EL DR. ANTONUCCI, UN MÉDICO A LA ALTURA DEL DOCTOR ESTEBAN LAUREANO MARADONA


Hace pocos días recibimos en el Museo Histórico Municipal Elías Bertola la biografía del Dr. Eladio Atilio Antonucci realizada por Carlos María Medera, quién amablemente donó ese material a la institución que actualmente dirige quién esto escribe.


Antes de hablar de quién fue Antonucci, queremos agradecerle a Medera su decisión de entregar copia de ese material al Museo de la ciudad donde nació el destacado médico del norte santafesino. Medera es un Agrotécnico nacido en Helvecia el 22 de enero de 1935 y que ha desarrollado una extensa carrera desde 1958 hasta su edad jubilatoria en el INTA con asiento en Colonia Mascías, Departamento Garay, de nuestra provincia. Trabajó en el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Santa Fe, fue Secretario de Producción en la Municipalidad de San Javier, dirigente del Justicialismo en diferentes estamentos, fue candidato a Intendente de la ciudad de San Javier en 1991. Como periodista fue corresponsal del Diario El Litoral, LT 10 Radio Universidad, Radio Nacional de Santa Fe y director del Semanario El Pregonero. Además fue un activo hombre en las instituciones de Colonia Mascías y de la región, impulsor de la construcción de la comisaría de Colonia Mascías, y en 1985 recibió el premio Florian Paucke junto al querido y recordado médico cañadense Arnoldo Migoni.

Ahora retomemos la vida del Dr. Antonucci, y en eso vamos a remitirnos a la biografía que hoy contamos en el Museo. Nuestro protagonista de esta historia, nació en Cañada de Gómez el 18 de febrero de 1912, sus padres fueron Francisco Antonucci oriundo de Cocenza, Italia y su madre María Ofelia Arias de la ciudad de Rosario. Tuvo dos hermanas llamadas Constanza y Antonia Ethel. Recordemos que su padre fue uno de los populares peluqueros del comienzo del Siglo XX en el local ubicado en Ocampo 621, donde en su parte trasera se encontraba la casa familiar. Sus estudios primarios fueron en la Escuela San Martín. En la biografía que relatara Medera, el mismo expresa que

«Cuando concurría al último año de la escuela primaria, se cayó de un árbol y sufrió una fractura de cadera que lo obligó a permanecer un largo tiempo postrado. No obstante, completó el ciclo primario gracias a que su maestra concurrió diariamente a dictarle clases en la cama. Esa fractura de cadera no curada correctamente lo hizo encoger una pierna que le provocaría una renguera para el resto de sus días.»[1]

Sus estudios secundarios los hizo en el San José de la ciudad de Rosario y se gradúo, en 1945, como Médico en la Facultad de Medicina de Rosario, viajando todos los días en tren desde Cañada hacia la ciudad universitaria. Una vez recibido se trasladó a Colonia Mascías donde comenzó su labor como médico rural. En 1973 contrajo matrimonio con Angélica Fretes, reconociendo a la hija de ella otorgándole su apellido. Ahora vayamos nuevamente al trabajo literario de Medera donde describe como era aquel cañadense que hizo honor a su carrera de médico en una zona olvidada e inhóspita del norte santafesino.

«Conocí al Doctor Antonucci el día que me brindó su primer servicio profesional. Fue allá por 1949 cuando yo estaba participando en los Campeonatos Juveniles de Futbol Evita, integrando el equipo de Central Helvecia (...) En aquel momento, lejos estaba de imaginar que nueve años más tarde, el 2 de abril de 1958, el destino quiso que ingresara, por concurso, como técnico de la ex Estación Experimental Agropecuaria del INTA que funcionó en Colonia Mascías hasta el 16 de diciembre de 1970 (...) Manteníamos largas charlas comentando la situación de la colonia; hablando de los libros que leíamos, era un apasionado de la historia argentina. También seguía de cerca la evolución del peronismo post Revolución Libertadora ya que era un admirador de la obra de Juan y Eva Perón desde la primera hora.

»... el 20 de junio de 1959 se realizó una asamblea de vecino donde se eligió una nueva Comisión Directiva del club[2] resultando electo presidente el Dr. Antonucci quién me pidió que lo acompañara como tesorero. Bajo su presidencia, el club fue recuperado y comenzó a desarrollar una intensa actividad socio cultural y deportivo (...) A principios de la década de 1960, en el club se construyó un amplio escenario no sólo para que estuvieran cómodas las orquestas que animaban los periódicos bailes sino que también nos permitió presentar en Colonia Mascías las compañías de radioteatro que se transmitían por LT9 Radio Brigadier López de Santa Fe y LT14 de Paraná.

»Antonucci quería a Mascías y deseaba lo mejor para los habitantes de la colonia. Como había sido discípulo del Dr. Carlos Sylvestre Begnis cuando cursaba la carrera de médico (...) nació entre ellos cierta amistad. Siendo Sylvestre Begnis gobernador, al encontrarse con Antonucci el mandatario santafesino le dijo buscate cuatro o cinco amigos y formate una comisión pro comuna y vengan a Santa Fe que les voy a entregar un tractor para que tengan para arreglar los caminos vecinales y para uso de los pequeños productores (...) En esa época, el Ministerio de Salud de la provincia le había asignado un Jeep al hospital (...) durante febrero y agosto de 1959 Colonia Mascías estuvo totalmente aislado por vía terrestre debido a un prolongado período de lluvias coincidente con la crecida del río que, como no existían defensa contra las inundaciones, habían cortado la ruta provincial Nº1 (...) la atención de la salud de los habitantes de Colonia Mascías no se vio interrumpida debido a la permanente presencia de Antonucci en el hospital...»[3]

Entre las participaciones y los logros que el cañadense pudo concretar en aquellas tierras lejanas para entonces podemos decir que integró la Asociación Cooperadora Policial, presidida por Medera, que finalmente construye la comisaría del pueblo; fue tesorero de la Asociación Médica de la Costa; fue asesor de la Cooperadora del Hospital Rural Nº 8 también presidida por Medera e impulsor de la Comisión Amigos del Hospital Rural. En un trabajo realizado en 1999 por un alumno del 6º año de la Escuela Aerotécnica nº 377 de Colonia Mascías, cuyo pseudónimo era Mocovi, pero su verdadero nombre era Oscar Molina enumera la obra del Dr. Antonucci en esa zona rural. El mismo expresa que

«En julio de 1945, el mismo día que se registró la temperatura más baja en la historia de la colonia (-7,5º C) el Dr. Antonucci atendió el primero de los más de 2.200 partos que le tocó asistir en los 37 años que se desempeñó como médico del hospital (...) Siendo inspector de sanidad del Ministerio de Salud el Dr. Dante Toniollo efectuó una visita al hospital debido a que existían dudas de que se justificara su funcionamiento en Colonia Mascías. Tras inspeccionarlo, Toniollo le expresó a Antonucci lo siguiente, Debo confesarle que venía equivocado. Por favor traigame un libro de actas para dejar constancia, tras lo cual el inspector procedió a redactar el siguiente testimonio: Colonia Mascías, febrero 11 de 1948. Siendo las 11,30 horas he visitado este hospital constando ocho camas ocupadas. Se trata de uno de los hospitales rurales que mejor rendimiento tiene. Compruebo una eficiente atención (...) Y así siguió funcionando el hospital siempre con una sola enfermera y el mismo médico, que alternaba su trabajo en el consultorio con la atención de los enfermos internados y las visitas a domicilio, ya sean cercanos al hospital como en los lugares más apartados, siendo llevado algunas veces en automóvil, pero la mayoría y durante muchos años en sulkis, carros y aún en caonas cuando había que asistir a enfermos en la isla.

»El 5 de mayo de 1950 nació en el hospital Nicolás Isnardo... Como era sietemesino, Antonucci improvisó una estufa con un cajón, botellas y bolsas con agua caliente. De esta manera pudo salvarlo... El 26 de julio de 1957, el mismo día que se realizaron las elecciones constituyentes, en pleno monte, nace una niña seismesina, aplicando el mismo sistema, también salvando la vida de la bebé... Durante 37 años, el paciente que llegó al hospital, en días hábiles o feriados, de día o de noche, encontró allí al médico y también al amigo, al consejero, que con su sapiencia encontraba el remedio para curar el mal que le aquejaba y la orientación para solución de otros tipos de problemas.»[4]

Su salud comenzó a desmejorarse en 1975 a raíz de una afección cardio circulatoria. El marcapaso que lo acompañó hasta el final, tuvo que ser provisto por el estado provincial por carecer de recursos para adquirirlo. En 1980 fue postulado para recibir el Premio Médico Rural 1980 entre 27 colegas del país. Premio que finalmente fue ganado por el Dr. Esteban Laureano Maradona pero donde Antonucci recibió el Premio Mención de Honor. El 18 de mayo de 1982 falleció en el mismo hospital que lo recibió en 1945. El 26 de julio de 1986 aquel Hospital, que también fue su única casa, comenzó a llamarse Dr. Eladio Atilio Antonucci. En aquel acto participaron sus amigos, sus vecinos, sus pacientes, también el Senador Ricardo Kaufmann autor del proyecto y el entonces gobernador de la provincia Víctor Félix Reviglio quién ese día expresó que «Antonucci ha sido un ejemplo de dedicación de la vida, para salvar otras vidas. Vivió y murió en la humildad.»

Citando al gran René Favaloro cuando entre sus innumerables frases expresa que la medicina sin humanismo médico no merece ser ejercida, creo que estamos hoy los cañadenses ante la presencia, en la historia de nuestra provincia y del país, de un hombre digno de ser honrado como se merece.




[1] Mi amigo el Dr. Antonucci. Carlos Medera. Diciembre de 2015
[2] El Club Atlético y Social Colonia Mascías, después de caído Perón, los dictadores quisieron cerrarlo e inclusive convertirlo en comisaría.
[3] Mi amigo el Dr. Antonucci. Carlos Medera. Diciembre de 2015
[4] 125 años Nuevo Banco de Santa Fe. Concurso Carlos Casado. MOCOVI. Año 1999

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