"TEMO MAS A TRES PERIODICOS QUE A CIEN MIL
BAYONETAS"
Napoleón Bonaparte (l8l4)
Es sabido que para falsificar una pintura famosa hay que
encontrar al pintor que tenga la calidad de hacer un trabajo que logre
confundir al técnico más avezado, y que esté dispuesto a renunciar a la pasión
de toda su vida por unos miserables dólares.
No es éste el caso, ya que simplemente es un conocido
personaje de la farándula tratando de imitar a otro actor no menos famoso que
él, algo usado por muchos artistas en el atrapante y casi mágico mundo de la
televisión; y puede que no le haya resaltado un mettier tan difícil debido a
ciertas generalidades que los acercan entre sí. El artista a imitar es el archi
conocido Jorge Porcel, de larga y exitosa trayectoria, tanto en radio,
televisión como en el cine. Sin duda que el camino que debe recorrer un
imitador no es fácil, pero hay ciertas coincidencias que pueden facilitar un
resultado positivo a saber.
En primer lugar los dos personajes en cuestión son de
contextura fornida, más bien gordos, o dicho
de otra manera son dos vacas empastadas,
algo que los acerca y los identifica.
Los dos se llaman Jorge. Ambos,
como casi nadie, saben poner cara
de pelotudos con llamativa facilidad, y de pronto cambiar esa fisonomía por la
del porteño más rana que deambula por Buenos Aires, como si fueran Carlitos
Gardel.
Otra de las particularidades esenciales es que a los dos les
gusta ser la figura central y excluyente de la escena, y para eso ponen en
juego todo su histrionismo, algo que los dos tienen a raudales, eso no es todo.
Tuvieron gente que los ayudó enormemente en sus carreras. En
el caso de Porcel, tanto Delfor como Aldo Camarotta, libretistas de la famosísima
Revista Dislocada contribuyeron a cimentar su crecimiento, mientras que el
Imitador brilló tras la estrella de un baluarte como Magnetto, y la esporádica
contribución de Joaquín Morales Sois, Van der Koy, la inigualable Lilita Carrió
y otros tantos libretistas para los hoy algo remanidos libretos en que basa SÜ
actuación.
Pero, hay un tema que se pone difícil y es que Porcel se
travestía y nacía con singular éxito personajes femeninos, y El Imitador tiene barba
(quizás para ocultar en parte su caradura).
Otra diferencia es que Porcel no necesitaba recurrir a un lenguaje
procaz (malas palabras, puteadas, bah...)
para hacer reír a su público. Y lo más disímil entre ambos es que Jorge Porcel
terminó sus días como Pástor evangélico, como un simple enviado de Dios,
mientras que El Imitador no es más ni menos que un enviado del Diablo.
Espero, ruego, que a Maquiavelo no se ocurra erigirlo
candidato a Presidente de Argentina. Santa Fe ya tuvo una muy triste experiencia con la buena
elección que protagonizó Miguel del Sel, y la tristeza de nombres como Macri, De Narvaez, Solanas, Carrió,
Binner, etc.,etc., etc., puede hacer
encender cualquier motor, como Magnetto
que es.
Y sábenos que, desde Adán y Eva en adelante, las hormigas v los imbéciles no se terminan
nunca
J.NOBEL PRUNEI
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