Los intendentes de Cañada.... 1937-1940 La Normalización institucional...


El Intendente Borgarello firmando el comienzo del pavimento en la ciudad
En el año 1937 se normaliza el gobierno provincial y en elecciones siempre turbias como fueron las de la Década Infame fue elegido Gobernador el Dr. Manuel María de Iriondo hijo de Simón y nieto de Urbano, ambos gobernadores santafesinos. En Cañada de Gómez fue designado por el Ejecutivo Provincial Intendente Bautista Borgarello, que venía desempeñando la función de Comsionado Interventor. Este hombre nacido en nuestra ciudad el 20 de enero de 1892 fue una las personalidades políticas más destacadas de la primera mitad del Siglo XX, primero como jefe municipal y posteriormente como diputado provincial. Cómo todo hombre que realiza obras y gestiones sufrió la persecución de los medios opositores y de un sector del radicalismo. A partir del 12 de julio de 1937 la Asamblea Legislativa provincial nombra una comisión administradora que estuvo integrada por José Ramaciotti, Walter Voegeli, Moisés Sironi, Serafín Besson y Ottorino Beltrame, siendo éste último el presidente del mismo acompañado por Luis Pagani como secretario. Esta comisión tuvo una ardua labor ya que sancionó ordenanzas polémicas, si las miramos desde nuestra óptica actual, como por ejemplo la Comisión de Censura. La misma estaba integrada por cinco miembros representados por la Biblioteca Rivadavia , el municipio, el Círculo de Maestros, la Comisión de Cultura y el Círculo de Obreros y controlaban las exhibiciones cinematográficas ya que consideraban que “los espectáculos públicos atentan contra la salud del espíritu, pudiendo constituir una influencia morbosa para la imaginación infantil”. También se prohibieron las ventas de revistas pornográficas. Además se aprobó el préstamo de medio millón de pesos para las reformas edilicias en el palacio municipal, adquisición de un inmueble con destino al mercado y obras de de utilidad pública.

Los intendentes de Cañada.... 1935-1937 Tiempos de intervenciones...

Bautista Borgarello, Intendente Municipal 1935-1940
El gobierno del demócrata progresista Luciano Molinas fue quizás lo único rescatable en una década manchada por el fraude, la corrupción y la entrega del país a las potencias europeas. En el diario Clarín del 15 de febrero de 2009, el historiador Felipe Pigna manifiesta que

"Reutemann no debería ser excluido"


Para la ex legisladora el senador nacional ha sido muy "valorado en algunas cosas" y muy "criticado en otras", pero entiende que representa a un sector del peronismo que "no hay que excluir". Bielsa aseguró que ella no tiene "un lápiz" rojo para bajar ninguna candidatura, en referencia a las críticas de Luis Rubeo. Y explicó que a su juicio la palabra "unidad" se ha desgastado mucho en política.

Los intendentes de Cañada.... Hoy Luis Dalledone

Luis Dalledone, foto del Museo Histórico Municipal
El golpe de Uriburu y su gobierno dejaron el camino allanado para que la oligarquía nacional vuelva a comandar el poder político del país. Mediante el fraude electoral, la famosa Concordancia integrada por radicales anti-yrigoyenistas, conservadores, socialista y demócrata, gobernaron en la titulada Década Infame. En la provincia de Santa Fe fue elegido gobernador, en 1932, Luciano Molinas, un oasis en aquellos años turbulentos. Este gran gobernador demócrata progresista durante su gobierno puso en vigencia  la Constitución  santafesina de 1921, la primera en Argentina en incorporar los derechos de los trabajadores y del constitucionalismo social, que había sido vetada durante el gobierno radical de Enrique Mosca.

Los intendentes de Cañada.... David Miles, el primer intendente de una dictadura cívico-militar

David Miles, foto del Museo Histórico Municipal
Según expresa Felipe Pigna en su texto “6 de septiembre de 1930 - Crónica de un golpe anunciado” en Los Mitos de la Historia Argentina 3 que ese golpe venía siendo anunciado mucho antes de que Leopoldo Lugones exaltara “la hora de la espada”. En ese discurso el prestigioso poeta llamaría al Ejército —“esa última aristocracia”— a tomar las riendas, y la conspiración sentaría precedentes que lamentablemente iban a hacer escuela en la Argentina. Los golpistas del futuro aprendieron en el 30 que la cosa debía empezar con el desprestigio del gobierno y el sistema a través de una activa campaña de prensa... También había que prometerle al pueblo orden y seguridad, y al asumir era importante meter miedo. Prohibir la actividad política y sindical; intervenir las provincias y las universidades; decretar la pena de muerte; detener, torturar y asesinar a los opositores...”