Una nueva etapa para el campo popular

La derrota electoral del campo popular augura un nuevo período de resistencia. ¿En qué situación nos encuentra?. La importancia de la organización militante.

La derrota sufrida en estas elecciones representa un momento difícil para el campo popular. Ya habrá tiempo de balances y autocríticas. En lo inmediato, es necesario saber con qué fuerzas contamos y fijar un norte estratégico. Lo ocurrido es un retroceso pero no transcurrieron en vano estos 12 años. Nuestro Pueblo las pasó más duras como en 1955 o 1976. En la etapa que se inicia existen varios elementos que nos posicionan con fortaleza para lo que viene.
El programa macrista es bastante elemental. Su apuesta es arreglar con los fondos buitres, subordinarse a los dictados del FMI, ir a la rastra de Estados Unidos e iniciar un nuevo ciclo de endeudamiento. De esta manera, ingresarían fondos frescos e inversión extranjera directa y se paliarían algunos efectos negativos derivados de la devaluación. El shock de confianza y el clima de negocios optimista reactivarían la economía y la oferta de bienes y servicios, opción central para el control de la inflación, más allá de cuánto se reduzca el gasto público. Por varias razones, esta perspectiva no parece viable.
Situación económica y política internacional
- La crisis internacional iniciada en 2008 está lejos de haber finalizado. Pese al respiro de los últimos años, la tendencia es a un semi-estancamiento de largo plazo con el dato de la desaceleración de China. A esto hay que sumarle la muy posible suba de tasas de la Reserva Federal que concentraría todo el flujo de capitales en Estados Unidos.
- Los años 90 fueron el momento estelar de Estados Unidos. Finalizada la Guerra Fría, derrotada la Unión Soviética y garantizado el triunfo del capitalismo a escala planetaria, las alternativas a la única superpotencia parecían una quimera. En la actualidad la economía estadounidense no goza de buena salud, su rol imperial es cuestionado en distintas partes del mundo, China comenzó un alejamiento a su política de complementariedad y la rivalidad entre Rusia y Estados Unidos está en su pico máximo desde la caída del muro. El consenso de Washigton ha finalizado.
Situación económica nacional
- Bajos precios de las materias primas y el petróleo: los valores del principal commodity argentino no están en su mejor momento. Tampoco el resto de las exportaciones agrícolas. Otro tanto ocurre con el petróleo, lo que limita el éxito de una apertura indiscriminada en las inversiones de Vaca Muerta.
- Programa de privatizaciones: tampoco hay margen para generar un impacto positivo desde ese lugar. Los logros kirchneristas no incluyeron un plan de estatizaciones generalizadas y los avances que sí ocurrieron no son cuestionados en la actualidad.
Poco margen para un consenso neoliberal
El giro discursivo del macrismo fue efectivo para el triunfo pero será una mochila a futuro. Al no cuestionar tópicos del kirchnerismo, evidencia que las conquistas de la década ganada están en las conciencias y son asimiladas como derechos innegociables. Salvo gorilas recalcitrantes, difícilmente se acepte un ajuste sin chistar. El recuerdo de 2001 no es tan lejano. Existen, además, dos elementos adicionales a tener en cuenta:
- Aunque Macri fue explícito en su intención de alinearse con Estados Unidos, 2015 no es la década del 90. Difícilmente ocurra un encuentro como el de Bill Clinton con Carlos Menem en Bariloche donde el mandatario norteamericano pasó casi desapercibido. Más probable es un escenario como el de George Bush en Mar del Plata, con multitudes movilizándose para repudiar la presencia en el país de un presidente de Estados Unidos. Una década es poco tiempo para borrar de la memoria tamaña protesta.
- Tampoco está presente otro elemento que fue clave en los 90: una hiperinflación traumática que ponga como prioridad la estabilidad monetaria por sobre cualquier otra variable, aun a costa de vulnerar derechos adquiridos. No debe olvidarse que en uno de los spot de campaña de la Alianza, De La Rúa sostenía: “conmigo un peso, un dólar”. La contención de la inflación a cualquier precio ya no forma parte de la agenda.
Resistencia popular
La prédica sobre el ajuste desoída por muchos compatriotas tendrá un efecto a futuro. Todo el esfuerzo en la calle que sintetizó Daniel Scioli en el debate televisivo dejará alguna semilla en las conciencias y probablemente se traducirá en organización. Como dijo Cristina, el límite lo pondrá el Pueblo.
El campo popular tiene poder acumulado para resistir. El escenario institucional contará con legisladores comprometidos en la defensa de los derechos conquistados. También será clave el empoderamiento de sindicatos, universidades, fracciones del poder judicial, agrupaciones político partidarias y los diversos frentes sectoriales construidos (de derechos humanos, pueblos originarios). Es de esperar que mucho activista suelto que se puso la campaña al hombro dé un salto organizativo. Paritarias como la de los docentes en la provincia de Buenos Aires y la del sindicato de aceiteros de Rosario, que tanto dolor de cabeza le dieron al gobierno provincial y nacional, serán un recuerdo difícil de eludir. El intendente atrincherado de Concepción en Tucumán da cuenta de lo que puede suceder cuando se avanza en el ajuste.
Las cartas están echadas. Habrá que prepararse para un escenario difícil, con perspectivas represivas intensas, pero que de ninguna manera nos encuentra indefensos. El campo popular sale fortalecido de esta década. Y con la potencia de una dirigente capaz de sintetizar todas las luchas que pondrán freno al neoliberalismo. Como planteamos alguna vez, en la resistencia del Pueblo es donde el kirchnerismo deberá construir su futuro. Todos unidos triunfaremos.
Fuente: Agencia Paco Urondo

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