Opinión del diputado provincial Rubén Giustiniani del bloque “Igualdad y Participación” del Frente Progresista sobre designación de dos nuevos integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación realizada por el presidente Mauricio Macri por decreto. “Es contrario al diálogo y de una gravedad institucional sin precedentes en la democracia del país”, aseguró Giustiniani.
MACRI Y LAS DESIGNACIONES DE MINISTROS DE LA CORTE POR DECRETO
Shakespeare escribió en 1602 una comedia basada en el cuento de Camerón de Boccaccio (1351) llamada “A buen fin no hay mal principio” y una de las sentencias principales de la obra es “no es el hecho, sino el modo de ser de la cosa, lo que constituye su valor”.
El Presidente Mauricio Macri al designar por decreto dos miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación empezó decididamente mal su gobierno: evitar el Congreso de la Nación y la realización de Audiencias Públicas para nombrar dos ministros de la Corte es abiertamente inconstitucional, de una gravedad institucional sin antecedentes en la democracia argentina y sienta un precedente peligrosísimo hacia el futuro.
El Presidente cuenta con distintas posibilidades apegadas todas a derecho y alejadas de una vocación cesarista para nombrar a los ministros de la Corte que son: convocar a sesiones extraordinarias si considera necesario completar ya los miembros faltantes de la Corte o la concurrencia de conjueces.
El atajo elegido es políticamente erróneo por ser contrario al diálogo y la concertación pregonado en toda la campaña electoral y porque inicia un camino de confrontación con el Congreso, que se sabe cómo se inicia y no cómo termina.
La sentencia de Shakespeare comprobada a través de la historia de la humanidad enseña que “A buen fin no hay mal principio”, y el Presidente Mauricio Macri empezó decididamente mal.
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