Los intendentes de Cañada.... Abel Romegialli y la Revolución del 43

Abel Romegialli, Intendente Municipal 1943-1945
El golpe de estado realizado el 4 de junio de 1943 no sorprendió a nadie, el entonces presidente Ramón Castillo había soportado varias intentonas golpistas pero al llegar las elecciones del correspondiente año, el primer mandatario nacional preparaba un formidable fraude electoral a favor del candidato conservador Robustiano Patrón Costas. Esta revolución fue llevada a cabo por el G.O.U. (Grupo de Oficiales Unidos) liderados entre otros por Miguel Á. Montes, Urbano de la Vega , Juan Domingo Perón, Juan Carlos Montes, Agustín de la Vega , Emilio Ramírez, Aristóbulo Mittelbach y Arturo Saavedra. El primer presidente fue  Arturo Rawson pero a las setenta y dos horas fue reemplazado por Pedro Ramírez, siendo Edelmiro Farrell quién concluyera esta etapa de la historia nacional. Precisamente de Farrell,  se lo recuerda a éste, que siendo presidente de la nación en una parada del tren presidencial en nuestra estación,  recorrió las instalaciones de la misma.

Sobre este hecho, Pacho O´Donnell opina: “los que opinan que este fue un mero golpe de estado y lo igualan con el del 30 o con la fusiladora del 55 se equivocan. Los acontecimientos del 43 representaron una Revolución auténtica, pues significó en lo interno un verdadero cambio en la estructura anterior que estaba instalada en nuestro país desde su mismo origen, enmarcado en la dominación británica en lo cultural, político y económico y como ya mencionamos, utilizando el fraude y el negociado como instrumento de supervivencia de un cruel sistema, del ESTATUTO LEGAL DEL COLONIAJE, en el decir de don Arturo Jauretche. En lo internacional, la bandera de la neutralidad, la concepción de una América Latina integrada y una nueva mirada del mundo desde lo nacional y con la ideología que surge de las necesidades y realidades de los pueblos sometidos y no de los sometedores.” [1]

Mientras en la provincia en un solo año tuvo cuatro interventores (Benito Oiz, Julio Cárrega, Manuel Argüelles y Arturo Saavedra), en nuestra ciudad se mantuvo durante unos meses al mando de la intendencia Isidoro Martin, quién en ese breve lapso resignó de los servicios del Ing. Cuffia por problemas personales y políticos. El gobierno provincial intentó seducir primero a Ricardo C. Romegialli a ocupar ese lugar, “cuya designación declinó días después de comprender mejor el rumbo avieso del flamante gobierno de facto.”[2] Según Trujillo, en esos años se iniciaron persecuciones a dirigentes políticos acusados de ser comunistas, y algunos sufrieron hasta la cárcel.

Finalmente el elegido a ser Comisionado Municipal fue Abel Romegialli, hijo del fundador de La Helvética y hermano de Ricardo, que a los 45 años le tocó dirigir los caminos de su ciudad. Al asumir manifestó que “gran honor es para mí, señores, en estas circunstancias especiales asumir el cargo, de esta, mi querida ciudad, que a través de los años la vi crecer y vivir con ella todas las esperanzas de embellecimiento, de trabajo y de progreso.”[3] Acompañaron a Romegialli en su gestión Enzo Albónico como secretario, posteriormente reemplazado por Horacio Abregú, el Dr. Ángel Federico Robledo como asesor letrado, la vuelta del Ing. Bartolo Cuffia a Obras Públicas y Mario Maero como custodio del Concejo Deliberante en reemplazo de Federico Neauhaus.

Romegialli se encontró con un municipio endeudado en casi un millón de pesos, impagable en esos años, problema que debió solucionar con la intervención de la provincia; una profunda crisis de desocupación fomentando la ayuda social a través de las instituciones educativas; se regularon algunas normas de convivencia de esos años, reglamentando el uso del saco en lugares públicos; se reguló el horario de los actividades en los boliches; una campaña en contra de los perros sueltos, donde por ordenanzas, si aquellos que fueran encontrados en la vía pública y no fueran reclamados por sus dueños dentro de las 24 horas eran sacrificados; se autorizó a la familia Bardone a urbanizar las zonas aledañas al Parque Municipal; por primera vez se reglamentó el uso de licencias pagas al personal municipal; se le otorgó por el período de dos años el uso de una línea urbana de transporte a Antonio Araujo y se continúo con la obras en la ciudad.

El 27 de noviembre de 1945, Abel Romegialli renuncia al cargo de Comisionado Municipal y es reemplazado por Horacio Abregu, volviendo a ser el primer mandatario cañadense en 1950. En el medio, el primero de una familia que le ha aportado mucho a la ciudad, ocupó importantes cargos provinciales, pero los mismos será tema del próximo capítulo.


[1] Mario O´Donnell, www.odonnell-historia.com.ar
[2] Francisco Trujillo, Cañada de Gómez, en su pasado y mis cosas, pag. 3
[3] La Nota ,  9 de octubre de 1943

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