INTERNACIONALES: El Congreso ratificó el gabinete de Sagasti, para quien Perú vive su peor momento en un siglo


El Congreso unicameral de Perú dio su voto de confianza al gabinete del presidente Francisco Sagasti y despejó un posible foco de tensión en medio de una crisis institucional, la pandemia de coronavirus y el severo impacto económico de ella, que configuran para el país "el momento más crítico en los últimos 100 años", según el mandatario.


El parlamento dio el visto bueno al equipo encabezado por la primera ministra Violeta Bermúdez con 111 votos a favor, siete en contra y una abstención, en una sesión en la que la funcionaria expuso durante más de siete horas los lineamientos de su gestión, según la agencia de noticias Andina.

Más temprano, Sagasti había descripto la delicada situación en que a su juicio está Perú, aunque también había expresado su confianza en "un Congreso sensato".

“Estamos en el momento más crítico de los últimos 100 años; hay que responder a una amplia gama de demandas legítimas con recursos limitados”, dijo el mandatario en una teleconferencia con corresponsales extranjeros, según la agencia de noticias AFP.

El mandatario reconoció que “hay un conjunto de insatisfacciones sociales que van desde la exigencia de una nueva constitución a un aumento salarial” y advirtió que eso “hace muy difícil negociar con aquellos involucrados en las protestas”.

El presidente dijo que acababa de enterarse de que un trabajador rural murió baleado durante una protesta en Virú, a unos 490 kilómetros al norte de Lima, y dijo que el hecho “realmente es una tragedia” a la que prometió investigar.

Sagasti, que llegó al gobierno tras la fugaz gestión de Manuel Merino, quien renunció tras protestas en las que murieron dos personas, advirtió que “desgraciadamente es posible que haya excesos” en las manifestaciones.

“No descartemos que haya personas que están creando una situación de zozobra con actos de sabotaje a la política del gobierno”, sostuvo.

El mandatario dijo que “hay intereses políticos muy fuertes” con las elecciones generales de abril de 2021 a la vista, subrayó que “se requiere el mínimo de estabilidad política” para llegar a ellas y confió en que habrá “un Congreso sensato” en los próximos meses.

Perú es el decimoquinto país con más casos confirmados de coronavirus desde el comienzo de la pandemia y el decimotercero con más muertes por la enfermedad, pero al mismo tiempo es el tercero con mayor tasa de mortalidad por Covid-19, solo superado por Bélgica y San Marino, según la universidad estadounidense Johns Hopkins.

La cuarentena dispuesta desde marzo pasado afectó de modo severo a la economía, que venía de registrar dos décadas de crecimiento casi ininterrumpido y este año se contraerá más de 12%, según previsiones del gobierno y de organismos internacionales.

La pandemia y su impacto económico tuvieron lugar en un período quinquenal de gobierno particularmente convulso, que ya se había cobrado la renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczynski y la disolución del Congreso, y luego vería caer otros dos jefes del Estado.

Kuczynski renunció en marzo de 2018 para evitar ser destituido en el segundo juicio político que se le formó en menos de tres meses y fue sucedido por su vicepresidente Martín Vizcarra, quien en septiembre de 2019 cerró el parlamento en uso de la facultad constitucional que le permite hacerlo a un mandatario ante la segunda denegación del voto de confianza al gabinete durante un período de gobierno.

El nuevo Congreso -elegido en comicios en enero pasado- destituyó a Vizcarra el 9 de noviembre, en el segundo juicio político que le siguió en menos de dos meses, y designó en su lugar a Merino, quien renunció cinco días después de haber asumido.

En buena medida, la crisis institucional de Perú se debe a la fragmentación de partidos y liderazgos sin ninguno predominante, reflejada en la inscripción de 23 candidatos presidenciales y 24 partidos postulantes al Congreso para las elecciones de abril próximo.

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