LA CAÑADA DE LOS GÓMEZ 1887- 1892

Primera sede del Banco Nación, en Lavalle y España, c. 1893



Cómo bien leímos en el capítulo anterior no fue bueno el comienzo del año 87, la epidemia de cólera seguía haciendo daño en los pueblerinos cañadenses y se esperaba aún otra epidemia pero esta vez de viruela. El 4 de enero seis muertes se sumaban a los ocho del mes pasado, para el día de Reyes la Comuna recibía una donación de quinientos pesos del ex presidente Bartolomé Mitre con un cheque del Banco Nacional a la orden de William Winters. El gobierno provincial enviaba carpas, cinco lazaretos y las muertes se sumaban en la zona de la Estancia Santo Domingo, Totoras y Correa. Santiago Ríos, nuestro presidente comunal, reclamaba por comida, colchones, ropas y artículos de limpieza. La pobreza era total.


Otra noticia alarmaba al pueblo se descubre que una mujer había sido envenenada. A raíz del gran temor a los contagios, los sepelios se hacían a las horas del fallecimiento de la persona, pero alertado por la situación el médico del pueblo, Dr. Juan de Dios Doquier, manifiesta en la partida de defunción de Úrsula de Barra «falleció a los 31 años con todos los síntomas de un envenenamiento por el opio»[1]. El presidente Ríos al enterarse de lo ocurrido informa al Coronel Oroño para que se encargue de las investigaciones del caso.

El 31 de octubre de 1887 se realiza una Asamblea donde se decide la construcción de un Hospital en Cañada. En esa reunión en la que se conformó una Comisión integrada por Oroño, Miranda, Mayer, James y el Pbro. Juan Fuentes se decidió que la Comuna «construirá un Hospital para enfermos de todas las nacionalidades que se encuentren en la localidad, sin recursos o que teniéndolos deseen hacerse asistir en el Hospital. Los enfermos pobres serán atendidos gratuitamente y los que dispongan de recursos podrán ser atendidos en salas independientes, previo pago de la cantidad que se determinara en el Establecimiento»[2]. Fue así, que la gestión de Ríos obtiene los terrenos gracias a la donación de una manzana, donde actualmente se encuentra el nosocomio provincial, gesto realizado por los ingleses dueños del Ferrocarril y de estas tierras que vendían recuperando el dinero invertido en sus estaciones construidas.

Siguiendo con la administración comunal, Santiago Ríos debió enfrentar algunos pequeños conflictos. El primero de ellos fue con Cirilo Peralta, quién había denunciado que la Comuna había envenenado a uno de sus perros. Cabe recordar que por aquel entonces perro que se encontraba por la calle sin su respectivo collar identificario era sacrificado a través del envenenamiento por la policía local. El otro conflicto era la oposición que generaba el Coronel Oroño desde la Jefatura política hacia algunas decisiones de la Comisión, fue así que el 28 de enero de 1888, la misma a través de su presidente se dirigió al Gobernador Gálvez donde expresan que

«Esta Comisión de Fomento desde el principio de su formación ha venido luchando sin interrupción por el embellecimiento y la higiene de este pueblo, teniendo la íntima convicción de haber llevado siempre el espíritu de la Ley de las Comisiones de su especie, con la rectitud y el patriotismo que demandan los intereses públicos y la satisfacción de la conciencia propia (...) La Jefatura Política de este Departamento, Sr. Gobernador, ha tenido siempre la manía de creerse superior a las deliberaciones de la Comisión de Fomento en sus propios asuntos, arrogándose la facultad de Poder Ejecutivo por el hecho de representar la acción del Gobierno en este Departamento. Sistema contraproducente y dispuesto a producir choques entre ambas reparticiones. Esta Comisión no seguirá soportando por más tiempo la intromisión de la Jefatura Política en asuntos que no la atañen y en los cuales pretender de continuo desvirtuar la autoridad de que se encuentra investida esta Comisión en el ejercicio de las funciones para las que ha sido creada...»[3]

Desconocemos la respuesta, pero el hecho que Ríos al poco tiempo dejó de ser Presidente y Oroño siguió un par de años más nos damos cuenta hacia quién inclinó la balanza el Gobernador Gálvez. El 13 de agosto de 1889 asume como nueve jefe comunal Amadeo Vergelin quién fue acompañado por Francisco de Paula Grezzi como secretario, Juan Isnardi y Antenor Beltrame. Al mes de su asunción la Comuna traslada su sede a la esquina de Ocampo y Moreno, en aquel entonces La Plata y que era propiedad de Bautista Sironi. También en este breve período se llamó a la licitación para la comra de faroles a kerosene para la iluminación del pueblo. Pero a los setenta días de haber asumido, Vergelín renuncia a su cargo, con una carta fechada el 24 de octubre y dirigida al Ministro de Gobierno provincial Dr. Cafferatta, donde expresa que

«Tengo el honor de comunicar a S.S. que siéndome imposible continuar desempeñando el cargo de miembro de la Comisión de Fomento de esta localidad, vengo por la presente a hacer formal renuncia a él. Con tal motivo, reitero mis agradecimientos al Superior Gobierno y saludo a Ud. atte. Dios guarde a usted.»[4]

De esta manera estamos ante la primera renuncia de un presidente comunal o intendente de la historia local. Por ende, el 15 de noviembre, el gobierno provincial elije como su reemplazante al escribano Waldino Basualdo, quién fue el que mandó a hacer los pilares y las verjas en la Plaza Argentina, hoy San Martín. Entre sus primeros logros consiguió que varios vecinos arreglaran los caminos rurales a cambio de no pagar sus impuestos, autoriza la fabricación de ladrillos en las Quintas para edificar, no para venderlos e intima la firma Heyland y Cía, fábrica de aguardiente que se encontraba donde actualmente es el predio de la Ex Cooperativa sobre la Ruta Nº 9, para que no mande sus residuos al arroyo, lo que amenaza la salud pública. También finalizando el 89, la Madre Superiora del Hospital San José solicitó a la Comuna una ayuda para establecer un colegio de varones y niñas.

Otro de los acontecimientos destacados del año 1889 fue la ocurrida el 28 de julio cuando nace la Asociación Española de Socorros Mutuos, presidida por el cura párroco Pbro. Juan Fuentes quién fue acompañado por el Escribano Guillermo J. de Altube, Miguel y Fermín Fernández, Pedro Casañas, Tomás Gauset, Francisco Durán y Salvador Márquez. El 15 de diciembre de 1889, por impulso del Revdo. J. M. Spangler, fue inaugurado el Templo de la Iglesia Evangélica Metodista que contaba con muchos feligreses en el pueblo, entre ellos a nuestros pobladores fundadores, también se creó un establecimiento y entre los primeros pastores podemos citar a los Rvdos. Tomás Wilkis, Lino Abeledo, Ignacio Poza y Merino, J. H. Keel y Blair y Gottwalt Briggen. 

Así llegamos a la última década del Siglo XIX y en octubre de 1890 el flamante gobernador santafesino Dr. Juan Manuel Cafferata designa como presidente de la Comisión de Fomento a Melitón Gómez quién es compañado por el Pbro. Juan Fuentes, Eusebio Arias y Tomás Gauset. Según Elías Bertola, fue en ese año que comenzó a funcionar el Hospital de Caridad, aunque en algunas actas comunales se envían cartas a los hospitales rosarinos para que reciban a los enfermos cañadenses, lo que nos hace dudar de aquella confirmación del historiador bien podría ser que funcionaba como Hospital la atención médica primaria de la seguramente estuvo a cargo de los médicos Mario Angeletti, Juan de Dios Doquier o Victor Pinol, citados en varias oportunidades en las escrituras oficiales.

Cómo bien dijimos antes, y para contextualizar el momento histórico que se vivía en la provincia y en el país, Cafferata fue el vigésimo quinto primer mandatario de Santa Fe y tiene la particularidad que no nació ni murió en nuestra provincia. Este abogado que llegó al mundo un 1º de abril de 1852 se recibió de abogado en la Universidad de San Carlos en Córdoba, aunque hizo la educación secundaria en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe. Durante su estadía en Rosario fue Jefe Político de ese Departamento, posteriormente ocupó ministerios en los gobiernos de Manuel María Zavalla y José Gálvez, una vez finalizado su mandato fue ministro de Luciano Leiva. Durante su administración se fundaron diecisiete colonias, escuelas primarias, el Colegio de Artes y Oficios en Rosario, hoy Colegio San José, a cargo de la orden salesiana; la Universidad Provincial de Santa Fe, hoy Universidad Nacional del Litoral, que fuera proyectada durante el Gobierno de Gálvez. Queriendo alejarse de la escena política se trasladó con su familia a Buenos Aires y fue tan mala la situación económica, que sus hijos debieron trabajar de noche mientras estudiaban en la universidad. Situación conocida por sus adversarios que jamás dudaron de su honestidad e hidalguía. Falleció en Córdoba el 23 de septiembre de 1920, víctima de tuberculosis. Sus restos descansan en el cementerio El Salvador de la ciudad de Rosario tras una lápida que dice «Amó la justicia y la verdad, sirvió a Dios y a la Patria»[5]

A nivel nacional en la política existía tiempos turbulentos. El gobierno de Miguel Juárez Celman sufría una profunda crisis económica. Cientos de jóvenes y nuevos personajes sociales se unieron en la llamada Unión Cívica de la Juventud, en septiembre de 1889, que más tarde ante la llegada de algunos veteranos se transformó en la Unión Cívica e integrada por dirigentes como Bartolomé Mitre, Aristóbulo del Valle, Leandro N. Alem, Mariano Demaría y Bernardo de Irigoyen. Incluso líderes católicos como José Manuel Estrada y Pedro Goyena se unieron a la Unión Cívica. De estas movilizaciones se realizaron numerosas huelgas exigiendo mejoras salariales para mantener el nivel de vida, y la oposición se fortaleció. Finalmente el 26 de julio de 1890 estalla en la Capital Federal la Revolución del Parque, donde Buenos Aires estuvo controlada por los rebeldes durante tres jornadas. Las fuerzas oficiales a cargo del Gral. Levalle triunfaron el 29 de julio dejando trescientos muertos y más de mil heridos. Este hecho es marcado por el nacimiento de la Unión Cívica Radical y también como la primera renuncia de un presidente en veintinueve años de regularidad constitucional. Juárez Celman huyó de la ciudad y sin el apoyo de Roca, su cuñado y líder de su partido, presenta su renuncia el 6 de agosto asumiendo su vicepresidente Carlos Pellegrini.

Pellegrini designó entre en el gabinete a figuras de amplia trayectoria en esos años y de diferentes fuerzas políticas como el fue el caso de Roca como Ministro del Interior, Eduardo Costa fue Ministro de Relaciones Exteriores, Vicente Fidel López, pese a su avanzada edad aceptó el cargo para enmendar las finanzas nacionales; el teniente Nicolás Levalle, Ministro de Guerra y Marina y finalmente  José María Gutiérrez se hizo cargo de las carteras de Justicia y Culto. Tres de ellos estuvieron vinculados a la Revolución de destituyó a Juárez Celman. Durante este período se liquidó el viejo Banco Nacional y se fundó el Banco de la Nación Argentina el 26 de octubre de 1891.

Cinco meses después de aquella decisión que cambiara el rumbo de la economía argentina, abre en nuestra ciudad un 26 de marzo de 1892 el Banco Nación en la esquina de Lavalle y Comercio, hoy España, donde actualmente se encuentra Café La Imperial. Nuestra filial es la quinta en abrirse en el interior de la provincia y esto fue gracias a la amistad que tenían el presidente Pellegrini con Guillermo Kemmis, un terrateniente de Las Rosas y éste a su vez, con Antenor Beltrame, titular de la Curtiembre. Quizás por eso, Beltrame fue uno de los primeros consejeros de la institución después de la renuncia de Rodolfo Lang y estuvo acompañado por Enrique James, H. Voss, Hipólito Blaisot y Bautista Nícoli.

Volviendo a nuestra localidad en agosto de 1891 renuncia como miembro de la Comisión de Fomento Eusebio Arias y desde abril se desconocía el paradero del Cura Párroco Juan Fuentes, quién según Bertola voló «con una tortolita pichoncita, bonita y de plumas rubias...»[6] Esas vacantes fueron cubiertas por Enrique James y Bautista Nicoli, ya por ese entonces figuritas repetidas de la vida política local. A su vez, el 13 de febrero de 1891 Francisco Gimenéz reemplaza a Mariano Rodríguez como Juez de Paz y el oriundo de Coronda, Mariano Acosta desplaza al Coronel Eugenio Oroño como Jefe Político de Iriondo, finalizando una etapa dura de un hombre proveniente de la Guardia Nacional que duró un instante en gobernar con mano dura los destinos del Departamento Iriondo.


[1] Copiador Comunal, año 1887, Archivo del Museo Histórico Municipal Elías Bertola.
[2] Copiador Comunal, año 1887, Archivo del Museo Histórico Municipal Elías Bertola.
[3] Copiador Comunal, año 1888, Archivo del Museo Histórico Municipal Elías Bertola.
[4] Copiador Comunal, año 1889, Archivo del Museo Histórico Municipal Elías Bertola.
[5] Biografía del Dr. Juan Manuel Cafferata. Archivo del Museo Histórico Municipal Elias Bertola.
[6] Apuntes Históricos de Cañada de Gómez, Elías Bertola, 1923. Reedición año 2013

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