CRÓNICAS DEPORTIVAS DEL AYER, HOY BARULLO TORRES

Barullo Torres enfrentando a Ringo Bonavena en el Club Deportivo Sarmiento


En los archivos del Museo Histórico Municipal Elías Bertola encontramos un amplio abanico de información, y la deportiva no está exenta de los mismos. Lamentablemente lo que nos falta es más cantidad de esa información que necesitamos para mantener viva la llama de la memoria. Sobre la disciplina Boxeo, apenas contamos con una carpeta de fotos y recortes de diarios. Por eso hoy comparto con ustedes los archivos de un recordado boxeador cañadense, Delvio Barullo Torres.

CAÑADA RECIBE A LOS PERIODISTAS DEL BÁSQUET ARGENTINO


Durante el día de hoy y mañana, la Casa del Bicentenario albergará a los periodistas de nuestros país que trabajan con el básquet nacional. Organizado por la Asociación Civil Prensa Básquetbol Argentina, Sport Club Cañadense y con apoyo de la Municipalidad de Cañada de Gómez se llevarán a cabo las segundas Jornadas de Capacitación

LA CAÑADA DE LOS GÓMEZ, 1928

La quietud de uno de los caminos de la plaza, registrada por un fotógrafo de La Prensa de Bs. As. en 1928


El radicalismo vivía tiempos turbulentos a raíz del liderazgo de Hipólito Yrigoyen que comenzaba a tener importantes opositores dentro del gobierno de Marcelo T. de Alvear. Estas diferencias comenzaron desde el comienzo desde la segunda gestión radical, «tenían estilos políticos y personalidades muy distintas. Alvear no estaba de acuerdo con las intervenciones que Yrigoyen había ordenado y decretó además para lograr la reducción pública, practica muy frecuente durante la presidencia Yrigoyen. Poco a poco, las relaciones entre los dos líderes radicales se fueron endureciendo. Alvear aspiraba a retomar los objetivos reformadores de Saenz Peña en cuanto a fortalecer el sistema de partidos y transparentar la práctica política. Durante su gestión, la crisis del partido Radical y el surgimiento de las ideas nacionalistas prenunciaron un desplazamiento del sistema político. En 1925, las tensiones entre los radicales provocaron la división del partido, los dirigentes que lo seguían a Yrigoyen integraron el grupo de los personalistas. Quienes apoyaban a Alvear, entre los que se encontraban sectores ligados con los conservadores y grupos de gran poder económico, fueron conocidos como antipersonalistas. De acuerdo con sus objetivos, Alvear cuidó las relaciones entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. A diferencia de Yrigoyen, concurrió a la inauguración de las sesiones del Congreso, respondió a los pedidos de interpelaciones y no abusó de las intervenciones a las provincias. Por otra parte, atendió los reclamos de los conservadores acerca de la disminución del gasto público. Principalmente, dicha demanda apuntaba a exigir al gobierno que no se desviaran los fondos públicos para satisfacer los compromisos políticos del radicalismo con sus adherentes mediante la expansión del empleo público»[1], Alvear además insistió en el Congreso para que Argentina volviera a la Liga de las Naciones, cuestionó la Reforma Universitaria, derogó la ley de jubilaciones de empleados y obreros de empresas particulares, no reglamentó la ley antimonopólica, con lo cual esta quedó prácticamente anulada, paralizó la construcción de los ferrocarriles a Huaytiquina, Zapala y Madryn-Esquel-Jacobacci. Pero la principal diferencia de Alvear e Yrigoyen, es que el primero no continuó con la voluntad de emancipación que encarnaba el radicalismo.[2]