El próximo 27 de octubre se cumplirán cuarenta años de la inauguración
del velódromo del Parque Municipal Juan Domingo Perón. Hoy, quiénes a diario
vemos a deportistas correr por ese espacio, pocos sabemos de sus orígenes y el
porqué y por quiénes fue construido.
El Parque Municipal fue fundado el 28 de noviembre de 1942 por el
intendente municipal Isidoro Martin, su construcción se planificó en la gestión
anterior de Bautista Borgarello basándose en la Ley de Parque y Balnearios de
la provincia de Santa Fe promulgada en 1939. Se edificó sobre unos cien mil
metros cuadrados de terrenos donados por la familia de Santiago Bardone, aunque
tiempo después la provincia debió abonar una importante suma de dinero por el
mismo y posteriormente donarlos al patrimonio municipal en marzo de 1941 cuando
municipio cañadense tomó posesión del inmueble. En aquella jornada inaugural de
noviembre se disputaron torneos de fútbol, básquet, atletismo y ciclismo en el
predio que ya contaba con su cantina, la tribuna y la pileta de natación.
¿Ahora bien, quién impulsó la construcción de nuestro actual velódromo?
En un suplemento de Diario Estrella del 27 de octubre de 1979 descubrimos que
fue fundamental el papel del Club Ciclista Cañadense donde expresa su, hasta entonces, breve vida institucional…
«Dicha entidad de carácter civil, fundada el 5 de octubre de 1976, cuyo
objeto fundamental es el fomento y la práctica del ciclismo en todas sus
especialidades. Es sucesora de la Peña Ciclista Cañadense; y sus
primeras autoridades fueron presidente Antonio Tamagnini; vicepresidente Juan
Carlos Nieva; e integrando demás cargos directivos los señores Mario S.A.
Righetti, Jorgelina Mochnacz, Norberto Plaini, Hugo A. Maggi, Pablo Marinelli,
Héctor Scoz, Alberto Heredia, Roque Lopresti, Carlos Yacobone, Oscar
Montechiani y Zulema C. de Plaini, como síndicos Juan J. Baiml y Roberto
Claros.
»Durante estos tres largos últimos años, trabajó la entidad
denodadamente en pro de un ciclismo mejor, consiguiendo satisfacciones y
amarguras, pero en definitiva al final del camino, el esfuerzo ha quedado
cristalizado con la obra que hoy presentamos al consenso del ciclismo argentino
y al deporte en general; que sin lugar a dudas nos llena de orgullo y nos colma
de algarabía.
»También al Club le cupo el honor de ser fundador, con otras seis
entidades de las ciudades de Rosario y Venado Tuerto, de la Unión Ciclista del
Sur Santafesino, organismo regente del ciclismo federado, que fuera reconocido
recientemente por la Federación Ciclista Argentina.
»Las autoridades actuales (1979) del Club Ciclista Cañadense son Antonio
Tamagnini presidente; Juan Carlos Nieva vicepresidente; Mario Righetti
secretario; Carlos Retagliata prosecretario; Norberto Plaini tesorero; Pablo
Marinelli protesorero; Oscar Joly, Luis Mochnacz, Héctor Scoz, Felipe Velázquez
vocales titulares; Hugo Maggi, Fernando Baiocco, Alberto Tamagnini vocales
suplentes; Juan José Baiml sindico titular y Bruna Chiappino de Mochnacz
sindico suplente. Daniel Mendiola, pertenecía a esta comisión que
lamentablemente falleció hace pocos meses.»[1]
En una breve reseña, este suplemento nos relata el porqué de concretar
el anhelo del velódromo pavimentado en Cañada de Gómez…
«Cuando aparte de deseos, existen ganas de verdad, se logran los
objetivos sean grandes o pequeños, en el caso que nos toca gigantesco, porque la
voluntad llegó muy lejos y ahora con satisfacción podemos lanzar la voz a los
cuatro vientos el velódromo del Parque Municipal de la ciudad de Cañada de Gómez, ya
es una realidad, los deportistas ven así un sueño realizado. Esto comienza alrededor del año 1975, cuando
un grupo pequeño de ex ciclistas forman la Peña
Ciclista, realizando competencias muy de vez en cuando, en este mismo escenario,
pero lógicamente lejos de ser el de hoy. Las cosas siguieron su curso y el 5 de
octubre de 1976, nace el Club Ciclista Cañadense, constituido por aquella gente
de la Peña y algunos otros más. Siempre fue el mismo lugar, la pista de tierra
del Parque Municipal al que le toca cobijar el sinnúmero de voluntades, puesta
al servicio del deporte de las dos ruedas; allí, prácticamente, carreras, más
prácticas, etc., pero siempre todo muy discontinuo. Factor primordial las
inclemencias del tiempo, cuatro gotas bastaban para imposibilitar el tránsito
en la pista, ya que sufría permanentemente con el correr del agua gruesas
grietas; días de espera aguardando su secado y posterior reacondicionamiento,
con máquinas viales municipales. El Club entiende el problema, y se pone a
trabajar inmediatamente en la solución del mismo; porque no sólo la actividad
del Club se circunscribía en realizar carreras y mantener el piso de la pista
en estado óptimo, sino la faceta más importante está en la formación de
ciclistas de todas las categorías y su mantenimiento con entrenamiento
adecuado, lo mismo que su preparación física; pero al no poder desplazarse en
pista, la alternativa era la Ruta Nacional 9, con todos los serios riesgos e
inconvenientes que implica, por lo tanto el plantel de ciclista disminuía,
llegando de 60, a tan sólo 15 pedalistas. La solución definitiva era la
construcción de un velódromo pavimentado; reuniones con todos los niveles,
sinsabores y alegrías, se fueron sucediendo, y por fin a mediados del año 1977,
se comenzó a amontonar tierra, para lograr las formas adecuadas del peralte
deseado y su posterior compactación, si lleváramos un registro de cargas de
tierra alojadas sobre el piso del velódromo, nos asustaríamos porque fueron
viaje tras viaje, interminables. A propósito viene aquí la anécdota; durante un
año y medio siempre faltaba para terminar 200 camionadas de tierra.
»El día 12 de agosto de 1978, la primera losa de hormigón se alojó
frente a la tribuna, lado izquierdo, parte de la cuerda, fue acompañada su
finalización con una torrencial lluvia, presagio de que el futuro, sería más de
mal tiempo que de bueno. Así transcurrió todo, casi un largo año, lluvias,
hormigón, lluvias, falta de hormigón, escasez en las entregas de fábrica,
problemas con el personal de la cuadrilla pavimentadora, etc; por fin el 28 de
junio de 1979, se completó la construcción del velódromo propiamente dicho,
entiéndase franja de rodamiento. Los trabajos anexos se están realizando y
algunos más adelante como iluminación para competencias nocturnas, casilla de
control, palco de periodistas, instalación de equipos foto finish, etc.
»Este velódromo forma parte de un complejo polideportivo que se levanta
en el Parque Municipal, sito en la Ruta Nacional 9, Kilómetro 373, por ello es
que para la construcción del velódromo se debieron respetar las medidas
reglamentarias de una cancha de fútbol y de una pista de atletismo; envolviendo
todo esto el plateado anillo de cemento, con una longitud de 400 metros, un
ancho de 8 metros , el peralte de las curvas de 2 metros de altura y en las
rectas de 0.70 metros, está construido en cemento armado, con una capa
aproximada a los 12 centímetros de espesor completa esta parte del complejo una
panorámica tribuna techada en su parte central, de 35 metros de longitud. Esta
obra se realizó por administración municipal, con la dirección y supervisión de
un práctico en la materia, el señor Enrique L. Lueza, un esperancino, que
compartió con todos nosotros el esfuerzo que demandó todo esto y la alegría
posterior de ver terminada esta monumental obra. Lógicamente nuestra entidad
puso también más de lo necesario para que todo saliera adelante, en definitiva
esta trilogía hizo lo imposible para que hoy presentemos a la consideración del
país este VELÓDROMO»[2]
Durante la gestión de la Dra. Stella Maris Clérici el velódromo lleva el
nombre de Manuel Abregú y una de sus curvas el de Luis Ruso Monachz. Recordemos
que Abregú fue multiple campeón provincial y campeón argentino de resistencia
en 1936 y formó parte de una familia brillante de ciclista con sus hermanos
Sergio, Ceferino y Horacio. Por su parte el recordado Ruso otra gloria del
ciclismo local, también varias veces campeón y que fuera homenajeado como
deportista histórico en el año 2014.
Pero ahora recordemos quieren era los ciclistas del año 1979, los
llamados infantiles eran los hermanos
Alejandro y Gustavo Retagliatta, los hermanos Juan Manuel y Carlos Marinelli,
Gustavo Nieva, Gerardo Ferreyra, Sergio Baiocco, Diego Contreras, Marcial Varvello,
Ruben Quaglia, Marcelo Collado y dos jóvenes que pasaron de categoría como
Horacio Plaini y Fabián Collado. Los integrantes del Ciclismo Cañadense, además
de los citados anteriormente, eran
Héctor Pergolesi, Fabián Moncada, Diego Velázquez, Román Garone, Carlos
Perrier, Víctor Fúnez, Alberto Joly, Oscar Pergolesi, Oscar Yolan, Néstor
Ferrara, Isidro Gutiérrez, Claudio Plaini, Adrián Monachz, Domingo Olmos y
Manuel Cabrera. Los campeones de aquel año, todos a nivel provincial según este
suplemento especial, fueron Víctor Fúnez Medio Fondo 6ª categoría; Alberto Joly
Velocidad 6ª categoría y subcampeón Kilómetro contra reloj y Néstor Ferrara
Medio Fondo 1ª y 4ª categoría. En la categoría infantiles, también a nivel
provincial, Alejandro Retagliatta campeón en menores de 7 años; Gustavo
Retagliatta y Juan Manuel Marinelli, campeón y subcampeón respectivamente en
menores de 10 años; Marcelo Collado subcampeón en menores de 11 años; Fabián
Collado subcampeón en menores de 13 años y campeón en la misma categoría pero
en 500 mts. contra reloj y Horacio Plaini campeón en menores de 13 años también
en 500 mts. contra reloj.
Cerramos así otro capítulo más de Historias de Noticias, esta vez con un
suplemento especial publicado por Estrella de la Mañana con motivo de la
inauguración del Velódromo el 27 de octubre de 1979.
[1]
Inauguración Velodromo
Municipal Cañada de Gómez. Suplemente Estrella de la Mañana. 1979
[2]
Idem.
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