LA CAÑADA DE LOS GÓMEZ 1933

La Jefatura Cañadense y el cuadro de Yrigoyen, Revolución del ´33
La marcha del gobierno recordado como la Década Infame seguía su curso, el 1º de mayo se firma el tratado Roca-Runciman, entre el vicepresidente de la República Argentina, Julio Argentino Roca (hijo) y el encargado de negocios británico, Walter Runciman, por el cual el Reino Unido se comprometía a continuar comprando carnes argentinas en tanto y en cuanto su precio fuera menor al de los demás proveedores mundiales. Como contrapartida, Argentina aceptó la liberación de impuestos para productos británicos al mismo tiempo que tomó el compromiso de no habilitar frigoríficos de capitales nacionales. Paralelamente se creó el Banco Central de la República Argentina con competencias para emitir billetes y regular las tasas de interés bajo la conducción de un directorio con fuerte composición de funcionarios del Imperio Británico. No obstante todas estas concesiones, se le adjudicó además al Reino Unido el monopolio de los transportes de Buenos Aires. Una verdadera entrega de nuestra soberanía nacional, muy característica de estos gobiernos a lo largo de nuestra historia.



En la provincia de Santa Fe se llevan adelante las convenciones municipales a raíz de entrar en vigencia la Constitución del ´21. Pero esto solamente se realizó en las ciudades de Rosario y la capital provincial, las únicas localidades de primera categorías habilitadas para tal. Sin embargo la nota de color fue la renuncia en el mes de septiembre del vicegobernador Isidro Carreras

Mientras tanto la vida en Cañada de Gómez seguía convulsionada entre la mala relación del Departamento Ejecutivo con el Concejo Deliberante. Durante el año anterior fueron innumerables las acusaciones que desde un lado hacia el otro se tiraban. Uno de los voceros en el Concejo fue Ferruccio Ardigo, el líder del PDP, que fue uno de los que proyectó el ensanche de los callejones Ballesteros y Chañares, hoy 7 de octubre, y que no fuera llevado adelante por la gestión municipal.

El momento más tenso se vivió el 22 de agosto, cuando en la sesión del Concejo el presidente Thormohler tomó uso de la palabra para expresar un altercado que había tenido días antes en el despacho del intendente cuando el secretario Augsburger le manifestó

-Tengo que decirle algo; que en el Concejo no hay un concejal que valga algo, pero entre ellos hay uno completamente inservible e inútil, completamente inútil  y ese sabe quién es? Lo es usted señalándome con su mano en la cara.[1]

La segunda autoridad cañadense se vio aturdida por los gritos de Augsburger y continuó sus palabras

«Después de todo esto, recién me franqueo la puerta de la oficina del señor Intendente, pero mi estado de nerviosidad era tal que, el Intendente lo notó y al preguntarme le expliqué el incidente habido con su Secretario contestándome que esas son cosas personales que deben solucionarlas entre ustedes dos. Pero no terminó aquí, también el señor Intendente empezó a gritar, pero con gritos atronadores, que a pesar de haber estado la oficina herméticamente cerrada, esos gritos, deben haberse oído hasta la vereda de enfrente y siempre en esa forma me decía, no hablo a Enrique Thormohlen, sino al Presidente del Concejo Deliberante y le digo que Cañada de Gómez tiene ahora Municipalidad pero es una vergüenza que no hay Concejo Deliberante y me repite siempre a gritos, hablo al Presidente del Concejo Deliberante y le digo que desde hoy quedan rotas las relaciones entre el Departamento Ejecutivo y el Concejo Deliberante y que el Concejal Ferrucio Ardigó es un envenenado, se lo digo para que se lo comunique al Concejo al público»[2]   

El Concejal Ardigo le contestó a la arremetida del Ejecutivo en la misma sesión…

«El Intendente debe saber, que el Concejo Deliberante tiene su misión que cumplir y no va a permitir ser suplantado, por el capricho intendentil (sic). A los pobres de espíritu o villanos que largan a escondidas voces calumniosas, sobre móviles atribuidos a Concejales y que alguno lo pueda crear; contesto, es bueno que sepa el pueblo que gracia a la previsora Constitución del año 21, puesta en vigor por el gobierno Demócrata Progresista es el pueblo el que dirá el si o no del futuro contrato con privilegio, lo que evitará los acomodos, si alguien quisiera traicionarlo. Lo que yo quiero con mis observaciones al semi-proyecto intendentil (sic), es evitar poner sogas al cuello a los futuros administradores, porque siendo próximas las elecciones serán, en su mayoría, otros hombres que terminarán este asunto, el año próximo. No debemos repetir lo que hicieron otros ex administradores, torpes o ladrones que hubo en abundancia en esta Municipalidad y dejar al tiempo poner las cosas en su lugar»[3]

Desde el Concejo invitaron al Intendente Dalledone a una reunión con los ediles, pero la respuesta del mismo fue no concurrir «por el resentimiento que le ha causado el vocabulario hiriente usado en este recinto en la sesión extraordinaria última, fundado en la suposición los cargos que gratuitamente se han hecho, según algunos concejales impresionados en cálculos alegres, fantasías, asombros y en una serie de barbaridades que no es el caso repetir y que poco honor hacen al cargo que desempeñan»[4]. En otras correspondencia, Dalledone expresaba que el Concejo estaba lleno de odio, calumnias, ruines y déspotas.

Pero no todas eran peleas en el cuerpo legislativo, desde allí apoyaron y reclamaron la apertura de pasos niveles en diferentes arterias de la ciudad, obteniendo solamente la de calle Laprida con Bolivia y jamás hasta el día de hoy, se logró una nueva a las ya existentes. Se pidió a la empresa ferroviaria la construcción de un puente por calle Mitre que finalmente ocurrió, se diseñó la Avenida Circunvalación de la ciudad que abarcaba los bulevares Balcarce y Centenario, Alem, la actual Marconi, Lavalle y Neuquén. Se autorizó al municipio la firma de un convenio con la Argentine Landon Investment Company la adquisición de los terrenos paralelos a las vías férreas desde Valparaíso hacia el Oeste, Bv. López y el viejo camino a Armstrong, también los terrenos paralelos a las vías por Balcarce entre Potosí, hoy Marconi y Colón; y entre Laprida e Independencia. Se aprobó la compra de los terrenos pertenecientes a Ramón Leguizamón para la apertura de Centenario hacia el este desde Chacabuco hasta Potosí. El 5 de noviembre se realizó una asamblea con la presencia del primer mandatario cañadense, los concejales y el presidente comunal de Correa, Marcelino Bolsico, reclamando a la Dirección de Vialidad Nacional la pavimentación del camino que unía a ambas localidades.

El conflicto entre el Municipio y la Usina Eléctrica seguía cada vez más latente. Francisco Trujillo en sus memorias expresa que..

«La municipalidad se interesa por hacer un contrato conveniente para el pueblo, y la empresa se defiende con argumentos trillados en mil distritos donde también existieron problemas análogos. Subterfugios muy conocidos aplica en el lance, y recurre al servicio de personas cuyas conciencias gana con pasmosa facilidad. Premia con el consumo a cuantos corresponsales de diarios existen; extiende notas de créditos al individuo influyente, que dentro de los centros políticos, hacia esclarecimiento bien a favor del consorcio, al que también obsequió artefactos y dió altos dividendos a todas sus acciones, defendiendo por eso su posición deshonesta. Con tales comprobaciones, cuando se me pidió cooperación leonina, y se pretendió ponerme en el trance de ir contra la razón del pueblo inerme, negué no solo el esfuerzo eficaz al trabajo desde el instante aquel sino que puse en evidencia clara mi actitud hostil con la compañía, por luchar esta, envuelta totalmente de un proceder inmoral repulsivo»[5].

La empresa que abastecía de energía a la Compañía de Luz en la ciudad era la ANSEC, «una subsidiaria de Electric Bond and Share Co (EBASCO), vinculada a la Banca Morgan de Estados Unidos constituyó cinco sociedades anónimas, sus siglas significan: A: Compañía de Electricidad de Los Andes en las provincias de San Luis, Mendoza y San Juan, N: Compañía de Electricidad del Norte Argentino en las provincias de Tucumán, Salta y Jujuy, S: Compañía de Electricidad del Sud Argentino en las provincias de Buenos Aires, sur de Santa Fe, La Pampa y Río Negro, E: Compañía de Electricidad del Este Argentino en Entre Ríos y Chaco. C: Compañía Central Argentina de Electricidad en Córdoba y norte de Santa Fe. En 1934 abastecía a 172 ciudades y pueblos del interior»[6].

Intendente Municipal Luis Dalledone
                                              
La crisis económica calaba hondo en la sociedad cañadense, el Intendente Dalledone contrataba desocupados para la construcción de terraplenes en los caminos; dispuso la atención médica gratuita en el palacio municipal para aquellos vecinos afectados a cargo del Dr. José Sanz e impulsó con los panaderos la fabricación de un pan colono  o casero a tan solo 15 centavos el kilo. Recordemos que esta administración había sufrido apenas llegada una huelga de obreros municipales. En la pelea del pueblo cañadense contra las altas tarifas de Obras Sanitarias de la Nación, la comisión pro rebaja presidida por Moisés Sironi, aconsejaba a los vecinos no pagarlas hasta tanto bajen los costos.

Los desocupados se unieron en asamblea y en agosto del ´33 realizaron una reunión en el local de Ocampo y Pellegrini llegando a asociarse unos 404 cañadenses que no tenían trabajo y vivían en la pobreza extrema. El presidente de la Asamblea fue Agustín Rocha y Ricardo Cuello el secretario. Los lecheros conformaron su cooperativa integrada por Hernán Doll presidente; Segundo Guagni secretario; Ricardo Fernández tesorero; Francisco Mendiola e Hilario Urquidi directores titulares; Gabriel Llobert, Mario Filippa y Martín Castro directores suplentes; Martín Pereyra sindico titular y Juan Grisolía sindico suplente. Finalmente, Dalledone convocó desde el municipio a los grandes contribuyentes a conformar una comisión de vecinos para ayuda a los desocupados integrada por Moisés Sironi presidente; Cav. Ottorino Beltrame vicepresidente primero; Eduardo Bottone vicepresidente segundo; Abel Blasco secretario; Juan Feno prosecretario; Eugenio Vázquez tesorero; José Ramacciotti protesorero; Eduardo O. Sonnet, José Razetto, Sebastián Pérez Vázquez, Ramón Cabero, Bautista Chiaverano, Juan Galfré, Hugo Romegialli, Walter Voegeli, Juan Dalledone, Luis Cornero, César Grigioni, Miguel Martorell, Odo Gazzola, Fausto Aboitiz, Rev. Padre Manuel Aizpuru, Víctor Moreno, Francisco Cabezudo, Antonio Beltramone, Luis Rey (h), Mario Cismondi, Luis A. Perrone y José Coviello como vocelas. Ricardo Cuello era el único representante de los desocupados. También muchos de estos integrantes conformaron la Sociedad de Propietarios, con la presidencia otra vez de Moisés Sironi, personalidad destacada en todos los ambientes.

El ataque a los medios de prensas locales, ambos identificados con diferentes facciones del radicalismo, se hizo presentes a través de panfletos que los mismos expresaban…

«Tribuna y La Nota pretenden hablar de moral administrativa. No embromen empedernidos vivillos. Los conocen demasiado felizmente en esta ciudad. ¿Dónde estaban estos farsantes simuladores en las épocas de las administraciones que saquearon a la comuna? ¿Dónde está la moral administrativa? Complicados con un silencio vergonzante los eternos adulones, percibían eso sí, retribuciones que hoy no logran. Allí reside el motivo de la torpe campaña»[7]

La historia en la educación también se hace presente en este año, el 9 de mayo se funda la Biblioteca Infantil y Pedagógica Rodolfo Senet en la Escuela Almafuerte con la presencia del educador argentino. Una de las mayores obras educativas en el seno del Barrio Hospital. En el oeste de Cañada, la Escuela José Manuel Estrada se traslada a Rivadavia al 1400, «casa grande con frente de ladrillo visto y tenía tres piezas con pisos de ladrillos, un patio amplio y a la izquierda el excusado»[8]. El docente Rafael Figueroa es designado el 5 de octubre de 1933 por el gobernador Luciano Molinas, Director General de Escuelas Normales y Especiales.

Revolucionarios en la esquina de Ocampo y Humberto Primo, hoy Yrigoyen
Uno de los hechos políticos y más dramáticos que ocurrieron en nuestra patria chica fue la Revolución Radical. El 3 de julio había fallecido el ex presidente Hipólito Yrigoyen, en un sepelio multitudinario nunca visto ante un líder social. El 29 de diciembre militantes radicales se apoderan de las armas del Distrito Militar 35 con asiento en la ciudad alentados por el alzamiento revolucionario encabezado por militares radicales como los hermanos Bosch y Pomar en la zona del litoral. La represión gubernamental derrota la asonada y se desata la persecución de los dirigentes más importantes de la U.C.R. Son arrestados o deportados Alvear, Güemes, Pueyrredón, Guido, Ricardo Rojas, Tamborini, Noel, entre otros. En El Litoral del 31 de diciembre de 2014, el escritor Rogelio Alaniz publicó que

«En esos años, la provincia de Santa Fe estaba gobernada por Luciano Molinas, demócrata progresista, que apenas asumió el poder puso en vigencia la constitución provincial de 1921 anulada por los yrigoyenistas como consecuencia -dijo Lisandro de la Torre- de una conspiración clerical. Se trataba de un gobierno prestigiado pero asediado por los conservadores que esperaban el primer error para intervenir la provincia. El jueves 28 de diciembre, y en horas de la tarde, Alvear se hizo presente en la Casa de Gobierno para saludar a Molinas, quien lo recibió con todos los honores. Abundaron las fotos y las declaraciones de buenas intenciones. Alvear se retiró de la Casa de Gobierno acompañado por los radicales, y en la puerta del palacio gubernamental se dedicó a saludar a sus seguidores que lo vivaban como si fuera un prócer. Esa tarde, los radicales estuvieron reunidos para decidir las posiciones a asumir ante el gobierno conservador. Ya para entonces se discutía si la abstención era una estrategia válida; pero más allá de los debates, lo que predominaba era el rechazo y, en más de un caso, el desprecio y la furia contra el gobierno de Justo. A la noche, abundaron las reuniones y las tertulias. También las roscas y los debates de un partido que ya en aquellos años vivía con singular intensidad sus refriegas internas. Seguramente, las personalidades más destacadas se fueron a dormir a una hora prudente, porque al otro día había que sesionar temprano. Alvear y su entorno más íntimo estaban convencidos de que todo terminaría en paz y que antes de fin de año estarían en sus casas, lejos de una Santa Fe calurosa y con sus despiadados mosquitos al acecho. Sin embargo, a la misma hora en que los radicales sesionaban en su sede partidaria, otros radicales alentaban la rebelión armada. Entre los dirigentes se destacaba Alejandro Greca, oriundo de San Javier, abogado egresado de La Plata, periodista, militante reformista universitario, yrigoyenista rabioso y conspirador a tiempo completo. Se dice que en el levantamiento también estaban comprometidos varios radicales que acompañaban a Alvear. El dato se supo porque en el vapor que trajo a los correligionarios desde Buenos Aires, también venían los mozos de servicio, algunos de los cuales eran agentes de Justo dedicados a escuchar detrás de las puertas. Los operativos de inteligencia deben haber sido eficaces, porque para el 28 de diciembre Justo sabía lo que Alvear ignoraba, es decir, que en la madrugada del día siguiente sus correligionarios iban a alzarse en armas en sintonía con radicales de Corrientes, Rosario, Cañada de Gómez y otros puntos del país»[9]


Quién describió brillantemente lo sucedido en Cañada de Gómez fue el Dr. Marcos Tomassini, cuando en mayo de 1966 en Estrella de la Mañana publicó su crónica La Revolución Radical de 1933 y los hechos en Cañada de Gómez donde expresa

«Aquí el movimiento estalló alrededor de las tres de la mañana, y la primera medida fue apoderarse de las armas del Distrito Militar, acción que se llevó a cabo sin ningún inconveniente; momentos después se inició la toma de la Jefatura de Policía. Según versiones de personas que vivieron el momento la maniobra se llevó a cabo de una manera curiosa. Fue así que debido al reducido número de revolucionarios, era preciso alejar de la Jefatura a la mayor cantidad posible de personal que se encontraba a esas horas. A tal efecto, un joven llamado Generoso Capriotti, se presentó a la comisaría de guardia, haciendo la denuncia de haber sido víctima de un robo; ante esas circunstancias, varios agentes de policía se trasladaron al lugar del supuesto hecho. Momento después se oyeron varios disparos de armas de fuego en las proximidades del Colegio San Antonio y hacia allí se dirigió otro grupo de agentes del orden.
»Esto trajo como consecuencia el desguarnecimiento del edificio policial, ya que quedaron solamente en él, el oficial de guardia, señor Sicbaldi, el agente Retamora y uno o dos policías más, mientras que en los altos de la Jefatura dormía el secretario de la repartición, el Sr. Batalla Gómez. Al haber resultado la coartada concebida, los insurgentes en número aproximado de diez entraron al local en dos grupos, uno por el portón que da al callejón Ballesteros y otro por la puerta central, irrumpieron ruidosamente en el lugar. Venían a la cabeza del grupo principal los señores Eulogio Molina y Rafael Dreller. De inmediato fueron detenidos los policías presentes. En tales circunstancias y ante la acción del ex sargento de policía Sinibaldo Gómez que, revólver en mano y al grito de Viva la Revolución se dirigió al segundo piso del edificio efectuando un disparo; el secretario Batalla Gómez quiso salir del lugar por una de las ventanas que dan a la calle, sirviéndose a manera de soga una de las sábanas que poseía en esos momentos, pero tal operación de evacuación fue realizada con tal mala suerte que al llegar al suelo sufrió la luxación de un tobillo, allí fue socorrido por el oficial Ángel Luján, que en esos momentos regresaba de recorrida, éste dada la situación del instante, prácticamente cargó sobre sus hombros al secretario llevándolo al secretario policial al consultorio del Dr. Sáenz, para su atención…
»Una de las primeras medidas adoptadas por los insurgentes, fue la liberación de los detenidos, señores Castillo y Zapata, que se agregaron al movimiento y luego encarcelar a los agentes del orden que regresaban de su fracasada misión. En esta acción revolucionaria, perdió la vida el cabo Oyola, que prestaba servicio en la dotación policial. Momentos más tarde los sediciosos ocuparon la estación del ferrocarril, el correo y la Unión Telefónica, en ésta última dejaron a cargo de la misma al Sr. Félix Flores (...) También se llevó a cabo la colocación en el balcón principal del edificio de un retrato del ex presidente y líder del radicalismo Dr. Hipolito Yrigoyen y de las escarapelas nacionales y radicales. Intervinieron en los hechos los señores Eulogio Molina, considerado como secretario del movimiento revolucionario, Rafael Dreller, Julio y Manuel Ayala, Amadeo Martínez, Sánchez, Medrano, los ex sargentos de policía Ramos Alabas, Sinibaldo Gómez y García, a los que se agregó después el señor José Ferrero. La citada insurrección era apoyada y prácticamente comandada por el dirigente radical Clemente Gómez Grandoli, quién llegó a esta ciudad en las primeras horas de la mañana del 29 de diciembre, ofreciéndose a traer inmediatamente armas y municiones, y además alrededor de 50 hombres armados que había dejado refugiados en un monte cerca de la localidad de Andino (...) En tales momentos se presentó a la Jefatura el Rvdo. Padre Manuel Aizpuru, pidiendo a los revolucionarios que depusieran las armas para evitar derrames de sangre, ya que comentaba que marchaba sobre nuestra ciudad efectivos militares procedentes del Regimiento 11 de Infantería; estas tentativas del padre Manuel no tuvieron ninguna eficacia. El momentáneo éxito del movimiento se vio quebrado por el fracaso del mismo en el resto de la provincia. Fue así que después de no muchas horas, siendo alrededor de las 21, los revolucionarios dejaron la Jefatura, pasando nuevamente ésta a manos de las autoridades leales al gobierno y en consecuencia, muchos de los hombres que habían participado en el frustrado movimiento fueron detenidos inmediatamente. Otros ganaron los maizales, internándose campo adentro, pasando a la provincia de Córdoba, desde donde el movimiento no era mirado con malos ojos (...) Por su parte los cabecillas del movimiento Gómez Grandoli, Dreller, Molina y Julio Ayala, abandonaron el edificio policial en el auto de la repartición y se refugiaron en una estancia situada en Mar Chiquita, propiedad de un amigo de Gómez Grandoli (...)»[10]


De aquella revuelta, la mayoría de los dirigentes que participaron fueron condenados como autores responsables del delito de rebelión, previsto en el artículo 226 del Código Penal, abogados de la talla de Rodríguez Araya, Clodomiro Hernández y Lovalvo fueron los defensores de Molina, Gómez Grandoli y Ayala respectivamente, quiénes junto a Manuel L. Ayala, Sinibaldo González, Jovino Romero, Ezequiel Ramos Alabar, Juan García, Generoso Capriotti y Felipe Medrano le correspondieron un año y medio de prisión con descuento de la prisión preventiva, uno de los pocos sobreseídos fue el dirigente radical Félix Flores, padre del reconocido militante del Siglo XX Domingo Flores y abuelo de Mary Flores, una recordada fonoaudióloga de la ciudad; y de Roby Flores, uno de nuestros embajadores culturales y director de orquestas sinfónicas.

A nivel cultural la movida fue destacada, en marzo se realizaron los tradicionales bailes La Margarita que se desarrollaban con singular éxito en el Sport Club Cañadense anualmente, en esta ocasión en el chalet de esta institución actuó la orquesta que dirigían los jóvenes Rey y Giordano, con los violines de Vadell y Fosati. El 11 de octubre se presentó por primera vez en nuestra ciudad el cantor de tangos Agustín Magaldi. En la Academia Comercial Carlos Gianetti, se recibieron como contadores mercantiles Alberto Caligaris y Dante Sileoni; tenedores de libros Bruno A. Milano, Carlos Boscheti, Nélida Dunau, Eliseo Pasani, Ottorino Ermacora, Vicente Brícola y Julio Sileoni.

El ´33 también fue un año convulsionado en una liga de futbol intervenida. Durante estos 12 meses hubo tres presidentes Carlos Nícoli hasta el 12 de julio, por cinco días Francisco Varvello Francisco y desde el 18 de julio hasta el 31 de octubre Francisco Trujillo Francisco. Finalmente el 1 de noviembre la Confederación Argentina de Fútbol interviene por serias irregularidades en su funcionamiento la Liga cuando el secretario de la entidad madre Martín W. Ardanaz deja en manos del tridente integrado por Juan Pellegrini, Dr. Santiago D´Onofrio y César Bortolato los destinos del futbol local. Cabe agregar, que la intervención de Ardanaz fue hasta noviembre de 1939. Uno de los hechos más controvertidos fue la expulsión de Sport Club Cañadense, que durante esa temporada se afilió a la Liga Rosarina. En la faz deportiva el campeón fue Argentino A.C. de Las Parejas con un plantel integrado por Oglietti; Carosio y Garino; Rodríguez, Chirino y Brunetti; Ardusso, Busghi, Valdano, Gómez y Azzi.

José Cagnin
El campeón en el box cañadense fue Luis Schaad, pero sin lugar a dudas la figura del ring fue José Cagnin quién obtuvo el campeonato organizado por la Revista El Gráfico en peso medio pesado y brillando posteriormente en el San Cristóbal Boxing Club cayendo por puntos en la final frente a Ernesto Carnese.

En ciclismo brillaban Juan Baiml, Manuel Abregu y José Borbotti. Mientras que el Club Boys Scout organizó un campeonato de básquet de cateforía infantiles siendo campeones el equipo denominado Buenos Aires e integrado por Remelgido Olivieri, Juan Baiml, Aldo Benvenutti, Jorge Pérez y Jorge Franetovich.

A nivel nacional, las noticias más destacadas fue El 29 de enero, en Rosario es secuestrado Marcelo Enrique Martín, uno de los hijos del millonario empresario suizo Julio Ulises Martín, dueño de la Yerbatera Martín. Durante la madrugada del 31 de enero, su hermano Alberto pagará su rescate en el Cruce Alberdi para luego ser liberado Marcelo Martín. El 5 de abril es creado el 5 de abril del Instituto Nacional Sanmartiniano, durante la conmemoración del 115.º aniversario de la Batalla de Maipú.

Mientras que en el mundo un 30 de enero, en Alemania, el presidente Paul von Hindenburg nombra canciller a Adolf Hitler. El 1 de febrero, en Berlín, Hitler da su discurso Proclamación al pueblo alemán. El  4 de marzo, en Estados Unidos, el demócrata Franklin D. Roosevelt toma posesión como presidente. En su discurso inaugural dice, «A lo único que hay que tenerle miedo es al miedo mismo». Un día después, en Alemania, el Partido Nazi gana las elecciones con el 43.9 % de los votos. El 9 de marzo, en Estados Unidos, en el marco de la Gran Depresión, el Congreso comienza sus 100 días de debate para votar la legislación del New Deal, propuesta por el presidente Franklin D. Roosevelt. El 10 de mayo, Paraguay declara la guerra a Bolivia. La Guerra del Chaco será el conflicto bélico más sangriento del siglo XX en Sudamérica, 100.000 muertos entre ambos bandos. El 17 de octubre, el científico judeoalemán Albert Einstein escapa de la Alemania nazi y llega a Estados Unidos, donde vivirá el resto de su vida como refugiado. Obtiene un puesto en el Instituto para Estudios Avanzados, en Princeton. El 21 de octubre, Alemania abandona la Sociedad de Naciones, el mismo año en que nuestro país ingresa a la misma.

En el cine mundial se estrenaba películas como La amargura del General Yen (The Bitter Tea of General Yen), de Frank Capra; Cabalgata (Cavalcade), de Frank Lloyd; La calle 42 (Forty-Second Street), de Lloyd Bacon; El Compadre Mendoza de Fernando de Fuentes (México); Mujercitas/Las cuatro hermanitas (Little women), de George Cukor; Extasis (Extase), de Gustav Machatý; El hombre invisible (The Invisible Man), de James Whale; King Kong (Kong Kong), Ernest B. Schoedsack y Merian C. Cooper (Estados Unidos); No soy ángel (I’m No Angel), de Wesley Ruggles; La reina Cristina de Suecia (Queen Christina), de Rouben Mamoulian, con Greta Garbo; Sopa de ganso (Duck Soup), de Leo McCarey, con los hermanos Marx; El testamento del Dr. Mabuse (Das Testament des Dr. Mabuse), de Fritz Lang; Una mujer para dos (Desing for living), de Ernst Lubitsch; La vida privada de Enrique VIII (The Private Life of Henry VIII), de Alexander Korda; Volando hacia Río Janeiro (Flying Down to Rio), de Thornton Freeland, con Fred Astaire y Ginger Rogers.

En el cine nacional, dos emblemas como Dancing y ¡Tango!; Dancing es una película que se estrenó el 9 de noviembre de 1933 y fue dirigida y guionada por Luis José Moglia Barth sobre la obra teatral del mismo nombre de Alejandro Berrutti, con la actuación de Amanda Ledesma, Arturo García Buhr y Rosa Catá.  ¡Tango! es una película musical que se estrenó el 27 de abril de 1933 dirigida también por Moglia Barth. Fue la primera producción de la empresa Argentina Sono Film y es el primer filme argentino en utilizar el sistema Movietone de sonido óptico. Entre sus protagonistas vemos a Libertad Lamarque, Azucena Maizani, Luis Sandrini, Tita Merello, Pepe Arias, Alberto Gómez, Mercedes Simone, Alicia Vignoli y Juan Sarcione que se unían a las grandes orquestas porteñas. Otras películas argentinas estrenadas fueron Los caballeros de cemento de Ricardo Hicken, El hijo de papá de John Alton, El linyera de Enrique Larreta y Los tres berretines de Enrique Telémaco Susini.

Los nacimientos más destacados de 1933 podemos citar a Enzo Viena, actor argentino el 16 de febrero; Yoko Ono, cantautora y guitarrista japonesa, esposa de John Lennon el 18 de febrero; Alberto Olmedo, actor y humorista el 24 de agosto; Rubén Ancho Peuchele, luchador profesional argentino el 2 de septiembre; Hilda Herrera, pianista y compositora argentina el 20 de octubre y el 12 de noviembre el militar Mohamed Alí Seineldín.

San Lorenzo Campeón de 1933
El Campeonato de Primera División 1933 fue para el Club Atlético San Lorenzo de Almagro, logrando su cuarto campeonato y primero en el profesionalismo.

Los premios Nobel, en Física, Erwin Schrödinger, Paul Adrien Maurice Dirac; en Química, un tercio destinado al Fondo Principal y dos tercios al Fondo Especial de esta sección del premio; en Medicina, Thomas Hunt Morgan; en Literatura, Iván Bunin y el de la Paz a  Sir Norman Angell (Ralph Lane).




[1] Actas del Concejo Deliberante año 1933. Archivo del Museo Histórico Municipal Elías Bertola
[2] Idem
[3] Idem
[4] Idem
[5] Cañada, en su pasado y mis cosas. Francisco Trujillo
[6] Luna, Luces Argentinas: Una historia de la electricidad en nuestro país, 2002, pág. 56
[7] Archivo del autor
[8] Testimonio de Emidio Capanna. Archivo del autor
[9] http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/108351-la-revolucion-radical-de-1933
[10] Dr. Marcos Tomasini. La Revolución de 1933 y los hechos en Cañada de Gómez. Estrella de la Mañana, mayo de 1966.

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