ALFREDO PALACIOS EN CAÑADA DE GÓMEZ



El 15 de enero de 1930, un día después de la visita de Gardel, la ciudad recibía el Dr. Alfredo Palacios que por aquel entonces era el presidente de la Unión Latinoamericana y miembro del Consejo Superior de la Universidad de La Plata. Palacios en 1904 se convirtió en el primer legislador socialista de la historia, en 1912 fue reelegido pero renuncia en 1915, después de haber sido expulsado del socialismo por batirse a duelo y fue reincorporado en 1928 al partido. Su visita fue organizada por la Biblioteca Rivadavia y al igual que Gardel, su presencia también colmó la sala del Teatro Verdi, cuya disertación se tituló Problemas de América Latina.


La Revista Cultura, órgano literario de la Biblioteca Rivadavia expresó sobre la visita del líder socialista que

«El doctor Palacios comenzó su magistral exposición agradeciendo las palabras del presidente de la biblioteca, señor Leoni, y manifestó que experimentaba el mayor placer haber llegado a esta ciudad para hablar a un auditorio que por su cantidad revelaba el justo y noble interés por conocer los problemas de nuestra América, agregando que hablaría principalmente, en su carácter de presidente de la Unión Latino Americana. Explicó enseguida el por qué esa institución, que nació para la construcción de un mundo nuevo en América y defenderla en su soberanía, no se titula Hispano América, como se ha pretendido; pues de ser así no cabría aceptar las adhesiones de pueblo como el Brasil, Haití, etc., de ese valiente y generoso Haití, que fue el primero de este continente que conquistó la independencia, y que hoy sufre la afrentosa ocupación militar del imperialismo yanqui… Unión Latino Americana es la bandera con la cual debemos luchar contra el imperialismo avasallador de Wall Street y por la creación de una América integral, armoniosa en la paz, el trabajo y la libertad.
»…El águila imperial de Wall Street se despliega constantemente, permanentemente, sus enormes alas y en raudo vuelo se extiende por todo el con continente con las garras afiladas y la mirada torva, trasunto de una conciencia afiebrada por la dominación de los pueblos indefensos y con la única feroz ansiedad del dólar. Por razones biológicas y económicas, Estados Unidos crece vertiginosamente y su expansión es incesante, se apropia de Nueva Méjico (sic), Texas, Arizona y Alta California en Méjico (sic); no otra cosa hace con Puerto Rico y Filipinas después de la guerra quijotesca de le sostuvo España; fomenta y sostiene frente a España, la independencia de Cuba para hacerla después una provincia yanqui; impera prácticamente en Guatemala y El Salvador; enciende la revolución en Nicaragua y luego la ocupa militarmente so pretexto de proteger sus capitales; con la vista puesta en el canal, promueve en Panamá una revolución y la divide de Colombia, se instala en la zona apetecida, pocos días después reconoce como república libre e independiente a Panamá y obtiene del gobierno de este país la concesión para la construcción del canal…
»Contra este monstruo, que no es el pueblo norteamericano, sino la plutocracia yanqui, que se cierne amenazante por toda América latina, debemos despertar en la inquietud de conservarnos; debemos dar nuestro grito de alerta, unirnos y luchar elaborando nuestra propia historia, extrayendo la esencia del fondo de nuestra propia raza, generosa y fecunda en la paz, el trabajo y la justicia. América Latina debe surgir a la faz de la tierra en el profundo sentimiento fraternal de americanos para forjar nuestro destino glorioso donde imperen la Verdad, la Justicia y la Belleza»[1]

Al día siguiente el Dr. Palacios fue agasajado con un lunch en los salones de la Casa Suiza donde muchos jóvenes allegados a la cultura cañadenses y vinculados con los directivos de la Rivadavia, escucharon en forma privilegiadas algunas de las alentadoras palabras que el dirigente socialista les brindó por el arduo trabajo que venían realizando en Cañada de Gómez.


[1] Revista Cultura. Año 1, Número 4, Enero de 1930

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