CARLOS GERSTER, PIONERO DEL AEROMODELISMO |
Continuamos con la historia del Aero Club Cañadense escrita por Alberto Di Paola. Pero antes quiero agradecer al Sr. Oscar
Masoero su interés por la lectura de esta sección, por lo menos de mi parte
saber que a uno lo leen lo reconforta, a pesar que cuando el Sr. Masoero me
encuentra en la calle me desconoce. Pero quiero aclarar, que este relato
histórico no me pertenece sino que es parte de una serie de relatos, que fueron
guardados y olvidados en los archivos del Museo y que sólo tratamos de
compartirlo. Vuelvo a repetir, el autor de esta historia es el Dr. Alberto Di
Paola, y quién esto suscribe, va a respetar a rajatabla lo transcripto por los
autores. Solamente por cuestiones de espacio, se transcribe un resumen. Si
alguien quiere conocer la historia completa, los invitamos a visitar nuestra
oficina y se le entregará una copia del texto. Se terminaron los tiempos donde
la historia era censurara, recortada o corregida por el totalitarismo.
PABLO DI TOMASO
COORDINADOR DE MUSEOS Y PATRIMONIOS
MUNICIPALIDAD DE CAÑADA DE GÓMEZ
“ALAS CAÑADENSES”
Su origen,
protagonistas y logros.
Historia institucional
del Aero Club “Cañada de Gómez”
Por Alberto Di Paola
EL AERO CLUB PASÓ A SER
PROPIETARIO DEL CAMPO
Luego de algunos años el Aero Club, por una donación, el
campo pasó a ser propio, con una pista de aterrizaje de 1200 metros de
longitud, y disponer dos hangares, 5 aviones propios, combustible y
lubricantes, tarea aeronáutico para reparación de aviones propios y de otros
lugares, amplio natatorio, parque arbolado y diversas instalaciones.
INSTRUCTOR
DE VUELO RÓMULO AMADÍO
Fueron muchos los instructores de vuelo que se desempeñaron
con capacidad en el Aero Club, la nómina es extensa, cada uno de ellos supieron
brindar sus enseñanzas formando nuevos pilotos, y si bien se los recuerda a todos,
el nombre de Rómulo Amadio, es permanentemente mencionado no sólo por sus
condiciones docentes, sino también por su simpatía, y calidad humana. Daba sus
clases teóricas y prácticas con un estilo muy personal, que permitían que los
alumnos rápidamente asimilaran sus lecciones, perdiesen el miedo a volar solos
por primera vez y se convirtieran en pilotos serios y responsables. Su gran
habilidad como piloto e instructor de vuelo, también estuvo demostrada en
ciertas audacias como el detener el motor del avión en pleno vuelo, y con la
hélice calada aterrizar el avión en una sola rueda, con un extremo del ala a
sólo 30cm del suelo y llegar hasta la línea de pista con admirable precisión.
SONRISAS EN EL RECUERDO
Cuando cada infracción de alumno o piloto eran sancionados y
además “multadas” con el pago de un asado… las parrillas nunca se enfriaban. Cuando
en esos asados, Armando “Paquico” Bondoni, tijeras en mano, cortaba al tronco
las corbatas de los comensales. Al piloto que con su cupé Chevrolet, llegaba o
salía del club en rauda marcha atrás, ante el estupor de los presentes. Las
famosas bromas del inefable piloto, el recordado y querido Rocha, autor del
libro “Pájaros sin alas”, pero también de innumerables chanzas, entre ellas
cuando fingía ser un piloto alemán de la segunda guerra mundial. Al recordado
piloto Carlos D´Agostino que en sus largas navegaciones, llevaba un tarrito
para orinar, hasta que sus amigos se enteraron y le perforaron la latita… El
día que luego de saborear un suculento asado, y a los postres, alguien acercó a
la mesa, una cabeza de un caballo que correspondía al asado que recién habían
consumido. Los bombardeos con bolsitas de harina entre los instructores del
Aero Club “Rosario” y el de Cañada de Gómez, para romper el aburrimiento de
esos días de calma chicha. La máscara de goma con aspecto de viejo loco, que
usó en un festival el piloto Rodolfo Bondoni, y las caras de terror de dos
señoras mayores, que asustadas se negaron a subir. (…)
CARLOS GESTER TODA SU VIDA
CON EL AEROMODELISMO
Carlos L.
Gerster forma parte de un selecto grupo, que habiendo abrazado un hobby desde
muy niños lo han cultivado durante toda su vida. Su trayectoria como
aeromodelista, representa todo un orgullo para Cañada de Gómez, dado que es su
digno representante en toda competencia de aeromodelismo en la que participa. Sus
méritos son reconocidos por sus pares, que ven en él a un detallista consumado,
minucioso al máximo, animado siempre con el mismo propósito, como es el de
reproducir fielmente el avión a escala. Todos sus modelos tienen un claro signo
distintivo: cuidadosa y admirable prolijidad. Carlos
Gerster nació en Cañada de Gómez, está casado, tiene tres hijos y nietos. Su
interés por la aviación se despertó cuando tenía siete años, corría 1937,
cuando su padre que era un entusiasta también, lo llevó a presenciar el
regreso del recordado piloto Juan
Arfinetti, luego de haber ganado la carrera de aviación “LAS CATORCE
PROVINCIAS”. Ese primer contacto con los aviones al tenerlos tan cerca, generó
su pasión por ellos. Para una navidad su
padre le regaló un modelo con motor a goma, que fue comprado en el desaparecido
BAZAR ORIENTE, que disfrutó muchísimo haciéndolo volar en todo momento. Luego
construyó sus propios modelos en cartulina, algunos volaban, otros no, pero su
entusiasmo iba en aumento. Posteriormente con Humberto Fiadito, más tarde
ingeniero aeronáutico, construyeron modelos con madera balsa y otros materiales
que compraban en la entonces CASA STRAJELEVICH.
En 1944 se
iniciaron en el hobby: Mario Menossi, Titi Portman, Neney Giordano y Rubén
Bigliani, tres años después una foto recuerda el concurso que hizo detrás del
Tiro Federal con 13 participantes. Si bien vuela sus modelos, la práctica
constructiva es la que prefiere, y es la que más satisfacciones le ha brindado.
Dice que se trata de un desafío desde el momento en que despliega un plano,
hasta verlo terminado. Practicó toda gama del aeromodelismo: vuelo libre, vuelo
con motor, y a goma. Desde 1986 se
dedicó de lleno a la construcción de maquetas (modelos de aviones a escala),
ganó el PRIMER PREMIO en el concurso que se hizo en Rafaela, posteriormente
obtuvo el mismo premio en seis oportunidades en el orden nacional. Antes había
ganado numerosos concursos con planeadores y otros tipos. También viajó al exterior:
Uruguay y Chile. En la categoría MAQUETERÍA, Gerster obtuvo el 1ER PREMIO en “evaluación
Estática” en el país, y en el orden
Sudamericano, 1º, 2º y 3º en otras participaciones. Hay modelos muy costosos
como el de un avión alemán, que le demandó un año de trabajo, cuyo valor en
materiales y radio rondó los 1000 dólares. A veces, por suerte no muy seguido,
todo ese trabajo puede perderse en un segundo, como consecuencia de una
desafortunada maniobra al estrellarse contra el suelo. De los numerosos modelos
que construyó, puesto en el dilema de elegir su preferido, opta por uno llamado
Stinson R5. En 1998 con motivo de haber
cumplido 60 años con el aeromodelismo, se realizó en el Aero Club “Cañada de
Gómez, un encuentro con aeromodelistas de la zona. Fue homenajeado con una
plaqueta de manos de Rodolfo Bondoni presidente de dicha Institución. Tiene en
su haber muchas anécdotas, una de ellas se refiere a un modelo que construyó
(categoría motor vuelo libre) que lo volaba sin haberlo bautizado (es costumbre
que se le ponga un modelo de fantasía), con el cual ganó muchos premios en
distintos lugares, razón por la cual un ocurrente rosarino lo bautizó con el
nombre de “LANGOSTA”, porque se comía todos los premios. Tan exitosa y dilatada
trayectoria está representada, en medallas, platos, plaquetas y trofeos, como
indudables testimonios de un hobby que abrazó desde muy niño y al que nunca
abandonaría. (Entrevista realizada el 4 de abril de 1998)
OSCAR RUBÉN ARGÜELLO, UNA
TRAYECTORIA CON MUCHOS SALTOS.
Oscar Rubén Argüello es un cañadense
que eligió cuando era un chico, ser paracaidista, a esa edad uno de sus
juguetes preferidos, eran los paracaídas que él mismo confeccionaba con
bolsitas de polietileno. Su interés fue en aumento, al presenciar los saltos
que hacían los paracaidistas en los festivales del Aero Club “Cañada de Gómez”.
Cuando cumplió 17 años pudo hacer el curso en la escuela de Paracaidismo de
Marco Juárez y realizar su primer salto el 25 de noviembre de 1975, fecha que
aclara le resultó inolvidable por haber concretado ese día lo que tanto había
anhelado. Fue un salto automático de 1200 metros de altura, al que siguieron
otros hasta completar los 30 saltos mínimos del curso. Argüello no había volado
nunca, de modo que fue doble bautismo, el del primer vuelo en avión y su primer
salto. Recuerda haber sentido miedo unos minutos previos, temor que luego se
disipó, al escuchar del Instructor la orden de saltar. Dice que la sensación
que se experimenta es maravillosa, al venir descendiendo. El silencio es
absoluto, el único ruido que percibe es el roce del viento contra las cuerdas.
Se disfruta de un espectáculo grandioso, al ir viendo todo, lo que se encuentra
a sus pies y hasta llegar a pensar que es el único dueño. Fue también el
momento en que dio un gran grito, mezcla de emoción y alegría tanto tiempo
contenida. Cuando realizo 300 saltos realizó el curso de Instructor de
Paracaidismo en Córdoba, constaba de una parte teórica y otra práctica. Una vez
habilitado para ejercer la instrucción, se trasladó a Casilda, en cuyo Aero
Club fundó la Escuela de Paracaidismo, más adelante hizo lo propio en el Aero
Club “Cañada de Gómez”, a partir de ese momento se desempeñó como instructor,
habiendo formado hasta la fecha 42 paracaidistas. A la pregunta, si el alumno
vacila o duda en el momento de saltar, responde que generalmente esa situación
se supera sin inconvenientes y el salto se concreta. Como dato curioso agrega
que en el segundo salto se piensa más que en el primero. Que los materiales y
la tecnología en manos de ingenieros aeronáuticos, logran cada día nuevos y
confiables diseños, que permiten soportar la velocidad de 200 km. Con un peso
de hasta 130 kilos, hasta en el momento en que se produce la apertura.
Argüello
fiel a esa temprana identificación con el paracaidismo, continúa practicándolo
con el mismo entusiasmo de siempre. Ha participado en muchas competencias, ente ellas una muy
valorada, como son las de salto de precisión, habiendo obtenido valiosos
premios. Fue distinguido con medalla de plata al concretar sus primeros 500
saltos. Contrariamente a lo que la gente puede suponer, Argüello opina que el
paracaidismo no es rutinario, ya que cada salto ofrece una nueva variante, ello
explica la razón de su continua expansión en todo el mundo y con gran
participación de mujeres. Confiesa que su pasión por el paracaidismo es tan
enorme, que ha dejado muchas cosas de lado para practicarlo, siendo su gran
sueño por cumplir, viajar a los E. Unidos de Norte América con toda la
tecnología del primer mundo. Oscar Rubén Argüello que dentro de unos días
cumplirá 38 años de edad, lleva realizados 985 saltos y está próximo a
concretar los 1000 saltos, momento en el cual será galardonado con la ansiada
medalla de oro, que concede la Federación Internacional de Paracaidismo. (Entrevista
realizada el 23 de octubre de 1996- En la actualidad supera los 1500 saltos).
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