Alfredo Montoya junto a Horacio Ferrer |
Amo los pájaros perdidos que vuelven desde el más allá, a
confundirse con un cielo que nunca más podré recuperar. Vuelven de nuevo los
recuerdos, las horas jóvenes que di y desde el mar llega un fantasma hecho de
cosas que amé y perdí.
Astor Piazzolla- Mario Trejo
La llegada de Alfredo Montoya a la Argentina fue como la de
muchos artistas que pudieron retornar a nuestro país una vez reanudada la
democracia. Fueron tiempos difíciles en lo económico, pero también en lo
sentimental, había que recobrar ese tiempo perdido que el exilio nunca
devuelve. Así fue que un buen día, con su smoking colgado de la percha, un
puñado de sus prendas decidió emprender viaje desde Cañada de Gómez hacia la Capital Federal. El primer
lugar donde pudo trabajar como músico fue el tradicional Bar Sur, lugar que aún
hoy se respira aire de tango con una mezcla de las hazañas de los años
treinta. Su carrera en Buenos Aires fue
de menor a mayor, ya ingresados en los noventa, el Instituto
Nacional de Obra Social para la actividad docente (OSPLA), lo contrata para
dictar cursos teóricos prácticos de profilaxis de la voz y actividades
psicofísicas. Además comenzó con el dictado de clases particulares de piano,
canto, dirección orquestal, dirección coral, arreglos instrumentales y corales.
Con arreglos propios, dirige las agrupaciones corales: “Grupo Vocal Cántico”,
Coral Manoblanca, Coro de la Casa
del Tango y “Coreutas Unidos por el Tango”.
Entre las voces que acompañó su piano podemos recordar a Agustín Irusta,
Néstor Fabián, Violeta Rivas, Guillermo Fernández, Alberto Castillo, Raúl
Lavié, Nora Roca, Alba Soliz, Dina Emed, Fernando Rodas, Mónica Sachi, Karina
Paiva, Dora Aguirre, Fernando Segura, Ana Luque, Beatriz Gabet, Morena Albert,
Belén de La Madrid ,
Laura Álvarez, Víctor Vetinotti, Lucas Yarza, entre otros, han contado con el
marco musical del Maestro Alfredo Montoya. Participó del cortometraje “No
consigo olvidar”, producido por la Universidad del Cine de Buenos Aires y dirigido
por Gabriela Sofía Flores, que cuenta con su participación protagónica junto a
la actriz Lola Guzmán.
Su música
embelleció los escenarios de Señor Tango, el ya mencionado Bar Sur, Taconeando,
La Ventana ,
Café Tortoni, Michelangelo. Pianista estable del Antiguo Café Mozart de Buenos
Aires y del Torreón del Monie, Mar del Plata, Ciudad de Merlo, San Luis. Todavía la descose en el 2 x4 con los Solista
de D´Arienzo como hace 18 años, acompañado de las voces de Alberto Echagüe y
Osvaldo Ramos, al retirarse este último, se incorporó Walter Gutiérrez. Al
fallecimiento del maestro Carlos Lázzari, su esposa dejo en manos de Hugo
Tizzera, el legado del nombre. Actualmente el maestro Alfredo Montoya es el
pianista y director de Los Solista de D´Arienzo y la agrupación esta formada
por
Hugo
Tizzera, contrabajo; Juan Scaffino, violín; Facundo Lázzari, bandoneón, nieto y
heredero del talento de Carlos Lázzari, fundador de Los Solista de D´Arienzo.
Siendo artistas invitados: Fernando Rodas, Pablo Guzmán. Cabe agregar que
Alfredo Montoya, es compositor de los tangos Don Alfredo, Jaque Mate, Catedral
del Tango, entre otros títulos, en colaboración con Carlos Lázzari, grabados
por Los Solista de D´Arienzo. Sus giras
internacionales abarcan Venezuela, Brasil, Holanda, Japón, Estados Unidos,
entre otros países. En el año 2006 fue invitado en el programa “Café de Los
Maestros”, producido por Gustavo Sataolalla y Gustavo Mozzi, donde se realizo
el compacto doble, una película y la actuación en el Teatro Colón. Sin dejar de
mencionar las actuaciones en el Teatro Gran Rex y el Planetario de la Ciudad. Participó en la grabación del albúm de tango “Café de
Los Maestros”, que fuera reconocido como el Mejor Disco de Tango y la Producción del Año, en
la edición de Los Premios Gardel 2006. En 2014, el Instituto Cultural Perfiles
de Tango, desde el Río de La
Plata , Tango, para el Mundo, homenajeo al gran músico Alfredo
Montoya, por su excelente aporte, desde el piano y la docencia al género más representativo de la cultura
del Río de La Plata.
A mediados
de los noventa, Juan Carlos Barbará, autor de La
Misa Tango , deja en manos de Alfredo
Montoya su obra. La misma había sido estrenada el 28 de noviembre de 1992, en
la pequeña iglesia San Judas Tadeo de Lanús, provincia de Buenos Aires. Cuando Barbará decide entregar a Montoya La
Misa Tango , el 25 de junio de 1996, es
interpretada por primera vez en una Basílica de la Ciudad de Buenos Aires,
Nuestra Señora de Rosario en el Convento de Santo Domingo, con la autorización
del entonces Arzobispo Mons. Antonio Quarracino. En abril de 1999, el
Arzobispado de Buenos Aires, encabezado por Monseñor Bergoglio, actual Papa
Francisco, ratifica su disposición hacia la obra, dejando en manos de los
párrocos de las arquidiócesis la posibilidad de su realización en cada
templo. El 8 de septiembre del mismo año
La Misa Tango
se presenta en la Basílica
de Nuestra Señora del Pilar, el concierto está a su cargo, con los mismos
intérpretes. La incorporación del Coro Manoblanca, posibilita la presencia de 60
voces. El 1 de octubre de 2000, el Santuario de Nuestra Señora de Nueva
Pompeya, con motivo de su centenario, brinda marco a una nueva presentación,
esta vez con la
Orquesta Buenos Aires Tango, integrada por profesores de la Filarmónica de Buenos
Aires, la Camerata
Bariloche y la Orquesta Estable del Teatro Colón. Entre los
Maestros del bandoneón que fueron protagonistas en la Misa Tango podemos
citar a Alejandro Prevignano, Gustavo
Battistessa, Julio Pane, Orlando Trujillo, Kikuko Inohara, Oscar González,
Adolfo Trepiana. En el año 2000 actúan
en la ciudad de Washington DC, con el patrocinio de la Embajada Argentina
en los E.E.U.U. y la colaboración de la Asociación de Familias de funcionarios del Banco
Interamericano de Desarrollo. Organizado por La
Arts and Education Society se presenta en la Catedral de San Mateo,
sede del Arzobispado Católico de la capital norteamericana, oportunidad que mas
de mil personal ovacionaron de pie, la actuación de la Orquesta Buenos
Aires Tango, el grupo Vocal Cántico, los solistas: Roxana Barbará, Nora Roca,
Enrique Barcala y Luis Prado.
Esto es algo
de la carrera del Maestro Alfredo Montoya, la misma está publicada en su página
de Internet www.alfredomontoya.com.ar,
pero usted se preguntará por que comencé esta nota con la letra Los Pájaros
Perdidos de Astor Piazzolla. Cuando en 1992 fallece el talentoso compositor, su
viuda Laura, convoca a Montoya para que junto La
Misa Tango despidieran los restos de Astor
en la misa que se iba a celebrar con cuerpo presente. Hoy, nuestro querido
Alfredo, está terminando una obra majestuosa, nunca antes hecha, que es grabar
un albúm de temas de Piazzolla cantados por un coro. Y los cañadenses tenemos
el honor de tener a nuestro Maestro como director de este emprendimiento, hecho
a pedido de la esposa del recordado Astor.
Al final de la
entrevista, y con la humildad de siempre, don Alfredo me dice, «tengo
la suerte de no ser famoso por eso camino tranquilo por las calles. Me rompí el
alma trabajando, pero también me acompañó la suerte. A veces pienso que ya
está, que debería dejar las actuaciones sobre todo las nocturnas que
diariamente hago, ya que muchas veces pierdo la posibilidad de estar con la
gente que quiero y amo...» Querido Alfredo... Simplemente gracias por
lo que hizo por nuestra cultura y como cañadenses nos sentimos orgullosos de su
legado...
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