EL NUNCA MÁS CAÑADENSE... ACÁ TAMBIÉN PASÓ... Cuarta Parte

Butassi y Cabezudo al inaugurar el edificio de la Banda de Música

Volviendo a los encargados de los operativos y secuestros en la ciudad, es preciso recordar al Jefe de Servicios de Informaciones Oficial Raúl Blanco quién estuvo presente en la mayoría de los casos y fue uno de los testigos en el presunto asesinato de Puchi Casari, un fallecimiento que para la Justicia quedó cerrada como muerte accidental. Según las averiguaciones que se pudieron realizar las órdenes llegaban desde Inteligencia de Rosario, siempre con la pasiva actitud de algunos civiles que acompañaron al Proceso, cometiendo las atrocidades como el asesinato a Fanny Giordano, la bomba a Roberto Garín y a Luis Cervigni en sus respectivas casas, los disparos a la vivienda de Horacio Brasca quién es herido y a la noche siguiente del hecho se va de nuestra ciudad iniciando un prolongado exilio;  y la detención a los familiares de Cali Gabriel y de Juan Carlos De Altube, entre otros.


Cuando el oficial Blanco se vio acorralado por las investigaciones internas realizadas, inesperadamente explota su vehículo cerca de su vivienda. Fue durante el otoño de 1978 y en un operativo sorpresa se descubre que el número de motor y el número del chasis de un Peugeot 504 coincidia con el de un secuestrado en la provincia de Buenos Aires. Ese automóvil pertenecía a Raúl Blanco, por eso, el agente debió cumplir algunos días de arresto. Demás esta decir, que los jóvenes agentes que actuaban en la investigación comenzaron a temer por sus vidas. Era Jefe de la Unidad Regional X el Comisario Víctor Robinet, un hombre que dentro de su círculo tenía el respeto de sus pares. El mismo Jefe inició las investigaciones, desde el comienzo el motor del auto estuvo en custodia en un taller mecánico de la ciudad. La orden era que nadie, que no sea el mismo Jefe, iba a ir a retirar ese motor. Al tiempo que Blanco recuperó su libertad, y alertado del lugar donde estaba escondido el motor del auto, fue al taller amenazando al titular del lugar que si no le daba el motor correría riesgo su vida. Y así fue, con la complicidad de otro mecánico que trabajaba en la Jefatura, se llevaron el motor hasta el frente de su vivienda ubicada en Antártica Argentina al 1400. Como pudieron, ubicaron el motor dentro del vehículo y a los minutos hicieron estallar el Peugeot. El estallido fue muy grande, los vecinos salieron todos a la calle. Inmediatamente llegan los bomberos y la policía para ver que había sucedido. Lamentablemente para Blanco, solamente un pedazo de auto quedó en pie, y justamente era la chapa donde estaba el número del motor del mismo. Esa chapa fue encontrada por los agentes que investigaban el anterior caso. Muchos de esos uniformados sufrieron persecuciones, amenazas, ellos sabían que el Oficial Blanco jugaba feo y que por su conexión con fuerzas superiores, estaba entre los que decidían quién vivía y quién moría en nuestras tierras. El caso quedó en la nada como todos los que ocurrieron durante la dictadura en Cañada de Gómez. Otro de los hechos que ocurrieron previo al golpe y durante el golpe, fue el ocurrido contra la familia Romegialli, uno de sus integrantes fue secuestrado y se pagó una importante fianza en cercanías de la estancia La Rosita para la liberación del mismo. Y ya durante la dictadura misma, fue el robo del féretro de Ricardo Cónsul Romegialli que posteriormente apareció en una tumba cercana dentro del cementerio local. También en la etapa previa al golpe, existió sobre la Ruta Nacional 178, el intento de secuestro del hijo de un importante empresario de la pintura, llegando a la ciudad de Las Parejas donde tenía familiares, debiendo esconderse durante un tiempo en el norte del país.

La crisis económica que vivía el país era atroz, la pobreza, que desde la década del cuarenta se ubicaba debajo del 10%, y que era del 5,8% en 1974, subió al 12,8% en 1980 y al 37,4% en 1982. El desempleo por su parte, se mantuvo relativamente estable, partiendo de un 3,8% en octubre de 1975 y dejando un 3,9% en octubre de 1983, con un pico del 6% en mayo de 1982. El ministro de economía designado por Galtieri era Roberto Alemann, otro de los civiles encargado de acompañar a los milicos en el terrorismo de estado junto a Domingo Cavallo desde el Banco Central. Las fábricas empezaban a cerrar, y los gremios comenzaban a reagruparse. El 30 de marzo de 1982, encabezados por el dirigente sindical Saúl Ubaldini, la CGT bajo la consigna Paz, pan y trabajo, reunió a cincuenta mil jóvenes y trabajadores que colmaron la Plaza de Mayo en una huelga impensable hasta entonces por la aspereza de la dictadura. Tres días después, la misma plaza colmada victoreaba la locura de Galtieri, dando un manotazo de ahogado, recuperando Malvinas y de ese modo entrar en guerra con Gran Bretaña, ofensiva que al cabo de tres meses dejó centenares de muertos y el gobierno de facto en terapia intensiva. En Cañada de Gómez la crisis comenzaba a afectar a los muebleros y pequeños industriales, durante el gobierno de Viola, los pocos días de Lacoste y la llegada de Galtieri no alteraron el mando local a cargo de Gerardo Cabezudo. Sin embargo el 15 de febrero de 1982 asume la gobernación de facto un dirigente del M.I.D. y ex intendente también en esos años de Santa Fe capital, el farmacéutico Roberto Casís, ocasionando la dimisión, el 22 de marzo, de Cabezudo siendo aceptada la misma por el gobernador de facto quién designa en su reemplazo a Juan Rogelio Butassi. Junto con Cabezudo renuncia el Dr. Battistini como secretario de Gobierno y Hacienda, el secretario de Obras Públicas Arq. Raúl Mascotti, la comisión de cultura en su totalidad y el director del Museo Histórico Municipal Dr. Álvarez y el resto de las comisiones, éstas últimas rechazadas por Butassi. En reemplazo de Álvarez, tanto en el museo como en cultura, se designó a Leonel Goñi; Carlos Garma fue designado secretario de Gobierno y Hacienda, el Arq. Horacio Tonella como secretario de Obras Públicas, como secretario privado ad honorem Roberto Foresi, José Gervasio Ledesma como secretario de Acción Social. Comenzado 1983, quiénes iban a ser candidato en las próximas elecciones deberían renunciar a sus cargos, por eso durante un tiempo se sospechó de la renuncia de Butassi, cosa que no ocurrió pero sí lo hizo Carlos Garma que posteriormente fuera candidato a Intendente Municipal por el Movimiento Línea Popular, en las elecciones del 30 de octubre. En su reemplazo durante una semana estuvo el Dr. Dante Perazzi, posteriormente suplido por el Contador Daniel Martine hasta que la secretaria de Gobierno y Hacienda se modifica en dos carteras diferentes, quedando Juan Carlos Felipe Santana como secretario de Gobierno y Cultura mientras que Martine siguió en la de Hacienda. Cabe recordar que en la provincia era Ministro de Acción Social y Salud Pública el Dr. Enrique Lucena y su subsecretario de salud el Dr. José Resiglione, ambos de nuestra ciudad. Dando comienzo con éstos, el empuje necesario que nuestro hospital necesitaba para estar al frente de la flamante Región VI de Salud. Por aquellos años se conformó la Multipartidaria Nacional, fue una coacción política conjunta nacida en 1981, integrada por los partidos Unión Cívica Radical, Partido Justicialista, Partido Intransigente, Demócrata Cristiano y Movimiento de Integración y Desarrollo, que tuvo como objetivo presionar a la dictadura militar para que abandonara el poder y se estableciera un régimen democrático. En nuestra ciudad, dirigentes como Jorge Quique Albertengo, Roberto Garín, Cacho García, Daud Turco Mamet, Carlitos Fernández, Armando Camello Álvarez, entre otros, se reunían en el sótano de la farmacia de García, en hoteles y lugares ocultos, diagramando la vuelta a la democracia.

Finalizando esta primera parte de nuestro Nunca Más, donde he detallado la tarea política de esa etapa con sus protagonistas. Cabe recordar lo publicado por quién esto escribe en su crónica sobre la Historia de los Intendentes de Cañada donde expresé «No soy quién para condenar a personas que ya no están. Ni yo, ni muchos de ustedes. Si puedo decir, que a más de treinta años de recuperada la democracia, es loable expresar que fue un error histórico tanto el de Cabezudo como el de Butassi el haber sido intendentes en esa dictadura. No por eso quita, la honorabilidad de su tarea y la capacidad que ambos tuvieron al estar al frente del Palacio Municipal. Y cómo también lo expresé en el video que se realizó el pasado 24 de marzo de 2016 sobre la dictadura en la ciudad, Cabezudo y Butassi fueron otras víctimas más de aquellos oscuros años, al primero de ellos le secuestraron y desaparecieron a su sobrino Daniel Bertoni y al segundo, su hijo participó estando en la colimba de la guerra de Malvinas. Estimados lectores, el terrorismo de estado nos mató a todos y nos dejó un país con millones de pobres, exiliados y hermanos desaparecidos. Y como dijo en reiteradas oportunidades el presidente Raúl Alfonsín, quién no sepa la diferencia entre una dictadura y la democracia, no sabe la diferencia entre la vida y la muerte[1]

La semana que viene comenzamos con los testimonios de nuestras víctimas...




[1] Historia de los Intendentes de Cañada, www.ditocdg.blogspot.com, 27 de mayo de 2016

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