El actual
Palacio de la Jefatura Policial fue habilitado a comienzo de la tercera década
del S.XX. Anteriormente dicha dependencia provincial ocupó distintas
ubicaciones como la propiedad ubicada en calle Schnack que fuera la casa
construida por Pedro Reün, hoy sede de la Escribanía Giordano. También el
gobierno de la provincia alquiló una casona ubicada en un callejón que ya no
existe a la par de las vías férreas entre Concepción y Ovidio Lagos. Y otras de
las recordadas sedes policiales fue la de dos plantas ubicada
en Lavalle 742 (foto), donde una vez que las fuerzas se trasladaron al nuevo edificio
se instaló allí el Hotel Italia.
En diciembre
de 1922 bajo el mandato de Enrique Mosca se promulga la ley Nº 2036 “Crédito
Público de la Provincia de Santa Fe”, la cual permitía generar recursos
destinados a obras públicas de primera necesidad. En base a esta ley Ricardo
Aldao, sucesor de Mosca en la gobernación, decidió la construcción del edificio
policial. Recordemos que en el mismo no sólo albergaba la Jefatura policial de la
Unidad Regional X del departamento Iriondo sino que también hacía lo propio el
Jefe Político departamental. El encargado de diseñar la obra fu Juan B. Durand,
un arquitecto rosarino de primerísimo nivel que fue autor de construcciones
similares como la Jefatura de Santa Fe, la casa de Máximo Uranga, luego sede
del Concejo de Ingenieros y del Palacio Fuentes.
Esta sede fue
testigo de revoluciones como la del treinta y tres, cuando los radicales
tomaron mediante la fuerza el control de la misma como así también de las
atrocidades más oscuras que tuvo nuestro país en las distintas etapas
dictatoriales, donde el control estaba exclusivamente en la Jefatura Policial y
sus servicios de inteligencias. Tampoco debemos olvidar a la gran mayoría de
efectivos que realizaron con verdadero labor su tarea y velaron por la
seguridad de la ciudad durante más de un siglo. Cabe recordar que también
dentro del palacio policial funcionan el Registro Civil y una parte de los
Tribunales provinciales. En los últimos años fue declarado Patrimonio
Histórico, se le realizaron algunas modificaciones en su frente pero aun así
falta mucho para recuperar como el Salón Blanco ubicado en el segundo piso que
sirvió de espacio para destacadas reuniones sociales, sus patios, sus oficinas que
cuando uno ingresa se puede notar el paso de los años. Ojalá el próximo
gobierno provincial, del cual depende el edificio, pueda recuperar gran parte
del mismo y por qué no hacer del mismo un espacio o museo para la memoria, la
reflexión y la construcción de una sociedad diferente.
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