La prostitución en Cañada de Gómez




Para continuar la historia de la prostitución en Cañada de Gómez, debo repasar el segundo capítulo de esta nota, a raíz de que muchos han leído la primera y se han olvidado de esta. Hoy agregaré las normas que requería la Municipalidad de Cañada de Gómez para que funcionen los recordados “Cabaret”. Para la próxima les recordaré las más contemporáneas, las de las décadas del 50 y 60… 

Cañada de Gómez a finales del 1800 y comienzos del 1900 era un pueblo pujante, con sus calles de tierras, con sus primeras empresas en marchas y también con muchas “Casas de tolerancias”, por ejemplo podemos citar a “Sullier” en Balcarce y Belgrano, “Recreo” en Centenario y Suipacha, “Café Inglés” en Ocampo y Alberdi donde posteriormente fue la sede social de Newell´s por último el “Bajo” que se encontraba en Ovidio Lagos y Roldán.

¿Usted se imagina dando unas vueltitas por el pueblo y ver a estas lindas y eróticas niñas en la puerta de todos estos lugares? Seguramente sería un verdadero escándalo.

En 1899 el presidente comunal Félix Pagani remitió un comunicado el Jefe Político del Departamento Iriondo Rudecindo Freyre que dice lo siguiente:

“La Comisión de Fomento local pasa a notificar a V.S. que habiéndose recibido en ésta oficina una petición referente a una queja sobre una casa de tolerancia situada en el Bv. Balcarce esquina Callao (hoy Pellegrini) y que dicho se había situado frente de casa de familia siendo poco decoroso e inmoral según lo expuesto en la nota recibida que dice: que en toda hora del día y la noche se ven actos repugnantes cruzándose de un extremo al otro de la cuadra en completo estado de ebriedad las mujeres (…) Soy madre de familia y me veo obligada a mantener mis puertas cerradas para evitar que mis pequeños hijos sean testigos de tanta inmoralidad…”


Preocupación por las enfermedades

El 14 de setiembre de 1916 el entonces presidente de la Comuna, don Evaristo Giordano, le comunicó a la titular de una de las “Casas”, la Sra. Aida Bernal que a raíz de haber “constatado la existencia de enfermos atacados por enfermedad infectocontagiosa y siendo obligación de la misma (Comuna) procurar, por todos los medios posibles de evitar su propagación, ha resuelto ordenar la inspección de que estas se encuentran con el perfecto estado de aseo.” A su vez la Comuna la intimó que en un plazo de 48hs. desinfecte adecuadamente el “boliche”.

También Giordano remitió una carta al Jefe Político don Julio Peña denunciando que en la “Casa de Tolerancia” de Rita Alonso trabajaban mujeres dadas de baja en otros prostíbulos por estar infectadas por enfermedad contagiosas e invitándolo a que investigue hasta las últimas consecuencias estas denuncias.

Seguramente muchos señores de la alta clase cañadense que eran habitúes de esos lugares deben haber recudido al famoso y querido Espadol o lo algo similar.


La Ordenanza madre


El 7 de julio de 1928 siendo intendente municipal Federico Viñas, promulgó la ordenanza nº 71 que ordenaba la tarea de la prostitución en Cañada de Gómez. La misma, que contaba con 42 artículos contemplaba la reglamentación, solicitud y permiso, las distancias y radios, los regentes, la cantidad de pupilas y personas que podrían habitarlas. Entre los más destacado podemos citar que se podían establecer dos casas dentro del Municipio en el radio comprendido al Norte por calle Callao, al Este por calle Quito (hoy Ov. Lagos), al Sur por el Arroyo y al Oeste por Valparaíso; tampoco podrían instalarse a menos de seis cuadras de los establecimientos de educación.


La capacidad de pupilas que debían estar no tenía que ser superior a veinte, ser mayores de 18 años, de ser menores la Dirección de Inspección Sanitaria dispondría la inscripción a su juicio si creyera conveniente o derivarla al amparo de un defensor de menores y estar inscriptas en el Municipio previa presentación de una foto personal para archivarla junto al expediente; la cantidad de piezas-dormitorios debía ser igual que el de pupilas y no tener comunicación entre sí, o sea, las orgías no estaban permitidas.


Contemplaba la ordenanza las situaciones de engaño, ya que las que venían de otros lugares debían declarar con quiénes vinieron y en que movilidad. Las chicas no podían exhibirse en puertas y balcones, ni tampoco llamar a los transeúntes. También existía el delivery de mujeres, los lugares adonde iban debían contemplar las mismas normas de seguridad que las casas de tolerancia, los gerentes de las casas eran personalmente responsables de cualquier infracción que se cometiere en la visita. No estaba permitido bailar en las salas de espera y todas aquellas que trabajasen por su cuenta fuera de las casas de tolerancia eran tomadas prisioneras y puestas a disposición del poder policial. El horario comprendía entre las 16 y las 2 de la mañana. Y era la policía quién controlaba el cumplimiento de la ordenanza


La disputa política

Esta ordenanza 71 estuvo vigente hasta que en 1932 el presidente Agutín P. Justo cerró todos los prostíbulos del país dejando en la clandestinidad al trabajo más antiguo del mundo pero entre 1954 y 1955 Perón sanciona una Ley de Divorcio, legalizó los prostíbulos y suprimió la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en las escuelas.

El radicalismo sacó un panfleto por aquel entonces repudiando la legalización de las llamadas “Casas de tolerancia”, en el mismo manifestaban que “una vez más el peronismo descubre su entraña reaccionaria y revela su desprecio por la dignidad humana, que para el Radicalismo no tiene limitaciones de sexo ni condición. Las Leyes de la República se han humillado a declarar que un ser humano puede ser también una mercancía y ese triste honor le ha cabido al Régimen que se precia de haber incorporado a la mujer a la vida política y ha construido por primera vez un partido exclusivamente femenino, que ha consentido en silencio esta degradación de la mujer…”

Paradoja de la historia estas leyes fueron retiradas en la dictadura de Aramburu y algunas de ellas, como por ejemplo la Ley de Divorcio, fue votada en el Congreso y presentada en el gobierno radical de Raúl Alfonsín.








La historia continúa

Hoy a más de 100 años de muchas de estas historias siguen estando en los periódicos de este país, agravado por el secuestro de muchas jóvenes argentinas que son obligadas a trabajar sexualmente y torturadas por una mafia cómplice con muchos gobiernos provinciales. Lamentablemente tenemos trata de mujeres porque existen los clientes, hoy se necesitan mejores leyes que combatan este flagelo y le den una marco legal para que no existan más muertes de muchas chicas inocentes.

Para cerrar un toque de humor: ¿Qué hubiesen dichos los cañadenses de entonces si vivieran hoy junto a los “traviesos” de las “vías”?

Pablo Di Tomaso






Documentos sacados del Archivo del Museo Histórico Municipal de Cañada de Gómez

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