DECIME QUE SOS ZURDITO…
Así recuerda Omar Pravisani las
palabras del capitán O´Coffer cuando lo
interceptó en la antigua terminal de ómnibus de Cañada de Gómez ubicada en la
esquina Bv. Balcarce y España. Omar es hijo de Pedro Pravisani y Petrona
Peralta, su niñez la frecuentó en el barrio Soto ya que su padre fue el
recordado portero de la entonces flamante Escuela Lisandro de la Torre. Gracias a un
archivo del Museo Histórico Municipal, que Omar dejará como testimonio en la
historia de esta institución educativa podemos ver como fue aquellos primeros
años de su vida…
«Comienzo a concurrir a la Escuela Lisandro
de la Torre en
el año 1960, ingresando a segundo grado, yo había cursado primero inicial y
primero superior en la
Escuela Juan B. Alberdi, ello obedeció a que mi padre, Pedro
Pravisani El Portero había sido
designado en el cargo a mediados del año 59 (…) en el barrio Soto, donde las
calles eran de tierra, el pavimento llegaba hasta calle Maipú, los frondosos
platanos servían de arco para que nosotros hiciéramos nuestros partidos,
después llevamos nuestros partidos al campito que estaba frente al Club Villa
Soto, club que solo tenía un ambiente que funcionaba como bar, una cancha de
bochas y una pista de tierra. Ese campito, nuestra canchita de futbol era
compartida con el deposito de Estructuras Evidente, donde había todo tipo de
elementos propios de la construcción, algunos tirantes terminaron formando
nuestros arcos; además al frente estaba Vederfin, fábrica de vidrios, copas,
ornamentos en cristal, etc.; cuando limpiaban los hornos arrojaban grandes
trozos de vidrios, algunos de los cuales terminaban para adornar jardines; al
frente de la Escuela
estaba la fábrica de Cerraduras Mario, que había proveído a la citada escuela
de toda su cerrajería, puertas, ventanas, armarios todavía hoy están de
testigos; hacía la esquina estaba el bar de José Hernández llamado Las dos anclas, pero además de bar,
tenía un servicio de comidas para gente que trabajaba en La Helvética o en la Curtiembre
o en Cañadenzo, y en forma temporaria para gente que venía a las cosechas. Ese
bar además tenía una cancha de bochas, un billar y un metegol… En ese bar
fuimos testigos de noches de guitarreadas, donde se quedaban los habituales
comensales, Don Giménez, los hermanos
Bongarzoni, don Tapia, y un incipiente recitador, Carlos Faúl que había venido
de Tortugas y trabajaba en la
Helvética , los guitarreros eran El Negro Abregú y Don José Hernández.»[1]
Una vez terminados sus estudios en
la ciudad, Omar decidió estudiar Abogacía en la Facultad de Derecho de
Rosario y allí comenzó a militar en la Juventud Universitaria
Peronista, la popularmente conocida JUP, una organización surgida en los años
sesenta, considerada el brazo universitario del Peronismo y la formadora de
cuadros técnicos y políticos de futuros dirigentes. Recordemos que en Rosario
la cifra de desaparecido es alarmante y una de las mayores junto a Córdoba y La Plata siempre hablando del
interior del país. Entre los más recordables estudiantes que desaparecieron y
fueron asesinados podeos citar a José Antonio Oyarzábal y Felipe Laus, ambos asesinados
en la masacre de Los Surgentes, otros que tuvieron el trágico final y
pertenecientes a esa corriente política son Sergio Ángel Rúa, su novia Edith
Virginia Bazzara y Adriana Tasada de Megna. Abogados de la talla de Juan Máximo
Ferrarons, de Montoneros, Felipe Manuel Rodríguez Araya, de la Unión Cívica Radical;
César Raúl Tabares, del Movimiento Revolucionario Peronista y donde la cárcel de Coronda, de la que fue
director, lleva su nombre y Eduardo Garat, también de la JUP.
Pero de todos estos nombres citado,
quizás porque haya estudiado Derecho como él, Omar recuerda el asesinato de
Sergio Rúa y su novia Edith Bazzara ocurrido el 3 de agosto de 1977, cuando
resistió su detención en el medio de un tiroteo en su propia casa ubicada en la
intersección de las calles Fragata Sarmiento y Vera Mujica. La hermana de su
novio alguna vez la escuchó decir en una discusión familiar que si era
necesario daría la vida por la causa… y eso hizo. A Sergio se lo recuerda en la
ciudad de Venado Tuerto de donde oriundo, junto a otras víctimas de la dictadura en el ex Colegio Nacional junto a Jorge Barrantes, Ricardo Klotzman,
Ricardo Machado, María Laura González y Jorge Novillo.
Omar recuerda lo duro que la pasó esos años
cuando nos relata que
"Lamentablemente el 24 de marzo de 1976 es para mí un día en lo personal muy triste, todavía me afecta. Es como volver el tiempo atrás y revivir todo, y sobre todo recordar a compañeros que hoy ya no están. Yo estaba en Rosario porque ingresé a la facultad a estudiar derecho en el año ´71 y ya empezábamos a ver en qué grupo podíamos acoplarnos en cuanto a nuestro pensamiento que esencialmente era peronista. Allí encontrarnos un sector que más tarde vendría a serla JUP
donde teníamos bien en claro que queríamos desembarcar en algo que no fuera un
partido, sino en el peronismo que era en realidad era un movimiento, cuestión
que hoy ya no podemos decir realmente si esto es así, si es un movimiento porque ha perdido ese motor que a través del
tiempo significaba la clase trabajadora, la columna vertebral, y con una
conducción que los últimos tiempos creo no se ha reflejado porque hemos tenido
jefaturas pero no conducción. Yo estaba viajando de Rosario hacia Cañada, llego
a la Municipalidad ,
ya había escuchado la marchita cuando venía, por supuesto a mí lo verde me
ponía mal, entro y de frente me encuentro con un compañero mío que estudiaba
derecho, el Negro Di Pietro, él me
mira como diciendo ni me hables y seguí. Al rato llega el Teniente Coronel Moresi,
Albertengo, están en el despacho creo que hacen el acta, Albertengo se retira y
nosotros nos quedamos ahí. A mí en lo personal me afecto mucho, yo ya había
tenido situaciones anteriores, ya notaba algo raro, movimientos en las
cercanías de la casa de mis viejos, en la mía pero no le había prestado
demasiada atención. Uno empieza a pensar, yo tenía un trabajo, una familia, un
hijo.
"Lamentablemente el 24 de marzo de 1976 es para mí un día en lo personal muy triste, todavía me afecta. Es como volver el tiempo atrás y revivir todo, y sobre todo recordar a compañeros que hoy ya no están. Yo estaba en Rosario porque ingresé a la facultad a estudiar derecho en el año ´71 y ya empezábamos a ver en qué grupo podíamos acoplarnos en cuanto a nuestro pensamiento que esencialmente era peronista. Allí encontrarnos un sector que más tarde vendría a ser
»Las cuestión se van agravando, yo estaba un poco en Rosario y en Cañada en
la casa de mis viejos, iba y venía. Una noche me bajo del ómnibus viniendo de
Rosario y me para el que era Jefe y estaba a cargo de la Comisaría de Cañada de
Gómez, el Capitán Luis Humberto O´Coffer, con otros dos cañadenses, uno era
Subjefe, un tal Pascual y el otro un Sargento de la Policía local que era
Galarza, me paran, me detienen y me preguntan… ¿De dónde venís?. Yo les
respondí de Rosario y si pasaba algún problema. No, me dicen, ¿qué
problema tenés vos? Porque vos sos militante de la JUP , porque vos estas casado
con tal, trabajas en tal lado. En fin ellos pareciera que siempre
tenían toda la información de las personas antes de detenerlos, y entonces
sacan la pistola y me pegan en el pecho y me decían decime que vos sos monto, decime
que sos zurdito y dale, y obviamente yo le negué todo, todo. Mira
no te hagas el piola, dijeron, porque nosotros sabemos todos y obtenemos la
información al segundo. Pídanla, les dije, eso no me preocupa. Bueno,
me dicen, está bien Pravisani, ahora ándate a dormir ¡Si es que podes dormir! Y
quedate tranquilo porque el país no se para o no se va a parar ¡nunca más! Pese
a ustedes. Y me fui a mi casa, obviamente no dormí.»[2]
Aquella amenaza se convirtió en
realidad cuando al ingresar al día siguiente a su oficina en la Municipalidad
encontró al Capitán O´Coffer sentado en su escritorio junto a su ovejero alemán
y su pistola. Al verlo, irónicamente el nefasto militar le pregunta: y
domirste bien anoche???? No sólo terminó ahí el acoso sino que en
reiteradas veces el falcón verde daba vueltas alrededor de la casa de sus
padres como queriendo darle una amedrentamiento. Recordemos que ese capitán,
conocido en la ciudad como el Alemán
Negro era la mano derecha de Moresi y solía estar parado en la esquina de la Jefatura junto a su
inseparable Mantonegro.
Siguiendo con el relato de
Pravisani, el ex secretario general de la Sitram nos cuenta su martirio también en
Rosario donde estuvo detenido dos días...
«En Rosario tuve una situación
parecida, pero de alguna manera se puede decir que zafé. Lo lamentable era ver
y darse cuenta porque ibas a la facultad y te enterabas que no estaba tal o
cual compañero lo chuparon o se lo llevaron y lo otro. Fue esta la causa de que
me quedaran materias para recibirme, porque no pude ir nunca más a la facultad,
porque veía fantasmas y eso me ponía muy mal, saber que por ejemplo yo iba a ir
al bar y me podría encontrar con tal o que iría a la vuelta y me los encontraría,
pero la realidad era que ya no estaban, no estaban ¡y no iban a estar más! Todo
eso a mí me hizo muy mal y con el tiempo lo va digiriendo, reabsorbiendo
digamos. Hay cosas que se las traslade a mis hijos, sobre mis vivencias, hay
momentos en los que siento orgullo y al mismo tiempo siento culpas, pero son
cosas que me han tocado vivir.»[3]
En la Administración Municipal
también pasó por persecuciones, primero fue Jefe de Personal, después pasó a
Compras, de allí a Tránsito, a Legales y de allí a Juzgado de Faltas que era el
último lugar que quedaba en la
Municipalidad. Al finalizar la entrevista
Omar nos relata un hecho ocurrido en esos años cuando el Municipio aplicó la Ley de Prescindibilidad donde
«Y en Cañada de Gómez en la época
del proceso nadie se acuerda o nadie casi lo menciona, tuvimos la aplicación de
la Ley de
Prescindibilidad y puedo dar fe de su aplicación con un compañero municipal. En
base a la Ley Nacional ,
que en ese momento era la Ley
de Prescindibilidad a nivel nacional, provincial y a municipal se sanciona una
ordenanza que se pone en vigencia y se la aplica a un compañero municipal que
según consta era porque conforme a las dispersiones de la Ordenanza Municipal
Nº 1056 los que constituyan un factor real o potencial de perturbación del
normal funcionamiento del organismo que pertenece, serán posible de la
aplicación de la citada norma. A este hombre lo dejaron sin trabajo por ser peronista.»[4]
Aunque Omar no lo nombró sabemos que
el empleado expulsado del municipio fue Aldo Bressan. Casos como este
ocurrieron mucho en la ciudad, como el ocurrido en uno de los bancos de la
ciudad cuando el mismo 25 de marzo del ´76 un día después del golpe el gerente
del mismo decidió, por ordenes de arriba, de dejar sin trabajo a uno de sus
empleados por estar en una lista por su pasado, ni siquiera político, sino en
defensa de los pobres y de los humildes cuando ocurrió la pueblada en defensa
del Padre Amiratti.
Cómo cierre de esta nota y como
homenaje a los compañeros de la Juventud Universitaria
Peronista desaparecidos en la dictadura, voy a compartir con ustedes un párrafo
de la Cantata
cantada por Huerque Mapu allá por los años setenta:
«Pobre lacayo que has puesto
tus puños sobre su cuerpo,
fíjate bien que ese hombre
que me has matado no ha muerto.
No pueden torturadores
quebrar su limpia alegría,
de justo y enamorado,
de luchador por la vida.»
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