Presidente de la Comisión de Fomento Félix Pagani |
El Siglo XIX
se iba apagando, mientras tanto la
Argentina se preparaba para elegir a un nuevo presidente. Dos
hombres se jugaban su entrada al Olimpo de la historia. Dos hombres aún hoy
llenos de contradicciones. Dos hombres amados por unos y odiados por otros. Los
dos, buscaban su segunda presidencia.
Por un lado
Bartolomé Mitre, que alentado por los jóvenes de la Unión Cívica y acompañado del
Correntino Juan Torrent, llevaba adelante una campaña en busca de mayor libertad
y transparencia en los sufragios. Esta decisión de Mitre fue muy criticada por
sus amigos quiénes consideraba que no estaba en edad para afrontar un nuevo
gobierno, sus setenta y siete años ya le había jugado una mala jugada tiempo
antes de las elecciones. El Partido Autonomista Nacional, estaba decidido a
seguir manteniendo el poder en Argentina y, después de los conflictivos
gobierno de Juárez Celman y Luis Saénz Peña, ambos inconclusos, necesitaba
poner en juego a una figura fuerte y el elegido fue su máximo líder, el
Teniente General Julio Argentino Roca. El triunfo de éste fue apabullante, el
85% del Colegio Electoral optó por la formula presidencial que incluía además a
Norberto Quirno Costa, un diplomático de la burguesía porteña. Durante estos años
se introducen reformas importantes en la Constitución Argentina ,
en la cual se aumenta el número de los ministerios nacionales, que de cinco
pasan a ocho, con los flamantes de Agricultura, Obras Públicas y Marina. Los hombres de empresa reemplazan a los políticos. La
economía vuelve a florecer. Al récord del trigo se suma el maíz, del que se
exportan más del millón de toneladas. Córdoba tiene ya la primera Central
Hidroeléctrica que conoce la
Argentina. A menos de tres meses de iniciado su gobierno,
Roca emprende un viaje al sur del país, donde tras cruzar el Estrecho de
Magallanes se entrevista en Punta Arenas con su par chileno Errázuriz, en un
gesto que sirvió para acelerar la resolución del litigio de la Puna de Atacama, la cual se
resolvió con un laudo arbitral del presidente norteamericano James Buchanan,
que éste saldó el 24 de marzo de 1899. Como consecuencia del mismo, en el año
1900 se creó el nuevo Territorio Nacional de Los Andes.
El 18 de
febrero de 1898, José Bernardo Iturraspe y Desiderio Rosas asumen como
gobernador y vice de la provincia de Santa Fe. Ambos militantes del oficialismo
nacional, roquista de pura sangre. A decir del Alejandro Damianovich, «la sucesión de Leiva se
plantea en forma conflictiva. Sus partidarios se oponen a los de Gálvez y
tercian los radicales, que habían logrado triunfos electorales en la Capital Federal y
en Buenos Aires en 1894.»[1] Fue así que en su mensaje al
asumir, Iturraspe expresó que gobernaría «con los hombres más capaces sin
distinción de banderías y consagraría todas las energías de su patriotismo al
sostenimiento de la autonomía del Estado y de la independencia del gobierno.»[2] Le tocó «resolver las condiciones
de pago de la deuda externa y el atraso en el pago de los sueldos a empleados
de la administración pública; mejoró los servicios de educación incluyendo
aprendizajes industriales y de agronomía; otorgó becas para que algunos jóvenes
completaran su formación en escuelas de artes y oficios estadounidenses. Se
sancionó el Código Rural y uno de sus proyectos de mayor trascendencia fue la
reforma constitucional cuya necesidad fue discutida en ese período. A partir de fines del siglo diecinueve,
sancionada la constitución se había establecido que los extranjeros también
ejercieran el derecho al sufragio; también se modificó la ley orgánica de los
Tribunales y se autorizó al gobernador para atender los asuntos administrativos
desde cualquiera localidad.»[3]
Eran tiempos que las noticias llegaban tarde, y seguramente
los cañadense se enteraron de todos estos episodios a días o semanas de haber
sucedido cuando llegaban los periódicos de tiradas nacionales o regionales como
La Capital de
Rosario, y donde no todos tenían acceso a la información. Fabián Martínez era
el Juez de Paz en 1898, era un hombre bastante enérgico, conocido por sus
luchas contra el accionar de la policía local. Amante de la música y el juego.
Un hombre de fiel a sus amigos, un varón inglés de aquellos tiempos. Durante ese año fue
sucedido por Mariano Rodríguez, que volvía a ocupar por tercera vez el puesto y
por Juan Pérez quién en 1899 es sustituido por Manuel Zavalla, un procurador
quién volvió a darle el toque de importancia que debía tener la dependencia,
más aún, cuando a partir del 1º de mayo de ese año los Juzgados de Paz se
convirtieron en Registros Civiles.
El 7 de
julio de 1898 se vivió en un clima festivo en el pueblo, ya que en la lejana y
despoblada zona sur se inauguraba el edificio del Hospital San José donde en
las crónicas nos cuenta que no faltó nadie al evento. Desde la presidenta de la Sociedad Damas de Beneficencia, la señora Gregoria G. de Pagani y todas las señoras que
la acompañaban; el señor Jefe Político Rudecindo Freyre, representando a los
padrinos del Hospital, el gobernador Iturraspe y su esposa Dominga Cullen; el
párroco José Spinelli, el juez de Paz Juan J. Pérez, el presidente de la Comisión de Fomento
Mansueto Viti entre otros destacados de la sociedad cañadense.
Dos semanas después de aquella inauguración asume como
presidente de la Comisión
de Fomento, el recordado Señor Félix Pagani, acompañado de
Augusto Schnack y Delfín Carballo siguiendo como secretario Tomás Gausset. Durante
la gestión comunal de Pagani comienzan las obras relacionadas con la eliminación de aguas pluviales, cuando
apenas asumió decidió construir las primeras alcantarillas, zanjas y canales de
desagüe, a cielo abierto y orientadas de norte a sur en dirección al arroyo.
Realizó además un prolijo trabajo de arbolado y compró el edificio de la
comuna, actual palacio municipal de Ocampo 920. Cabe agregar que fue el primer
jefe comunal en ser elegido por el voto popular, que por esos años no era tan
popular como lo vemos hoy en día, ya que sólo votaban los varones y registrados
como grandes contribuyentes. En diciembre de 1898 le agradeció al ministro de
Gobierno José Galiano el envío, a través del senador provincial Juan Ferrara,
de quinientos pesos para la construcción del puente entre Estación Correa y
Cañada de Gómez. También, al mismo funcionario, le solicitó la incorporación de
Bernardo Caligaris como miembro de la comisión y es preciso decir que Caligaris
fue el único que los ex integrantes de las dos últimas comisiones de fomento
que se hizo cargo en forma personal de una parte de la gran deuda dejada en la
administración. El 18 de agosto de 1899 la Compañía Argentina
de Tierras del F.C.C.A donaba a la comuna la manzana ubicada entre las calles
Maipú, hoy Pringles, Talcahuano, San Martín, hoy Rawson y Bv. Saavedra, hoy
Julio Roca, en ese sitio se instaló un depósito de basuras. Entre septiembre y
octubre, Guillermo Heiland le reclamó a las autoridades por el embellecimiento
del Cementerio. La Comisión
lo invitó a trabajar en conjunto, junto con Delfín Carballo, en juntar los
fondos necesarios para la obra.
El 27 de enero de 1898 Monseñor Juan Agustín Boneo se hace
cargo de la flamante diócesis de la ciudad de Santa Fe, creada por el Papa León
XIII, el 15 de febrero de 1897 con la bula In
Petri Cathedra. Nuestra Parroquia comienza a depender de la misma y el 20
de enero de 1899 asume el Padre Domingo
Pezzini, como cura párroco siendo el que comenzó a gestionar, a través de una
carta a Mons. Boneo, la idea de conformar una comisión para la reconstrucción
de la Iglesia
Parroquial.
Juan
Bautista Cabrini inaugura su imprenta a comienzos de 1899, donde también se
imprimía el El Progreso dirigido por el mismo Cabrini. La misma se encontraba
en la esquina de Pellegrini y Ocampo, donde al tiempo la familia Iermoli
continúo con la imprenta. Ese solar guarda una de las historias poco conocidas
de nuestra ciudad, allí se alojó la Madre
Cabrini , la
Santa de los Inmigrantes, ya que la misma era hermana de Juan
Bautista. María
Francisca Cabrini fue una monja italiana y la primera ciudadana estadounidense
en ser canonizada. Se la consideró el ejemplo italiano más acabado de fundadora
de congregación consagrada a la asistencia social. Nació en Sant' Angelo
Lodigiano el 15 de julio de 1850 y era hija Agustín Cabrini, un cultivador muy
acomodado, cuyas tierras estaban situadas entre Pavía y Lodi. Su esposa, Estela Oldini, era milanesa y
tuvieron trece hijos. Rosa, una de las
hermanas de Francisca, que había sido maestra de escuela y no había escapado a
todos los defectos de su profesión y fue la encargada de la educación de su
hermanita en forma muy estricta. Nació
el 4 de marzo de 1835 y era 15 años mayor de la futura religiosa, quién
aprendió mucho de Rosa. En 1870 ambas pierden a sus padres, y vivieron juntas
un par de años hasta que Francisca, después de muchas idas y vueltas en
conventos donde no fue aceptada, recae a pedido del Obispo de Lodi en una Casa
de Providencia ubicada en Codogno, comenzando en ese orfanato su noviciado. El
23 de julio de 1898, en el barco Washington, Rosa, aquella maestra y hermana de
la Madre Cabrini ,
a sus 63 años arriba a nuestro país para visitar a su hermano Giovanni Batista
que vivía en nuestra ciudad. Cabe agregar que Giovanni nacido en Italia el 5 de
abril de 1848 y que falleciera en nuestra ciudad el 12 de enero de 1910 fue
además de imprenteros, uno de los
primeros comisionistas locales. Según
Pietro Monai, investigador de la vida de la Madre Cabrini y
quién ha hecho llegar esta información a quién esto escribe, Rosa no volvió más a Italia porque habría
muerto en nuestra ciudad a los pocos meses que llegó a la Argentina. Lo
misterioso es que en los archivos de nuestro cementerio no figura su ingreso,
aunque podemos llegar a pensar que haya muerto por alguna de las tradicionales
epidemias de entonces, haber inscripto mal su nombre o bien haber fallecido en
nuestro Hospital y sus cuerpos depositados en alguna fosa común de aquellos que
no tenían ni el dinero ni la posibilidad de adquirir su última morada.
Recordemos que la Madre
Cabrini , además de ser la fundadora de los Misioneros del
Sagrado Corazón de Jesús, fue beatificada el 13 de noviembre de 1938 por el
Papa Pío XI y canonizada el 7 de julio de 1946 por el Papa Pío XII, quién
cuatro años más tarde la proclamó como la Santa Patrona de los
Inmigrantes.[4]
El 15 de marzo de 1899, una casona ubicada en San Martín y Brown,
propiedad de Bernardo Caligaris, abre sus puertas el Colegio San Antonio de
Padua. La iniciativa nació ante el pedido de muchos vecinos que reclamaban la
presencia de una escuela religiosa en el pueblo. Tomaron la posta aquellas
monjas que habitaban en el Hospital San José, quiénes con la aprobación de la Madre Antonia Cerini para la
fundación de la escuela designa a las hermanas que integrarían la misma siendo la Superiora Sor María Agustina
Belén. Uno de los hombres que apoyó esta iniciativa fue el Jefe Político
Rudesindo Freire. La primitiva sede del Colegio, tenía un galpón muy grande que
fue dividido para las aulas y dormitorios de las Hermanas. Además contaba con
tres salones más y un patio enorme en el cual se criaban gallinas. El 13 de
junio del mismo año de apertura, unas ochenta personas, muchas de ellas mayores
de edad, tomaron su primera comunión. También ese día se colocó la piedra
fundamental del actual edificio en terrenos donados por el presidente comunal
Félix Pagani. Sobre la ubicación del Colegio de las Hermanas, puede leerse que
el 23 de octubre la Comisión
de Fomento, le solicita a Luis Bianchi la donación de un terreno para la
instalación de una escuela de enseñanza de agricultura práctica,
preferentemente en la esquina de Vieytes y Pacífico, hoy Bv. Centenario e
Yrigoyen, lo que nos hace suponer que el visionario funcionario veía allí un
espacio para albergar otras instituciones educativas.
La Fraternidad es uno de los sindicatos de mayor trayectoria en la
historia nacional. En un suplemento del periódico Sur, en homenaje al
centenario del nacimiento de la agrupación, Jorge Zadra describió los inicios
de la misma recordando que
Colegio San Antonio |
«...es
oportuno rescatar aquí también del mismo libro en la referencia a los
reorganizadores, un activista de primera fila, un antiguo vecino de Cañada de
Gómez, don Carlos Peverelli quién no solamente fue uno de los reorganizadores
sino que ya como afincado en nuestra ciudad se destacó como uno de los que
llevó adelante la Sección. Fue
fundador de la Escuela Técnica
e integrante de distintas comisiones ejecutivas y si bien no formó parte de la
primera comisión de esta seccional fue el que abrió el primer libro de actas
que data del mes de abril de 1902 (...) La primera Comisión Ejecutiva de la Sección Cañada de Gómez data
del año 1899 con local social en el año 1900 en la calle Concordia Nº 89[5]. Su primer presidente fue el
compañero don D.S. Mac Cabe, el secretario don R. Herring y tesorero don G.
Falconer.»[6]
El Siglo XIX concluía y nacía otro, que por aquel
entonces, nadie sospechaba que sería un siglo marcada a fondo por el amor y el
odio.
[1]
Damianovich, Alejandro A. Breve Historia de Santa Fe. Santa Fe de la Vera Cruz , Editorial
Litar, 1988, p. 98.
[2]
Archivos del Museo Histórico Municipal Elias Bertola
[3]
https://sepaargentina.com/2018/03/26/1898-1902-gobierno-de-jose-bernardo-iturraspe
[4]
Pablo Di Tomaso,
[5]
Hoy calle Sarmiento.
[6]
Suplemento Especial 1887 La Fraternidad 1987,
Periódico Sur.
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