Las calzas de Cristina

Por Hernán Brienza

Hagamos un ejercicio. Tomemos una misma noticia interpretada por los principales diarios matutinos.
 
Elijamos primero La Nación, por ejemplo:
 
"La presidenta Cristina Fernández de Kirchner visitó ayer Ezeiza, el distrito de donde el oficialismo extrapoló al flamante ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados. El objetivo claramente fue demostrar un respaldo al flamante funcionario, que representó para el gobernador Daniel Scioli un giro en su política de seguridad.
 
Sin embargo, el apoyo se agotó en lo gestual. Pese a que se especulaba con un fuerte respaldo de la jefa del Estado a la nueva gestión, la mandataria evitó hablar del tema de la seguridad, y el intendente de Ezeiza (en uso de licencia) tuvo que conformarse con un sitio periférico en las fotos de ocasión.
 
En su discurso, la Presidenta abordó distintos temas, pero ninguno el que se esperaba que fuera el eje. Habló del presupuesto, de fondos provinciales y de la defensa del modelo económico. La presencia de Cristina al lado de Scioli y Granados era muy esperada como una ratificación de que los cambios introducidos no iban en contra del criterio de la Casa Rosada, sobre todo porque implicó un endurecimiento en la política de seguridad."
 
Claramente, se trata de un encabezamiento elaborado con una mirada ideológica, con intencionalidad política, con convicción militantemente opositora, ya que marca una diferencia entre lo que la presidenta Cristina Fernández hizo y lo que, según el escriba del diario, debería haber dicho o hecho. Está bien. Es una mirada posible. Compartible  o no, según la posición ideológica.
 
Vayamos al segundo ejemplo, Página 12:
 
"La presidenta Cristina Fernández de Kirchner pidió a sus simpatizantes estar 'atentos' para que 'las conquistas' obtenidas en los últimos diez años en la Argentina y América del Sur 'no se vayan más'. Fue durante un acto en la localidad bonaerense de Ezeiza, donde inauguró un centro recreativo y dio el puntapié inicial al establecimiento de un nuevo polo productivo impulsado por cooperativistas de empresas recuperadas. Allí, compartió escenario con el hombre fuerte de ese partido y flamante ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados.
 
Durante su discurso, la Presidenta pidió a los legisladores opositores que no pongan trabas al Presupuesto 2014, enviado al Congreso nacional. 'Necesitamos que todos puedan ayudar para que las cosas se hagan y los recursos lleguen finalmente en obras, en servicios, en educación, en salud', solicitó. Además, hizo referencia a las obras de reconstrucción en la provincia de Córdoba tras los incendios, elogió la labor de la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y hasta se refirió en forma velada al espionaje de los Estados Unidos sobre su par brasileña Dilma Rousseff."
 
Una mirada diferente. Más completa, más abierta, una selección ideológica de los temas que tocó Cristina Fernández de Kirchner, claro, pero haciendo hincapié en la información, demostrando que se puede hacer periodismo teniendo una perspectiva diferente, incluso, a la de La Nación.
 
Vamos al tercer ejemplo, nuestro Tiempo Argentino:
 
"Cristina pidió a la oposición que se siente a debatir el Presupuesto 2014. El oficialismo busca conseguir el miércoles la media sanción de la iniciativa, pero algunos sectores opositores amenazan con frustrar el debate como en 2014. Obras para Córdoba, el recuerdo del Grupo A y el fracaso de 2010. La mandataria destacó que se trata de las previsiones de ingresos y egresos de todos los argentinos y no de la presidenta".
 
Permítanme eximirme de hablar de mi propio diario por una cuestión de elegancia. Pero uno podría continuar la misma línea expositiva de los diarios anteriores. Uno podrá elegir la mirada ideológica con la que quiera nutrirse, pero hay un mínimo de seriedad en el tratamiento de la noticia y la información. El protagonista del hecho informativo es el lector que puede optar por el diario y la perspectiva cultural y política.
 
Por último, está el diario Clarín. Veamos:
 
"Y un día se habló sólo de calzas. 'Las calzas de Cristina'. Es que el look que exhibió la Presidenta ayer, en su visita al partido de Ezeiza, mandó a un segundo plano cualquier otra consideración sobre el significado de ese acto. Pero no sólo eso: las calzas, (o leggins) que exhibió la Presidenta obligaron también a hablar de la figura de su cuerpo. Las más observadoras destacaron la buena forma de las piernas de una mujer de 60 años. Y de su cuerpo en general. 'Está más flaca', se dijo en las redes sociales.
 
Es que no se habló de otra cosa desde que aparecieron las primeras imágenes. En territorios habitualmente tajantes, como Twitter y Facebook, donde los juicios, a favor y sobre todo en contra, suelen ser inapelables, Cristina cosechó más elogios que críticas. Las más detallistas, apostaban al efecto de una cirugía. Otras, de un 'short contenedor', que ayuda a tornear las piernas. Los más audaces, hablaron del 'voto calza'. Todo vale".
 
Se puede hacer periodismo de derecha, de izquierda, de centro. Se puede hacer periodismo militante, oficialista, opositor, empresario, se puede hacer de opinión, de convicciones, se puede intentar engañar al lector con la paparruchada de la independencia, la objetividad y el profesionalismo. Lo que no se puede hacer es "periodismo boludo".
 
El problema es que esa categoría de periodismo termina generando miles de adeptos. Entonces, en la calle uno se encuentra con personas que hablan de las calzas de Cristina, de las carteras de Cristina, de la forma de hablar de Cristina, y no de las políticas de la presidenta, de las decisiones de la presidenta, de los discursos de la presidenta.
 
Miles de argentinos, entonces, creen que la política pasa por esas tonterías y no por la distribución de la riqueza, la democratización del poder político, la desmonopolización de la economía. Todo el fin de semana miles de argentinos hablarán de las calzas de Cristina y pocos hablarán del Presupuesto 2014, que prevé un 7% de crecimiento de la economía para el año próximo.
 
Una última cosa: convengamos que las calzas le quedan mejor a la presidenta que a Héctor Magnetto, a Jorge Lanata y que a Carmen Acevedo Díaz, por supuesto. 

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