La Historia de uno de los barrios más bellos de la ciudad, El Ferroviario. Aquí el testimonio de sus miembros fundadores y el video con la palabra de vecinos y vecinas.
LA
QUINTA DE LOS BIANCHI
Luis Bianchi y su esposa María Garat |
Los comienzos de nuestra
ciudad tiene en su acervo histórico diferentes denominaciones para identificar
a cada una de sus zonas. Es que así lo empezaron nuestros primeros pobladores y
tras el paso de generaciones se mantuvo hasta hace muy poco tiempo atrás.
Por ejemplo el Pueblito
Las Flores es el sector oeste de Cañada de Gómez, donde en algún tiempo fue
la sede de la cancha de fútbol de Newell´s Old Boys y sus manzanas
circundantes. Un testigo de esos años es el artista Adolfo Wytrykusz que en su
biografía la describe como «un lugar que jamás olvidaré, era un barrio
romántico, con tapiales de ladrillos, tapado con hiedras y madreselvas. En
verano, y por las tardecitas, como si fuera el canto de las chicharras, se
escuchaban guitarrearas con mucho vino, asados y a veces algunas que otras
peleas. Recuerdo a Joselín, Viborita, los Bazán, don Pedro Aparicio y el
boliche de los Albónico…»[1]
Otro ejemplo es el Pueblo Nícoli, situado en la manzana Nº 81 del barrio
sur circundada por las calles Urquiza, Bolívar, Iriondo y Atlántico.
La quinta, el tanque del agua y la cancha de Everton |
Pero es quizás, la zona que
aún está más latente en nuestra memoria colectiva es La Quinta de los
Bianchi y para eso fuimos a buscar a uno de sus descendientes, el Ing.
Carlos de Altube, quién nos recordó como era aquella zona en la que de niño
supo ir a pasar sus tiempos libres…
«Yo lo viví porque en mi
infancia, jugaba en esa quinta, me llevaba mi abuelo Luis Bianchi, que era el
propietario de la misma, que inicialmente ocupaba desde Ayacucho hasta Oroño aproximadamente.
Porque cuando yo nací y entre mis primeros años de edad se loteó una franja entre
Mitre y Oroño, y el sector donde se pavimentó la Ruta Nacional 9 en la década
del ’30. Esa quinta la heredó mi abuelo de sus padres Luis Antonio Bianchi y
María Garat. En la década del ’60, después del fallecimiento de mi abuelo, fue
vendido a los ferroviarios para hacer un barrio y les fue entregado la parte de
adelante con la condición de que sea un parque, y así fue.
»Donde actualmente se
encuentra la escuela Belgrano, esos terrenos fueron expropiados por el gobierno
de Perón, para construir el edificio, dejando unos pequeños metros que no
tenían utilidad, que mis padres lo donaron, sin poner condición alguna a esa
expropiación siempre la tomaron como una necesidad para la comunidad»[2].
VIDEO DE SU HISTORIA
LOS
INICIOS DEL BARRIO JARDÍN LA FRATERNIDAD
Para conocer y recordar cómo
fue la epopeya de aquellos ferroviarios que soñaron la concreción de un barrio,
muchos de ellos también forjadores de la Asociación Mutual Ferroviaria, vamos a
compartir un trabajo realizado por Jorge Zadra uno de aquellos dirigentes
pioneros de las luchas sindicales del tren. La misma fue publicada en la
Revista Sur en el año 1987.
BARRIO
JARDÍN LA FRATERNIDAD
UNA
OBRA PRODUCTO DEL ESFUERZO Y DEL TRABAJO DEL GREMIO
Corría el año 1960, presidía
la Sección Cañada de Gómez de La Fraternidad el compañero don Francisco
Retegui a raíz de que en la Sección Rosario se estaba por concretar la
construcción de un barrio ferroviario se establecieron relaciones con el señor
H. Bozzini, gestor de dicho emprendimiento antes las entidades oficiales que en
esa época otorgaban préstamos hipotecarios y se realizó la primera reunión de
futuros adquirentes que no poseyeran vivienda (requisito que se cuidó muy
especialmente).
Dicha reunión fue presidida
en su carácter de Secretario de la Sección por don Jorge R. Zadra quien
estableció las reglas de la futura Comisión, siempre bajo la supervisión de la
Comisión Ejecutiva y entregó la marcha de la futura obra a una Comisión Provisoria, que luego se
convirtió en ligeras variantes en definitiva contando con la participación,
entre otros de los compañeros Juan Carlos Sasso, Eugenio Tournier, Eldo Lemos,
Hugo Vidable, A. Giacosa, Osvaldo Fernández, Ángel Dinardo, Dante Guglielmi y
algunos más que escapan de la memoria.
Comenzaron las gestiones y
luego de varios meses de trámites ante la Dirección General de Préstamos
Personales con Garantía Real (hoy Banco Hipotecario Nacional) nace la Operación
Colectiva Nº 537 para la construcción de 150 viviendas, es de destacar que en
principio la idea original consistía en la construcción de 190 viviendas y una
torre de 15 pisos.
El principal escollo fue la
Dirección de Prestamos más arriba indicada que estaba compuesta por los
distintos directores de todas las Cajas de Jubilaciones se oponía a que los
adjudicatarios de las viviendas fuesen solamente ferroviarios.
Por último y en aras de la
concreción de la obra se llego a un acuerdo en los siguientes porcentajes: 75%
ferroviarios, 25% de las otras Cajas de Jubilaciones.
Se tomaron como terrenos
ideales para esa cantidad de viviendas, en la zona noreste de la ciudad las
Quintas de la sucesión Bianchi y en el año 1963 se tomo posesión de las tierras
iniciándose la construcción un año después. Al estar en vigencia en nuestra
ciudad el Plan Regulador que dependía de la Municipalidad, se diseñó el Barrio
con una oblicuidad de 15º de norte a sur por imposición de los operadores de
dicho Plan quienes también impusieron que todo el frente existente sobre
Boulevard Centenario debería ser destinado exclusivamente a parquizado, ya que
la idea original era construir el Barrio sobre Boulevard Centenario.
Toda la infraestructura del
Barrio fue encarada por la Comisión de Viviendas, que tras muchos esfuerzos
consiguió dotar a este complejo habitacional de todos los servicios esenciales,
agua corriente, cloacas, teléfono, gas natural, pavimento, veredas perimetrales
y amplia forestación, y ahí está como una demostración del esfuerzo solidario
una obra que es orgullo de Cañada de Gómez y que se concretó por la férrea
voluntad de un grupo de fraternales que por largos años no cejó en sus
aspiraciones y muchas veces antepuso su optimismo y su trabajo al escepticismo
de algunos, triunfando en definitiva para bien de un grupo numeroso de familias
de trabajo.
LOS
TESTIMONIOS DE SUS PROCURSORES Y COLABORADORES
El motivo de este trabajo,
que va acompañado de otro en formato audiovisual, es transmitir a la sociedad
aquellos recuerdos de los inicios de esta Barrio Jardín La Fraternidad, su
comisión vecinal y los vecinos y vecinas que participaron en innumerables
actividades como es el Festival Folclórico y el Torneo de Fútbol Nocturno.
OSVALDO
CAULIN
«Vine a este Barrio porque
yo estaba en la Unión Ferroviaria ya que era Guarda en el Ferrocarril, y desde
la Fraternidad aceptaron que ingresáramos y en lo particular los prefería por
su seriedad. Antes de que los muchachos empezaran los trámites en Buenos Aires,
empecé a cobrarles $1.50 a los treinta de la manzana mía, para que pudieran
realizar esos viajes. Desde aquella fecha es que estoy siempre con el Barrio. Conocíamos
el terreno nada más, porque esta era la famosa Quinta del Ñato Bianchi,
los muchachos estaban en trámites para que lo pudiéramos hacer. Hubo un sorteo,
les dieron planos y elegían, había como cinco o seis planos. Yo elegí y me tocó
en calle Regis y le dije a los muchachos que hicieran el sorteo junto a mi
hermano así que quedé al lado de él. No fui de los primeros en venir a vivir
porque cuando me llamaron yo estaba en Cosquín. Al final arribé a este barrio
en 1969.
»Sobre el barrio se hablaba
mucho, pero después todos querían venir a vivir acá y la prueba la tenes a la
vista, en todos los particulares que han venido acá, hasta los mismos ferroviarios
que dejaron sus casas. En mi cuadra ya no queda nadie de los ferroviarios son
todos particulares. Participé en la vecinal desde antes que existiera, cuando se estaba organizando junto a Tournier y
Sasso, quiénes eran algunos de los encargados
del movimiento. Cuando nos pavimentaron las calles hicimos una chopeada y vino
el intendente de entonces, don Hildo Storni, la misma fue toda una tradición,
durante el 2019 la retomamos y nos visitó la actual intendenta municipal Dra.
Clérici».
MARÍA BALZARETTI DE SOSA
«Mi llegada al barrio fue a
raíz de que mis hermanos eran todos ferroviarios, algunos de ellos estaban
inscriptos. En cambio a mi me salió la oportunidad porque era empleada de
comercio. Uno de los primeros gremios a los que se les ofreció comprar
viviendas fue al municipal, cuando era intendente Gerardo Cabezudo, recuerdo que le dieron 15
casas y nadie quiso. Entonces Cabezudo, les ofertó a los empleados de Casa
Vázquez, de los cuales nos anotamos cuatro, pero como demoró ocho años desde
que me inscribí hasta que nos dieron la casa, algunos desistieron. Quedamos el
Sr. Bustos y yo, nos tocaba en la primera cuadra, la calle Arévalo. En ese
momento para mí era ir al medio del monte, no había nada acá, las casas estaban
divididas por alambrados, nos veíamos
desde la primera a la última. Empecé a ir a las reuniones donde nos informaban
como iba la obra, pagábamos creo que 20 pesos al mes de cuota. Hicieron los
sorteos pero a un hermano mío lo trasladaron en el ferrocarril, entonces yo
pedí que por favor me cambiaran de casa más al centro y me dieron la casa de mi
hermano que es donde vivo ahora en la calle Storni.
»Era una odisea salir a
trabajar desde este lugar. Se trabajaba cuatro y cuatro, cuando llovía,
directamente no volvía al mediodía a mi casa, me quedaba de mi mamá que estaba
en el centro porque era barro de acá hasta la calle Centenario y Mitre.
Teníamos botas que la dejábamos en un lugar para la vuelta, era terrible.
»La luz llegaba hasta la
esquina nada mas, era todo descampado. Después pedimos el pavimento, a pesar de
que había gente reacia a que se hiciera porque no tenían auto, fue una lucha
hasta que se logró y lo pagamos. También fuimos el primer barrio en tener gas.
»Desde que se empezó a
formar el barrio se armo una comisión vecinal. En ese entonces mi marido
integro la comisión, te estoy hablando de cuarenta años atrás, estaba Pampa
Muñóz, González y quién estuvo muchos años como presidente de la vecinal fue
Raúl Colombo. Otras personas que presidieron la misma fueron Adelina Gómez,
Pedro Fúnez y Eugenio Federici»
Sobre las primeras
actividades, Niní rememora los comienzos del torneo de fútbol y el
festival...
«Todos los años íbamos
renovando y haciendo tareas para juntar fondos para el barrio, empezamos con
torneos de penales, después con torneos de fútbol, cada vez se nos hacía más
difícil porque esto se agrandaba y no teníamos donde guardar las cosas. Al
frente, la Sra. de Gartich nos prestaba el garaje, así que era terminar el
torneo entrar las cosas, sacar las cosas.
Con los fondos obtenidos en
cada una de las actividades y alquileres del salón vecinal, la comisión la
vuelca en obras para el vecindario, siempre con la activa colaboración del
municipio local, así lo manifiesta la entrevistada...
«Un día dijimos acá hay poca
luz en las cuadras, compramos dos luces mas para adicionar a las tres
existentes por cuadra. Todo eso con lo recaudado en el festival y en el torneo
de fútbol. Todo lo que se invierte para el barrio, por suerte la gente colabora.
Hoy hay muchos cambios estructurales, el barrio hoy es diferente, la gente se
fue yendo y ha venido gente nueva que nada tiene que ver con lo ferroviario.
»Somos una Comisión que
empuja, siempre cuando llamamos a la Municipalidad tenemos algo para ofrecer de
parte nuestra, nunca pedimos que nos den, por eso llegamos a acuerdos, cuando
quisimos cambiar las luces, las compramos pero las instaló el municipio. También
desde el Ejecutivo Municipal han puesto carteleras, macetones que además de
embellecer el parque sirven para que se respete las normas de tránsito y no
circulen por el mismo con las motos y bicicletas.
»El barrio para mi
representa una parte muy importante de mi vida, vine acá con una hija de dos
años y medio, al año y medio tuve mi hijo acá, que este año cumple 49 años,
para mí esto es la mayor parte de mi vida. Yo vivía en el callejón Carcarañá al
300 y venirme acá era venirme al campo, cuando yo vine acá al principio me
llovía adentro de la casa y yo lloraba y le decía a mi marido que nos fuéramos,
yo me quería ir, y ahora ni aunque me dieran todo para irme más al centro ni
loca me iría, de acá me sacan para los pinos»
WALTER
CANDOTTI
«Previo al inicio del
Barrio, nosotros, desde la Fraternidad, nos enteramos que en Pergamino y en
Rosario estaban haciendo barrios con préstamo desde el Instituto. Había un
promotor, de apellido Bozzini, que a través de créditos que daba el Instituto
de Previsión para ferroviarios, se estaban haciendo los barrios. Él se acerco
una vez a la Fraternidad y allí comenzó el programa para ver como se podía
hacer en Cañada. En primera instancia se iba a hacer para ferroviarios nada
más, y se iba a hacer en la franja de Centenario. Después se enteraron que
había un cupo del Instituto que le había dado la Provincia de Santa Fe de 300
millones, en ese tiempo.
»Luego vinieron de un Plan
Regulador que se trazo acá, y optaron porque en vez de ser sólo de
ferroviarios, se integraran un mayor cupo, es decir integrar también a aquellos
que aportaban para la jubilación a las cajas nacionales. Y así fue que del
sitio donde estaba emplazado fue corrido a otro, pero había una diferencia de
precio, por lo cual nosotros los adquirentes pagábamos un sobreprecio que era
para pagar la parte de terreno, que quedaba como terreno público. Y así fue la
iniciación del barrio.
»Cuando vinieron a
construir, la empresa que trabajaba, oriunda de Buenos Aires, hizo su
campamento cerca del salón vecinal, tenían los galponcitos donde preparaban los
materiales, la portland, etc. No recuerdo el nombre de la Empresa pero es la
misma que hizo el edificio de la Mutual Ferroviaria y el Barrio Mercantil.
»Mi llegada al barrio fue el
14 de diciembre de 1968. Las ciento cincuenta casas no estaban terminadas, sino
que a medida que iban terminando manzanas, las entregaban. La primera que se
entrego fue la de Gartich. Después empezamos a llegar, cada uno llegaba por
necesidad de vivienda, porque se le terminaba el alquiler. Estábamos todos
medios apurados, porque el barrio tuvo el problema del atraso por la huelga del
’61, cuando al durar cuarenta y dos días se atrasaron todos los tramites
prácticamente.
»La huelga de 1961 ocurrió
cuando ya venían aplicando el Plan Larkin y nosotros no queríamos. El plan
Larkin consistió en la liquidación de los ferrocarriles y nosotros no lo
queríamos, entonces se hizo una huelga que no se calculó que duraría tanto, se
pensó que en cuatro o cinco días podría resolverse. Pero en ese tiempo estaba
Frondizi como Presidente. Él estaba en Asia, me acuerdo que se lo criticó
porque mientras paseaba en elefante, nosotros acá estábamos en huelga.
»La tendencia era que los
militares nos podrían venir a buscar, sacarnos de apuro para correr algún tren,
entonces se optó como estrategia secreta desaparecer, escondernos. Yo terminé
en Gálvez, haciendo la cosecha de trigo en un campo que arrendaban mis primos.
Estábamos todos desparramados, pero había comunicación, estaban los estafetas a
pie, que llevaban los mensajes y los traían, pero todo secreto.
»Una vez que se terminó el
barrio, el logro más importante fue el pavimento, nosotros lo deseábamos mucho,
porque la gente era toda joven con hijos pequeños en edad escolar y era todo
calle de tierra y para salir era un trastorno, te embarrabas siempre. Ahí
tuvimos un problema también con Storni de Intendente, nos rehusamos a pagarle
una gran franja porque nos exigía pagar pavimento que no nos correspondía.
Cuando se fue Storni y entró Albertengo nos arreglamos y se regularizó la
situación.
»Cuando llegué al Barrio ya
tenía mis hijos. Vivir con mi familia acá fue lindo, de la casa que veníamos
alquilando a esto, era un chalet vivir acá, eran casas lindas. De esto barrio
me llevo un montón de recuerdos, todos hermosos»
OSVALDO
LÓPEZ
«El comienzo salió de unos
muchachos que estábamos en el local de La Fraternidad y vino creo que el
Pájaro Sasso, Lechucita Tournier, Romerito, Laspina, el Negro
Nievas… Y alguien saco la conversación de hacer un barrio porque nosotros no
teníamos casa. Y de ahí nació, lo agarró la directiva fueron a Buenos Aires
hablaron, pero así mismo nos miraban de allá arriba. ¿Quiénes son? Y, son de
Cañada vienen para hacer un barrio… No nos daban bolilla hasta que lo tomó la
Directiva de Buenos Aires y ahí sí, ahí empezó y nos costó diez años de lucha
para iniciarlo.
«Había tres clases de
vivienda la F (sin garaje), B (con
garaje) y no recuerdo la tercera. Yo elegí la F y en la esquina. Tuve mucha
suerte, una de las cosas más lindas que tuve en mi vida, la casa y el lugar; y
los muchachos porque cuando vinimos de entrada cerrábamos la calle, nos
juntábamos a comer, era otra cosa, nos divertíamos éramos como una familia. Por
eso estoy contento de haber venido acá. El barrio es mi vida, para colmo estoy
en un lugar que para mí es privilegiado, me siento y acá y ustedes lo ven, creo
que lo mejor que me toco en la vida la casa y la familia que me acompaña, sino
no haría nada»
Haydeé Salcedo de Funez
«El Barrio tardó unos
cuantos años en ejecutarse porque tuvimos el problema de que fue una década con
muchos cambios políticos, así que construirlas llevó entre ocho o nueve años. Mas
o menos en el año 1969 llegué al barrio, apenas me entregaron la llave, al otro
día ya estaba adentro. Llegué con una familia con tres hijas así que éramos
cinco. Cuando llegamos en un primer momento lo vimos lindo porque uno quería la
casa, pero el problema llegó cuando empezó a llover, estábamos en una isla,
porque era todo tierra, Ayacucho, Centenario, 9 de Julio, Guido Spano… las
únicas veredas que teníamos eran las de las calles, queríamos cruzar y era todo
barro. Así que lo primero que decidieron fue formar una comisión para
pavimentar el barrio, que no fue fácil.
»Había treinta propietarios
más o menos que no querían el pavimento, mi marido que es quien asistía a las
reuniones, le dijo que a ellos que no le gustaba el progreso, porque tener
pavimento significaba progresar así que creo que tuvieron que poner hasta
abogados para lograrlo. Se consiguió sacando dinero de la Caja de Ahorro Postal
y la garantía fue la Municipalidad de
Cañada de Gómez. A comienzos de los ´70 empezaron a hacer el pavimento en las
primeras cuadras. Pero el día que el pavimento llegó a calle Regis, organizamos
una fiesta en esta cuadra, era el mes de agosto un frío terrible, pedimos
permiso a la Municipalidad para cerrar la calle, vino el Doctor Regis y
autoridades a la fiesta, éramos más o menos cien personas, una gran parrillada,
se hicieron juegos para niños, los hombres con sus cartas, y las mujeres hicimos
carreras de embolsados. Fue tan grande la alegría que teníamos, que tirábamos
bombas avisando que teníamos el pavimento en la cuadra.
»Anécdotas hay muchas, la
calle Juan B. Regis es una cuadra muy unida. Había cuarenta y cinco chicos
cuando llegamos, todos en edad escolar primaria muy pocos en la secundaria,
éramos muy jóvenes los matrimonios, así que empezamos a unirnos y a trabajar a
partir de que hicimos ese festejo del pavimento y nos preguntamos por qué no
hacer una chopeada en el verano, y así surgieron las chopeadas de la calle Regis.
Un año en el mes de febrero, pleno carnaval, cada uno invitaba a parientes o amigos, empezaron con un sifón
de soda y siguieron con harina, terminamos
prestando ropas.
»Para mi es uno de los
regalos más grandes que me hizo Dios venir a vivir a este barrio, yo la verdad
que esperaba muchísimo la casa, estoy sola en estos momentos, mis hijas se han
casado, tengo nietos y más de una vez me han dicho que vaya a vivir con ellos,
pero a mi del barrio no me sacan, me quedo en el barrio hasta el final».
PRESIDENTES DE LA COMISIÓN
VECINAL DESDE 1973
SUS CALLES, PARQUES Y PASEOS
El 26 de abril de 1995,
según la Ordenanza Nº 3087, autoriza a la Comisión Vecinal Barrio Jardín La
Fraternidad a firmar un comodato con el municipio para la cesión de una
fracción de terreno comprendido en su vértice Noroeste a los 7,46 m. hacia el
sur de calle Guido Spano y a los 88,70 m. hacia el este de calle Mitre y mide
12 metros de frente al norte y sur, por 12 metros de frente al este y oeste,
formando una superficie de 144 metros cuadrados. Lo construido sobre ese
terreno cedido en comodato, será destinado exclusivamente por la entidad
comodataria para el cumplimiento de los fines comunitarios propios de la
Institución. Dos años después se habilitó el salón vecinal.
Durante la actual gestión
municipal de la Dra. Stella Maris Clérici, se realizaron importantes obras de
mantenimiento en el Parque Juan Manuel de Rosas, se instalaron aparatos
deportivos habilitando un circuito saludable en el predio, se reconstruyeron
las veredas que rodean al parque, se colaboró en la colocación y reposición de
luminarias como así también en cámaras de seguridad, se habilitó el Pasaje de
Polinizadores, espacio que se comparte con el Barrio Juan XXIII y
con motivo del cincuentenario del Ferroviario, el 19 de mayo de 2019 en
el Teatro Verdi se realizó un concierto en homenaje con la participación de la
Orquesta Sinfónica Juvenil de la Municipalidad de Hurlingham dirigida por el
cañadense Roberto Flores. Finalmente, hacia finales de año 2019, se habilitó en
la Plaza Italia una escultura de un tren, obra del artista local
Emiliano González.
[1] Pablo Di Tomaso, biografía de Adolfo
Wytrykusz. 11 de mayo de 2015
[2] Testimonio de Carlos de Altube.
Archivo del historiador Pablo Di Tomaso
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