LA REVOLUCIÓN DEL 4 DE JUNIO Y SU REPERCUSIÓN EN CAÑADA


El 4 de junio de 1943 se produce la Revolución de los Coroneles, encabezada por los integrantes del GOU, que no ocultaban su simpatía por los regímenes de Alemania e Italia y se declaraban partidarios de la neutralidad, anticomunistas y contrarios al fraude electoral, comenzaron a preparar el asalto al gobierno y tomaron contacto formalmente con dirigentes partidarios socialistas, conservadores y radicales todos ellos en clara oposición al gobierno del presidente Ramón Castillo.

Presidente Ramón Castillo, derrocado el 4 de junio de 1943

En la esfera política nacional, el golpe no sorprendió a nadie, el entonces presidente Ramón Castillo había soportado varias intentonas golpistas pero al llegar las elecciones del correspondiente año, el primer mandatario nacional preparaba un formidable fraude electoral a favor del candidato conservador Robustiano Patrón Costas. Esta revolución fue llevada a cabo por el G.O.U. (Grupo de Oficiales Unidos) liderados entre otros por Miguel Á. Montes, Urbano de la Vega, Juan Domingo Perón, Juan Carlos Montes, Agustín de la Vega, Emilio Ramírez, Aristóbulo Mittelbach y Arturo Saavedra. El primer presidente fue  Arturo Rawson pero a las setenta y dos horas fue reemplazado por Pedro Ramírez, siendo Edelmiro Farrell quién concluyera esta etapa de la historia nacional. Precisamente de Farrell,  se lo recuerda a éste, que siendo presidente de la nación en una parada del tren presidencial en nuestra estación,  recorrió las instalaciones de la misma.

Sobre este hecho, Pacho O´Donnell opina: “los que opinan que este fue un mero golpe de estado y lo igualan con el del 30 o con la fusiladora del 55 se equivocan. Los acontecimientos del 43 representaron una Revolución auténtica, pues significó en lo interno un verdadero cambio en la estructura anterior que estaba instalada en nuestro país desde su mismo origen, enmarcado en la dominación británica en lo cultural, político y económico y como ya mencionamos, utilizando el fraude y el negociado como instrumento de supervivencia de un cruel sistema, del ESTATUTO LEGAL DEL COLONIAJE, en el decir de don Arturo Jauretche. En lo internacional, la bandera de la neutralidad, la concepción de una América Latina integrada y una nueva mirada del mundo desde lo nacional y con la ideología que surge de las necesidades y realidades de los pueblos sometidos y no de los sometedores.”[1]

CÓMO ACTÚO LA PRENSA Y LA SOCIEDAD EN CAÑADA DE GÓMEZ

Por aquel entonces el único medio escrito que tenían los cañadenses era el periódico La Nota, perteneciente a Nemesio Valbuena, un férreo radical antipersonalista. Con el título ¡Cayó el gobierno del fraude!, publicada el 5 de junio de 1943, anunció a la población lo que quizás muchos habían escuchado en la radio 24 horas antes. En sus columnas expresaba que

«Se tuvo la impresión cabal que no era un simple episodio por la posesión del poder, sino la caída definitiva y vergozante del gobierno del Dr. Castillo, y de la camarilla antiargentina y fraudulenta que ha estado hundiendo al país en el descrédito y en la inmoralidad durante más de doce años desde 1930 hasta nuestros días (…) En nuestra ciudad la noticia de la revolución y de la estrepitosa caída del palenque en que se afirmaba los fraudulentos de aquí y de allá, causó gran expectativa al principio, cuando no se conocía la finalidad esencial del movimiento, y más tarde franca sensación de alegría y de satisfacción, pues no es un misterio para nadie de que la inmensa mayoría del pueblo sentía un profundo asco por la política imperante con por quiénes se encargaban de mantenerla y avivarla por la recompensa en un mal plato de lentejas…»[2]

LAS AUTORIDADES DE FACTO QUE ASUMIERON

Teniente Gral. Arturo Rawson

El primer presidente de facto de esta revuelta fue el Teniente General Arturo Frankiln Rawson, un santiagueño que apenas duró 72 horas en el mando sin llegar a prestar juramento. Durante ese período hubo diferencias entre algunos oficiales del GOU sobre asuntos de política interna y sobre la posición de la Argentina con respecto a los países involucrados en la Segunda Guerra Mundial; todo ello llevó a Rawson, quien había apoyado la idea de mejorar las relaciones con los Estados Unidos y los aliados, a delegar su autoridad en Pedro Pablo Ramírez, más representativo de los nacionalistas militantes e inclinado a comprender mejor las fuerzas del Eje.

Gral. Pedro Ramírez

El Gral. Pedro Pablo Ramírez gobernó entre el 7 de junio de 1943 y el 9 de marzo de 1944 siendo sus vicepresidentes Sabá Sueyro hasta el 15 de octubre y desde esa fecha hasta su renuncia Edelmiro Farrel.

El Gral. Edelmiro Farrel finalmente ocupó la presidencia de facto desde el 9 de marzo hasta el 4 de junio de 1946, sus vicepresidentes fueron el Gral. Juan Domingo Perón hasta el 10 de octubre de 1945 y el Gral. Juan Pistarini hasta el final de la revolución.

Gral. Edelmiro Farrel

En la provincia de Santa Fe, fueron interventores de la misma, el Teniente Benito Oiz desde el 4 de junio de 1943 hasta el 26 de junio del mismo año, reemplazado por el Capitán de Navío Julio Cárrega hasta el 18 de noviembre de 1943; lo continuaron Manuel Argüelles desde esa fecha hasta el 16 de julio de 1944, el Coronel Arturo Saavedra hasta el 16 de marzo de 1945 y Oscar Aldrey hasta el 4 de junio de 1946.

El Dr. Ángel Federico Robledo, el Ing. Bartolo Cuffia, Abel Romegialli y Horacio Abregú

En Cañada de Gómez, Isidoro Martín quién era el intendente municipal en el momento del golpe continúo en el cargo durante unos meses, quién en ese breve lapso resignó de los servicios del Ing. Cuffia por problemas personales y políticos. El gobierno provincial intentó seducir primero a Ricardo C. Romegialli a ocupar ese lugar, “cuya designación declinó días después de comprender mejor el rumbo avieso del flamante gobierno de facto.” Según Trujillo, en esos años se iniciaron persecuciones a dirigentes políticos acusados de ser comunistas, y algunos sufrieron hasta la cárcel. Finalmente el elegido a ser Comisionado Municipal fue Abel Romegialli, hijo del fundador de La Helvética y hermano de Ricardo, que a los 45 años le tocó dirigir los caminos de su ciudad. Al asumir manifestó que “gran honor es para mí, señores, en estas circunstancias especiales asumir el cargo, de esta, mi querida ciudad, que a través de los años la vi crecer y vivir con ella todas las esperanzas de embellecimiento, de trabajo y de progreso.”  Acompañaron a Romegialli en su gestión Enzo Albónico como secretario, posteriormente reemplazado por Horacio Abregú, el Dr. Ángel Federico Robledo como asesor letrado, la vuelta del Ing. Bartolo Cuffia a Obras Públicas y Mario Maero como custodio del Concejo Deliberante en reemplazo de Federico Neauhaus.

En noviembre de 1945 Abel Romegialli renuncia a su cargo pero recién en febrero del año siguiente llegó la designación de Horacio Abregú como Comisionado Municipal Interino hasta que se realizarán las elecciones nacionales y asumieran las autoridades elegidas.



[1] https://ditocdg.blogspot.com/2014/12/los-intendentes-de-canada-abel.html

[2] La Nota, 5 de junio de 1943


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