Según expresa la Revista El Gráfico de aquella jornada donde Argentina derrotaba a El Salvador 2 a 0 con goles de Passarella y Bertoni...
«Estadio José Rico Pérez, Alicante. 32 mil 500 espectadores. 23 de junio de 1982. Argentina, campeona del mundo, se juega la vida ante la débil selección de El Salvador. Un empate o una (impensable) derrota deja fuera del Mundial a Maradona y Cía.
El Salvador no juega y no deja jugar. Se para con cuatro al fondo y hasta cinco al medio, con sólo Jorge González buscando algún balonazo perdido en el ataque. Jorge “Chelona” Rodríguez ejerce marca personal sobre Diego Maradona durante todo el partido, en operación mozote.
Las continuas faltas sobre los argentinos cortan el ritmo del juego, los salvadoreños queman minutos... todo para evitar otra goleada.
Los albicelestes llegan y llegan, pero no hay gol. Al minuto cinco, Ardiles recibe dentro del área y dispara, pero no puede con la tapada de Guevara Mora; el balón queda suelto y lo prende “el Matador” Kempes, pero revira en el travesaño. En la siguiente jugada, Passarella cobra con fuerza un tiro libre, el guardameta cuscatleco reacciona y salva su valla.
Llega el minuto 12 y otra falta de Rodríguez sobre Maradona. El defensa salvadoreño le da la mano para ayudarle a levantarse, pero Diego no la acepta. Luce molesto. Al 13’, Kempes entra por izquierda y saca un tiro-centro que despeja Guevara Mora.
Argentina sigue siendo mejor. El Salvador apenas reacciona al minuto 18, en una jugada del “Mandingo” Rivas por derecha a pase del “Mago” González, pero aunque enfrenta mano a mano al arquero “Pato” Fillol, la jugada es inválida, pues hay fuera de lugar del ariete azul.
Hasta que el muro salvadoreño se quiebra, al minuto 21. Olguín corre de derecha al centro y mete un pase filtrado para Calderón, quien es derribado dentro del área por el zaga cuscatleco Francisco Jovel. El árbitro ecuatoriano, Luis Barranco, pita penalti.
Es como una pedrada a un panal de avispas. Los salvadoreños se abalanzan sobre Barranco y se deshacen en reclamos, incluso le dan algunos empujones y manotazos al silbante, pues a su juicio, Jovel había ido a la pelota. Los argentinos sólo observan de lejos, sorprendidos, a sus airados rivales. Barranco amonesta a Osorto para calmar los ánimos.
Passarella cobra el tiro de 12 pasos con un zurdazo potente al medio. Si Guevara Mora no se hubiera lanzado a su izquierda antes, habría atajado el disparo.
Los argentinos siguen atacando. Quieren golear. No ser menos que Hungría. Que Maradona no quede mal.
Bertoni cobra un tiro libre por derecha al minuto 25, y Maradona se anticipa a los defensas para prenderla de zurda, pero su intento se va abierto por el segundo palo.
Entonces, una acción polémica. Olguín ya le había cometido falta a Ramírez Zapata al 14, cuando le machacó su pie de apoyo. Y al 26, cuando el argentino intenta cubrir la bola, el salvadoreño lo marca y le da un codazo al pómulo derecho.
Olguín cae al césped, sangrando. Barranco amonesta a Ramírez Zapata. El público aplaude al minuto 30, cuando el argentino vuelve al partido con una gasa en su herida; y se asusta con el planchazo que intenta meterle al salvadoreño un minuto después. También ve amarilla.
Y volver a empezar. Argentina machaca. Cabecea Passarella, dispara Ardiles, lo intenta Kempes. Nada.
Entre la tormeta celeste y blanco, aparece un rayito azul, al minuto 44. Es Jorge González. “El Mago” arrastra la bola desde su medio campo, se acerca al área rival, amaga un disparo y así se quita a Passarella, pero cuando ya está por pisar la media luna, lo baja con falta Américo “el Tolo” Gallego, quien recibe tarjeta amarilla.
Es tiro libre para El Salvador. El mismo González lo cobra. Estrella su primer intento en la barrera de cinco hombres, vuelve a pegarle y choca en Tarantini; el balón le queda a Ventura, quien abre por derecha porque González ya está ahí; otra travesura-gambeta y la bola regresa a Ventura, quien mete un pase para Norberto “Pajarito” Huezo, y éste, justo al recibir el balón, de espaldas al marco, sufre una falta por detrás de Ardiles, quien logra desarmarlo.
Parece penalti. Los salvadoreños lo exigen. Huezo sigue en el piso, adolorido. Barrancos no decreta la pena máxima. “El Pajarito”, con una sonrisa irónica, se levanta y trota. Fillol respira.
Maradona despierta y arranca en velocidad desde el medio terreno, pero Recinos lo “foulea”. Amonestación para el salvadoreño. Y termina el primer tiempo.
El complemento inicia distinto. Porque aunque Argentina sigue dominando, El Salvador tiene más control y calma. Incluso, al 51, mientras los azules pasean la bola con criterio, Gallego corta el circuito con la mano. Y no lo amonestan.
Los gauchos no encuentran por dónde, pero cuentan con un arma letal: la riqueza técnica individual de sus delanteros. Y al minuto 53, Bertoni lo demuestra.
El ariete del Fiorentina toma un balón por derecha, lo lleva al área rival ante la marca de Recinos, deja a Ramírez Zapata y cuando está por salirle el líbero Paco Jovel, dispara de zurda al segundo palo, con efecto; Guevara Mora reacciona tarde, el tiro va muy ajustado y entra.
Bertoni recuerda hoy ese gol como “el más lindo de los cuatro que hice en los mundiales. En el 82 le hice dos a Hungría, pero ese a El Salvador fue mejor, un zurdazo combado, imposible para el meta”.
De vuelta al partido. Es temprano en el segundo tiempo y la afición de Alicante se relame de gusto. El campeón del mundo ya tiene a los salvadoreños donde quería y va a golearlos. Seguro.
Argentina lo intenta, pero no puede. Maradona asusta con dos tiros libres al ángulo, desviados por poco; sigue probando Passarella y sigue fallando Olguín. Guevara Mora se agiganta.
El técnico Menotti ya se sabe clasificado, pero necesita un triunfo con más categoría. Saca a Bertoni y envía a Ramón Díaz, del Inter de Milán, al minuto 67.
Al 76, Maradona golpea sin intención el cuello de Ventura, quien no se recupera y sale en camilla. El astro argentino le pide disculpas reiteradamente. Ventura luce adolorido, pero su desgracia le sirve a El Salvador para enfriar el ritmo. Ingresa de cambio Mauricio “el Tuco” Alfaro por el “lesionado”... quien, en realidad, usó esta estratagema para abandonar el campo con algo de dignidad, porque, en realidad, su físico ya estaba a cero para continuar.
El otro “rayito azul” en todo el juego llega al 81. “La Ardilla” Arévalo comienza una avanzada por derecha que no parece peligrosa, pero avanza, se quita a Tarantini y, ya cerca del área rival, saca un zapatazo de derecha; Fillol salva, complicado.
Argentina responde con furia, pero sin pulso. Al minuto 90, “el Pelado” Díaz cede a Diego en el área cuscatleca, pero Guevara Mora se la quita de las piernas.
El partido ya está frío. El 2-0 clasifica a la Argentina y no lastima la dignidad de El Salvador. Cuando Barranco pita el final, aún cuando en la cancha hubo roces y jugadas fuertes, ambos oncenos se van a los camerinos entre saludos...»
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