Un relevamiento sobre las normas tratadas por el Congreso en los últimos 12 años confirma el rechazo sistemático del PRO a proyectos emblemáticos para el país.
Concientización vs. Campaña sucia, parece ser la dicotomía que rodea al análisis del accionar legislativo de las fuerzas políticas que compiten por la presidencia de la Nación. Lo cierto es que un repaso de la conducta asumida por cada fuerza política en los últimos 12 años confirma la puja entre dos modelos y ofrece un mapa incontrastable, difícil de objetar, sobre la forma en que el macrismo asumió su rol como bloque opositor. El partido que lidera el frente Cambiemos rechazó cada una de las leyes que impulsó el Frente para la Victoria en sus tres gestiones y sobre las cuales construyó la columna vertebral de las políticas aplicadas de 2003 a esta parte, consignó Tiempo Argentino.
Es sabido, a esta altura del proceso electoral, que el PRO se opuso a leyes emblemáticas que el gobierno flamea como banderas de cara al próximo 22 de noviembre. Entre ellas: Lanacionalización de las AFJP y de YPF, la recuperación de la aerolínea de bandera por parte del Estado, el proyecto de movilidad jubilatoria, la Ley de Medios, la modificación del Código Civil y Comercial, la Ley de Pago Soberano, Ley de Voto Joven y la Ley de Fertilización Asistida.
Más allá de esos ejes sobre los que sobrevuelan los debates, las chicanas y las preguntas, el PRO llevó su enfrentamiento ideológico con el Frente para la Victoria a cada una de las políticas que el gobierno quiso sustentar con el aval del Parlamento, muchas de las cuales comenzó a reivindicar por una cuestión de estrategia electoral.
Del relevamiento del trabajo legislativo de los últimos años surge, por ejemplo, que el bloque macrista fue el único que votó en contra de proyectos tendientes a incentivar la producción local de autopartes y medicamentos. La bancada amarilla fue la única que votó en contra de la eliminación del delito de calumnias e injurias, y de otros dos proyectos que protegen a los periodistas y la libertad de expresión. Los legisladores que responden a Macritambién han votado en contra de proyectos para asegurar la gratuidad de la educación superior y para crear nuevas universidades.
En el campo de los Derechos Humanos y los Derechos laborales, la tarea del PRO no tiene fisuras. Se opuso a todas las propuestas en favor de los asalariados y fue el único bloque quese abstuvo de votar la prohibición de indultos en caso de delitos de lesa humanidad.
Remarcar la contradicción entre lo votado en el Congreso por el PRO y lo expuesto en el discurso es ya parte de la campaña del Frente para la Victoria. El PRO, en tanto, defiende tímidamente lo votado, acomoda su discurso y asegura que se lo critica por lo que todavía no hizo como gobierno.
El PRO ha expuesto desde su nacimiento como partido con representación en el Congreso de la Nación una coherencia que invita a penar que a la hora de gobernar no se apartará un centímetro de lo mostrado. Para comprender la lógica de Estado que quiere el PRO, basta con hurgar en su pasado reciente.
En Derechos Humanos no sólo el macrismo fue el único bloque que se abstuvo de votar la prohibición de indultos en casos de lesa humanidad sino que también decidió no apoyar la creación de la Comisión bicameral que investigue las complicidades económicas durante la última dictadura. Esto sin contar que votó en contra del desafuero de Luis Abelardo Patti.
Entre los numerosos proyectos en materia laboral a los que se opuso el PRO está la norma que computa el período de preaviso como tiempo de servicio aun cuando el empleador haya despedido al trabajador sin preaviso. El bloque del PRO fue el único que se opuso a establecer un límite de ocho horas diarias y 48 horas semanales para la jornada laboral.
El PRO, también en solitario, rechazó el régimen que establece los procedimientos de exhibición de los precios de venta y combate de la publicidad engañosa, como la regulación de los gestores de cobranza extrajudicial, tendiente a evitar los abusos contra los consumidores y deudores.
En temas de libertad de expresión, el PRO, si se toma en cuenta lo votado en el Congreso, tampoco aparece como una garantía. El 28 de octubre de 2009, el macrismo y sus aliados votaron en contra de la eliminación del delito de calumnias e injurias, que era un pedido de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El proyecto fue apoyado por el resto del arco político.
El 12 de mayo de 2010 el PRO aportó los únicos ocho votos negativos contra el proyecto que amplió los alcances de la Ley 25.323 sobre trabajo no realizado e indemnizaciones laborales, incluyendo en los beneficios a sectores que habían sido discriminados por omisión, especialmente los periodistas. El PRO también se opuso al proyecto que estableció que el empleador no puede realizar encuestas o indagar sobre las opiniones políticas, religiosas, sindicales, culturales o de preferencia sexual del trabajador.
Tampoco la producción local gozó de los favores del PRO en las votaciones del Parlamento. El 25 de noviembre de 2009, fue el único bloque que votó en contra del proyecto que le otorgó preferencia a la adquisición de medicamentos producidos por los laboratorios públicos para proveer a los hospitales, centros de salud y programas de salud estatales. El 26 de noviembre de 2008, el proyecto que estableció un régimen de incentivos a la inversión local de motocicletas y motopartes, orientado a incrementar el componente de valor agregado nacional en la fabricación de motos y promover su exportación, fue aprobado con 201 votos afirmativos y ocho negativos del PRO y aliados. El resto del bloque estuvo ausente.
En cuanto a ley de Fertilización Asistida, el registro de la votación en Diputados señala a la mayoría del PRO absteniéndose de votar. El 5 de junio de 2013, ese proyecto para garantizar el acceso integral a los tratamientos de reproducción asistida se sancionó con 204 votos positivos, uno negativo y nueve abstenciones. Ocho de los nueve diputados que pidieron abstenerse de votar la ley pertenecen al PRO, entre ellos la candidata a vicepresidenta de la Nación Gabriela Michetti. Sólo tres integrantes del bloque votaron a favor: Silvia Majdalani, Soledad Martínez y Laura Alonso. El resto del bloque se ausentó.
No sólo los votos, sino también los argumentos que surgen de las versiones taquigráficas muestran que las posiciones del PRO tienen un claro sustento ideológico que, como también queda claro, está en las antípodas del oficialismo. En definitiva, dos modelos.
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