Bautista Borgarello, Intendente Municipal 1935-1940 |
El gobierno del
demócrata progresista Luciano Molinas fue quizás lo único rescatable en una
década manchada por el fraude, la corrupción y la entrega del país a las
potencias europeas. En el diario Clarín del 15 de febrero de 2009, el
historiador Felipe Pigna manifiesta que
“Molinas eliminó los gastos de etiqueta que se llevaban 1.500 pesos por mes, rebajó su
sueldo de 2.500 a
1.800 pesos, suspendió el pago de la deuda externa de la provincia y ordenó las
rentas provinciales, llevando adelante una prolija política financiera y fiscal
que permitió que la provincia pasara en poco tiempo del déficit al superávit y
estuviera en condiciones de encarar un lúcido plan de obras públicas que
incluyó la construcción de caminos, canales fluviales, puertos, el dragado en
los puertos de Santa Fe y Rosario, desagües y obras de saneamiento. Encaró una
interesante reestructuración de la red ferroviaria provincial. El plan permitió
además el empleo de importante cantidad de mano de obra. Santa Fe, provincia
chacarera por excelencia, evidenciaba como pocas el padecimiento de los
pequeños y medianos productores rurales. Miles ya estaban al borde de la
quiebra. El gobierno de Molinas sancionó la ley de Arrendamientos Agrícolas,
que fijaba precios y condiciones justas entre propietarios y arrendatarios;
puso precios mínimos para la cosecha y propició la distribución de semillas
para la siembra. También se promovieron impuestos a las grandes propiedades
rurales y se puso una inédita energía en cobrarles a los morosos
independientemente de sus apellidos (...) Todas estas decisiones enfermaban al
poder político-económico de Buenos Aires, por eso el presidente Justo envió la
intervención a Santa Fe el 3 de octubre de 1935, la misma estuvo a cargo del
coronel Perlinger que venía con la orden de de destruir todo lo positivamente
construido por Molinas y su equipo, derogaron la Constitución
provincial e iniciaron la cuenta regresiva para nivelar -en el peor sentido del
término- a Santa Fe con el resto de las provincias.”
Por ende en nuestra
ciudad, un día después de que el Ejecutivo Nacional desplazara a Molinas, el
intendente municipal Luis Dalledone fue reemplazado por Bautista Borgarello y
es destituido el Concejo en pleno cerrando sus puertas. Francisco Trujillo en
su trabajo mecanografiado de 1956 titulado De Cañada en su pasado y mis cosas, expresa que esa intervención tuvo
“consistencia en el medio
que operaban los tránsfugas que más tarde fueron los radicales justistas de Iriondo y los argonsistas, tremendo farsantes de igual
tracción. En octubre de ese año se produce el zarpazo, el que cambia a
Dalledone por Bautista Borgarello y su séquito.”
En
realidad la expresión de Trujillo era la de los seguidores del PDP que se
sentían dolidos por esa decisión, pero el resultado de la historia indica que
la llegada de Borgarello al municipio local fue la puesta en marcha por primera
vez de una gestión proyectada al futuro marcada por las obras públicas y el diseño
de urbanización que hasta ese entonces sólo era tema de debates pero nunca
llevadas a cabo. Entre las primeras decisiones del intendente Borgarello fue
los nombramientos de Florencio Varni como Secretario, al Dr. Gonzalo Beresiartu
como Médico Municipal, a Isidoro Martin como Tesorero y a Onofre Álvarez como
Interventor de la Usina Eléctrica ,
éste último acompañado por una comisión asesora integrada por el Ing. Bartola
Cuffia, Ottorino Beltrame, Hugo Romegialli, Eugenio Vázquez y Walter Voegeli. Sobre
este tema es preciso aclarar que en marzo del treinta y seis, por decisión
judicial, el municipio perdió el pleito con la Compañía de Luz y debió
devolver la usina a la empresa privada que proveía el servicio en la ciudad.
Los
primeros dos años de esa gestión tuvieron marcadas por el ciclón que asoló a la
ciudad destruyendo una veintena de viviendas en el Barrio Hospital, se adquiere
un camión volcador, se dona a la Parroquia
San Pedro una parcela del Cementerio local para la
construcción de su capilla, se prolongan muchas calles ampliando así el radio
urbano de la ciudad. A raíz de la pavimentación del camino a Córdoba, hoy Ruta
9, se solicitó al Estado Nacional que tuviera en consideración pavimentar la Avenida Circunvalación
de la ciudad obra que lamentablemente nunca pudo ser realizada; también reclamó
a Obras Sanitarias de la Nación
por las elevadas tarifas que llegaban a la ciudad; se pidió a las autoridades
provinciales y nacionales tuvieran en cuenta realizar obras en el arroyo Cañada
de Gómez para evitar inundaciones y en
numerosas oportunidades se gestionaron ayudas económica a la provincia para
remodelar y mantener las escuelas públicas cañadenses. Finalmente en 1937, a esta gestión se le
suman dos figuras claves que dan mayor impulso a estos tiempos de cambios, la
formación de una Comisión Administradora y la designación del Ing. Bartolo
Cuffia...
2 comentarios:
Creo que mi Abuelo merece ser recordado por el progreso que trajo a Cañada de Gómez. Soy su Nieta. Y no llegué a conocerlo. Pero estoy orgullosa de mi Familia y de su contribución a la mejora de la calidad de vida de la gente.
Cordialmente, Mariela Borgarello. Abogada (UBA). Docente e Investigadora. FLACSO .
Hola Mariela, gracias por leer esta historia y por las palabras hacia tu abuelo, que fue un gran intendente de la ciudad. Me gustaría que leas la segunda parte de esta historia, en el siguiente link, https://ditocdg.blogspot.com/2014/11/los-intendentes-de-canada-1937-1940-la.html, allí hacemos una breve reseña de su gestión. Estamos en proceso de un libro, donde en mi blog se puede leer año tras año de la vida de nuestra ciudad. Inclusive, si tenes oportunidad de visitar nuestro museo, tu abuelo tiene un espacio dedicado.
Cordialmente, Pablo Di Tomaso, Procurador y Coordinador de Museos y Patrimonios de la Municipalidad de Cañada de Gómez.
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