55-76-16, MATAR AL OPOSITOR. Primera Parte


Nuestra generación esta viviendo lo que otras anteriormente vivieron en tiempos de cambios políticos en el país. La única diferencia, es que la que se está viviendo, fue por decisión del voto popular, en un voto más anti que pro.

¿Que cosas en común tienen Aramburu, Videla y Macri? Muchas. Entre las primeras su ideología. Su forma de mirar al pueblo. Su manera de aniquilar a sus opositores. ¿Ustedes me dirán, que Macri no secuestró ni asesinó? Macri tiene secuestrada, a través de su ladero Gerardo Morales a Milagros Salas, y asesinó a millones de argentinos, que hasta 11 meses tenían proyectos, a vivir en las miserias, como pasó en los noventa.

Siempre se culpó al peronismo de las peores tragedias, de construir las grietas y de dividir a los argentinos. Nobleza obliga, dentro de mi familia, el grupo estaba dividido entre peronistas y anti peronistas. Y mi propio abuelo materno, un radical rabioso desde la médula, debió exiliarse en los campos cañadenses, venido desde la cercana San Jorge, perseguido por el peronismo. Pero, las grietas en el país nacieron en 1810 entre realistas y nacionalistas, siguieron entre unitarios y federales, provincianos y porteños, radicales y conservadores, radicales yrigoyenistas y anti yrigoyenistas, entre la Concordancia y el Radicalismo proscripto y hasta ahí Perón no existía en la vida política de Argentina.  Después sí, llegó el peronismo y anti peronismo, los radicales nuevamente se dividen entre intransigentes y del pueblo, comienza la resistencia peronistas, entre los milicos existen los azules y los colorados, vienen los tiempos de la derecha enfrentada a los zurdos, hasta llegar a la última grieta, ¿será la última?, entre el kirchnerismo y el anti kirchnerismo, aunque seguramente estamos rumbo a otra grieta aún más profunda, entre un minúsculo grupo de ricos frente a la gran multitud de trabajadores, obreros, profesionales y estudiantes, que dejarán perder sus derechos.

Pero cuál es la gran coincidencia entre estos dos nefastos personajes de la historia argentina. Fue la de perseguir a sus rivales aniquilando a sus líderes, a sus seguidores, de la forma que sea. En 1955 las famosas comisiones investigadoras, en 1976 secuestrando y asesinando una generación entera de militantes y ahora, la destrucción mediática, de una sociedad que intelectualmente viene decayendo. Aquellos leían libros, ahora miran la TV.

En 1955, la mayoría de las Fuerzas Armadas apoyaron el movimiento golpista, al igual que miembros de la burguesía agraria e industrial, gran parte de los sectores medios, los partidos políticos opositores y la Iglesia Católica. Todos coincidían en calificar a la gestión peronista como una “dictadura totalitaria”, motivo por el cual supieron identificarse bajo el nombre de “revolución libertadora”. Paradójicamente, quienes quebraban y violaban el sistema democrático, se presentaron ante la sociedad como los verdaderos representantes y defensores de la democracia y la libertad. Para ellos, las causas de la crisis económica del país eran los profundos desequilibrios que había provocado la intervención del peronismo en los procesos de acumulación y distribución de la riqueza.[1] Aunque el primer dictador a cargo fue el Gral. Lonardi, a los pocos meses debió renunciar por su pasividad ante el peronismo. Asume, el Gral. Pedro Aramburu. Entre sus primeras medidas podemos citar que disolvió al Partido Peronista, se intervino a la CGT, se suspendieron las convenciones colectivas de trabajo, lo que privó a los trabajadores de negociar mejoras salariales en un período en el que –por el desborde inflacionario- el poder adquisitivo había bajado considerablemente, fue decretada la inhabilitación de todos los dirigentes políticos y gremiales que habían participado de la gestión de Perón. Dirigentes, delegados y militantes fueron encarcelados, la administración pública y las universidades fueron depuradas de peronistas, controlándose férreamente los medios de comunicación, que en su mayoría estaban en manos del Estado, se prohibió la propaganda favorable al peronismo, así como la mera mención del nombre de quien, desde entonces, empezó a ser designado como el “tirano prófugo” o el “dictador depuesto” y finalmente se derogó la Constitución de 1949.[2]

También se crearon comisiones, donde elegían a dirigentes políticos de la oposición y a militares anti peronistas para investigar los supuestos actos de corrupción que tuvo el peronismo. Cabe recordar, que a Juan Domingo Perón, le retiraron el grado militar, en un tribunal presidido por el nativo cañadense Carlos Von Der Becker.

Entre las barbaridades, que las comisiones inventaron podemos decir que el resultado de la actividad de investigación, al que la prensa dió amplia cobertura constituyó una parte esencial del proyecto pedagógico de la desperonización. Este tenía por finalidad, además del castigo a los culpables, convencer a los peronistas que habían sido víctimas de un “engaño”, por eso se manifestó en los primeros momentos a través de la exhibición de los excesos de lujo del gobierno anterior: los veintisiete automóviles del ex-presidente15, varios televisores y motocicletas, las joyas y el vestuario de Eva Perón16, de la apertura al público de un supuesto “refugio subterráneo”, similar al bunker de Hitler, construído en el edificio de la empresa editorial ALEA. Poco más adelante se completó con la publicación de las cartas de Perón a una adolescente, aportados como prueba para el juicio del Tribunal Militar de Honor que lo degradó. Esta exhibición pública de los “vicios y pecados”, realizada desde el Estado y difundida por la prensa, tuvo un carácter ritual en el antiperonismo18. La misma estuvo orientada a construir una imagen que desmitificara al peronismo desde todo punto de vista, ya que no trepidaba en hacer público lo que era estrictamente privado y se completaba, sugestivamente, con la denuncia de los “desvíos sexuales” del ex-presidente, lo cual cerraba el círculo de satanización, el peronismo y su líder, como paradigma de la inmoralidad y la corrupción. Hubo una oficialización de los prejuicios del antiperonismo, y lo que antes había sido el rumor y la maledicencia de los opositores, se convirtió en información oficial de contenido educativo para la ciudadanía.[3]

En Cañada de Gómez pasó algo similar, el hijo del intendente depuesto Tomás Celso Torres, nos manifestó en una carta a quién esto escribe que su padre fue  un hombre humilde y generoso que acompañó con su lucha aquellos años que modelaron para siempre el destino de nuestro país. Su vida fue signada por aquel peronismo que supo forjar una realidad de prosperidad, igualdad y justicia social, y que finalizó con la masacre de Plaza de Mayo, y posterior triunfo de la revolución fusiladora. Es significativo que en aquellos violentos y criminales hechos que significaron el fin de la inocencia de nuestro país aparezcan nombres y partidos políticos que hoy reconocemos en el ADN de ese hacinamiento canalla que llaman oposición. Recuerdo, con mucho orgullo, que a la mañana siguiente a la noche en que la caravana de vecinos "probos y cristianos”, remedo de los "comandos civiles" de Zavala Ortiz y Ghioldi,  arrastraron un modesto busto de bronce por las calles del pueblo hasta detenerse amenazantes frente a mi casa. Mi padre, ese día,  le pidió a mi mamá su mameluco y cuando sonó la sirena se fue a la esquina de la Helvética a reunirse con los obreros, sus compañeros, y retomar su trabajo de soldador. Fue entonces que se ganó mi respeto para siempre y recibí una lección política que aún mantengo: o se está con la patronal o se está con los obreros.[4]

Nuestra ciudad, después del derrocamiento del general Juan Domingo Perón, el 16 de setiembre de 1955, restituyó el nombre de Cañada de Gómez en lugar del recordado “Ciudad Evita”, se conformó la “Comisión Auxiliar Investigadora del Departamento Iriondo”, presidía el escribano Omar A. Lassaga, acompañado entre otros  de Félix Pagani, Luis Izaguirre, Alberto Gabriel, Francisco Morán, Vicente Leoni y Rogelio Fiant. A raíz, de todas estas persecuciones, el Dr. Santiago D´Onofrio, que era el director de la Escuela Normal, es expulsado y al año muere de tristeza, aunque el historiador liberal de la ciudad, nunca se haya animado a escribirlo, para no quedar mal con sus amigos. En una carta escrita por D´Onofrio a Fiant, el mismo expresa “Usted no ha completado su educación para la vida (...) Yo he hecho toda una vida que merece respeto (...) La necesidad no me pudo peronizar y ahora, que ridículo es todo... Se me investigan fallas... a mí que todo lo di a la escuela. Creo que los jueces, para ser tales, deben estar por encima del enjuiciado. Pienso que los radicales están haciendo el más grave mal al radicalismo. Yo escucho la voz de la calle. Lleve en mi juventud el retrato de Yrigoyen, en su homenaje; lo acompañé en su espíritu democrático y popular sin claudicar; sentí la más honda pena por su muerte. Mi neutralidad total hasta el día de hoy en cuanto a compromiso con cualquier partido, me la impuso mi condición de Director (...) Mi carta no pide nada; que en la vida no es una amargura y desilusión que he debido sufrir, sino múltiples y por ella ha sido más humana. Quería el bien de la comunidad en homenaje a quienes dieron su sangre, no para dividir a la familia argentina, sino en procura de una aurora de paz, confraternidad, tolerancia, comprensión y mejor convivir. Pero son muchos los que espinan el corazón. Dios los ilumine. Este es mi único pensamiento inalterable. No acuso. Llamo a la reflexión”.[5]

Toda esa persecución, en nuestra ciudad, tuvo fin, gracias a la intervención de  Ricardo C. Romegialli, quién ya ocupaba el cargo de Intendente en la ciudad, y gracias a su consejo, se terminó con la persecución al peronismo. Otros también comentan, que gracias a Romegialli, aquellos probos e intelectuales de la ciudad no llevaron a cabo el objetivo de incendiar la vivienda del intendente Torres. Aunque, gracias al odio de una parte de la sociedad, de los tres bustos de Evita que tenía la ciudad, sólo uno sobrevivió, y aún hoy tiene en su rostro, las marcas de la maldad.




[1] http://www.siemprehistoria.com.ar/2011/07/gobierno-de-la-revolucion-libertadora-argentina-19551958/
[2] http://www.siemprehistoria.com.ar/2011/07/gobierno-de-la-revolucion-libertadora-argentina-19551958/
[3] http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/Spinelli1.pdf
[4] Carlos Torres, hijo de Tomas Celso, carta dirigida a Pablo Di Tomaso, 24 de enero de 2015.
[5] Carta del Dr. Santiago D´Onofrio al Profesor Fiant, integrante de la Comisión Investigadora.

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