A
veinticuatro horas de la finalización de los comicios, una vez más queda
demostrado que desde el retorno de la democracia hasta nuestros tiempos, los
ciudadanos avalan a los flamantes gobiernos a pesar de todos sus errores y
horrores.
Recordemos
la gran elección legislativa de 1985 donde Alfonsín siente el espaldadazo que
lo llevó a soñar con el traslado de la Capital Federal , el Tercer
Movimiento Histórico, la reforma sindical, entre otras cosas. O los triunfos
sólidos de Menem en 1991 y 1993 cuando logra imponer a Ermán González, un
riojano guitarrero, en plena ciudad de Buenos Aires profundizando aún más su
política neoliberal de privatizaciones y restricción a los derechos de los
hombres. O sea, las derrotas legislativas de los gobiernos oficiales de turno
vinieron en las segundas o terceras oportunidades, 1987 a Alfonsín y 1997 a Menem con la
aparición del FREPASO.
A
nivel local los casos fueron similares, Albertengo pierde en el 85 pero después
el PJ gana la Intendencia
con Balbuena; Romegialli pierde en un par de oportunidades las elecciones a
concejal pero aún así es reelegido en dos ocasiones; Abate pierde en 2001 y
Stella Clérici gana en 2005 pero luego pierde en las restantes legislativas sin
llegar a ser discutido su liderazgo después de ser electa en cuatro
oportunidades como Intendente de la ciudad.
Resumiendo,
la población perdida en el equilibrio de poder, cuando aún a pesar de tener gobiernos
exitosos o no, tiende a cambiar el voto cuando de elegir a diputados, senadores
o concejales se trate. El triunfo de Macri en casi todo el país, tiene que ver
pura y exclusivamente a esta ola amarilla que reina en el país influenciada de
sobremanera por los medios masivos de comunicación, hoy socios mayoritarios de
Cambiemos, y verdaderos culpables de la distorsión ideológica y cultural que
vive la sociedad. Leer en las redes sociales personas que expresaban que “tenían
las bolas al plato con el tema de Maldonado”; “debemos terminar con la negrada
que vive de arriba”; “los mapuches son chilenos y los argentinos debemos
expulsarlos”; y quiénes escribieron estas palabras son maestras
jubiladas, comerciantes y abogados de la ciudad, personas preparadas y
estudiosas, que terminan siendo peor aún que a los que ellos llaman la vagancia
que vive del Estado, es por demás de preocupante. Todas estas personas
avalarían un futuro golpe y desapariciones de personas. Macri ganó por varios motivos, pero el
principal, es que ante un peronismo dividido (Massa y Randazzo verdaderos
perdedores del domingo) y ante una izquierda que viene creciendo; logra con muy
poco ser la primera minoría del Congreso Nacional. Le sirve para vender la tapa
del diario del Lunes?? Si. Le sirve para gobernar??? Si, su espíritu
democrático lo lleva a no respetar lo que dicta el Congreso. Le sirve para
calmar el clima de la calle?? Si, esta a la vista que este gobierno reprime y
asesina a los manifestantes con el apoyo de la mayoría de los argentinos.
En
nuestra ciudad el gran perdedor fue Matías Chale. A pesar de ser el más votado,
el ingreso como tercer concejal de Franco Mazzoli de Cambiemos, lo deja sin su
principal socio (a pesar que entre ellos se detestan) Fernando Curacha Mauroni que ahora seguramente
será asesor del Senador y amigo personal procesado por la causa de desvío de
fondos públicos en fundaciones fantasmas creadas por el ahora ex menemista, ex
socialista, pocas veces radical y ahora macrista Rasetto.
A
pesar de la derrota electoral, Marcelo Casalegno obtiene un importante caudal
de votos que lo ubica como un referente importante dentro del clericismo y de
cara al 2019 sobre todo sabiendo que hoy el mapa político del Concejo suma a un
nuevo protagonista, Franco Mazzoli, quién deberá demostrar a los vecinos si en
verdad inicia un nuevo camino con aportes saludables y positivos a Cañada o
será otro hombre que pasará por el concejo sin pena ni gloria como le acaba de
ocurrir a Mauroni, que el próximo 10 de diciembre dejará su banca después de 96
meses sin trabajar ni aportar nada a Cañada de Gómez.
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