Nombre
prestigioso también el de Antenor Beltrame, quien ocupa uno de los primeros
puestos entre los pioneros de la industria del curtido en Argentina.[1]
Tercer
hijo de Giovanni Battista, fue iniciado por el padre en el antiguo arte del curtido:
Antenor permaneció en el pueblo de origen solo hasta la edad de veinte años,
buscando dar a la empresa paterna nuevo impulso y vitalidad.[2]
Después
de haber cumplido las obligaciones militares, en 1880, dejó Arzignano, cargado
de esperanza y, lleno de fuertes propósitos, subió a bordo de un buque de vapor
que hacía ruta hacia Sud-América. Llegado a Montevideo dejó entre otras cosas
“cada capricho, cada ilusión de aventuras brillantes e inesperadas”, dejó el
traje de joven de buena familia, vistió la vestimenta del trabajador y fue a
ofrecer su trabajo en la fábrica de Juan Laborde “esperando que tiempos más
venideros le ocasionaran ventajas, y la experiencia los medios para conseguir
el mejoramiento esperado”.[3]
En
los primeros tiempos de su permanencia en Argentina, afrontó dificultades que
parecían no terminar: desilusiones, un vía crucis interminable de
establecimiento en establecimiento y de
una localidad a otra y, después los primeros éxitos, las primeras victorias.
Efectivamente después de Montevideo, donde se detuvo tres meses, se
trasladó a Buenos Aires, trabajando por
ocho meses en la curtiembre de José Rivoli buscando siempre enriquecer su
conocimiento con la finalidad de poder aprovechar en la forma más ventajosa e
inteligente la gran empresa moderna que soñaba, “cambió diversos jefes y de
cada fábrica se llevó la observación atenta y minuciosa de cada progreso
alcanzado en el curtido de cueros.”.[4]
En
el año 1881, se trasladó a Rosario, a la empresa de Colli Tibaldi y en 1882,
rápidamente por las condiciones y experiencia adquirida en su peregrinación, se
radicó en Cañada de Gómez, un pequeño pueblo apartado de la provincia de Santa
Fé, donde logró fundar junto a algunos colonos una pequeña sociedad. Trabajando
duramente, con pocos medios y mucho coraje, venció dificultades que parecían
insuperables: adquirió la compra de la pequeña curtiembre para el comercio
argentino, por la calidad verdaderamente excepcional de sus productos, la cual
parecía más una cabaña que un establecimiento de trabajo. Los primeros cuatro
años fueron, de todas maneras, una continua lucha entre los ideales del
progreso y las restricciones de los medios financieros, pero en 1886, formó una
sociedad junto a Augusto Longhi de Saló y el lombardo Giovanni Villa. Con un capital
de cerca de 25.000 liras, la pequeña empresa curtidora fue ampliada con toldos
y provista de algunos aparatos indispensables para trabajar los cueros.
Al curtido de pieles de ovejas, cabras y
caballos se añadió el proceso en vacas, terneros y algunas suelas. Sin embargo
esto último requería un notable empleo de capital y de tiempo para su
elaboración, lo cual subsanó en parte, con algunos créditos obtenidos de los
bancos, y con un ingenioso método de curtido rápido, por él ideado, cosiendo
las pieles en forma de bolsas, llenándolas
de líquido de curtido y luego sometiéndolas
a presión hidráulica. Aumentaron los trabajadores y la producción, ampliando la
esfera de acción y la pequeña curtiembre se fue conociendo también en la ciudad
de Rosario, donde Antenor Beltrame se encargaba a menudo, personalmente de
ofrecer sus productos a los clientes.
En
1890, se retiró de la sociedad Giovanni Villa, e entró a formar parte un rico
industrial de Rosario, que en 1881 había sido su principal maestro, el Cavalliere
Giovanni Colli Tibaldi di Vigevano. Las setenta mil liras del capital social
ofrecieron mejoras importantes en el
margen y compra indispensables,
lo cual dio un decisivo impulso a la fábrica.
Se
instalaron la primera máquina a vapor, las primeras hélices, la primera bomba.
Desde entonces la curtiembre se dedicó casi exclusivamente a la producción de
suelas para calzado y artículos de talabartería, teniendo las primeras, buen
recibimiento en el gran mercado de Buenos Aires y los segundos en las provincias
del interior.
Unos
años más tarde se llevó a cabo una reforma en el establecimiento. Se retiro de
la sociedad Augusto Longhi, y con el consenso de Colli Tibaldi, Beltrame dio la
mano a la reforma y en 1896 se dio inicio a la construcción de una grandiosa y moderna curtiembre, que a
su vez estaría equipada con maquinaria especial para la extracción del tanino
de la madera del quebracho. La
construcción se dividió en tres secciones: curtiembre propiamente dicha, talabartería
y elaboración de correas, y ocupó en los años inmediatamente sucesivos más de
300 empleados, casi todos italianos.[5]
Sin
embargo el ideal previsto por Antenor Beltrame aún no había sido alcanzado.
Permaneció siendo el único propietario de la empresa con la retirada de la
compañía del Cavalliere Colli Tibaldi y, puesta la fábrica bajo la
dirección de su inteligente colaborador, Melchiorre Venghi di Vigevano, llevó a
cabo en 1902 un largo viaje de dos años por Europa para estudiar las
curtiembres más renombradas y los mejores y más modernos sistemas de
tratamiento. Fue así que a su regreso a Cañada de Gómez trasladó a la
curtiembre los nuevos sistemas de tratamiento, lo que le permitió después de
curtir fuertemente los cueros en 48 horas ponerlos a la luz del sol 10 horas,
aumentando considerablemente la producción y la ganancia neta.
En
1905 Beltrame instaló en el establecimiento un potente motor de 250 caballos de
fuerza, una cantidad de nuevas y modernas máquinas, duplicó los locales, bien
ventilados e higiénicos, inició el tratamiento de correas para transmisión y
organizó el aparato administrativo: fue en aquella época que llegó de Arzignano
su hermano Héctor, que se convirtió en socio y director teórico de la empresa,
y también su nieto, Ottorino Beltrame, socio y director de la administración y
de las secciones talabartería y correas.
La
industria Beltrame estaba entre las más importantes de la provincia con una
facturación anual de más de 4 millones de liras italianas, incrementándose
ulteriormente, y el establecimiento empleaba a unos 500 trabajadores, venidos
casi todos de Italia, [6]
algunos de los cuales en 1911 eran propietarios de casas[7].
El fundador de la Empresa estaba considerado entre los industriales más
reconocidos de aquella tierra, y se había convertido en parte importante del
desarrollo económico del país[8].
La
consideración que Beltrame tenía con sus trabajadores se manifiesta en algunas
páginas de la publicación hagiográfica de la empresa del año 1911. “Desde todo
momento, fue nuestro medio y fin anhelado dar a la fabrica una impronta
puramente italiana, tratamos de emplear trabajadores connacionales, no solo por
espíritu patriótico, sino también porque el trabajador italiano reúne en sí
tantas buenas cualidades que lo hacen preferible a cualquier otro emigrante en
esta tierra. Inteligente, activo, sobrio, se hace rápido bien querer, se adapta
fácilmente al ambiente, es respetuoso a las leyes, obediente a las
disposiciones sin llegar nunca a ser servil, es un fiel ejecutor del trabajo en
que se basa. Perseverante, trabaja incansablemente y es capaz de ambicionar,
con sus ahorros, comprarse una casita y formar el nido, logrando la comodidad de su familia… Para estímulo y
ejemplo de los jóvenes trabajadores, con ánimo feliz, publicamos los nombres de
los veteranos del trabajo: Antonio Dal Santo di Vicenza, Agostino Navone di
Chiavari, Giovanni Varvello di Casale Monferrato, Ernesto Zorzi di Treviso,
Matteo Navaresi di Torino, Antonio Gozzola di Treviso, Giuseppe Cambiano di
Pinerolo, Giuseppe Cicchetto di Treviso, Olivo Martignone di Padova, Erasmo
Manzone di Torino, Clemente Bianchi di Como, Domenico Defrè di Treviso, Davide
Mamprin si Padova, Marco Albonico di Como, Antonio Zulian di Treviso, Giacomo
Battagliero di Valenza, Rocca Severino di Torino, Giovanni Verga di Torino, Nicola
Simone di Chieti”[9].
Como
recuerda su hermano Oreste, Antenor Beltrame fundó en Cañada de Gómez
escuelas para los trabajadores, una
Sociedad de Socorros Mutuos, una sección de la Dante Alighieri y contribuyó al
levantamiento de un bello Templo. “En su Arzignano, en cada ocasión,
generosamente favoreció a las instituciones locales de beneficencia”[10].
Murió a la edad de 88 años precisamente el 25 de junio de 1946 e Milán. En
reconocimiento de sus méritos, en 1911 el Gobierno Italiano lo había nombrado
Caballero del Trabajo y aún más, Comendador de la Corona de Italia.
Pero
Antenor Beltrame, dejó para la producción argentina, su moderna curtiembre, que
vive aún con otros propietarios, y a la Historia un importante documentación
sobre las actividades de su industria “El Establecimiento Industrial Beltrame
& C., donde fueron publicados los métodos de trabajo[11],
el curtido ordinario[12],
el curtido rápido[13],
la preparación de las correas[14],
el movimiento comercial[15],
y la forma en que se estructuraron la dirección y la sección de empleados de la
empresa[16],
ciertamente esta información es la demostración del temperamento organizativo y
promocional de esta fuerte figura de hombre, en un periodo en el cual la
tecnología actual era solo un lejano sueño.
[1] Antenor Beltrame representa uno de los ejemplos más significativos
y convincentes de la posibilidad de mejoramiento superlativo que, en tierra
argentina, pudieron alcanzar todos lo que a la férrea voluntad de llegar
agregaron la eficaz contribución de inteligencia y operatividad. (GUGLIELMO
PUCCI – TOMASSO REBOLLLO. Apuntes de viaje en tierra argentina publicados en La
curtiembre Antenor Beltrame, Rosario de Santa Fé, julio 1906). Se trata de una publicación hagiográfica
ofrecida por amigos y admiradores de Antenor Beltrame “como homenaje ferviente
y como tributo cordial”. Son noticias ilustrativas del establecimiento,
obtenidas de los informes de los periódicos y de La Argentina Ilustrada de
Pucci y Rebollo. “Tratamos de cumplir con un deber haciendo emerger claro,
luminoso y significativo todo su esfuerzo. Un fecundo esfuerzo de trabajo y de
inteligencia en torno al cual se suscita la aprobación de todos los que en
Antenor Beltrame admiraron el símbolo de aquella operatividad italiana que en
las orillas del Plata, honra nuestra Patria ilustre en las arduas luchas
triunfantes de las conquistas nobles y civiles. Son cerca de trescientas
familias trabajadoras entre nuestros inmigrantes las que deben a Antenor
Beltrame trabajo rentable y protección fraterna. Son todos los miembros de la
asociación italiana de Cañada de Gómez “Unión y Benevolencia” para el que ha
sido el componente más eficaz y diligente y del cual es el valeroso presidente,
que si es necesario, casi en el límite del Gran Chaco misterioso y salvaje algo
ha surgido donde, venciendo el tiempo y el espacio, el italiano, lanzado a las
vicisitudes sobre este borde de la tierra de América puede sentir latir
intensamente el gran corazón de la Patria lejana: honrándole con fervor los
recuerdos sagrados, las tradiciones, la gloria imperecedera… Todo el pueblo
habla con nuestra boca, nuestras palabras, ya que es útil al intenso movimiento
comercial y social de su establecimiento en Cañada de Gómez, en poco espacio de
tiempo ha viajado la calle ascendente entre los más notables centros de
actividad de la provincia de Santa Fé”. Dicha publicación, de 63 páginas, y que
luego sirvió para armar en 1911, una segunda publicación para asignar a ANTENOR
BELTRAME es decir El establecimiento Industrial A.Beltrame & C.,
Curtiduría Talabartería Correas, de página 86. Ver también FERNANDO
ZAMPIVA, Antenor Beltrame, “Il Chiampo”, n. 87 (1981).
[2] “Pero puesto que sus esfuerzos resultaron vanos, más bien trató de
asistir en la ruina más completa e irreparable del establecimiento que, por
múltiples razones, estaba condenado a vivir una existencia anémica, prefirió
emigrar a la Argentina, donde se le dijo que cada intento no resulta
infructuoso si no se es mediocre…”(La Curtiembre Antenor Beltrame…)
[3] La mañana de Italia de Buenos Aires del 5 de enero de 1933,
reportado en ORESTE BELTRAME, Arzignano en la historia de la edad antigua a la moderna, pág. 235-236,
Vicenza, 1937.
[4] La Curtiembre de Antenor Beltrame…
[5] La Patria de los
Italianos, lunes 9 de julio de
1906. “…yo aquí Dirigente Político de Cañada de Gómez (Provincia de Santa Fe) doy testimonio que la
actual Curtiembre de propiedad
del benemérito, señor Antenor Beltrame, nativo de Arzignano, fue fundada en
1896. Por otra parte, doy fe que dicha Curtiembre
ha conseguido un progresivo y notable desarrollo llegando a representar hoy la
industrias más conspicua del país, donde encuentran trabajo 250 trabajadores
todos italianos pertenecientes a la numerosa y laboriosa colonia. Cañada de
Gómez, julio de 1906, Primo Bellotti, Dirigente Político de Cañada de Gómez.
[6] Es oportuno en este
punto, dejar a un lado las publicaciones halagadoras de los periódicos
italianos de la Argentina (que pueden ser intensas así como deferentes a la
nacionalidad y patriotismo), para hacer conocer cuánto del establecimiento
Beltrame escribió La Nación, autorizado periódico argentino de Buenos
Aires en su número extraordinario en ocasión del Centenario Argentino en la
pagina 64 de la Reseña General de la República Argentina: “La planta
ocupa enteramente 130 x 130 metros cuadrados, tiene las máquinas más perfectas
ideadas por la industria de los cueros, y da trabajo a cerca de 300 personas.
La fuerza motriz es de 320 caballos, llevada adelante por dos poderosos motores,
uno a vapor a doble expansión y el otro a gas pobre. Esta fuerza, por medio de
innumerables correas de transmisión pone en movimiento las siguientes máquinas:
20 batanes para el curtido de cueros y pieles, una sierra circular y un molino
para la trituración de la leña del quebracho que luego pasa automáticamente a
una batería de numerosísimas púas para la extracción de los jugos del tanino; 8
hélices para tener en movimiento los cueros que reciben el primer baño en
piletas especiales; dos máquinas partidoras (de las cuales una es
norteamericana); una rotatoria grande para poner al viento las pieles curtidas;
dos poderosos cilindros de gran presión (Sistema Zanelli); un cilindro a
péndulo; dos máquinas para lijado y pulido; dos para igualar y soltar; una para
cepillado; una para dividir colillas; una para la iluminación eléctrica de la
planta; 8 grandes ventiladores a distribución automática de aire caliente para
el secado artificial de los cueros; 5 bombas centrifugas para la distribución
de las materias liquidas del curtido; 4 bombas de succión y descarga para la alimentación de los
depósitos de agua; una gran maquina de descarnado para pieles calcinadas y
muchos otros equipos de importancia menor”.
“La sección talabartería también ha alcanzado un notable desarrollo.
Dispone de vastos locales para talleres y almacenes, y está equipado con un
completo sistema de máquinas. De verdadero
reconocimiento, la especialidad elaborada en esta sección, son
las correas de cuero para el sistema de transmisión Inglés, que por su
resistencia, flexibilidad y larga duración, compiten ventajosamente con las
mejores fabricas europeas”.
“Para la venta de sus productos, el Establecimiento Beltrame posee un
elegante edificio en la ciudad de Rosario de Santa Fe; varios viajantes
comerciales recorren las provincias del interior y únicamente un delegado especial vende en la plaza de Buenos
Aires”.
[7] Giovanni Varvello, Giuseppe Cambiano, Marco Albonico, Davide
Mamprin, Matteo Novaresi, Giovanni Borgarello, Eugenio Comino, Antonio Zulian,
Giuseppe Miniacci, Eugenio Bianchi, Domenico Defré, Antonio Gazzola, Olivo
Martignon, Severino Rocca, Nicola Simone, Antonio Crivelli, Giovanni Bertino,
Francesco Novaro, Giuseppe Manzini, Clemente Bianchi, Giuseppe Martignon. (Del
Establecimiento Industrial A. Beltrame…).
[8] La Mañana de Italia de Buenos Aires del 5 de enero de 1933.
[9] Estas eran en 1911 el salario de los trabajadores de la Empresa
Beltrame: oscilaban entre los 5,50 y 6,50 liras al día para los curtidores,
entre las 7,50 y las 9 para los descarnadores y depiladores, entre las 9 y las
12 para los alisadores y pulidores.
Aquellos trabajadores talabarteros variaban de 7 a 14 liras, y por los ayudantes, generalmente niños de 14
a 17 años, de 3 a 6 liras.
[10] ORESTE BELTRAME, Arzignano en la historia de la edad antigua a
la moderna, pág. 235-236, Vicenza, 1937.
[11] Métodos de elaboración: “el factor
principal que contribuyó al rápido y fascinante desarrollo del establecimiento,
es sin duda alguna, el sistema de trabajo basado en sus criterios técnicos,
bien razonados y experimentados, que Antenor Beltrame casi desde el inicio,
adoptó en su curtiembre”.
La
experiencia conquistada en la larga práctica, las múltiples investigaciones
llevadas a cabo con el fin preciso de
mejorar los productos haciéndolos emerger de estudios similares sobre los
procesos que se utilizaron, determinaron aquel procesamiento del cuero que es
la prerrogativa de nuestra industria”.
“El
antiguo sistema europeo de curtido en agujero, que requería de doce a quince meses,
en Argentina, con la aplicación del quebracho redujo el tiempo a cuatro meses y
se explica fácilmente el por qué; mientras las materias taninas en Europa
contienen cerca del 10 % de tanino puro, el quebracho contiene el 20 %”.
“Ciertas
dificultades que presenta la aplicación del quebracho puro en nuestro
establecimiento, fueron vencidas fácilmente de modo que obtenemos un producto
óptimo, que encuentra entre los consumidores la mejor aceptación, como lo
atestiguan los numerosos certificados que
recibimos”.
[12] Curtido Ordinario. “La operación
preparatoria al curtido que es una de las más importantes por el buen
recibimiento del producto, se lleva a cabo con atención y escrupulosidad y con la ayuda de los descubrimientos más
modernos, reactivos químicos que sirven también para acortar notablemente el
tiempo que antiguamente se empleaba para la preparación de las pieles. El
trabajo de la descarnadora, partidora, etc. se lleva a cabo
exclusivamente por medio de las máquinas más perfeccionadas”.
“Después
del trabajo preparatorio las pieles destinadas al curtido ordinario son,
contrariamente al sistema comúnmente usado, inmersas en los primeros baños
taninos quedando suspendidas por medio de cuerdas atadas a las dos extremidades
del tanque. Tubos de cobre subterráneos unen estos con las baterías de los
extractores, los cuales por medio de poderosas bombas reciben periódicamente la
alimentación del tanino”.
“De tal
modo y con una contribución graduada de baños, proviene una acción mecánica
regeneradora de óptimo efecto para la económica de tiempo y de trabajo”.
“La
operación principal y definitiva del curtido se ejecuta en las fosas donde las
pieles son alteradas con capas proporcionales de quebracho a propósito
triturado”.
“Después de
un determinado tiempo, es decir cuando la sustancia tánica es en gran parte
absorbida por las pieles, estas se levantan
de la fosa para ser puestas en otras, mezcladas con nuevas capas de
quebracho molido”.
[13] Curtido rápido. “La
función de ciertos agentes químicos con proporcionados estratos taninos,
previamente decolorados, determinan la fácil solubilidad de estos, adquiriendo
propiedades especiales para la rápida penetración en las pieles preparadas para
recibirlos. Con la ayuda también de medios mecánicos que actúan para mantener
el continuo movimiento de las pieles inmersas en los baños curtidores, se
obtiene el aceleramiento del curtido al punto que un cuero fuerte se prepara en
48 horas y cueros ligeros en sol 10 horas. Este moderno sistema es muy
ventajoso para aplicaciones industriales y, bien tratado, da óptimos resultados
prácticos, fue adoptado hace varios años en nuestro establecimiento”.
“El primer
proceso usado por nosotros sufrió muchas transformaciones indicadas por la
práctica y sugeridas por la diversidad de las sustancias taninas (como el
quebracho) que aquí se usan, a diferencia de las industriales europeas que
emplean estratos mucho mejores, como el roble, el castaño, etc.”.
“Estos
cambios responden estrictamente a las exigencias de los consumidores y,
adecuados a los recursos de esta tierra, se obtiene un producto excelente, de
calidad en absoluto inferior a la de productos similares europeos”.
[14] Preparación de las
correas. “Basada sobre criterios prácticos, la preparación de las correas de
cuero por transmisión, responde enteramente a las modernas exigencias,
ofreciendo a los consumidores un producto que se destaca claramente en la
fabricación argentina”.
“La
especialidad de nuestras correas consiste en el método de preparación del
cuero, tratado con sustancias importadas y con un sistema de insevatura
ideada por Antenor Beltrame que al tiempo que le va dando al cuero toda la
nutrición que necesita para hacerlo impermeable y flexible, conserva la firmeza
y el color primitivos. A juicio de muchos consumidores nuestras correas por
transmisión, compiten con las mejores marcas inglesas, sea por nuestra
confección como por nuestra duración”.
[15] Movimiento comercial.
“Hecho sintomático resultante de la bondad de los métodos de elaboración usados
en nuestro establecimiento, es el favor con que fueron recibidos en cada tiempo
nuestros productos por la numerosa clientela esparcida en toda la República
Argentina”.
“La demanda
continua de productos y el crédito adquirido, fueron los factores precisos que
determinaron el rápido incremento de la empresa, y ni un solo momento se detuvo
la marcha ascendente del establecimiento, sin embargo, de año a año el giro de
los negocios se amplió y se consolidó siempre más en la convicción de los
compradores, la bondad de nuestros artículos”.
“De los
datos numéricos recabados del último servicio del 31 de diciembre de 1910, de
los cuales emerge claramente la gran importancia de nuestra industria,
comparada ya anteriormente con 1906, se dá una idea clara de la actividad
fecunda y de la iniciativa italiana continua sobre el majestuoso Rio de la
Plata, porque estamos orgullosos de declarar que: italiana siempre ha sido
la dirección, italiano el capital, italianos los administradores, los jefes de
sección, los trabajadores”.
[16] Directores y empleados.
“La dirección del establecimiento que se personifica en los tres socios
Antenor, Héctor y Ottorino Beltrame y secretarios, italianos en casi su
totalidad, inteligentes, de sabia iniciativa y celo, y de indiscutida
competencia en el manejo de las múltiples, delicadas y difíciles tareas, forman
la administración que ha sabido dar a nuestra fábrica el grado de próspera
grandeza como lo presentamos anteriormente. A honor publicamos un elenco
completo del cuerpo de administración. Antenor Beltrame da Arzignano
(Vicenza), fundador y socio principal de la empresa; Héctor Beltrame da
Arzignano (Vicenza), socio y director de la administración y de las secciones
talabartería y corras; Giacomo De Regis da Novara, jefe de contabilidad;
Jaime Filipi, vice contador; Eduardo Ancarani da Ravenna, gerente
de la filial de Rosario; Domenico Benvenuto da Verona, jefe de la
sección curtiembre, Clemente Bianchi da Como, jefe de la sección
talabartería y correas, Giovanni Fitta, encargado de las compras, Michele
Solari di Genova, viajante comercial, Artemio Canafoglia di Ancona,
viajante comercial, Domenico De Tommasi di Firenze, viajante comercial, Giovanni
Michele Fitta, viajante comercial, Eugenio Bianchi de Como, jefe de
la sección mecánica, Giuseppe Miniacci di Firenze, jefe almacenero
sección talabartería y correas, Antonio Vasoin di Vicenza, jefe
almacenero curtiembre, Giuseppe Cravay, representante exclusivo y
vendedor exclusivo en la Plaza de Buenos Aires”. Una quincena de años más
tarde, el Cavalliere Ottorino Beltrame, devenido director general, fue
nominado por el Gobierno Italiano Oficial Regional Consular de Italia en Cañada
de Gómez.
Fuente: Biografía esencial de Achille Beltrame, Archivo del Museo Histórico Municipal "Elías Bertola" de Cañada de Gómez
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