IMÁGENES CON HISTORIA: VICENTE ROJAS

Vicente Rojas


Un 25 de noviembre de 1932 Vicente Rojas, destacado futbolista que actuara en la Primera División del recordado Club Unión Central, es probado por el Club Rosario Central en partido contra Independiente de Avellaneda, este fue el despegue de Rojas, quién llegó a ser estrella del fútbol porteño. 

El 9 de diciembre del mismo año Independiente se interesa por nuestro crack ofreciendo una prima de dos mil quinientos pesos y sueldo mensual, al Club Unión Central local en el que militaba el nombrado se beneficia con quinientos mil pesos.

Rojas jugó en el Rojo entre 1933 y 1934, disputando 22 encuentros en los que marcó 4 tantos. Posteriormente vistió la casaca de Talleres de Remedios de Escalada durante los Torneos de 1936, completó 15 presencias. Marcó 4 goles en los primeros 3 partidos en los que jugó.
Un recuerdo de una gloria olvidada de los cañadenses.

RESEÑA BIOGRÁFICA

Vicente Rojas, figura ilustre, 1912-1985




Se llamaba Vicente Rojas y había nacido en Cañada de Gómez, el 29 de agosto de 1912.

Se inició en el Club Atlético América y jugó también en Unión Central. Siempre como puntero derecho. Transferido a Rosario Central llegó a jugar con el famoso Chueco García, hasta que en un partido frente a Independiente fue tan destacada su actuación que los Diablos Rojos rápidamente lo contrataron. Era enero de 1934 y la delantera Roja formaba con Vicente Rojas, Sastre, Erico (máximo goleador del fútbol argentino de todos los tiempos), Ravaschino y Valentini. 

En 1936 pasó a Talleres de Remedios de Escalada y llegó a jugar con José Salomón que luego sería internacional y capitán de la Selección Argentina que ganó campeonatos Sudamericanos de 1945 y 1947.

En 1939 es transferido al Santos de Brasil, donde mucho después brillara el Rey Pelé. Jugó muchos partidos a estadio lleno y muy bien, pero quizá el más extraordinario fue cuando su equipo empató con el Vasco Da Gama 2 a 2, siendo el autor de los dos goles. Entre sus rivales estaban Gandulla y Emeal, los mismos que jugaron en Boca Jrs.

Dentro de poco o quizás mañana, algún pebete cañadense se acerque al abuelo para preguntarle si lo vio jugar a Vicente, como era, como se reía y entonces el abuelo con profunda congoja le dirá que Vicente Rojas pertenece completamente al pasado, que era todo corazón, que tenía la mano tendida para  sus amigos  y la sonrisa de un niño bueno, sin enemigos en Cañada, no supo de maldades en la vida. Desde su humildad, en la buena y en la mala sonrió a pesar de que el destino jugó con él.

En el gesto alegre de nuestra muchachada hay un rictus de amargura. Ha muerto Vicente Rojas, el amigo de Cañada que se fue pensando en Independiente y su Barrio Sur, lo que más sentía. Se callaron las bocinas, se callaron los latones. Una vez más el día se hizo noche. Es que un hijo se ha ido. Junto a Vicente había que reír y ahora que no está, que ya se apagó su brillante llama de juventud, ahora por primera vez nos hace llora, caen nuestros brazos a lo largo del cuerpo, se cierran los ojos para huir de la realidad, vuelve el recuerdo y los labios se aprietan para no protestar.

En el intenso trajín diario de Cañada de Gómez, pedimos se haga una pausa para rendir un merecido homenaje al futbolista, el amigo.

Mañana nos encontraremos sonriendo en rueda de amigos con el acierto de una frase de ingenio, pero nunca olvidaremos la figura de Vicente, de la historia con final feliz.

Día a día miles de protagonistas anónimos lo enriquecen y lo vigorizan, son esos que saltan de alegría en el triunfo y lloran en el trago amargo de la derrota, como aquel patriarca del año 1934 que ante la pregunta de su hijo que quiso saber la razón de su llanto, luego que habían perdido frente a Racing, le dijo:  hay que llorar hijo. El que no llora no vió jugar al glorioso Vicente Rojas. 

Fuente: Estrella de la Mañana, 12 de septiembre de 1998

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