El papa Francisco aseguró que "Europa puede y debe reformarse", al tiempo que pidió una "autocrítica" de Occidente por su actuación en la denominada Primavera árabe y destacó el encuentro que tendrá el próximo viernes 12 con el patriarca ruso Kirill para "abrazar a los hermanos ortodoxos".
"Europa debe y puede cambiar. Puede y debe reformarse. Si no es capaz de ayudar financieramente a los países de los que provienen los refugiados, debe enfrentar el problema de cómo hacer frente a este gran reto que es principalmente humanitario, pero no sólo", afirmó el Papa en declaraciones que reproduce este lunes el Corriere dela Sera.
"El sistema educativo está roto: la transmisión de valores de abuelos a nietos, de padres a hijos. Es conveniente tener en cuenta el problema de cómo reconstruirlo", agregó el Santo Padre en una charla en su residencia de Santa Marta.
El Sumo Pontífice se refirió además a las consecuencias de la denominada "Primavera árabe" y cuestionó la intervención de Occidente que "debería hacer una autocrítica".
"Lo que ocurrió en la primavera árabe e Irak podía imaginarse antes de que pasara. Y en parte hubo una convergencia de puntos de vista entre los análisis de la Santa Sede y Rusia. En parte: no hay que exagerar porque Rusia tiene sus propios intereses", reflexionó Francisco, aunque precisó que el país presidido por Vladimir Putin "tiene sangre imperial y puede dar mucho".
En esa línea, el Pontífice invitó a pensar a Libia antes y después de la intervención militar: "Antes de Kaddafi solamente había uno, ahora hay cincuenta. Occidente debe ser auto-crítico".
La problemática migratoria también aparece entre las preocupaciones del papa, quien anticipó que "finalmente, Europa sonreirá a los migrantes".
En ese marco, Francisco recordó su visita a la isla italiana Lampedusa en 2013, cuando "el problema de la inmigración estaba sólo al inicio y ahora ha estallado".
Para el papa, Europa "tiene que afrontar este desafío con inteligencia, naturalmente, porque detrás está el terrible y enorme problema del terrorismo".
En declaraciones al Corriere dela Sera, Francisco reveló además su admiración por los "grandes olvidados" del Viejo Continente, entre los que citó a "el canciller (alemán) Konrad Adenauer; el ministro de Exteriores francés Robert Schuman o el italiano Alice De Gasperi".
Además, destacó también a la ex ministra italiana Emma Bonino, al ex presidente de la República Giorgio Napolitano y a la alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini, "por cómo está tratando con los refugiados".
El Sumo Pontífice se mostró además "contentísimo" por el encuentro que tendrá el próximo viernes con el patriarca ortodoxo ruso Kirill "tras dos años de trabajo".
"Voy a abrazar a mis hermanos ortodoxos. Los puentes duran y ayudan a la paz. Los muros no: parecen defendernos, pero solo nos separan. Por eso caen, y están destinados a caer, uno tras otro. Pensemos en el de Berlín. Parecía eterno, y sin embargo, un día cayó", rememoró Francisco.
Fuente: El Día
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