Lisandro de la Torre desde el balcón de la casa de los Schnack, foto archivo del Museo Histórico Municipal |
El pasado 18 de octubre de 1931 Lisandro de la Torre visitaba nuestra ciudad junto a Nicolás Repetto de cara a las elecciones presidenciales. Por aquel entonces, el Partido Demócrata Progresista tenía muchos seguidores y uno de los grandes amigos del líder demócrata progresista fue Ferrucio Ardigó.
Lisandro nació en Rosario el 6 de diciembre de 1868, hijo de Lisandro y Virginia Paganini. Su padre consolidó como estanciero la fortuna que supo conseguir en su vida como comerciante. Su verdadero nombre fue Nicolás Lisandro ya que el sacerdote que lo bautizó se negaba a ungirlo únicamente con el segundo de sus nombres por no figurar en el santoral.
Desde muy joven militó en las listas opositoras a Miguel Juárez Celman y en 1890 participó de la Revolución del Parque que originó a la Unión Cívica Radical. En la revuelta de 1893 fue jefe de operaciones en la provincia de Santa Fe donde en Cañada de Gómez hubo una víctima fatal, Eugenio Bianchi.
Al suicidarse Alem, el radicalismo queda acéfalo y De la Torre propone una alianza con Mitre para derrotar a Roca pero choca con la fuerte oposición de Hipólito Yrigoyen, apartándose así de la UCR. Su pelea con el “Peludo” lo lleva a retarse a duelo y el mismo se concretó el 6 de setiembre de 1897, a raíz de las heridas que De la Torre sufrió en su cara comenzó a usar la recordada barba.
En 1908 abre un nuevo espacio llamado la Liga del Sur que ideológicamente estaría a la derecha del socialismo y a la izquierda de los conservadores. En 1912 fue electo diputado nacional y al acercarse las elecciones presidenciales funda en 1914 el Partido Demócrata Progresista.
Desde su banca denunció el pacto Roca-Runciman donde Inglaterra se comprometía a seguir comprando carnes argentinas a un precio menor y nuestro país liberaba los impuestos a los productos ingleses y no permitía la instalación de frigoríficos nacionales. De la Torre acusó por fraude a miembros del gobierno de Justo, entre ellos al ministro Pinedo (abuelo del actual diputado macrista Federico Pinedo). Las denuncias de corrupción al gobierno nacional fueron subiendo de tono en el Senado Nacional hasta que un asesino, pagado por los conservadores del gobierno, atentó contra su vida y mató a su amigo y compañero de bancada Enzo Bordabehere. A su vez se intervino a la gobernación de Santa Fe, derrocando a Luciano Molinas otro amigo de De la Torre. Abatido en lo anímico decide renunciar a su banca, se retira y pasa sus días en su casa particular hasta que un 5 de enero de 1939 pone fin a su vida suicidándose.
Junto a su cadáver dejaba estas letras:
“Les ruego que se hagan cargo de la cremación de mi cadáver. Deseo que no haya acompañamiento público ni ceremonia laica ni religiosa alguna. Mucha gente buena me respeta y me quiere y sentirá mi muerte. Eso me basta como recompensa. No debe darse una importancia excesiva al desenlace final de una vida. Si ustedes no lo desaprueban, desearía que mis cenizas fueran arrojadas al viento. Me parece una forma excelente de volver a la nada, confundiéndose con todo lo que muere en el Universo. Me autorizo a darles este encargo el afecto invariable que nos ha unido. Adiós”
Cómo diría Eduardo Leirado, uno de sus biógrafos “Un símbolo que quedó en el imposible y el olvido.”
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