Juan L. Toledo, Miguel Scandell, Pablo Lombarda, Carlos Jordán, Salvador Agnello, Santiago D´Onofrio, Bartolo Cuffia y Juan Carlos Besso Pianetto. |
Si hay un tema que poco se habló en Cañada de
Gómez, es de los logros del Peronismo en nuestra ciudad. Quizás por el odio,
quizás porque los “pelos” de las manos gorilas de quién se encargó en gran
parte de escribir sobre la historia trató de esconder lo realizado por el
gobierno de Juan Domingo Perón. No hace mucho atrás, en Estrella de la Mañana, hasta se llegó a
comparar el accionar de ese gobierno con la Dictadura del 76. Será
por eso, que este señor también exprese en sus textos que el peronismo fue un
“régimen”, y la dictadura en la que participó fue un “proceso”.
Ahora bien, para refrescar algunos números del
peronismo cañadense, quiero recordarle que al momento que expulsan a Tomás
Celso Torres del municipio y durante esos años gobernaron hombres con un amor
incondicional hacia su pueblo, no sólo por las obras realizadas en la gestión
sino también por lo realizado en su vida privada tiempo después. Donaron
inmuebles para la instalación de hogares y escuelas. También fue la llegada por
primera vez de obreros a la función pública. Cabe aclarar que durante esos diez
años la mortalidad infantil bajó de 59 por mil a un 24 por mil; el Hospital se
transformó en un Centro de Salud regional; se creó la Caja de Asistencia a la Vejez; se fomentó la ayuda
social de becas a los estudiantes y se implementaron servicios médicos y
odontológicos en las escuelas.
Corría el año 1945, la “Revolución del 43” que terminó con el fraude,
la corrupción y el hambre originada por la Década Infame, era presidente
de facto Edelmiro Farrell acompañado de un Juan Domingo Perón ejerciendo la Vicepresidencia,
el Ministerio de Guerra y la
Secretaria de Trabajo y perfilándose como líder de los
obreros, trabajadores y humildes del país, llevando adelante los primeros
grandes cambios que revolucionaran la vida de millones de argentinos. El 28 de
julio de ese año, a las 17,30 el interventor de la provincia de Santa Fe Oscar
Alfonso Aldrey, junto al Comisionado Municipal Abel Romegialli inauguró la Universidad Popular
creada en el Círculo Católico de Obreros, cuando presidía esta institución el
Dr. Ángel Federico Robledo. Su primer directo fue el Dr. Santiago D´Onofrio
quién pronunció unas palabras junto a Robledo y el Subsecretario del Ministerio
de Instrucción Pública de la provincia el Dr. Horacio Varela.
Dr. Santiago D´Onofrio |
Cabe aclarar, que uno de los impulsores de este
emprendimiento fue el Dr. D´Onofrio(foto), quién insistió en unificar las escuelas de
labores que ya existían en la ciudad (la Profesional Nocturna,
Oficios Mixta y el Secretariado Comercial), insistiendo en un proyecto de Ley
presentado el 23 de julio de 1942 por el Diputado Nacional Daniel Bosano
Ansaldo, de la Unión Cívica
Radical de Santa Fe, llamado “Creación de una Escuela Industrial, de Arte y Oficios
en Cañada de Gómez”, quién desde su banca en el Congreso aportó mucho a la
educación y en especial a nuestra ciudad. Pero D´Onofrio no encontraba eco en
las autoridades educativas hasta que decidió llevar esta idea al Círculo
Católico de Obreros, en ese momento presidido por Robledo y asesorado por Monseñor Manuel Aizpuru y fue así que nace la Universidad Popular
en Cañada de Gómez.
Es justo citar a sus primeros integrantes en el
cuerpo de la entidad, acompañaban a D´Onofrio en la dirección, María Dolores Odorizzi como
regente, Juan Luis Toledo como secretario y los
profesores eran el Ing. Salvador Agnello (Electrónica), Ing. Bartolo Cuffia
(Construcciones), Ing. Miguel Scandell (Mecánica), Ing. Pedro Lombarda (Dibujo
Lineal), Juan Carlos Besso Pianetto (Tornería), Carlos Jordán (Radiotelegrafía),
Atilio Scaramussi (Tornería), Elio Golianich (Electrotécnica), Juan Savoini
(Dibujo Lineal), Ruben Arrieta (Radiotelegrafía), Guerino Sancrica (Mecánica),
Nelso Asigliano (Tornería), posteriormente fueron sumándose los profesores Benabé Casado, Mario Rodríguez,
Rogelio Fiant, Juan Larini, Yiyo Sileoni, Teodoro Voss, Andrés Acuña, Adolfo
Wytrykusz, Esther G. de Fongi, Esther Cuello, Corina Bondoni de Regis, María
Teresa Odorizzi, Rosario Ramaciotti, Iris Perrier, Alida Erbetta, Rafaela Osta
de Spuck y María E. Cantori. En 1946 se crea su primer centro de estudiantes
siendo Carlos Gravier su primer secretario general, y Roque de Simone fue su
ferviente presidente de la
Cooperadora.
A pesar que llegó a contar con casi 300
alumnos, de las cuales 140 eran mujeres, fue difícil el pedido de
oficialización de la
Universidad durante esos años. Fueron varios los pedidos de
audiencia y las solicitudes enviadas por las autoridades locales para el
gobierno provincial y nacional. En una carta enviada al gobernador Caesar el 12
de setiembre de 1949 D´Onofrio manifiesta que “los cursos de enseñanza técnica,
artística y primaria, han tenido siempre una nutrida inscripción que se
mantendría y aumentará si contara con los recursos necesarios y el estímulo del
apoyo oficial.”
Para los festejos de la Semana de la Ciudad, en octubre de 1950,
visitó nuestra ciudad la comitiva oficial encabezada por el gobernador y varios
de sus ministros. Entre las actividades que se desarrollaron, estuvo la
oficialización de la
Universidad, el acto que se realizó en el salón de teatro
infantil de la Escuela Normal, hizo uso de la
palabra el tesorero de la Asociación
Cooperadora, el señor Enrique Maier, quién se refirió a la
desinteresada labor desarrollada por el personal docente que desde hace cinco
años presta, con carácter “ad honorem” servicios en el establecimiento. Seguido
pronunció unas palabras el Ministro de Educación y Justicia Raúl Rapella que,
luego de referirse a la política que en material educacional realiza el
gobierno santafesino, dio lectura al decreto del Poder Ejecutivo, por el cual
se designa al Dr. D´Onofrio para que en el termino de 60 días proyecte la
unificación de la Universidad Obrera,
de la Escuela
de Oficios y de la Profesional Nocturna
en un órgano politécnico que centralice en forma eficiente la preparación
especializada de los alumnos.[1]
Así fue que el 22 de abril del año siguiente,
el justicialista gobernador Juan Caesar firmó el decreto Nº 03895 creando el
Instituto Politécnico Gral. San Martín, sobre la unificación de la Universidad Popular,
la Escuela Profesional
Nocturna y la de Oficios Mixta destacando el rol de Valentín Antoniutti, Guillermo Fradegrada y
el mismo Santiago D´Onofrio en la incansable tarea educativa. Ese mismo decreto
nombraba a Carlos Borzone como director de la entidad.
La historia de esta Universidad tiene dos
finales. El primero de ellos es que en 1955 es que el Instituto Politécnico
pasa a depender del gobierno nacional bajo la denominación de Escuela Fábrica
Nº 224 y posterior a la creación del CONET (Consejo Nacional de Educación
Técnica) recibe el nombre de Escuela de Educación Técnica Nº 1 de Cañada de
Gómez ( ENET Nº 1), mientras que también de este desprendimiento nace la Escuela de Educación Técnica
Paula Albarracín.
El otro final fue trágico y tiene que ver con
el odio hacia el peronismo, cosas que hoy se vuelve a repetir en algunas
esferas de la sociedad. Cuando en setiembre de 1955 cae el gobierno democrático
de Juan Domingo Perón, los “dictadores” deciden perseguir y destruir todo lo
relacionado a la figura del expresidente, de Evita y todas sus obras. En
nuestra ciudad no solamente arrastraron el busto de Evita, sino que se intentó
demostrar irregularidades en todos los funcionarios, cosa que nunca existió y
al punto que hasta daba vergüenza escuchar y leer ciertos comentarios de
quienes robaron el poder al pueblo. El Dr. Santiago D´Onofrio no fue la
excepción, a pesar de no ser peronista, se lo separó de su cargo de director en
la Escuela Normal,
se lo persiguió y nada pudo comprobarse. Al poco tiempo de sucedido esos
hechos, nuestro prócer de la educación falleció. El 26 de abril de 1956,
Santiago D´Onofrio dejó de existir, algunos dicen que murió de tristeza, otros
en cambio para tapar el daño histórico dirán muerte natural.
A continuación transcribiré parte del
pensamiento del Dr. Santiago D´Onofrio, publicado en La Nota del 6 de julio de 1946:
“Negarle al hombre el deseo de superación,
sería asignarle el simple papel de un engranaje, condenado a una simple función,
a una espera del lógico desgaste, y condenado a terminar entre las cosas sin
ninguna utilidad. Más no ocurre así. En todos hay un afán de ser mejor,
manifiesto o no, que solo espera la oportunidad de poseer los medios para ir a
su conquista. Pocos son, debemos comprenderlo, los que deben a su solo esfuerzo
el logro de superación.
El mejoramiento individual conduce al
mejoramiento colectivo. ¿Acaso los pueblos que tienen un menor número de
analfabetos no son los que han alcanzado un lugar de privilegio entre los
pueblos en relación directa con la cultura que revelan?
Y, la prosperidad de los países, ¿no corre
paralelamente con la cultura general alcanzada? Decir prosperidad, es decir
felicidad para los habitantes. La felicidad de los pueblos, se alcanza cuando
existe un perfecto equilibrio en todos los órdenes de la actividad vital,
material, intelectual, espiritual y social.”
1 comentario:
Ignoraba esta historia.Me parece sumamente interesante.La multiplicidad de ideologías políticas aunadas para mejorar la educación,es de personas grandes e inteligentes.
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