Con la selección en Rusia y, ya en la cuenta regresiva al
Mundial, futboleros y no tanto volverán a hablar de la supuesta promesa
incumplida a la virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral en enero de 1986;
los protagonistas de la atípica pretemporada de los futuros campeones del mundo
en la Quebrada
de Humahuaca reconstruyen la leyenda
Por Andrés Burgo
El pasado 11,
a las 10, con el amistoso ante Rusia en Moscú, la
selección entró en “fase Mundial”. A partir de ahora, o después del sorteo del
1º de diciembre, o cuando Jorge Sampaoli defina la lista de 23 futbolistas, o
cuando la selección vuelva a Rusia a comienzos de junio, inevitablemente se
hablará, una y otra vez, de “la maldición de Tilcara”. También, de cómo un
grupo de futbolistas desapareció del mapa (futbolístico) durante 10 días en la Quebrada de Humahuaca
antes de levantar la Copa
del Mundo, la última de Argentina. Es una historia que nació entre el 6 y el 15
de enero de 1986 entre 14 jugadores, el cuerpo técnico encabezado por Carlos
Bilardo y un puñado de quebradeños, algunos de los cuales hicieron de sparrings
de los futuros campeones de México 86, y que se transformó en leyenda después
de las reiteradas eliminaciones en los Mundiales siguientes. En base a las
declaraciones que los protagonistas y los testigos dejaron desde entonces, esta
es la reconstrucción de un tema tiene todos los condimentos: religión, fútbol,
superstición, aislamiento, gloria, fracaso, misterio, oportunismo y mentira, o
al menos dos posturas que se contradicen.
“En el aeropuerto de San Salvador de Jujuy, los jugadores de
la selección se tomaron un colectivo de la compañía local Panamericana que los
llevó a Tilcara. El viaje fue complicado.
En los últimos días hubo muchas lluvias y la ruta quedó cubierta por las
aguas del Río Grande que llegó al pavimento. Los jugadores tuvieron que ir por
un camino de tierra por temor a los derrumbes”, diario La Nación , 7 de enero de 1986.
“Era ilógico hacer la pretemporada en Mar del Plata. La
competencia es en México. La elección fue analizada con el doctor Bernardo
Lozada, un experto en temas relacionados con la actividad deportiva en la
altura, y él nos aconsejó venir acá”, Bilardo, enero de 1986.
“Los jugadores están alojados en el hotel de Turismo, el
único de la zona que reúne confortables instalaciones. Tilcara tiene 2.000
habitantes y está ubicada a 2.488 metros sobre el nivel del mar, una altura
parecida a la que tendrá Argentina en la Ciudad de México”, La Nación , enero de 1986.
“Sabíamos que no había canchas de fútbol pero eso era
secundario. De los que viajaron a Tilcara, solo dos no fueron a México: (Jorge)
Comas y (Oscar) Dertycia. Después hubo otros que no viajaron por cuestión obvia
(jugaban en el exterior): Daniel Passarella, Diego Maradona, Jorge Burruchaga y
Jorge Valdano”, Bilardo, diciembre de 1986.
“Yo jugaba en Pueblo Nuevo, un equipo de Tilcara, y un día
nuestro técnico nos dijo que la selección que se había clasificado al Mundial
vendría unos días a Tilcara. Ya nos parecía un milagro, pero encima nos dijo
que, como viajarían 14 futbolistas, necesitarían unos sparrings, y ésos
seríamos nosotros. Fue tocar el cielo con las manos. En aquella época la
televisión no llegaba a la
Quebrada , así que a los jugadores los conocíamos por las
fotos de las revistas El Gráfico o Goles. Después, desde que llegaron a Tilcara
hasta el final de su viaje, casi que convivimos con ellos. A la mañana los
esperábamos en el hotel, después íbamos juntos a la cancha, entrenábamos al
mediodía, los acompañábamos de regreso, dormían una siesta y volvíamos a
practicar por la tarde”, David Gordillo, 2017.
“Tilcara fue terrible. Algunos años después volvimos con
Brown y estaba distinto, pero en 1986 vivían el conserje del hotel, la mucama y
cuatro familias en todo el pueblo. La cancha para entrenar no tenía ni un
pastito, era toda de tierra. Nunca vi una pretemporada tan violenta. (José
Luis) Cuciuffo dijo una vez: ‘Muchachos, ustedes sigan corriendo, pero yo me
desmayo’, y se desmayó, ¡se cayó! A la pelota había que ponerle una brújula.
Éramos kamikazes”, Sergio Batista, 2016.
“Las piedras esas de Tilcara… Corríamos en una cancha llena
de piedras. Había solo un teléfono en el pueblo, teníamos que caminar hasta la
esquina, y a las seis de la tarde se cortaba. Estábamos incomunicados.
Imagínate lo que era el hotel. Era como un club en el que dormíamos como podíamos.
Era todo medio a lo Rambo”, Oscar Ruggeri, 2016.
“La selección jugó dos amistosos en Humahuaca contra equipos
locales. El pueblo queda a 3 mil metros de altura y son 30 minutos de viaje
desde Tilcara. Los jugadores fueron a la iglesia de la Calendaria , estuvieron
10 minutos, le dieron un pergamino y se fueron a jugar a la cancha de
Estudiantes, un escenario con terreno en mal estado, sin tribunas y con una
frondosa arboleda detrás de la que se observan cerros diferentes”, La Nación , enero de 1986.
“Yo jugué esos partidos contra la selección. Pedimos 5 a 0 y 5 a 1. La única cancha con
césped de toda la Quebrada ,
hasta La Quiaca ,
era la de Estudiantes, acá en Humahuaca. Los dirigentes de ese club eran dos
viejitos que le pasaban el rodillo dos veces por semana y el césped estaba bien
cortado. Se armó una selección entre dos equipos de Humahuaca, Comercio y
Ciclón del Norte, y jugué de delantero. Usamos una camiseta igual a la de Vélez
porque es la camiseta de Comercio. Yo tenía 16 años, iba al colegio secundario
y jugar contra ellos fue espectacular. También (Ricardo) Bochini y Comas nos
decían que ese viaje era de las mejores experiencias de su vida, pero igual en
los partidos hubo algunos roces. Yo lo gambeteé dos veces a (Néstor) Clausen y
me dijo que me iba a matar, que la próxima me revoleaba por el techo, que se
estaba jugando el puesto. El pueblo estaba en contra nuestro, hinchaba por la
selección, pero igual queríamos ganarles. El único gol nuestro lo hizo Pedro
Santillán, que le tiró un par de caños a (Oscar) Garré. Era nuestro jugador
distinto, trabajaba en el correo. Al principio tomé aquella experiencia como un
juego, pero después me di cuenta que fue una de las cosas más lindas que me
pasó en la vida. Apenas terminaban los partidos, los futbolistas se volvían a
Tilcara”, Sergio Cazón, 2017.
“Lo de la promesa a la virgen, acá en Tilcara, fue verdad,
aunque digan que no. Yo fui uno de los protagonistas. Después de una ducha,
todas las tardes salíamos a caminar por el pueblo con los muchachos de la
selección. A ellos les interesaba saber cómo era la vida del tilcareño, del
quebradeño, y le contamos que la gente era muy creyente de la virgen de
Copacabana del Abra de Punta Corral, que es un paraje a 25 de kilómetros de
Tilcara al que se llega a lomo de burro o a pie, por la montaña, en un viaje de
seis o siete horas. Es la imagen de la virgen de Copacabana de Bolivia, en el
lago Titicaca. Una tarde estábamos en la plaza, enfrente de la Iglesia , y ellos dicen
‘Pero si la virgen es tan milagrosa le vamos a pedir que nos ayuden a obtener
el título de México y después vamos a volver’. Eso fue todo. No fue una promesa
formal, fue una expresión al pasar. Y después se magnificó todo. Fue una frase
al pasar, pero la dijeron”, Gordillo, 2017.
“Fue un vivo de ahí que lo inventó y quedó picando. Llamé a
los jugadores y les pregunté: ‘¿Ustedes prometieron esto?’. Y todos me dijeron
que no. Nadie prometió volver a Tilcara”, Bilardo, 2014.
“Bilardo dijo que nadie prometió nada, pero él también negó
el bidón de Branco (en el Mundial 1990). ¿Quién hizo la promesa? La hizo uno de
los jugadores, pero no nos acordamos quién. El tema surgió algunos años
después, cuando (los jugadores de Pueblo Nuevo) nos acordamos de eso. ‘¿Te
acordás que dijeron que iban a volver si salían campeones?’ Ellos niegan pero
el Tata Brown y Batista vinieron hace unos años, por atrás, de incógnito, a
rezarle a la Virgen. El
cura nos contó. Algo seguro hay porque la AFA también mandó una réplica de la Copa y una chapita en la que
dice que gracias a la Virgen
del Abra de Punta Corral salimos campeones en el 86” , Gordillo, 2017.
“No empecemos con que hay que ir a Tilcara... Basta de
Tilcara. Eso fue un negocio de un intendente de ahí que quiso vender cosas.
Nosotros no prometimos nada. Es mentira”, Ruggeri, 2017.
“Carlos (Bilardo) nos dijo que habló con el cura (de
Tilcara) y que le había dicho que, si salíamos campeones del mundo, íbamos a
volver. Nosotros como jugadores no sabíamos, pero se habló tanto que en su
momento le dijimos a Carlos que, si teníamos que hacer una presencia para estar
con el cura, no tendríamos problemas”, Oscar Garré, 2014.
“Después se dijo que le habíamos hecho una promesa a la Virgen de Tilcara: volver
al lugar con la Copa
si salíamos campeones en México, pero no fue así. La única promesa fue a la
virgen de Luján y fuimos el viernes que volvimos. Después, cuando dirigió la
selección, Batista y Brown fueron a Tilcara. Pero nadie hizo una promesa”, Nery
Pumpido, 2016.
“Esto se ha expandido tanto que todo el mundo pide que
vuelvan. En las Eliminatorias, cuando estuvimos en el abismo, o en los
Mundiales cuando quedamos eliminados, siempre se acuerdan de la virgen. Ellos
(los jugadores) sabrán si vuelven o no”, Gordillo, 2017.
“La selección salió de Tilcara a las 9.15. Durante el viaje
para San Salvador, a mitad de camino, en una zona denominada ‘El Cruce’, se
debe transitar por un camino de cornisa y precario. En medio de ese tramo, la
cornisa comenzó a ceder con algunos desprendimientos de tierra. Un grupo de
jugadores, con Bilardo, decidió cruzar la zona a pie, por precaución.
Jocosamente se salvo una situación de extrema tensión”, La Nación , 16 de enero de 1986.
Fuente: Página 12
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