Club Misterioso, c. 1920 |
El 1º
de enero comenzaba la etapa mundialmente conocida como los Locos años Veinte o los Felices
Años Veinte, denominación surgida en los Estados Unidos y que comprende el
movimiento socio cultural comprendido entre 1920 y 1929, cuando el 24 de
octubre de ese año en el recordado Jueves Negro y el advenimiento de la Gran
Depresión económica. El 10 de enero entra en vigencia el Tratado de Versalles,
firmado el 28 de junio del año anterior, un pacto de paz que se firmó en esa
ciudad francesa al finalizar la Primera Guerra Mundial por más de cincuenta
países. Entre otras cosas, el tratado estableció la creación de la Sociedad de
Naciones, por iniciativa del presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson.
La Sociedad de Naciones pretendía arbitrar en las disputas internacionales y
evitar futuras guerras; sin embargo, se vetó el ingreso a Alemania.[1]
En
nuestro país, el 7 de marzo se realizan las elecciones legislativas con un
amplio triunfo de la UCR frente a los Conservadores, en tercer lugar el
Socialismo y cuartos los Demócratas Progresistas. En nuestra provincia ingresan
seis de la UCR, tres del PDP y uno del Radicalismo Santafesino; siendo Héctor
López el representante de este último mientras que los otros radicales fueron
Alberto Paz, Eugenio Aleman, Emilio Cardarelli, Calixto Rodríguez, Jorge
Rodríguez, Amancio González Zimmermann y los Demócratas Luciano Molinas, Gerardo
Costanti y Francisco Correa. Dos meses antes, los santafesinos habían elegido a
la fórmula radical integrada por Enrique Mosca y Juan Luis Ferraroti, quien
renunció antes de asumir siendo reemplazado en el Colegio Electoral por
Clorinda Mendieta un ex intendente rosarino. El resultado entre los electores
fue 35 a 25, derrotando a la fórmula del PDP Lejarza-Molina. Esa sesión,
realizada el 24 de febrero, fue muy discutida siendo impugnada por Lisandro de
la Torre «en un violento discurso en que acusó de fraudulenta a la elección con
notorios falseamientos de la voluntad ciudadana en localidades del norte
santafesino y pidió la anulación de las mismas.»[2]
Los primeros ministros de esa gestión fueron Armando Antille en Gobierno, Justicia
y Culto; Agustín Araya en Instrucción Pública y Agricultura y Rodolfo Candioti
en Hacienda y Obras Públicas. Posteriormente Juan Arzeno y Patricio Diez
ocuparon el lugar Candioti mientras que Roque Coulin a Antille. En este período
se creó la Biblioteca y Archivo Histórico del Gobierno, el Museo Rosa Galisteo
de Rodríguez y se culminó la etapa de creación de la Universidad Nacional del
Litoral. Pero lo más importante fue la Reforma Constitucional del ’20
realizándose los comicios para elegir los convencionales el 3 de octubre. La
Convención Reformadora fijó como inició de las sesiones el 15 de marzo del año
siguiente siendo presidida por el Dr. Manuel Menchaca y el Dr. Romeo Saccone
como secretario.
Rosendo
Casañas gobernó hasta esperar que resolvía el nuevo gobernador, recordemos que
a raíz del conflicto entre la Junta de Mayores Contribuyentes y los miembros de
la Comuna elegidos en las elecciones del 2 de noviembre de 1919, no pudo
conformarse la nueva comisión directiva. Por ende, Casañas reguló los
carnavales de ese año donde prohibió el
uso de caretas, barbas postizas estando solo permitido el antifaz con previa
autorización de la Jefatura Policial. El 10 de mayo asumen como Juez de Paz
Alberto Rovere y Enrique Arribalzaga, quién tuvo en Juan Feno como secretario
administrando fehacientemente la Jefatura Política del Departamento Iriondo.
La
crisis institucional de la Comuna finalizó el 8 de junio de 1920 cuando el
flamante gobernador Enrique Mosca envía a Florencio Guinle como Comisionado
Interventor de la misma. Una de las primeras medidas que el Interventor toma,
fue la de elevar al Gobierno Provincial un listado de cañadenses para que
colaboren en su gestión, en esa carta Guinle expresa que «los siguientes
vecinos de este pueblo, aunque militan en distintas fracciones políticas que
han actuado en dicha elección, todas son personas que gozan de elevado concepto
en este vecindario, de espíritu tolerante y conciliador»[3].
Los nombres enviados por Guinle son los de Servando Martínez, José Fernández, Miguel
Magallanes, Andrés Frey y Basilio Vázquez. Cabe agregar que el secretario
administrativo en esta gestión fue siempre Antonio Fosatti. Recorriendo las
actas comunales vemos que el 28 de julio la Comuna exoneró de impuestos a las
rifas a la Logia Masónica Bernardino Rivadavia, ya que la misma era para juntar
fondos para la construcción del edificio social; adhirió al llamado de un
Congreso del Trabajo que llevó adelante el gobernador Mosca que tenía como
objetivo solucionar los conflictos que se suscitan entre el «Capital y el
Trabajo»[4],
esto a raíz de la innumerables huelgas que se vivían a lo largo y a lo ancho
del país donde los obreros batallaban por condiciones justas y humanas para la
jornada laboral; se adquirió un reloj público que en ninguna acta figura donde
fue emplazado y releyendo nuestras fuentes históricas tampoco hablan de él, si
podemos confirmar que se le encargó la construcción del mismo a la empresa Abel
Romegialli e Hijos y que fue supervisado el trabajo por una comisión integrada
por el diputado Beresiartu, el jefe político Aribalzaga, el Ing. Enrique Hudson,
el Ing. Emilio Müller, Santiago Alberdi, Adolfo Schnack, Eugenio Vázquez y
Héctor Beltrame.
Otra de
los proyectos llevados adelante por la prolija administración de Guinle fue la
gestión por la llegada del agua corriente y cloacas, objetivo que se cumplió
once años después. En una carta dirigida al diputado Lagos, la Comuna le
informa que el día 7 de julio se envió un proyecto a la Cámara de Diputados de
la Nación el proyecto de dotar al pueblo de esos servicios indispensables para
la mejora de la calidad de vida humana, pidiendo que apoye e impulse esa obra.
También otra epístola, esta vez entregada al ministro de obras públicas del
Yrigoyenismo el Dr. Pablo Torello, donde le pide que incluya a Cañada de Gómez
entre las poblaciones beneficiadas por la Ley 10998 creada en el marco de la
regulación de la construcción de obras de saneamiento en todo el territorio
argentino.
En
todas las escuelas del pueblo se conformaron comisiones y en pro de los actos
en homenaje por el 50º aniversario del fallecimiento de Justo José de Urquiza,
asesinado en su palacio el 11 de abril de 1870. Seguramente debe haber sido la
primera actividad de la flamante escuela rural, la primera del pueblo, fundada
el 9 de septiembre de 1919 en el paraje La Casilla. La Escuela Nº 250, conocida
popularmente como Campo Las Vascas,
tuvo su primer asentamiento en un salón de ocho metros por cuatro, con techo de
chapas y piso de cemento en el campo de Estefanía Vda. de Jaunarena. Recién en
1938, las hermanas Germana y Serafina Jaunarena donan a la Cooperadora media hectárea
de terreno donde junto a recursos de colonos vecinos se construyó el actual
edificio. Seguramente esta escuela como el resto de las ubicadas en el radio
urbano tuvo que cerrar durante un tiempo a raíz de una epidemia de escarlatina
ocurrida en la finalización del invierno.
La
Comuna para prevenir epidemias, como la bubónica, recurrió a la desinfección de
muchos edificios del pueblo, en un listado que encontramos en las actas podemos
ver que entre las propiedades con mayores habitaciones contamos la de Fonda de
Victorio Zamatti con veinticuatro, el Prostíbulo de J. Lier con 20, la casa de
Tomás Agú con quince, Bautista Borgarello con doce, igual que la Panadería La
Piamontesa, Luis Maccari con once, el Restaurant Central con ocho, Clito Meconi
con siete y el Alto Piamonte con seis. También se clausuró la Estación Las
Trojas por una invasión de ratas.
En el
verano del veinte Cañada de Gómez contó con la visita del Mayor Shirley
Kingsley, aviador británico que participó en la Primera Guerra Mundial y se
transformó en un pionero de la aviación comercial al fundar la River Plate
Aviation. Su llegada a nuestra ciudad fue a bordo de su aparato Airco, con
motor Rolls Royce de 375 HP y hélice de cuatro palas, con capacidad para dos
pasajeros y aterrizó en el campo de Herbero James, ubicado unas diez cuadras
hacia el norte del radio urbano de entonces.
El 22
de abril de 1920 nace la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia, siendo
presidida por Sixto Suárez y acompañado por César Bortolato, Vicente E. Leoni,
Roberto Varela y Guillermo Aranda. En esta gesta de la cultura local
participaron «María C. de Lucena, Clara C. de Pombo, Josefa F. de Almeida,
Esther M. de Otero,Amelia Miranda, Joaquina Borraz, Zoé Miranda, María Savoini,
Ede Borraz, Natalia Tochetti, Amalia Tochetti, Raquel Magallanes, Delia
Antonietti, Julio Gaspoz, Juan Bima, Alfredo Saybene, Manuel García Tiscornia,
José González Cervero, Teodoro Márquez, Francisco Burgos, José E. Otero,
Alfonso Crivelli, Héctor Robiatti, Juan Lucchini, José E. Lorandi, Joaquín
Valencia, Félix Castellanos, José M. Gimbernat, Mario Truffat, Luciano Gutiérrez,
Juan Saruchi, José Agostini, Antonio Escrivá, Manuel Martínez Pombo, Dante
Malori, Fernando Demeo, Pedro Pascual, Sebastián Albertengo, Federico Neuhaus
(hijo), Alfredo Augsburger, Pedro Pérez y David Mamprin»[5].
Hacia el mes de agosto tuvo su primera sede ubicada en Lavalle 1034.
«El 1º
de mayo de 1920, dimos fundación formal a nuestro querido club bajo el techo de
un galpón de propiedad de don Félix Bustos, situado en el callejón Carcarañá a
la altura del 500. Una lámpara a kerosene, hizo de bujía en el acto bautismal y
solemne, donde quedó consagrado como primer presidente el gran Callorda que fuera Lorenzo Bustos. La
marcha que realizamos por las calles de nuestro pueblo esa noche cuando
anunciamos nuestra constitución definitiva, culminó con serenatas en los
balcones de quiénes fueron simpatías nuestras; el romanticismo también escribió
por nosotros, éstas estelas que ahora tienen que conmovernos en emoción tan
pura como entonces…»[6]
Así
daba inició el Club Los Misteriosos, que llegó a tener su cancha de futbol en
la zona sur, hacia el este y que en 1923 su Comisión estaba integrada por Juan
C. Pére como presidente; Dante Paparotti vicepresidente; Inocencio Monsalve,
secretario; Pedro Suchero, prosecretario; Pablo Milanesi, tesorero; Francisco
Trujillo, protesorero y Tomás Martínez, Santiago R. Amadeo, Eduardo Crosetti,
José Gayol y Valentín Pérez como vocales.
El
pueblo pierde a dos grandes figuras durante el año 1920. En los primeros días
de septiembre fallece Federico Urfer, pionero de la industria metalúrgica local,
uno de los fundadores de la Sociedad Suiza y creador junto a Luis Mayer de la
Trilladora Económica. El 6 de octubre el joven jugador de futbol del Sport Club
Cañadense, Emilio Luján, deja de existir sorpresivamente. En una nota escrita
por Carlos Peverelli en la Revista Atenea lo describe como «bueno y travieso (…)
Muchacho criado en la calle, hizo rebotar su niñez aventurera por los baldíos
de ésta como lo hiciera más tarde con las número cinco en las canchas de ésta y
pueblos vecinos…»[7]
Entre los clubes que jugó, además del Celeste, vistió las casacas del Club Alem
y San Martín.
Cerramos
1920, el año en que nacieron Karol Woktyla quién fuera el Papa San Juan Pablo
II, el escritor uruguayo Mario Benedetti, el dirigente político John William
Cooke y el dictador Roberto Marcelo Levingston. En una terraza del Teatro
Coliseo de la Ciudad de Buenos Aires se realizó el 27 de agosto la primera
transmisión de radio en el país. Boca Juniors obtiene su segundo título en el
futbol porteños, River Plate gana el campeonato de la liga disidente, la
Selección Argentina finaliza segunda en el Campeonato Sudamericano y Tiro
Federal de Rosario la Copa Nicasio Vila.
[6] Palabras de Francisco Trujillo, 20 de junio de 1959,
recordando la creación del Club Los Misteriosos.
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