco "que se la tenía junada". "Los ‘soldaditos' de este narco se sobrepasaron con mis sobrinos, les pegaron y los amenazaron. Germán enfrentó al que maneja el negocio y éste le disparó. La bronca venía de antes porque nosotros los queremos echar porque están pudriendo al barrio", agregó.
Sin embargo, para los investigadores del caso, el móvil del crimen está vinculado a la disputa que existe en el barrio por controlar la venta de droga. Según pudo averiguar Clarín, el joven asesinado estaba prófugo de la justicia desde junio del año pasado.
Lo buscaban por un crimen que conmovió y golpeó a los vecinos de Villa Banana. El 22 de junio, Lucas Ezequiel Escalada (22 años) caminaba junto a su hermana por Felipe Moré y Ocampo, a metros de donde ocurrió el crimen de ayer, cuando un desconocido se le cruzó en el camino. Dos disparos terminaron con su vida. Las balas no eran para él. Lo confundieron con Jonathan, su hermano, un joven con antecedentes penales.
Lucas trabajaba como aprendiz de albañil. Estaba esperando que le den su documento para entrar a trabajar en una fábrica. El día posterior a su muerte, recibió en notificación de la oficina de correos que le avisaba que su DNI N° 19.023.985 lo estaba esperando. Ayer las historias de Germán y Lucas se volvieron a cruzar, en otro episodio violento que terminó con una víctima fatal en Rosario.
Fuente: Clarin

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