LA CAÑADA DE LOS GÓMEZ, 1910 CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN

La plaza el 25 de mayo de 1910.


La conmemoración del Centenario de la Revolución de Mayo coincidió con una creciente conflictividad social, como bien lo expresé en el capítulo anterior. El año 1910 registró el número más elevado de huelgas y disturbios. José Figueroa Alcorta asumió la presidencia el 12 de marzo de 1906 a raíz de la muerte del entonces presidente Manuel Quintana. Desde el primer momento se apoyó en los dirigentes roquistas para llevar adelante las riendas del país. Además es el primer y único argentino hasta ahora en presidir los tres poderes constitucionales, ya que siendo vicepresidente estuvo al frente del Poder Legislativo, posteriormente el Poder Ejecutivo y finalmente desde el 12 de octubre de 1910, cuando le entregó el mando a Roque Saénz Peña, ocupó la presidencia de la Suprema Corte de Justicia hasta el día de su muerte el 27 de diciembre de 1931. A pesar de tener una de las avenidas más importantes de la ciudad de Buenos Aires, a Figueroa Alcorta bien podríamos recordarlo como el presidente que cerró el Congreso Nacional, con mayoría del Partido Autonomista Nacional, cuando en enero de 1908, se le negaba el tratamiento del Presupuesto Nacional. Fue así que el presidente argentino decide dar el golpe cuando el día 25 retira el proyecto, clausuró las sesiones extraordinarias, declaró vigente el presupuesto del año anterior y clausuró el Congreso, ocupándolo con fuerzas policiales. En marzo convoca a elecciones a legisladores, dejando a los roquistas en minoría, rompiendo de esa manera con los seguidores del Zorro y ex aliados del presidente. Finalmente el otro de los hechos malditos en los que Figueroa Alcorta fue protagonista es cuando estando al frente de la Corte Suprema avaló  el primer golpe de estado que destituyó a Hipólito Yrigoyen en 1930.


Volviendo a los festejos del Centenario, el dirigente anarquista Abad de Santillán en esos años manifestó que  «el gobierno triunfó; pero la historia recordará que para celebrar la fecha de la Independencia fue necesario convertir a Buenos Aires en un campamento militar, con estado de sitio y con cárceles repletas». Cuando en ese sistema agroexportador, que beneficiaba a unos pocos que se quedaba con mucho, aquella fiesta popular sólo fue disfrutada por la sociedad alta porteña que recibió con recepciones de gala, funciones teatrales extraordinarias, marchas civiles y desfiles militares e inauguración de monumentos, algunos de ellos obsequiados por otros países a  la infanta Isabel de Borbón, hermana del rey de España Alfonso XIII y  el arribo de destacados estadistas, como el francés Georges Clemenceau, y de escritores y periodistas como Ramón del Valle Inclán y Vicente Blasco Ibáñez, era la señal inequívoca del interés que en ese momento despertaba la Argentina.

Mientras tanto en la provincia de Santa Fe el 18 de febrero asumió Ignacio Crespo como gobernador y Pedro Lino Funes como vice. Ninguno de los dos sospechaba que iniciaban el primer gobierno del Siglo XX en no finalizar su mandato, ya que catorce meses después de asumir fue intervenido el gobierno provincial. Crespo era un veterano dirigente de la provincia, había sido intendente de la capital en 1877, senador provincial nueve años antes y su gabinete estaba integrado por destacadas figuras de la sociedad santafesina como Julio Busaniche, Alberto Paz y el Dr. Estanislao López, nieto del Patriarca.

Por su parte en Cañada de Gómez el Jefe Político Primo Bellotti y la Comisión de Fomento conducida por Servando Martínez, quién el 20 de enero de 1910 le solicita al Ministro Lassaga la aprobación del contrato celebrado entre la Comisión y la Compañía Unión Telefónica del Río de la Plata, cuyo objeto lo ha creído esta Corporación de gran intereses y adelanto para esta localidad.[1] Días después, a raíz de la apertura de la calle Vieytes, se le restituyó una importante cruz de madera a la parroquia comandada por Mateo Llodrá y en abril se le pidió al gerente de la oficina de Ferrocarriles Nacionales la apertura de pasos a nivel.

Los cañadenses como el resto de los argentinos se preparaban para los festejos del Centenario. Por eso el 18 de abril la Comisión le escribe al Ministro López un pedido de «mil pesos para erigir el monumento al General José de San Martín en una de las plazas del pueblo y que se inaugurará el próximo 25 de mayo con motivo de los festejos de la Independencia (sic). También se le pidió permiso para cambiar el nombre de Plaza República por el de General José de San Martín y el nombre de Bv. Ocampo por el de Centenario»[2] Es preciso aclarar que la actual calle Centenario es en realidad la antigua Vieytes, mientras que Ocampo sigue firme en pleno centro de la ciudad. No hay registros del porqué en el cambio de Ocampo por Vieytes, quizás para las ideas vigentes de ese entonces Vieytes haya sido algún maldito de la historia.

Sobre los festejos del Centenario quién mejor lo describe, como historiador y testigo del evento, es Elías Bertola en sus Apuntes donde expresa que...

«Bajo los buenos auspicios de unos días hermosos primaverales, como si la naturaleza deseara prestar su valioso concurso, se realizaron los festejos del Centenario. Si bien en general el vecindario haya notado alguna deficiencia en el desarrollo del programa de la Comisión de Fiestas y que el ambiente no estuviera preparado con la alegría y el entusiasmo que requería la importante conmemoración de la histórica fecha, sin embargo en su conjunto se celebró en una forma digna. Es indudable que el acontecimiento político local, ya del dominio público, y que se ha producido a la víspera de los festejos, ha hecho indirectamente fracasar en parte moral y materialmente el resultado de la fiesta, porque era tarde para que a la nueva Autoridad le fuera dable y estuviera en condiciones de tomar la intervención que le correspondía en una manifestación de tan gran alcance.

»Para una parte de la población el gran atractivo se ha reducido a los fuegos artificiales que fueron bastante bien y con interesantes piezas pirotécnicas. Lo que sí, deberían suprimirse esas bombas de gran estruendo que asustan y aturden sin causar mayor placer al público el cual hoy día en su refinamiento, prefiere un espectáculo atrayente para la vista y no para el oído. El número más importante por su significación histórica ha sido la inauguración del monumento al General José de San Martín. Rodearon el monumento el Batallón Infantil, los alumnos de las varias escuelas, las corporaciones de las Sociedades de la localidad que con sus banderas han concurrido a la ceremonia, la concurrencia al palco oficial y el público. Una vez descubierto el busto del prócer, empezaron los discursos, iniciándolo con uno alusivo al acto el Mayor Señor Vicente S. Martínez por la Comisión del Centenario. Terminado de hablar se entonó el Himno Nacional, siguiendo después en el uso de la palabra la niña María Sanz perteneciente a la Escuela Fiscal y el niño Hugo Romegialli de la Escuela Italiana. Acto continuo fueron colocadas varias Coronas en el Chapitel del Busto. Siguió luego en el uso de la palabra  el señor Pascual Avalos, pero ni bien había empezado, se hundió deslizándose como movido por un resorte, el tablado que formaba la Tribuna oficial, la cual estaba atestada especialmente de señoras. Pasado el primer momento de estupor y una vez que el público se dio cuenta rápidamente que no había ocurrido desgracia alguna, sino puro susto, se convirtió el hecho en una nota cómica muy graciosa que produjo una hilaridad general prolongada – y no podía ser a menos, pues cómica fue la forma del hundimiento que tan inesperadamente y de pronto convirtió a los ocupantes de la tribuna en un montón confuso y pegados como las sardinas en un barril...

»El día 26, fueron inauguradas la placas colocadas en la plaza República y calle Vieytes que en adelante se llamarán Plaza General José de San Martín y Boulevard Centenario respectivamente. Esta inauguración última ha satisfecho indudablemente al vecindario que al fin de tantos años de lucha contra la indiferencia o terquedad de varios administradores de la Comuna, han visto realizarse una de sus justas aspiraciones en beneficio de la vialidad e interés público de la planta urbana del pueblo. A la Comisión de Fomento actual y a la Comisión del Centenario hay que agradecerles el obsequio. También se llevó a cabo el partido de foot-ball, terminando con el triunfo del “Club Alem” que se llevó la copa artística de plata, acordada por la Comisión del Centenario. Llamó la atención y ha constituido un verdadero adorno, el arco artístico levantado por la Sociedad Italiana. Agregaremos por último, que durante las fiestas, nos consta que no se producido incidente alguno, confirmando una vez más, la cultura y compostura del pueblo.»[3]

Después de los festejos había que seguir gobernando y la Comisión de Fomento con Martínez al frente toma una resolución muy polémica que en aquel entonces nadie objetaba, como fue el régimen de salidas de las mujeres asiladas en las Casas de Tolerancias. Las mismas tenían autorización de salir solamente una vez por semana, entre las doce del mediodía hasta las cinco de la tarde. Si las mismas eran encontradas fuera de ese horario serían detenidas y con severas multas a quiénes se repartían el negocio de la prostitución como fueron Juan Lier, José Pase y Antonio Gilbar. Lo que podemos ver como lo que hoy llamamos trata en aquel entonces era algo normal bajo la denominación de asilada. Lamentablemente muchas mujeres han desaparecido y han sido asesinada en esta historia negra de la prostitución, donde nuestra ciudad no estuvo ajena a semejante aberración. En octubre del mismo año, la Comisión le comunicó al Jefe Político Joaquín Marrul que la misma quedaba acéfala por haberse cumplido el mandato de todos sus miembros. El 15 de noviembre, después haber estado un tiempo en Corrientes y de vuelta al pueblo, el Dr. Teófilo Quirel asume la presidencia de la Comisión de Fomento acompañado por Octavio Koller en la tesorería, Antonio Ayres y Bautista Ré como vocales.

Durante este año el pueblo vio finalizado la nave del nuevo Templo Parroquial. El 16 de febrero fallecía Cirilo Peralta, nuestro primer Juez de Paz y quién junto a su padre Lorenzo fuera uno de los fundadores del Pueblo Argentino. Cuatro días antes que el pueblo festejara el Centenario, en el hogar de los Ardigó, nacía Enzo quién fuera el periodista de mayor carrera de nuestra ciudad.

Mientras Alumni festejaba el noveno campeonato de fútbol, el 12 de octubre asumía como presidente de la Nación el Dr. Roque Saénz Peña y como vicepresidente Victorino de la Plaza. Ambos ganaron con más del 95% de apoyo del Colegio Electoral, siendo la última elección ganada por la Generación del 80 y en forma poco democrática.

Por su parte, el pueblo cañadense, no tuvo mucho que compartir en este año salvo los festejos patrios. Pero con la llegada del radicalismo al poder provincial se preparaba para ser un centro político y social muy importante en la región donde el radicalismo tenía su base pero la fortaleza estaba en la Liga del Sur con los seguidores de Lisandro de la Torre, quién en Cañada tenía grandes amistades. También comenzaba la última década del pueblo, que se convertiría en ciudad, sin antes dejar las huellas de una importante grieta social.


[1] Acta de la Comisión de Fomento. Año 1910
[2] Idem.
[3] Elías Bertola. Apuntes históricos de Cañada de Gómez. 1923. Reedición año 2013

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