EL NUNCA MÁS CAÑADENSE... ACÁ TAMBIÉN PASÓ...Décimo Sexta parte




EL SOBRINO DEL INTENDENTE

Que difícil es escribir cuando las puertas de la investigación entran en un laberinto sin salida. Nuestra próxima víctima es otro de los desaparecidos nacidos en nuestra ciudad, estamos hablando de Daniel Jorge Colorado Bertoni Cabezudo un veterinario recibido en la Universidad Nacional de La Plata y que fuera secuestrado el 2 de septiembre de 1977 en Canning 2360 del barrio porteño de Palermo. Daniel nació en nuestra ciudad el 10 de octubre de 1945, una semana antes de aquella histórica jornada donde el pueblo colmó las calles pidiendo por la liberación del General, dando nacimiento al partido de masas más popular del Siglo XX. Sus padres eran los propietarios de la Farmacia Lavalle ubicada enfrente del Correo Argentino. De su padre pudimos averiguar que había simpatizado con la figura de Emilio Eguren, aquel rector del Colegio Nacional muy criticado por sus ideales nacionalistas desde la mirada burguesa y liberal de la Cañada de entonces. Elizabeth, su madre, fue una de las primeras alumnas del Florentino Ameghino y era hermana de Gerardo Cabezudo, el contador radical que fuera dos veces intendente de la ciudad en la última de ellas durante la dictadura cívico-militar entre 1976 y 1982.


Al igual que su madre y gran parte de su familia, Daniel se gradúa en el Nacional y decide ir a estudiar la carrera de Veterinaria a la ciudad de La Plata en la Universidad Nacional de esa localidad. Una institución educativa que según expresa su página oficial «los militares decían que nuestra Universidad era la más montonera del país, junto con la UBA, recuerda el Ing. Raúl Pessacq, rector normalizador de la UNLP tras la vuelta de la democracia, y agrega por eso fue castigada con dos recortes presupuestarios: en el 76 y en el 80. El veterinario Guillermo Gallo fue el rector interventor durante la dictadura. Llegó para limpiar a la institución de elementos presuntamente subversivos. El espionaje, la delación y las desapariciones se volvieron moneda corriente. Se redujo la matrícula mediante un cupo de alumnos para cada facultad. Querían una universidad más chica, explica Pessacq, y por lo tanto más elitista. Las carreras de Cine y Psicología se cerraron por subversivas. Docentes e investigadores partieron al exilio. Si en la época de Ivanissevich te cesanteaban, ahora directamente te mataban.»[1]

Sobre la militancia de Bertoni, sabemos que fue presidente del Centro de Estudiantes de Veterinarios y militaba en el Partido Comunista Maoísta. Adrián Celentano en su trabajo Universidad y lucha de clases: la formación de las agrupaciones estudiantiles maoístas entre el Cordobazo y el retorno del peronismo al poder cuenta el surgimiento del Grupo de Estudiantes Antiimperialistas, GEA, donde tuvo participación Daniel Bertoni

«Aunque el GEA se funda en 1971, su aparición debe considerarse como el punto de llegada de la militancia política sostenida por un núcleo de estudiantes universitarios durante la década del sesenta. En los primeros sesentas, Víctor y Juan Artigas, Ilda Luchini, el Vasco Inchaurraga, Jorge Benítez y Luis Paz se formaron en el Socialismo de Vanguardia, pasaron por la alianza con el peronismo, el apoyo al proyecto del Che en Bolivia y por diversos intentos de constituir el partido revolucionario. Como otros grupos apoyaron la formación de la CGT de los Argentinos y, basándose en lo que entendían como las lecciones del Viborazo, fundan el Partido Comunista Maoísta (PCM) y su periódico Nueva Democracia. El PCM organizó el GEA y el Grupo de Estudiantes Secundarios Antimperialistas (GESA) como sus frentes estudiantiles de masa. La tendencia aparece públicamente en La Plata, Córdoba y Mar del Plata en diciembre de 1971.

»Si bien la denominación de grupo era frecuente en el movimiento estudiantil, en el caso del GEA le sirve para diferenciarse del FAUDI y la TUPAC, consolidados como frente y tendencia. El GEA combina su actuación en las aulas universitarias con el llamado a la unidad entre los estudiantes y los obreros clasistas; para ello se inspira, por un lado, en las acciones desplegadas por los guardias rojos en la revolución cultural 16 proletaria china y, por el otro, en la tradición antimperialista del reformismo, pero en el imperialismo a combatir agregan, junto al norteamericano, el de la Unión Soviética denunciado por los maoístas.

»Las primeras intervenciones del GEA en La Plata se desarrollan a partir de las acciones de solidaridad con la huelga de los obreros de la planta textil Petroquímica Sudamericana. Al frente del conflicto obrero se encuentra un cuerpo de delegados que reúne a activistas identificados con las diversas tendencias de la nueva izquierda, entre ellas la agrupación Organización y Lucha, que integra a trabajadores y estudiantes proletarizados vinculados al PCM. Durante el conflicto, el GEA, junto con el FAUDI y la Tendencia Estudiantil Revolucionaria Socialista (TERS; ligada a Política Obrera), impulsa el fondo de huelga y las reuniones de la Federación Universitaria platense con los obreros de Petroquímica.

»En 1972 el GEA cuenta con unos veinte militantes activos entre las facultades de Humanidades, Ingeniería, Bellas Artes, Medicina y Veterinaria, en esta última suma al ex presidente del centro de estudiantes, el Colorado Daniel Bertoni. La actividad de agitación y propaganda del GEA, a la vez que aborda la problemática universitaria, concentra en la unidad obrero estudiantil sus expectativas de transformación de la sociedad y de la misma universidad. El GEA considera a los organismos gremiales (los centros y federaciones estudiantiles) como estructuras organizativas superadas por la aparición de los cuerpos de delegados, además de juzgarlas desbordadas por la combatividad de las masas, las que se encontrarían a las puertas de la insurrección general. Esto no impide que en la regional marplatense el GEA participe de la conducción de los centros estudiantiles, tal el caso de la Facultad de Arquitectura, en la que el GEA, encabezado por Guillermo García y Carlos Peychaux, gana la dirección del centro en 1971. Por entonces el centro encabeza las manifestaciones de protesta contra el asesinato de la estudiante de esa facultad, Silvia Filler, ejecutado por un grupo de la derecha nacionalista.»[2]

Otro testimonio que pudimos encontrar donde lo citan a Bertoni, es el de Mabel Celina Alonso cuando declaró en el juicio sobre lo ocurrido en el Vesubio donde manifiesta que

«El día 31 de agosto de 1977 fue secuestrada cerca de la rotonda de San Justo, donde estaba ubicado su domicilio. Comentó que no la fueron a buscar a ella, sino a su esposo y le preguntaban por el colorado, que era Daniel Bertoni. En virtud de que ninguno de ellos se encontraba en el lugar, el grupo de personas permaneció toda la noche en su domicilio junto a la declarante y sus cuatro hijos de 16, 12, 5 años y el menor de 45 días y la amenazaban constantemente para que dijera dónde estaba su esposo incluso le colocaron un arma en la cabeza a su hija de cinco años, hasta que al mediodía del día siguiente se la llevaron del lugar.»[3]

El 2 de septiembre de 1977 el dictador Jorge Rafael Videla se prestaba a ofrecer una gala a los empresarios argentinos por el día de la industria; en Roma el Papa Pablo VI recibía al primer presidente de la democracia monárquica española Adolfo Suárez y se daba una pelea mediática entre los ex dictadores Juan Carlos Onganía y Alejandro Agustín Lanusse al publicar sus memorias éste último. Ese día, en Canning 2360 del barrio porteño de Palermo es secuestrado Daniel Jorge Bertoni. Nunca más se supo de él. Inclusive no hay testimonios de que haya pasado por algún Centro Clandestino. Seguramente, los genocidas tenían estudiado el pasado militante de Bertoni, su pasado en los sectores de la izquierda en la Universidad de La Plata y por eso decidieron matarlo. Su madre comenzó una seguidilla de pedidos de paradero, visitó a la Curia Argentina, a militares y nadie le dio su ayuda. Sólo silencio. Sólo mentiras. Una de las dos madres de desaparecidos que tuvo la Cañada de los Gómez que le fue indiferente ante su lucha. Una madre que en soledad y con la angustia de no saber que pasó con su hijo, se murió sin saber que fue de Daniel, su Colorado.

Daniel Bertoni figura en los legajos de la CONADEP con el número 5825. En su ciudad natal su nombre descansa en la Plaza de la Vida, el espacio de Memoria, Verdad y Justicia de todos los cañadenses. Una de las aulas del Colegio Nacional lleva su nombre y su imagen es expuesta por primera vez en el Museo de la ciudad cuarenta años después de su desaparición.




[1] http://www.unlp.edu.ar/articulo/2006/3/23/la_universidad_de_la_dictadura
[2] Adrián Celentano, Universidad y lucha de clases: la formación de las agrupaciones estudiantiles maoístas entre el Cordobazo y el retorno del peronismo al poder.
[3] Declaración de Mabel Celina Alonso en el Juicio Vesubio. Año 2011

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