LA CAÑADA DE LOS GÓMEZ 1892-1894

Melitón Gómez, presidente de la Comisión de Progreso local



Cañada de Gómez vivía sus primeros veinticinco años de vida desde aquella apertura de la Estación el 1º de mayo de 1866. Gracias a la Matanza era un nombre y un lugar reconocido en la vida política y militar de Buenos Aires. Alem y los hermanos Hernández sobrevivientes de la contienda seguramente en sus charlas de café con muchos de los próceres de esa etapa la deben haber citado. El entonces presidente Domingo Sarmiento tenía buenos recuerdos de la Cañada, no sólo porque se vanagloriaba de las atrocidades de la Matanza sino que estando en funciones visitó una de las estancias patricias de la zona en el verano de 1870. Cinco años después otro presidente, pero antes de asumir, se alojó en la casa de los James como Julio Argentino Roca, el Zorro. Los diferentes gobernadores santafesinos se vieron obligados a pasar por la joven colonia y visitar las casas de aquellos líderes locales. En fin, ya Cañada de Gómez era algo fuerte en la sociedad que se preparaba para el final del 1800, un siglo fundacional del país.

LA CAÑADA DE LOS GÓMEZ 1887- 1892

Primera sede del Banco Nación, en Lavalle y España, c. 1893



Cómo bien leímos en el capítulo anterior no fue bueno el comienzo del año 87, la epidemia de cólera seguía haciendo daño en los pueblerinos cañadenses y se esperaba aún otra epidemia pero esta vez de viruela. El 4 de enero seis muertes se sumaban a los ocho del mes pasado, para el día de Reyes la Comuna recibía una donación de quinientos pesos del ex presidente Bartolomé Mitre con un cheque del Banco Nacional a la orden de William Winters. El gobierno provincial enviaba carpas, cinco lazaretos y las muertes se sumaban en la zona de la Estancia Santo Domingo, Totoras y Correa. Santiago Ríos, nuestro presidente comunal, reclamaba por comida, colchones, ropas y artículos de limpieza. La pobreza era total.

LA CAÑADA DE LOS GÓMEZ 1877- 1886

Coronel Eugenio Oroño, primer Jefe Político del Departamento Iriondo



Mientras promediaba la presidencia de Nicolás Avellaneda en una gestión agobiada por el déficit presupuestario por los pagos de las deudas públicas, obligando a comienzos del ´75 a crear la Ley de Aduanas que aumentaba un 40 % los derechos de importación de productos industriales. Se vivía una crisis financiera causada por los desmanejos financieros del gobierno y por la baja de los precios de las materias primas en el mercado mundial. Sin embargo apenas se pudo salir del trance el presidente promulga la Ley de Inmigración y Colonización, conocida como Ley Avellaneda promoviendo el ingreso de personas que hasta entonces era un proceso caótico, garantizando a los inmigrantes el alojamiento en el puerto de llegada y en el punto del interior en que decidieran radicarse, y se les facilitaba conseguir su primer trabajo. Eso trajo un inminente crecida habitacional en las colonias agrícolas de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba y provincia de Buenos Aires. También en este período, entre 1880 y 1886 fue presidente de los argentinos Julio Argentino Roca, quizás uno de los políticos más contradictorios de nuestra historia. Bajo el lema Paz y Administración, el encargado del mayor genocidio contra los aborígenes, daba comienzo a la etapa conservadora del país. Manteniendo un modelo agroexportador, fue además el impulsor del laicismo separando a la Iglesia católica del estado cuando sanciona la ley de Registro Civil, se realiza el primer Congreso Pedagógico Nacional, sancionando posteriormente la Ley 1420 de Educación, iniciativa del expresidente Domingo Faustino Sarmiento, por entonces director del Consejo Nacional de Educación, quien consideraba que la educación es la principal herramienta democratizante de una sociedad. La ley estableció la educación primaria obligatoria, gratuita y laica.