Escuela Domingo Sarmiento |
CAPITULO IV:
Higiene y medicina
escolar.
Estado sanitario de la población escolar.
Servicio odontológico escolar.
MEDICINA
ESCOLAR
La asistencia médica al escolar
que se inicia al ponerse en práctica los nuevos postulados que señalan que la
escuela no debe ser para el niño solamente una etapa de instrucción, sino
también de educación y se conservación y acrecentamiento de su salud, hallaron
rápido eco en nuestra ciudad, donde, desde hace muchos años, casi todos los
médicos prestaron sus servicios honorarios en las escuelas locales. Tenemos
referencias de que desempeñaron tales puestos los Doctores Enrique Lucena,
Carlos Weiss, Enrique Padula y Héctor Pérez Colman.
En 1945 son designados, dependientes de
la División de Higiene Escolar, (Dependiente de la Dirección de Acción Social)
los doctores Enrique Lucena, médico y Fernando Caldero, odontólogo. Al recibir
estos las instrucciones para su futura labor, se establece esta como “dirigida
a atender tres aspectos fundamentales de la Higiene Escolar: el maestro y demás
personal, el alumno y la escuela.
En el mismo año es creado el
primer consultorio escolar policlínico, médico y odontológico en el local de la
Escuela Domingo Faustino Sarmiento, cuya instalación es costeada por la
Sociedad Damas de Beneficencia y Cooperadora de la escuela “Sarmiento”; los
muebles son donados por el medico escolar.
Esta centralización de
servicios rinde óptimos resultados ya que la concurrencia de alumnos, muchas
veces espontánea, es muy numerosa; se procede al fichado de los niños y se
presta, además, asistencia domiciliaria en los casos necesarios.
En 1948, con el mismo personal
son reajustadas las directivas que se completan y perfeccionan, participando al
médico de la vigilancia de los locales escolares, vigilando su estado de
conservación y el cumplimiento de las
condiciones de higiene indispensable.
También se le habilite para el
dictado de conferencias y clases de divulgación de asuntos de índole sanitaria
escolar y general.
Se le faculta, además, para
proceder al cierre de las escuelas cuando el estado sanitario de la población
escolar, así lo requiera.
En los últimos años el Servicio
Médico escolar es trasladado a local del Hospital “San José”. Aparentemente
parece una buena medida ya que en el nuevo local, donde ahora funciona, se
dispone de laboratorio, farmacia, enfermeras, rayos X, etc., además de la
utilidad representada por la ayuda a prestarse por todos los médicos del
hospital.
Pero, como lo hemos referido en
otero capitulo, el hospital está instalado en un lugar completamente inadecuado
y alejado del centro urbano, lo que trajo como inmediata consecuencia que los
niños dejaran de concurrir y se resistieran, por los tanto, las importantes
funciones de la organización médico-escolar.
No es difícil que en esta
disminución de la población asistida haya influido también la época de prosperidad
del país y el notable mejoramiento del estado sanitario. Pero, de cualquier
manera parecería útil que el consultorio volviera a su antigua y adecuada
ubicación.
En el mes de julio de 1947, es
consultado el medico escolar sobre la significación de la fiebre tifoidea y la
brucelosis en nuestro medio y nos ha parecido interesante reproducir su
informe:
“La fiebre tifoidea no es una
enfermedad endémica en la ciudad de Cañada de Gómez, a punto tal que en el
consultorio médico escolar a mi cargo, no se registra ningún caso en el término
de dos años.
“La provisión de agua potable
por Obras Sanitarias de la Nación, el servicio de cloacas y la pasteurización
de la leche, constituye el mejor medio de profilaxis en lo que se refiere al
contagio: las frutas y verduras, parecen no haber tenido importancia. Dado que
los enfermos de fiebre tifoidea constituyen una rareza, no creo necesario tomar
medida alguna de profilaxis activa”.
“En cuanto a la brucelosis,
debo informar lo siguiente: el ganado holando argentino, que suministra la
leche a la ciudad, tiene un porcentaje elevado enfermo de brucelosis; la leche
se ordeña en condiciones higiénicas. A pesar de ello, la brucelosis es poco
frecuente en nuestro medio, pues nadie bebe leche cruda; el contacto con los animales
enfermos produce muy pocos casos de contagio.
He tenido oportunidad de
atender escaso número de enfermos de brucelosis y no porque no la haya buscado;
conociendo la existencia de ganado enfermo, he ordenado la reacción de
aglutinación.
“La lucha contra la brucelosis
debiera iniciarse, pero es un problema más veterinario que médico. Me permito
sugerir la siguiente profilaxis:
1º.- Investigación en la sangre
de los animales de tambo con la reacción de aglutinación.
2º.- Vacunación de las terneras
de cuatro a ocho meses con la cepa X 19, que parece conferir inmunidad.
3º.- Destinar a carnicería los
animales enfermos.
Una vez saneado el ganado en
esta forma, aconsejar no beber más que leche hervida (procedimiento que dio tan
buenos resultados en la guarnición inglesa de Malta) y, por último, divulgación
por medio de conferencias, carteles, etc.”
Hemos reproducido este informe,
de indudable interés epidemiológico porque nos informa del problema de la
brucelosis en nuestro medio y, además, confirma nuestras afirmaciones, emitidas
en otro capítulo en lo que se refiere a la fiebre tifoidea.
ESTADO
SANITARIO DE LA POBLACION ESCOLAR
Durante el año 1951, a raíz de
un brote de Alastrín ocurrido en el año anterior, recibieron los médicos
escolares las siguientes directivas: 1º: control de la vacunación antivariólica
y antidiftérica y vacunación y, complementariamente: peso y talla del alumno –
Numero de caries – agudeza visual y auditiva y concepto pedagógico.
Se agregaba en las directivas
que, posteriormente personal especializado haría un control de la alergia a la
tuberculosis y las parasitosis intestinales.
Con tal motivo, hemos podido
obtener una información completa sobre el estado sanitario de los niños de
Cañada de Gómez, al 31 de diciembre de 1951 que, resumidamente, es el
siguiente:
Total de niños examinados:
1659. De los cuales 917 varones y 742 mujeres. Edad de los examinados: entre 6
y 14 años.
Apreciación objetiva: estado
físico: 1630 normales, 16 obesos y ningún desnutrido.
Aptitudes pedagógicas: 1280
normales, 159 sobresalientes y 201 insuficientes.
Agudeza visual normal en 1541,
disminuida en 13 y corregida en 29.
Agudeza auditiva: 1580 normales
y 3 disminuidos.
Enfermedades infecciosas
ocurridas en el año: Escarlatina 5 – Sarampión 52- Rubeola 125- Paroditis 1-
Varicela 2- Difteria 2-. Agregamos nosotros que los casos de Rubeola
corresponden a un brote epidémico ocurrido en el mes de octubre.
Vacunaciones: anti-variólica;
todo el alumnado sin excepción.
Vacunación antidiftérica: los
datos han sido mal recogidos y faltan en algunas escuelas, por lo que no se
pueden dan cifras.
Vacuna anticoqueluchosa: sin
datos.
Niños con caries dentarias: 462
(27,8%). Sin caries 1197 (72,2%).
Parasitosis cutáneas: ninguna.
Disendocrinias 2.
Malformaciones esqueléticas 2.
Presunción de lues ninguno.
Hernias 3. Ectopias
testiculares 3. Cardiopatías 2.
Presunción Tuberculosis activa.
Ninguno
Adenoidismo faríngeo 283.
Mantouz y Brucelosis no se controlaron.
Parasitosis intestinales:
Vermes 3- Tenias 16 y Amebiasis 8.
Caber consignar que las
investigaciones especiales para determinar alergia a la tuberculina e
investigar parasitosis intestinales no llegaron a realizarse.
Estudio
critico a este informe
Como hemos dicho en el Prefacio
de este trabajo, todos los datos estadísticos han sido obtenidos personalmente
por nosotros; la única excepción es este de Medicina escolar, que nos fue
facilitado, con gentileza que agradecemos por el Señor Jefe de la División de
Higiene Escolar, Dr. Manuel Pinasco.
Nos ha parecido un estudio muy
valioso y completo, sobre todo por ser realizados en la casi totalidad de la
población escolar.
Vamos a formularle algunas
críticas que se basan más en experiencias anteriores, ya que no hemos tenido
oportunidad de examinar personalmente a la niñez que concurre a las escuelas
primarias de Cañada de Gómez.
En primer lugar nos llama la
atención la apreciación objetiva que se
hace y donde aparecen 1630 normales, 16 obesos y ninguno desnutrido. Parece
imposible que en tan elevado número no se encuentre ningún escolar con un
índice nutritivo inferior a lo normal; pensamos que si se hubiera aplicado el
conocido “Sacratama” de Von Pirquet, de tan fácil realización, las cifras
obtenidas hubieran sido otras.
Es también llamativo el informe
sobre aptitudes pedagógicas, lo que no podrá apreciarse en las cifras que damos
por ser solo los totales. Analizándolas curso por curso, sorprende que en
algunos todos los alumnos son normales y en otros, en cambio, casi todos
aparecen como sobresalientes o deficientes.
Es probable que este estudio se
haya realizado solo presuntivamente sin la previa toma de test y, pensamos,
debe haber sido interpretado por personal no entrenado en esta clase de
investigaciones.
Entendemos que también la
aprobación de la agudeza visual se ha hecho empíricamente, teniendo en cuenta
lo extraordinariamente satisfactorios que son los resultados.
El capítulo de vacunaciones es,
por lo menos, incompleto. No hay dificultades en la vacunación antivariólica no
así en la antidiftérica y anticoqueluchosa ya que no hemos podido utilizar los
datos obtenidos por aparecer incompletos o mal interpretados.
Lo relativo a caries dentarias,
si es real, es notablemente halagador ya que pocas poblaciones han de poder
exhibir un porcentaje de solo el 27,7 de niños con caries. Volveremos sobre el
tema a ocuparnos de Odontología escolar.
Es muy interesante y debe
preocupar a los sanitarios escolares el alto número de niños con adenoidismo
faríngeo, que suma 283, ya que estos escolares en sui inmensa mayoría necesitan
tratamiento quirúrgico que es necesario encarar y resolver.
Con respecto a parasitosis
intestinales, no tienen ningún valor las cifras obtenidas ya que, como se dijo,
no se realizó una búsqueda especializada. El número de Amebiasis que se da, ocho en total, es ridículo en una
zona tan densamente infectada donde, como lo hemos dicho en otro capítulo,
probable que alrededor del 85 por ciento de la población esté parasitada.
La crítica que hemos hecho a
este informe tiene una clara finalidad: es necesario, para realizar un trabajo
útil en Medicina escolar, entrenar previamente a las maestras y Visitadores de
Higiene para que sepan lo que tienen que hacer y cómo deben hacerlo. El medico
solo, por más condiciones y buena voluntad que posea, no podrá realizar nunca
un trabajo provechoso.
Antiguo edificio del Colegio Nacional |
SERVICIO
ODONTOLOGICO ESCOLAR
La atención odontológica
regular en las escuelas se inicia en el año 1941, con la instalación de un
consultorio de la especialidad, en la Escuela “Sarmiento”.
Posteriormente en Setiembre de
1945, al crearse la División de Higiene Escolar, se oficializan estos
servicios, nombrándose odontólogo escolar al Dr. Fernando Calderó, quien se
hace cargo del consultorio ya citado.
Gracias a la acción de la
Asociación Cooperadora quien con la ayuda de sus asociados y a la realización
de algunas fiestas y con la colaboración de las autoridades provinciales que
proveen de algunos elementos, se puede completar un consultorio eficiente,
donde se puede dar a los alumnos una asistencia completa y eficaz.
La labor del odontólogo escolar
puede sintetizarse así;
1º: Se realiza un examen de
todo el alumnado de las escuelas primarias y secundarias, previo a la
iniciación de las clases, con el objeto de otorgar el Certificado dental de
admisión, exigido por las reglamentaciones escolares.
2º: Iniciado el año lectivo se
procede a la revisación de todos los alumnos, sin excluir ninguna escuela, y se
toma nota de aquellos que necesitan atención odontológica. La Dirección de la
escuela informa con respecto a aquellos alumnos que carecen de medios para
costearse la asistencia y estos son atendidos en el consultorio escolar ya sea
en extracciones, obstrucciones, etc.
A los restantes se les indica
por escrito la conveniencia de realizar un tratamiento, dándoles un plazo de
noventa días, al cabo de los cuales se les examina nuevamente para ver si han
cumplido con el requisito de la curación.
Cabe agregar que, a raíz de la
oficialización del Centro de Salud “San José”, estos servicios odontológicos
escolares fueron trasladados a dicho centro asistencial y, debido a la
distancia, la eficacia de estos servicios se ha resentido en forma
notoria, ya que ha disminuido en forma considerable la concurrencia de nilos
que necesitan asistencia odontológica.
Ofrecemos a continuación dos
cuadros estadísticos, correspondientes a la labor realizada en los años 1950 y
1951, que nos ofrecen un exacto panorama del problema odontológico en la edad
escolar en esta ciudad.
AÑO
1950
Escuela
|
Nº de alumnos examinados
|
Necesitaron asistencia dental
|
Porcentaje
|
Normal
|
338
|
184
|
57 %
|
San Martin
|
310
|
150
|
49 %
|
J. B. Alberdi
|
325
|
183
|
55 %
|
D. F. Sarmiento
|
347
|
154
|
43 %
|
Almafuerte
|
258
|
121
|
47 %
|
Estrada
|
137
|
64
|
48 %
|
TOTALES
|
1715
|
856
|
50 %
|
Además, se constató que de este
número de alumnos examinados, habían veintiséis que necesitaban tratamiento de
ortodoncia.
Con respecto a la fluorosis,
que nos ha interesado pesquisar sistemáticamente por el alto tenor de Flúor que
ofrece muestra agua de consumo, sobre este mismo número total se apreciaron 183
niños que presentaban manchas de Flúor (Dientes veteados), lo que da un
porcentaje de 10 a 12 por ciento, observándose en todos los casos un porcentaje
inferior de caries en estos escolares.
AÑO
1951
Escuela
|
Nº de alumnos examinados
|
Necesitaron asistencia dental
|
Porcentaje
|
Normal
|
351
|
189
|
57 %
|
San Martin
|
316
|
153
|
48 %
|
J. B. Alberdi
|
319
|
198
|
60 %
|
D. F. Sarmiento
|
353
|
162
|
44 %
|
Almafuerte
|
264
|
126
|
47 %
|
Estrada
|
148
|
66
|
46 %
|
TOTALES
|
1751
|
894
|
50 %
|
Del total de estos alumnos se
constató la presencia de 191 casos de fluorosis y 19 niños que necesitan de
tratamientos de Ortodoncia.
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