Las quejas de los cañadenses (1º nota)

Que los habitantes de la ciudad de Cañada de Gómez se quejen, no es ninguna novedad. Ese rito existió siempre desde nuestro comienzo. A partir de ahora recordaré de que se quejaban los cañadenses, esto nace de las publicaciones que realizaban en los medios los señores de antaño y los no tan antaño...




En 1908, en La Capital de Rosario, publicaban secciones de cada pueblo del interior para los rosarinos sin entender como siempre que ellos también son del interior, salvo que pertenezcan a otra galaxia.
Pero vayamos a la queja, o a una de las quejas de esos momentos. Se estaba por festejar el 25 de mayo de ese año y se conformó una comisión de "caballeros", que colaboró con la Comuna en una módica suma de $800 para solventar los gastos de la Fiesta Maya como se la llamaba entonces.
El cronista de entonces, que desconocemos su nombre, aprovechó el espacio para reclamarle a la Comisión que haga cumplir con "la ordenanza que prohíbe el arreo de animales sueltos por las calles del municipio, pues los vemos pasar en tropillas por frente a la plaza principal."
También reclamó que "igual procedimiento debe emplear con los aficionados a correr carreras en sulky por las calles más céntricas a fin de evitar los peligros que unos y otros pueden originar y las nubes de polvo que envuelven a los transeúntes."
Este es el comienzo de una larga historia de Las quejas de los cañadenses, y les aseguro que las próximas serán un poco más divertidas.
Pablo Di Tomaso

Bibliografia: La Capital de Rosario, año 1908

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