Actualidad y universalidad de Juan José Saer a 16 años de su muerte



La universalidad de la literatura de Juan José Saer pareciera asentarse en una territorialidad cada vez más extensa y profunda, y su impronta y calidad disparan estudios en diferentes lugares del mundo y con distintas miradas. 

Como una forma de actualizar su presencia indeleble en las letras latinoamericanas, una investigadora en Francia y otro en Brasil, comentan sus últimos trabajos con un mismo objeto de interés: un santafesino de Serodino que sigue sorprendiendo a locales y extranjeros con sus escritos, así hayan pasado 16 años de su fallecimiento.

Fascinante debe ser trabajar con aquello que las grandes masas de lectores de todo el mundo aún no han tenido acceso. Verónica Bernabei es investigadora del Groupe de recherche identités et cultures (Grupo de investigación en identidades y culturas) y docente de la Université Le Havre en Francia, y su interés en las representaciones textuales de la cultura latinoamericana contemporánea la hermanó con Saer.

Sus estudios se centran en los archivos del escritor serodinense, considerados “archivos de escritor”, mientras que el marco metodológico utilizado es “la crítica genética que trata de estudiar el gen, el inicio o la constitución de la producción de la escritura, y los cambios se pueden observar comparando diferentes estados de esa escritura”.

La mayor dificultad de los estudios en crítica genética “es que necesariamente para entender el valor de los tachados, las reescrituras y las correcciones se debe conocer la obra entera”. En otras palabras, “desde la crítica genética no se puede abordar una obra en forma aislada”. La investigadora hace hincapié sobre esa idea: “Se debe conocer lo editado y lo no editado, como los archivos”.

Reconoce que se trata de un trabajo que implica muchos años de lectura y conlleva una “fuerte memoria para recordar referencias que son oscuras, en tal página o en tal cuaderno, para poder hacer intercambios”.

La investigadora, nacida en Casbas, provincia de Buenos Aires, formada en la Universidad Nacional de La Plata y con diez años de residencia en Francia, halla en la escritura de Saer “un universo de repeticiones, de constancias, de cosas que aparecen y reaparecen”. Allí se reconoce “el estilo saeriano” pero también “ideas fijas que se manifiestan de forma más precisa con formas, construcciones, con palabras idénticas a lo largo de los años” y “de manera recurrente”.
La paradoja de "lo real ausente"

Preguntada sobre sus sensaciones tras el abordaje de los archivos de Saer, la investigadora habla de “un hombre brillante, sin duda”, que en su primera etapa de su producción “muestra cierta rigidez o disciplina” en su manera de escribir. Tensión que desaparece en coincidencia con su salida de Argentina y su radicación primero eventual y luego definitiva en Francia. Le dejó también un interés por “lo real ausente” que se presenta como una paradoja pensando en eso “real que se le escapaba” y en “lo inevitable” de tal situación.

Es así como Saer terminó seduciéndola, gracias a “esa insistencia casi titánica de querer revivir un real que de ninguna manera iba a volver y se le estaba escapando”. Se trató de un desafío estilístico para Saer, sobre todo la toma de conciencia de esa imposibilidad.

Bernabei resume el trabajo de Saer, y quizás también el suyo, con una figura extraída de la novela “La grande” cuando en relación a su personaje principal se juega con la idea de “dar la vuelta al mundo para terminar en la esquina”. Aunque con absoluta conciencia, como la de la muerte, sobre la “que sabemos pero no sabemos hasta que sabemos”.

El archivo no es descarte

El interés se entiende además por aquello que pertenece al universo saeriano pero que aún no fue editado, esto es papeles que rondan alrededor del proceso de escritura y que hacen a la escritura misma.

De allí se desprende otra característica de la escritura de Saer, ya que indica a su obra como "una saga, como una historia sin final en la que se recurre a los mismos personajes, contextos, y aparece en todo lo que se ha escrito" más allá de que haya pensado para una obra publicada.

"Me interesa lo que se descarta", confiesa Bernabei "ya que allí hay gran parte de lo que no se ha publicado, pero allí, en esos papeles, hay algo que se continúa, continum" de la obra de Saer.

Finalmente, según Bernabei, la universalidad y actualidad en Saer es parte de un debate sobre la rentabilidad de lo cultural y la novedad de la aparición pública de sus archivos, que eran de propiedad de su mujer y que hoy tiene asiento en la Biblioteca Firestone de la Universidad de Princeton, Estados Unidos, y de la renovación de la crítica literaria argentina que celebra a Saer.

El delirio en versión brasileña

La pregunta inicial se cae de madura: ¿Cómo es que un joven de las Minas Gerais brasileñas se interesó por Saer? Diego Cardoso Pérez hizo sus estudios de grado en Letras y su maestría en Estudios Literarios en la Universidade Federal de Viçosa, una localidad a 250 km. al sur de Belo Horizonte. En su formación se topó con un profesor uruguayo, Juan Pablo Chiappara Cabrera, quien le acercó por primera vez “El entenado”. De allí en adelante, Saer se convirtió en un objeto de estudio “muy importante” para su vida académica y que lo proveyó además de herramientas analíticas, al punto que la noción de “delirio” en Saer es utilizada como un concepto-llave o clave en su tesis de Doctorado.

Interesado y enseñado en las artes del español, actualmente cursa su Doctorado en Letras Neolatinas en el campus de la Ilha do Fundao de la Universidade Federal do Rio de Janeiro y presentó en el XI Congresso Brasileiro de Hispanistas del año pasado una ponencia denominada “Argentina, un delirio. Por Juan José Saer”.

Latinoamericanismo y delirio


Cardoso Perez explica qué fue el movimiento latinoamericanista y cuál fue la posición adoptada por Saer, que rendunda en su noción de delirio. “En los años 60 y 70 hubo un grupo de intelectuales muy militante del latinoamericanismo, con Ángel Rama y Antonio Candido por ejemplo, que quería pensar a la América latina y cómo ésta se relaciona con la occidentalidad y con la universalidad”. Y agrega: “Esos pensadores crearon un concepto, una tradición acerca de que Latinoamérica o ser latinoamericano es parte de un estilo” (de trabajo y de expresión). Esto es: “Somos parte de la occidentalidad pero un modo distinto al de los europeos, los estadounidenses, o quien sea, porque estamos en la periferia de Occidente, como diría (Beatriz) Sarlo”.

Como el “intelectual brillante que fue”, Saer también fue parte de ese movimiento, pero una de “sus preocupaciones fue pensar a América latina, Argentina, y su zona, Santa Fe, como un desvío, como un delirio”. Lo más interesante parece ser que “ese concepto suyo, el delirio, es algo turbio, porque puede ser algo bueno, como algo malo. Es como el desvío de la tradición, que puede ser alabado o que puede ser como la misma historia de América latina, de Argentina, con los gobiernos dictatoriales” y otras calamidades políticas y culturales.

Finalmente para Cardoso Perez, “el delirio es salir de la huella” de la tradición, termina siendo una marca personal en su trabajo y está tratado en forma brillante en su literatura tanto en su contenido como en su forma. “Retoma los abordajes occidentales y los cambia para hacer delirar al género y lo mismo hace con los contenidos”, como en “El entenado”, donde “un español llega a Argentina” y sus experiencias “hacen que su vida se delire. Igual pasa con otras novelas”. Allí se observa cómo “Saer cambia las reglas la huella de la tradición occidental". Y si bien “hay una idea de unidad, sobre todo con el boom (de la literatura latinoamericana), con (Julio) Cortázar o (Carlos) Fuentes, y Saer creía que no encajaba en esta nueva estética”.

Actualidad y universalidad

Los estudios de Cardoso Perez se dan en un marco, si se quiere inusual, cuando son los propios brasileños quienes no se sienten latinoamericanos. El especialista en Literatura Hispanoamericana asiente, pero cree que más allá de eso, la actualidad saeriana se debe a que en su literatura, “no cambian los significados”, se lea aquí o más allá, y que la universalidad que construye Saer “está exactamente en las relaciones humanas”.

Sobre el futuro de los estudios sobre la obra de Saer, Cardoso Perez observa que “están creciendo”, lamenta que sea luego de su muerte, ya que no tuvo la misma fama cuando estaba vivo, y que se convirtió en un “autor de culto, pero que aún debe ser explorado”, ya que como aconteció con (Ricardo) Piglia, “ahora son el canon latinoamericano, argentino”.

Fuente: La Capital

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