A partir de Alemania 1974, y hasta Corea-Japón 2002, el honor de jugar el encuentro inaugural correspondió al campeón del torneo anterior, y se daba la particularidad que muy pocas veces ganaba el favorito, o sea, el campeón defensor.
El 8 de junio de 1990, Argentina, campeón defensor del título, enfrentaba al humilde Camerún. Todos se preguntaban cuántos goles marcarían los dirigidos por Carlos Salvador Bilardo, grandes favoritos, nada menos que con Diego Armando Maradona como bandera en el campo de juego. Sin embargo la realidad mostró otra cosa. Los africanos dieron el batacazo e hicieron historia; Argentina perdió 1-0 y comenzó un camino sinuoso y lleno de dificultades en Italia, donde pese a todo llegaría a la final. Ese encuentro inaugural fue un duro golpe para la Selección argentina. Tanto, que una frase del DT argentino quedó en la historia: “Si no pasamos de ronda, no volvemos a la Argentina. Yo le doy un paracaídas al piloto y tiro el avión abajo”.
Argentina ese día formó con Nery Pumpido; Nestor Fabbri, Nestor Lorenzo, Roberto Sensini (Gabriel Calderón), Oscar Ruggeri (Claudio Caniggia) y Juan Simon; Sergio Batista, Jose Basualdo, Jorge Burruchaga y Diego Maradona (C); Abel Balbo
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