Es muy
común escuchar en los productos embobadores como Intratables, Animales Sueltos
o a los informadores del Servicio Macrista decir que el problema de la Argentina son los
últimos setenta años. Es fácil repetir ese slogan, sobre todo cuando el público
que consume ese material roza la ignorancia en materia de historia política
argentina.
Hagamos
una suma de todos los gobiernos desde 1810 hasta 2018. Los primeros cuatro años
fueron de la Primera Junta ,
Junta Grande y Triunviratos; después continuaron seis años de Directores
Supremos de la Pcias. Unidas
del Río de la Plata ;
treinta dos años más con los gobernadores de Buenos Aires encargados del Poder
Ejecutivo incluido Juan Manuel de Rosas; el Partido Unitario gobernó ocho años
mientras que el Federal siete; Sarmiento en sus seis años se auto declaró
Independiente; el Partido Autonomista Nacional estuvo cuarenta y cinco años; la UCR en sus diferentes
vertientes veintinueve años y medio; los Milicos veintidós años; los
Conservadores once años; el Peronismo treinta y seis años y la actual Alianza
Cambiemos lleva tres.
Pero si
agrupamos a los gobiernos de acuerdo al modelo económico y socio cultural que
se llevó adelante y tomando como referencia la unificación del país, podemos
ver que los llamados Populares estuvieron setenta y ocho años; los Liberales y
Neoliberales noventa años y los Conservadores once. Pero vayamos más
profundamente a la supuesta maldición del populismo como nos quieren hacer
creer los Mesías del Macrismo, de
esos setenta y ocho años ninguno, salvo el Kircherismo, pudo estar más de tres
períodos completos. De ellos fueron derrocados Yrigoyen en 1930, Perón en 1955,
Frondizi en 1962, Illia en 1966, Isabel en 1976 y Alfonsín a través de un golpe
de mercado cuando faltaba seis meses de su mandato y la hiperinflación
estallaba por las nubes. Me atrevo a poner a Frondizi en este lote, aunque más
que populista fue un desarrollista que apostó a la industria nacional y que hoy
lamentablemente quiénes están vaciando el país dice ser sus seguidores.
Entonces
me pongo a pensar, adonde están los setenta años que dicen que fueron nefastos
para el país. Un amigo, bastante gorilón que no puede aceptar que gracias al
peronismo tienen un pedacito de campo, me dice que es por culpa de Perón y todo
lo que pasó desde 1945 hasta ahora... Bueno, empiezo a contar los porotos de
nuevo. El General gobernó solamente 10 años entre 1945 y 1974 cuando falleció,
de los cuáles 18 estuvo exiliado en el extranjero. Tampoco me da los números.
Bueno, sumemos a Carlitos, pero el Zar de La Rioja ,
todo un estadista al lado de los actuales, estuvo diez años y llevó adelante
las mismas políticas económicas de Maurizio Macrì y Cía. Tampoco me dan los
números hasta ahora. Pero si desde el 45 en adelante nos gobernaron dieciocho
años los milicos, los diez de Menem, dos años Fernando de la Rúa y los tres de estos tipos
me da, si mi cabeza no falla, unos treinta y un años de gobierno. Entonces
resumiendo desde 1945 hasta ahora, y hablando siempre de modelo económico,
social y político, treinta y un años gobernaron los liberales y neoliberales
como los actuales; trece años el Peronismo de Perón, doce años el Peronismo K y
nueve años los radicales. Para terminar de descascarar la mentira de los
setenta años, el 44% de ese tiempo que ellos reclaman, ellos mismos estuvieron
al mando del país, mientras que el
Peronismo el 35% y el 21% restante el radicalismo.
Estimados dirigentes de Cambiemos, integrados por el PRO, la Coalición Cívica
y la extinta UCR, por favor terminen con la mentira o la post verdad como
ustedes la llaman. En estos últimos setenta años los únicos que destruyeron a
la clase media, a la clase trabajadora, a la educación, a la ciencia, a la
medicina, a las industrias, a los jubilados, a las amas de casa, a los jóvenes
y a la Justicia
fueron ustedes. Ustedes tuvieron a Martínez de Hoz, a Videla, a Menem, a
Cavallo y durante sus gobiernos la familia Macrì pasó de tener diez a cuarenta
y seis empresas. Y vengamos más a nuestros tiempos, durante su actual gobierno
el dólar devalúo más de 200% en tres años, la desocupación se acerca a los
dígitos del 2001, le sacaron los remedios y la comida a los jubilados, cierran
fábricas y endeudaron al país en cien años, ni los militares se animaron a
tanto. También durante su gobierno los medios opositores fueron callados y la Justicia sospechosamente
no investiga sus actos de corrupción y ahora pasó ser normal tener la guita en
negro en algún paraíso fiscal.
Mientras tanto, sentado en el umbral de la historia, vemos
como los derechos obtenidos por el maldito populismo se va diluyendo bajo el
agua. Pero no aflojemos, quiénes pensamos diferente a este gobierno debemos
seguir llevando nuestras banderas en alto y si no triunfamos, seguir en el
camino de la militancia. Porque de esta crisis se sale con política, con ideas
que nos lleven a un país más justo, más fraterno, más igualitario y si nos toca
terminar de caminar, porque el tiempo nos derrota, debemos entregar esas
banderas a nuevas generaciones que seguramente tomaran esos sueños y esas
convicciones que nos motivaron en nuestras luchas. Hay que recuperar la Historia frente a los
relatos y dignificar el valor de la palabra algo que hoy se ha perdido.
Hoy quiero cerrar, en homenaje a los treinta y cinco años de
la Democracia ,
con algunas palabras del Dr. Alfonsín en su cierre de campaña y ojala sirva
para, como dije antes, para terminar con este relato y volver a retomar la Historia Grande de
la Patria. Aquella
noche, en la Av.
9 de julio, don Raúl nos decía:
«Vinieron con el pretexto de terminar con la especulación y
desencadenaron una especulación gigantesca que desmanteló el aparato productivo
del país, empobreció a la inmensa mayoría de los argentinos y enriqueció
desmesuradamente a un minúsculo grupo de parásitos (...) Vinieron con el
pretexto de eliminar la corrupción y terminaron corrompiendo todo, hasta las
palabras más sagradas y los juramentos más solemnes. Vinieron con el pretexto
de restaurar la tranquilidad y se ocuparon de imponer el temor a la inmensa
mayoría de los argentinos (...) ¿Qué
industria vamos a tener si cada dos o tres o cuatro años las fábricas se
cierran y pasan otros tantos años para abrirlas otra vez y recomenzar casi de
cero? ¿Qué sindicatos vamos a tener si los trabajadores se ven entorpecidos
desde afuera o desde adentro para construirlos y perfeccionarlos a través del
tiempo por su libre decisión, ejerciendo con pasión pero con tranquilidad la
crítica que permite corregir errores y mejorar las cosas? ¿Qué educación vamos
a tener si la intolerancia y la prepotencia llevan periódicamente a echar
maestros y profesores, a cerrar aulas y laboratorios, a destruir una y otra vez
en pocos días lo que tanto trabajo y tantos años cuesta levantar en cada
ocasión? (...) No habrá radicales ni antirradicales, ni peronistas ni
antiperonistas cuando se trate de terminar con los manejos de la patria
financiera, con la especulación de un grupo parasitario enriquecido a costa de
la miseria de los que producen y trabajan...»
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