A continuación transcribo una nota publicada por el diario La Nación en 1940 sobre nuestra ciudad.
Los
habitantes de Cañada de Gómez hablan de asfalto:
-Por
fin van a asfaltar las calles.
Hombres,
mujeres y niños comentan el tema del día:
-Dicen
que saldrá a 8,90 el metro cuadrado.
Caminando
por la calle, llena de hondas huellas trazadas por los camiones, y los carros,
se comprende la alegría de la gente. Cuantos años han vivido los habitantes de
Cañada de Gómez en la lucha con el barro? Nos hemos situado ante las puertas de
la historia.
Abrásmola.
No tiene que ser muy honda la mirada para llegar al final del panorama que
ofrecen detrás entre los años 1860 y 1870 se instalan las primeras familias en
Cañada de Gómez, mas ya es sabido que no todo es luminoso en los paisajes
retrospectivos. Presentan claroscuros, abundancia de sombras, que hacen más
interesante el cuadro el envolverlo un poco en el misterio.
Son
ochenta años bajo la dictadura de la lluvia. Ochenta años de botas altas.
Ochenta años de buenos caballos cadeneros. Ochenta años de artesanía en
refinamiento hacia la industria; ahora hay curtiduría, fábrica de camiones,
importantes talleres del ferrocarril.
Uno
se figura el primer zapatero de Cañada de Gómez, el Sr. Juan Malberti, que
llegó en 1872, trabajando en el pequeño taller, encorvado sobre el cuero por la
presión de la faena y las exigencias de los clientes.
-Bien
altas y bien cosidas, que resistan el barrizal!
Y
en la fonda de don Luis Zanotta en una noche de truenos y rayos cuando sabe
mejor la caña siendo siempre la misma, a la luz de una lámpara de acetileno, en
un descanso de la algarabía de trucos y retrucos, se comentaría:
-Allá,
en la cuadra de la panadería de Claudio Armand, quedo empantanado el carro.
Malberti,
Zanotta, Armand… Nombres que no dicen nada a larga distancia, pero que resuenan
con admirativa unción aquí, en el sitio donde dieron el primer martillazo, la
primer puntada, el primer golpe de pala, Enrique James cerealista; Nicolas
Martelli comerciante; Bruno Scharn médico; Juan Frey sastre; Fernando Albasani
relojero; Francisco Rodríguez maestro de escuela; Gabriel Pomeirel boticario;
Augusto Troillet ferretero…
Y
primero hubo un molino a mula, el de Tomas Giordano y después un molino a vapor
de Stucchi Hermanos, el campo imponía su dominio.
El
campo dominador. He aquí la explicación de porque no se han asfaltado las
calles de Cañada de Gómez, ciudades rurales, valga al calificativo, en las
mismas condiciones y muchos pueblos importantes existen en Argentina, porque
viven del agro y el agricultor le importa mucho más su chacra que el asfalto.
Tiene el país varias ciudades en buen estado y el resto es campo que en
ocasiones y pequeños retazos se disfraza de urbe. Otra cosa sería si los
hombres que se enriquecen en la gleba no la abandonaran, sintieran amor por la
tierra que le fue prospera.
-Por
fin van a asfaltar las calles.
Glosan
el suceso con tanta alegría las gentes de Cañada de Gómez, que se comprende la
importancia que adquirió la licitación del asfalto, nadie, desde el intendente
a los chicos de las escuelas, hablan de otra cosa.
Viene
la tierra desde las chacras. Trae olor a maíz, trigo, lino. Llegan los últimos
rincones. Entra el campo en todas partes, en la iglesia, en la estación, en los
hoteles. Se prende el polvo a los altares, a los trenes, a las mesas. Había que
liberarse de tanta presión de la tierra. Pronto comenzará en Cañada de Gómez el
aligeramiento de la asfixia.
-Por
fin van a asfaltar las calles…
La
Nación, 25 de mayo de 1940 (de un corresponsal viajero)
1 comentario:
Pablo: muy bueno y valioso tu trabajo. Compartimos sensibilidad sobre muchos temas. Seguí adelante, tu tarea es imprescindible. Saludos. (Raúl L. Fdez.)
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