LA CAÑADA DE LOS GÓMEZ 1898-1900

Presidente de la Comisión de Fomento Félix Pagani


El Siglo XIX se iba apagando, mientras tanto la Argentina se preparaba para elegir a un nuevo presidente. Dos hombres se jugaban su entrada al Olimpo de la historia. Dos hombres aún hoy llenos de contradicciones. Dos hombres amados por unos y odiados por otros. Los dos, buscaban su segunda presidencia.


Por un lado Bartolomé Mitre, que alentado por los jóvenes de la Unión Cívica y acompañado del Correntino Juan Torrent, llevaba adelante una campaña en busca de mayor libertad y transparencia en los sufragios. Esta decisión de Mitre fue muy criticada por sus amigos quiénes consideraba que no estaba en edad para afrontar un nuevo gobierno, sus setenta y siete años ya le había jugado una mala jugada tiempo antes de las elecciones. El Partido Autonomista Nacional, estaba decidido a seguir manteniendo el poder en Argentina y, después de los conflictivos gobierno de Juárez Celman y Luis Saénz Peña, ambos inconclusos, necesitaba poner en juego a una figura fuerte y el elegido fue su máximo líder, el Teniente General Julio Argentino Roca. El triunfo de éste fue apabullante, el 85% del Colegio Electoral optó por la formula presidencial que incluía además a Norberto Quirno Costa, un diplomático de la burguesía porteña. Durante estos años se introducen reformas importantes en la Constitución Argentina, en la cual se aumenta el número de los ministerios nacionales, que de cinco pasan a ocho, con los flamantes de Agricultura, Obras Públicas y Marina. Los hombres de empresa reemplazan a los políticos. La economía vuelve a florecer. Al récord del trigo se suma el maíz, del que se exportan más del millón de toneladas. Córdoba tiene ya la primera Central Hidroeléctrica que conoce la Argentina. A menos de tres meses de iniciado su gobierno, Roca emprende un viaje al sur del país, donde tras cruzar el Estrecho de Magallanes se entrevista en Punta Arenas con su par chileno Errázuriz, en un gesto que sirvió para acelerar la resolución del litigio de la Puna de Atacama, la cual se resolvió con un laudo arbitral del presidente norteamericano James Buchanan, que éste saldó el 24 de marzo de 1899. Como consecuencia del mismo, en el año 1900 se creó el nuevo Territorio Nacional de Los Andes.

El 18 de febrero de 1898, José Bernardo Iturraspe y Desiderio Rosas asumen como gobernador y vice de la provincia de Santa Fe. Ambos militantes del oficialismo nacional, roquista de pura sangre. A decir del Alejandro Damianovich, «la sucesión de Leiva se plantea en forma conflictiva. Sus partidarios se oponen a los de Gálvez y tercian los radicales, que habían logrado triunfos electorales en la Capital Federal y en Buenos Aires en 1894.»[1] Fue así que en su mensaje al asumir, Iturraspe expresó que gobernaría «con los hombres más capaces sin distinción de banderías y consagraría todas las energías de su patriotismo al sostenimiento de la autonomía del Estado y de la independencia del gobierno.»[2] Le tocó «resolver las condiciones de pago de la deuda externa y el atraso en el pago de los sueldos a empleados de la administración pública; mejoró los servicios de educación incluyendo aprendizajes industriales y de agronomía; otorgó becas para que algunos jóvenes completaran su formación en escuelas de artes y oficios estadounidenses. Se sancionó el Código Rural y uno de sus proyectos de mayor trascendencia fue la reforma constitucional cuya necesidad fue discutida en ese período.  A partir de fines del siglo diecinueve, sancionada la constitución se había establecido que los extranjeros también ejercieran el derecho al sufragio; también se modificó la ley orgánica de los Tribunales y se autorizó al gobernador para atender los asuntos administrativos desde cualquiera localidad.»[3]

Eran tiempos que las noticias llegaban tarde, y seguramente los cañadense se enteraron de todos estos episodios a días o semanas de haber sucedido cuando llegaban los periódicos de tiradas nacionales o regionales como La Capital de Rosario, y donde no todos tenían acceso a la información. Fabián Martínez era el Juez de Paz en 1898, era un hombre bastante enérgico, conocido por sus luchas contra el accionar de la policía local. Amante de la música y el juego. Un hombre de fiel a sus amigos, un varón inglés de aquellos tiempos.  Durante ese año fue sucedido por Mariano Rodríguez, que volvía a ocupar por tercera vez el puesto y por Juan Pérez quién en 1899 es sustituido por Manuel Zavalla, un procurador quién volvió a darle el toque de importancia que debía tener la dependencia, más aún, cuando a partir del 1º de mayo de ese año los Juzgados de Paz se convirtieron en Registros Civiles.

El 7 de julio de 1898 se vivió en un clima festivo en el pueblo, ya que en la lejana y despoblada zona sur se inauguraba el edificio del Hospital San José donde en las crónicas nos cuenta que no faltó nadie al evento. Desde la presidenta de la Sociedad Damas de Beneficencia, la señora Gregoria G. de Pagani y todas las señoras que la acompañaban; el señor Jefe Político Rudecindo Freyre, representando a los padrinos del Hospital, el gobernador Iturraspe y su esposa Dominga Cullen; el párroco José Spinelli, el juez de Paz Juan J. Pérez, el presidente de la Comisión de Fomento Mansueto Viti entre otros destacados de la sociedad cañadense.

Dos semanas después de aquella inauguración asume como presidente de la Comisión de Fomento, el recordado Señor Félix Pagani, acompañado de Augusto Schnack y Delfín Carballo siguiendo como secretario Tomás Gausset. Durante la gestión comunal de Pagani comienzan las obras relacionadas con la eliminación de aguas pluviales, cuando apenas asumió decidió construir las primeras alcantarillas, zanjas y canales de desagüe, a cielo abierto y orientadas de norte a sur en dirección al arroyo. Realizó además un prolijo trabajo de arbolado y compró el edificio de la comuna, actual palacio municipal de Ocampo 920. Cabe agregar que fue el primer jefe comunal en ser elegido por el voto popular, que por esos años no era tan popular como lo vemos hoy en día, ya que sólo votaban los varones y registrados como grandes contribuyentes. En diciembre de 1898 le agradeció al ministro de Gobierno José Galiano el envío, a través del senador provincial Juan Ferrara, de quinientos pesos para la construcción del puente entre Estación Correa y Cañada de Gómez. También, al mismo funcionario, le solicitó la incorporación de Bernardo Caligaris como miembro de la comisión y es preciso decir que Caligaris fue el único que los ex integrantes de las dos últimas comisiones de fomento que se hizo cargo en forma personal de una parte de la gran deuda dejada en la administración. El 18 de agosto de 1899 la Compañía Argentina de Tierras del F.C.C.A donaba a la comuna la manzana ubicada entre las calles Maipú, hoy Pringles, Talcahuano, San Martín, hoy Rawson y Bv. Saavedra, hoy Julio Roca, en ese sitio se instaló un depósito de basuras. Entre septiembre y octubre, Guillermo Heiland le reclamó a las autoridades por el embellecimiento del Cementerio. La Comisión lo invitó a trabajar en conjunto, junto con Delfín Carballo, en juntar los fondos necesarios para la obra. 

El 27 de enero de 1898 Monseñor Juan Agustín Boneo se hace cargo de la flamante diócesis de la ciudad de Santa Fe, creada por el Papa León XIII, el 15 de febrero de 1897 con la bula In Petri Cathedra. Nuestra Parroquia comienza a depender de la misma y el 20 de enero de 1899  asume el Padre Domingo Pezzini, como cura párroco siendo el que comenzó a gestionar, a través de una carta a Mons. Boneo, la idea de conformar una comisión para la reconstrucción de la Iglesia Parroquial. 

Juan Bautista Cabrini inaugura su imprenta a comienzos de 1899, donde también se imprimía el El Progreso dirigido por el mismo Cabrini. La misma se encontraba en la esquina de Pellegrini y Ocampo, donde al tiempo la familia Iermoli continúo con la imprenta. Ese solar guarda una de las historias poco conocidas de nuestra ciudad, allí se alojó la Madre Cabrini, la Santa de los Inmigrantes, ya que la misma era hermana de Juan Bautista. María Francisca Cabrini fue una monja italiana y la primera ciudadana estadounidense en ser canonizada. Se la consideró el ejemplo italiano más acabado de fundadora de congregación consagrada a la asistencia social. Nació en Sant' Angelo Lodigiano el 15 de julio de 1850 y era hija Agustín Cabrini, un cultivador muy acomodado, cuyas tierras estaban situadas entre Pavía y Lodi.  Su esposa, Estela Oldini, era milanesa y tuvieron trece hijos.  Rosa, una de las hermanas de Francisca, que había sido maestra de escuela y no había escapado a todos los defectos de su profesión y fue la encargada de la educación de su hermanita en forma muy estricta.  Nació el 4 de marzo de 1835 y era 15 años mayor de la futura religiosa, quién aprendió mucho de Rosa. En 1870 ambas pierden a sus padres, y vivieron juntas un par de años hasta que Francisca, después de muchas idas y vueltas en conventos donde no fue aceptada, recae a pedido del Obispo de Lodi en una Casa de Providencia ubicada en Codogno, comenzando en ese orfanato su noviciado. El 23 de julio de 1898, en el barco Washington, Rosa, aquella maestra y hermana de la Madre Cabrini, a sus 63 años arriba a nuestro país para visitar a su hermano Giovanni Batista que vivía en nuestra ciudad. Cabe agregar que Giovanni nacido en Italia el 5 de abril de 1848 y que falleciera en nuestra ciudad el 12 de enero de 1910 fue además de imprenteros,  uno de los primeros comisionistas locales.  Según Pietro Monai, investigador de la vida de la Madre Cabrini y quién ha hecho llegar esta información a quién esto escribe,  Rosa no volvió más a Italia porque habría muerto en nuestra ciudad a los pocos meses que llegó a la Argentina. Lo misterioso es que en los archivos de nuestro cementerio no figura su ingreso, aunque podemos llegar a pensar que haya muerto por alguna de las tradicionales epidemias de entonces, haber inscripto mal su nombre o bien haber fallecido en nuestro Hospital y sus cuerpos depositados en alguna fosa común de aquellos que no tenían ni el dinero ni la posibilidad de adquirir su última morada. Recordemos que la Madre Cabrini, además de ser la fundadora de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, fue beatificada el 13 de noviembre de 1938 por el Papa Pío XI y canonizada el 7 de julio de 1946 por el Papa Pío XII, quién cuatro años más tarde la proclamó como la Santa Patrona de los Inmigrantes.[4]

El 15 de marzo de 1899, una casona ubicada en San Martín y Brown, propiedad de Bernardo Caligaris, abre sus puertas el Colegio San Antonio de Padua. La iniciativa nació ante el pedido de muchos vecinos que reclamaban la presencia de una escuela religiosa en el pueblo. Tomaron la posta aquellas monjas que habitaban en el Hospital San José, quiénes con la aprobación de la Madre Antonia Cerini para la fundación de la escuela designa a las hermanas que integrarían la misma siendo la Superiora Sor María Agustina Belén. Uno de los hombres que apoyó esta iniciativa fue el Jefe Político Rudesindo Freire. La primitiva sede del Colegio, tenía un galpón muy grande que fue dividido para las aulas y dormitorios de las Hermanas. Además contaba con tres salones más y un patio enorme en el cual se criaban gallinas. El 13 de junio del mismo año de apertura, unas ochenta personas, muchas de ellas mayores de edad, tomaron su primera comunión. También ese día se colocó la piedra fundamental del actual edificio en terrenos donados por el presidente comunal Félix Pagani. Sobre la ubicación del Colegio de las Hermanas, puede leerse que el 23 de octubre la Comisión de Fomento, le solicita a Luis Bianchi la donación de un terreno para la instalación de una escuela de enseñanza de agricultura práctica, preferentemente en la esquina de Vieytes y Pacífico, hoy Bv. Centenario e Yrigoyen, lo que nos hace suponer que el visionario funcionario veía allí un espacio para albergar otras instituciones educativas.

Colegio San Antonio
La Fraternidad es uno de los sindicatos de mayor trayectoria en la historia nacional. En un suplemento del periódico Sur, en homenaje al centenario del nacimiento de la agrupación, Jorge Zadra describió los inicios de la misma recordando que

«...es oportuno rescatar aquí también del mismo libro en la referencia a los reorganizadores, un activista de primera fila, un antiguo vecino de Cañada de Gómez, don Carlos Peverelli quién no solamente fue uno de los reorganizadores sino que ya como afincado en nuestra ciudad se destacó como uno de los que llevó adelante la Sección. Fue fundador de la Escuela Técnica e integrante de distintas comisiones ejecutivas y si bien no formó parte de la primera comisión de esta seccional fue el que abrió el primer libro de actas que data del mes de abril de 1902 (...) La primera Comisión Ejecutiva de la Sección Cañada de Gómez data del año 1899 con local social en el año 1900 en la calle Concordia Nº 89[5]. Su primer presidente fue el compañero don D.S. Mac Cabe, el secretario don R. Herring y tesorero don G. Falconer.»[6]

El Siglo XIX concluía y nacía otro, que por aquel entonces, nadie sospechaba que sería un siglo marcada a fondo por el amor y el odio.



[1] Damianovich, Alejandro A. Breve Historia de Santa Fe. Santa Fe de la Vera Cruz, Editorial Litar, 1988, p. 98.
[2] Archivos del Museo Histórico Municipal Elias Bertola
[3] https://sepaargentina.com/2018/03/26/1898-1902-gobierno-de-jose-bernardo-iturraspe
[4] Pablo Di Tomaso,
[5] Hoy calle Sarmiento.
[6] Suplemento Especial 1887 La Fraternidad 1987, Periódico Sur.

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