EL NUNCA MÁS CAÑADENSE... ACÁ TAMBIÉN PASÓ...Décimotercera parte

Edgardo Salomón

SILENCIAR A LA EDUCACIÓN

Se sabe que al menos unos seiscientos docentes fueron asesinados y desaparecidos durante los siete años en que duró la dictadura cívico-militar. El 24 de marzo de 2017 la CTERA[1] publicó un documento alusivo a estos hechos donde expresa que las «muertes y desapariciones de líderes barriales, sociales, religiosos, políticos, cuya ausencia nos debilita y nos enflaquece a la hora de luchar en este desgarrador presente de niños desnutridos, de muertes evitables, de piqueteros baleados, de compañeros procesados, de hambre, de pobreza extrema, de exclusión. Por eso no puede haber subterfugios inconstitucionales como la obediencia debida, ni el punto final, ni indultos politiqueros, que nos borren a más de 200 adolescentes arrancados de nuestras aulas ni a los 606 docentes asesinados, detenidos/desaparecidos. Los obreros, los artistas, los poetas, los escritores, los científicos, los militantes de la vida, los vecinos, los amigos, los conocidos, los religiosos, los comprometidos, los humanitarios, cuya desaparición contribuye decisivamente a la falta de liderazgos actuales. Tampoco dejarán la pesadilla los compañeros perseguidos, torturados, exiliados, acosados, sobrevivientes al genocidio.»[2] También en ese documento podemos verificar los nombres de cada uno de los docentes que hoy no se encuentran con vida por culpa del Terrorismo de Estado donde lamentablemente no figura el nombre de Fany Elena Giordano la maestra asesinada en febrero de 1977, pero en esa nómina se puede distinguir a muchos otros oriundos de la provincia de Santa Fe como Clara Argento Fonatine de Couralt, María Catalina Benassi García, Juan Carlos Beraustegui, María Luisa Bregant, Susana María Busaniche, Raúl Churrarin, Raúl García, Nora Larrosa, Cristina Leal, Luis Lezcano, María Cristina Luchessi, María Teresa Manzo de Winkelman conocida como la Flaca Tita, María Elena Monasterolo, Gustavo Pon, Elsa Guadalupe Sedrán de Carullo, Teresa Soria de Sálate y Norma Valentinuzzi de Maggio todos ellos asesinados y desaparecidos.

EL NUNCA MÁS CAÑADENSE... ACÁ TAMBIÉN PASÓ... Décima segunda parte

Díaz Bessone, un genocida en la ciudad de Rosario


TORTURARLA POR PERONISTA

Este capítulo trata por primera vez el caso de una detenida que provenía de la Juventud Peronista. Cabe recordar que esta persona nunca dio entrevista a nadie, y este caso fue extraído de la Causa Feced II cuya sentencia salió publicada el 2 de diciembre de 2014 donde los Jueces de Cámaras del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 de Rosario, Dres. Noemí Marta Berros, Roberto Manuel López Arango y María Ivón Vella, bajo la presidencia de la primera de los nombrados, asistidos por los Sres. Secretarios de Derechos Humanos del Tribunal, Dres. Silvina Andalaf Casiello y Guido Yercovich. En este caso precisamente fueron condenados Nast, Lucio César;  Altamirano, Carlos Ulpiano; Lo Fiego, José Rubén; Torres, Ricardo José; Ibarra, Ramón T; Fermoselle, Julio; Olazagoitia, Ovidio; Portillo, Diego; Travagliante, Pedro; Vallejo, Ernesto y Dugour, Eduardo.

EL NUNCA MÁS CAÑADENSE... ACÁ TAMBIÉN PASÓ... Undécima nota.

Adriana y Cali, en su exilio, c.1978

El exilio fue la salida que utilizaron millones de argentinos para salvar sus vidas. Es preciso decir que muchos debieron huir antes del Golpe cívico-militar de 1976 a raíz de las amenazas que recibían de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), durante el gobierno de Isabel, que enfocó directo su ataque hacia diversos sectores de la izquierda a través de prácticas similares a las que posteriormente usarían los militares en el poder. Un informe publicado en la página Amérique Latine Histoire & Mémoire, titulada “El exilio argentino en Francia”, escrita por María Oliveira-Cézar confirma lo siguiente

EL NUNCA MÁS CAÑADENSE... ACÁ TAMBIÉN PASÓ... Décima parte

Cali  y Adriana

Las mentes asesinas de quiénes llevaron a cabo la dictadura cívico-militar de entonces tenían muy claro sus objetivos, sabían que atacando al círculo más cercano de las personas a las que ellos ya habían juzgado desde sus oscuras oficinas podrían llegar hasta el individuo el cuál, de ser encontrado, quizás no tenía más destino que la muerte. Ese objetivo, el que nunca concretaron, era detener y quizás asesinar a Juan Carlos Gabriel, el hijo de Alberto y que en el momento del golpe hacía poco tiempo que se había casado con Adriana de la Fuente. Sobre lo ocurrido con su padre, Cali, como todos los conocen en Cañada de Gómez, expresó que

El amor de Alvear

Regina Pacini
Una hermosa historia escrita por Patricio Raffo para el Suplemento Cultura y Libros de La Capital de Rosario, publicada hoy domingo 7 de mayo de 2017. Marcelo Torcuato de Alvear, una radical humanista que muchas veces fue insultado por la historia oficial. Un tipo de la aristocracia, que militó por los humildes de entonces, perseguido por la derecha argentina y que muriera con muchas menos propiedades con las que tenía cuando nació. Una historia de amor de aquellas y que no debería quedar en el olvido.

EL NUNCA MÁS CAÑADENSE... ACÁ TAMBIÉN PASÓ... Novena parte

Dr. Alberto Gabriel

IREMOS POR TODOS...

Retomando aquella frase de Ibérico Saint-Jean, gobernador de Buenos Aires durante la dictadura entre los años 1976 y 1981, que expresaba «primero mataremos a los subversivos, después a sus cómplices, después a sus amigos, después a sus familiares, después a los indiferentes y por último a los tímidos» así trabajaron los Servicios en Cañada de Gómez. Un ejemplo de persecución familiar es la que sufrió el Dr. Juan Carlos de Altube, conocido popularmente como Chicharra, y quién recuerda estos hechos es Ricardo García cuando expresa que «Juan Carlos no encajaba con la medicina comercial, él era un médico no era un comerciante; lo marginaron y dejo la medicina, quiso volver y no pudo porque el sistema no lo dejaba. Él era un apasionado. Las persecuciones que sufrió junto a sus dos hermanos, Hugo y José María… Ellos venían de una  familia de clase media alta que podrían haber optado por darle la espalda a los más humildes y sin embargo se pusieron del lado de los pobres.» Cabe agregar que el 5 de abril de 1974, dos años antes del Golpe, a las ordenes del General Miguel Iñiguez y del Comisario Alberto Villar, efectivos de la Policía Federal ocuparon en pocos minutos la manzana delimitada por las calles España, Ocampo, Sarmiento y Ballesteros, al tiempo que sobresaltaban el sector dos helicópteros, presuntamente en la búsqueda de militantes revolucionarios. Por ese sector vivían familiares de Chicharra y de Trucha Giordano.