LA CAÑADA DE LOS GÓMEZ 1917

Pista de Newell´s de Cañada. Foto que José Racca. Archivo del Museo Histórico Municipal Elías Bertola

Cuando finalizaba 1916 la Primera Guerra Mundial estaba en la etapa de mayor conflicto. La Batalla de Verdún, fue la más larga y una de las más sangrientas ocurridas en el nordeste de Francia entre febrero y diciembre de ese año, dejando como saldo doscientos cincuenta mil muertos y quinientos mil heridos entre los ejércitos franceses y alemán.

Entre uno de esos doscientos cincuenta mil muertos, se encuentra León Lorrain, nacido en Cañada de Gómez el 27 de septiembre de 1896. Su nacimiento no está en los registros parroquiales ni tampoco en nuestro registro civil, pero puede pasar que haya nacido ocasionalmente en el entonces floreciente pueblo y que sus padres lo haya inscripto en otra localidad. Recordemos que en esos tiempos, y tampoco tan lejanos, a veces pasaban días hasta que el padre del recién nacido se decidiera ir a inscribir a su hijo donde correspondiera. Por su parte en Argentina, el presidente Yrigoyen mantiene la neutralidad pese a que el 4 de abril de 1917 es hundido el mercante Monte Protegido por un submarino alemán. Un amplio sector de la opinión pública, radicales incluidos, presionaron para que el gobierno rompa relaciones con Alemania. Esto sumado al hundimiento del carguero a vapor Toro el 22 de junio, también por un submarino alemán, a ochenta y cuatro millas al sudoeste del cabo Espartel, antes de llegar a Gibraltar, originó que el Congreso Nacional con mayoría opositora propusiera entrar a la guerra manteniéndose Yrigoyen en la política neutralista. Sin embargo, el Presidente le exige a Alemania que se comprometa a respetar los navíos de bandera nacional, compromiso que el gobierno del kaiser acepta. Pero, mientras tanto, la presión de los aliadófilos es muy intensa y, en Buenos Aires, hay manifestaciones contra instituciones germanas.

Bajando a nuestras tierras, la Comisión de Fomento seguía en poder de los radicales, quiénes ante la denuncia de Enrique Manzotti sobre una deuda que éste tenía con la Comuna descubrieron que el ex secretario en tiempos de Andrés Frey, Otto Tesmer, había huido del pueblo con muchas cuentas pendientes entre ellas los casi cuatrocientos pesos que faltaban en la tesorería. Pero Evaristo Giordano iba por más, según consta en el acta del 8 de enero de 1917, el presidente solicitó autorización a sus colaboradores para dirigirse al gobernador Rodolfo Lehmann y a las autoridades provinciales o nacionales que hiciera falta para sugerir que nuestro pueblo pase al Régimen Municipal. Las palabras de Giordano en esa reunión expresan que «en virtud que así lo establece la Constitución Provincial para aquellos centros urbanos cuyo número de habitantes pasaran los ocho mil y que Cañada de Gómez está comprendida entre ellas según los datos del Tercer Censo Nacional. Se hace una necesidad imperiosa para el adelanto y progreso del mismo pueblo conseguir dicho Régimen, lo que a mi modo de pensar se obtendría fácilmente, teniendo en cuenta de su población alcanza 9810 habitantes»[1]. Esta lectura, rompe la tradición oral y escrita que se transmitió a la largo de nuestra historia local. Siempre se manifestó que fue el Gobierno Provincial que impuso esta decisión, iniciada durante la gestión de Lehmann y concluida en la de su sucesor Enrique Mosca. Por lo que vemos acá, la verdad fue otra, fueron nuestros representantes quiénes propusieron tan noble propuesta que a su vez le garantizaba mantener el poder en manos de la Unión Cívica Radical, dominador de la escena política provincial y nacional. Una semana después de la autorización a Giordano para comenzar las gestiones, a través de un manifiesto se hizo conocer la noticia a los ciudadanos cañadenses. Comenzando así, otro conflicto de intereses entre radicales y liguistas, éstos últimos veían caer sus posibilidades de volver a la Comuna.

Otro de los conflictos comenzados en este período y que duraría mucho tiempo es los originados por el pésimo servicio de la Usina Eléctrica, por aquel entonces un servicio privado brindado por la empresa Ciattei, Campodonico y Cía., donde la Comisión le inició acciones legales que fueron llevadas adelante con los abogados Cafferatta, Benigno Andrada y el procurador J.M. Lambroglia. En julio, se firmó un acta acuerdo entre las partes, donde la Comisión de Fomento desistía la demanda realizada en el Juzgado del Dr. O´Connor en Rosario en el cuál la empresa reconoció haber mantenido un voltaje inestable. Por su parte la crisis seguía pegando a fondo en la sociedad y las ollas populares continuaron con su función social de apalear el hambre, colaboraron diferentes instituciones del pueblo como la Sociedad Suiza y el Sport Club Cañadense, éste último también destinó parte de las recaudaciones de sus fiestas al Hospital de Caridad y al Colegio Italiano.

Después de mucho tiempo de faena de animales en lugares precarios, y hasta clandestinos, Evaristo Giordano decidió llamar a licitación para la construcción del Matadero Municipal. El 13 de febrero de 1917, se presentaron tres ofertas, la de J. Calcerniani, Luis Bertolucci y Alberto Franzinelli. Todas superaban el importe que la Comuna tenía pensado en invertir, pero al ser la más baja se reunieron con Franzinelli para tratar de llegar a un acuerdo y poder construir el anhelado lugar de faenado. Así fue, que el 13 de abril, exactamente sesenta días después, se arregló con Franzinelli el importe y la forma de pago, siendo el constructor cañadense quién llevó a cabo el proyecto. El nuevo Matadero costó $9.500 y fue pagado por mes en cuotas de $500. Hoy, en los campos de la familia Formentini en el antiguo camino de tierra a Correa, se puede ver partes del primitivo Matadero Municipal.  Otra de las obras proyectadas en esta gestión fue la del Mercado Central, y se llamó a licitación para el emplazamiento del mismo en algún terreno de las manzanas comprendidas entre Bv. Lavalle y Ballesteros y entre Moreno y España. El 2 de abril, la Comisión recibió una carta de la Curtiembre Beltrame solicitando permiso para tirar sus aguas servidas  de la empresa durante un período de veinte años. Dicho pedido fue elevado al Ministerio de Agricultura de la provincia, desconociéndose la respuesta. El 16 de mayo Emeterio de la Vega renuncia como secretario de la Comisión, siendo reemplazado por el joven Florencio Varni y dos semanas después, las autoridades comunales se dirigieron a los diputados nacionales Raúl Rodríguez y Ricardo Caballerro instando a que intercedan ante el F.C.C.A. para la apertura del paso a nivel por calle Quintana. Como vemos han pasado más de un siglo y el paso a nivel sigue cerrado. También en diferentes reuniones vemos como se abonaron muchas facturas a miembros de la Comisión, sin especificar el porqué, una situación muy anormal jurídicamente hablando. Cuando repasamos el presupuesto del año 1918 se aprecia que los rubros de mayores recaudaciones son alumbrados con $26000 y después el impuesto a la Casa de Tolerancia con $9500. Finalmente, el 4 de noviembre la Comisión debía convalidar sus diplomas en las elecciones comunales. Se presentaron dos listas, la opositora Liga de la Defensa Comunal estaba integrada por Eugenio Maranetto, Eduardo Sonnet, Cristian Augsburger, Santiago Bardone y Ambrosio Sironi como miembros titulares; Domingo Albertengo, Carlos Chiaveraano, Andrés Malen, Miguel Feno y Juan Galfré como miembros suplentes; Reginaldo W. Symonds, Ignacio Besson y Enrique Thormöhlen como Controladores de Cuentas. Por el oficialismo, la Lista Unión Cívica Radical de Santa Fe estaba compuesta por Evaristo Giordano, Juan Nícoli, Rosendo Casañas y Adolfo Yonson como miembros titulares; Colombo Olivieri, Ángel Pagani, Marcelino González, Juan Malberti (h.) y José Garino como miembros suplentes; Otto Usinger, Juan Rubé y Walter Voegeli como Controladores de Cuentas. Los lugares de votación eran la sede de la Comisión de Fomento, la Escuela Normal, la Escuela Sarmiento, la Receptoría de Rentas y la Oficina de Correo.


Primeros alumnos y alumnas de la Juan Francisco Seguí, 1918
Durante 1917 nace dos escuelas públicas en el pueblo, el 16 de mayo en el local emplazado en la esquina de Yrigoyen y Rivadavia, comienza sus funciones la Escuela Normal de Cañada de Gómez, hoy la Escuela Nº 207 Juan Francisco Seguí. Su instauración se encuadra en el marco de la Ley Nº 1853 del 15 de diciembre del año anterior 1916, donde el gobierno provincial funda seis escuelas Normales que estarían instaladas en Casilda, Reconquista, Rafaela, Villa Constitución, Venado Tuerto y Cañada de Gómez, pensado en la fomentación de nuevos maestros. Su inauguración oficial fue el 3 de junio. Según puede leerse en su  Revista Conmemorativa Bodas de Plata, los primeros docentes a cargo fueron Sixto Suárez como director, Julio Gázpoz en la vicedirección y Emeterio de la Vega como regente. El resto del cuerpo estaba integrado por «Alfredo Saybene, Luciano Gutiérrez, Delia Antonietti, María Luisa López, Javier Gentile, Corina R de Domínguez, Ana T. Vasallo, Matilde C. de Escarrá, Sara del Pino, Aurora Piñeiro, Raquel Magallanes, Juana Zanoletti, Roberto Varela, Angela Malberti y José Agostini y por la secretaria, Felisa Ergueta»[2]. La otra escuela nacida este año es la Mariano Moreno, con María C. Vda. de Lucena al mando de la misma con apenas veinte alumnos llegaron a tener unos doscientos unos antes de su cierre en 1948. El edificio de la misma, hoy no existe, y se encontraba por calle Rivadavia al 1100 donde actualmente se encuentra una cochera. La Escuela Domingo Sarmiento, nacida en 1908 como Escuela Elemental por Secciones Nº 491 y que tuviera la denominación del ex presidente a partir de 1915, se traslada en 1917 a su local ubicado en la casona de Lavalle 1058.

El 17 de mayo de 1917 en la esquina de Ocampo y Alberdi se realiza la Asamble constitutiva del Club Newell´s Old Boys. Emprendimiento creado en las familias más tradicionales del barrio Las Flores en la zona Oeste de Cañada de Gómez. Tres amigos, Fermín Frangi, Manuel Debernardo y Arnaldo Fumi, querían formar un nuevo club de fútbol, a los que se le sumaron Victorio Ciani, Juan y Antonio Albónico, Alfonso Avalis, Gaetano Sironi, Alfredo Debernardo, Pedro Santucho, y Juan Concioni. Fue en la casa de Graciana Debernardo, llamada la madre espiritual de la Topadora donde se aprobaron los estatutos y se eligieron los tradicionales colores de la institución rosarina homónima. La primera comisión directiva estuvo integrada por Ernesto Frangi como presidente,  siendo acompañado por Juan Ledone, Estanislao Benítez, Arnaldo Fumi, Esmeraldo Funes, Alfonso Avalis, Alfredo Debernardo, Antonio Albónico, Fermín Frangi, Alfredo Fumi, Mateo Albónico, Pedro Santucho y Gaetano Frangi.[3]   

Mientras el mundo recibía la noticia de una Revolución Rusa, «sucesos que condujeron al derrocamiento del régimen zarista y a la instauración preparada de otro, leninista, entre febrero y octubre de 1917, que llevó a la creación de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia.»[4]  Ese mismo año, durante el mes de septiembre,  en nuestro país se realizó una importante huelga ferroviaria que en el pueblo Cañada de Gómez también tuvo un centro importante de acción.

Entre las noticias que se publicaban en El Independiente, bajo el título de Los niños vagos, expresaba que «diariamente contemplamos una legión de niños que vagan por nuestras calles implorando la caridad, una que otra vez, hemos tratado de saber quiénes son y de donde vienen, y nos hemos hallado con una amarga verdad, estos niños, los más, no tienen padres, son huérfanos que han sido recogidos por una tía, o un tío o algún otro pariente de sus difuntos padres y ahí queda explicado el porqué son lanzados a la vía pública a pedir limosna. Muchos de ellos andan semidesnudos y en el rostro se lee el sufrimiento que la miseria les azota desde la cuna y a pesar de todo, siguen viviendo (…) Las damas caritativas y los hombres de corazón tienen campo propicio para hacer una gran obra de bien por los niños huérfanos, los desheredados de la suerte (…) Les pedimos en nombre de lo más sagrado, hágase algo a favor de esos desventurados»[5]. Otra noticia destacada trataba la problemática de los sueldos a los docentes, las provincias debían meses de sueldo, y en esa crónica el periódico le exigía al gobierno de Santa Fe para ponerse al día con los maestros en sus sueldos que «sin contemplaciones ninguna haga efectiva por la ley de apremio a los morosos e infractores que han dejado de pagar, defraudando al gobierno y obligándolo a tener que atrasar los sueldos de los servidores de la Provincia, esto sería eficaz y se encontraría en más desahogadas condiciones financieras».

En 1917 se conformó una selección de fútbol cañadense, ella estaba integrada por B. Nuim, E. Luján, E. Lorandi, S. Couciani, J. Mellado, P. Franzinelli, M. Mazza, S. Cremona, F. Nícoli, A. Aguirre y E. Avellaneda. Los equipos que competían en la precaria liga local eran Sport Club, América, Everton y Aprendices Cañadenses. En el fútbol porteño Racing de Avellaneda obtiene su quinto campeonato consecutivo, en Rosario los Canallas obtiene también por quinta vez seguida la Copa Vila y la Selección Argentina es subcampeona del Campeonato Sudamericano, hoy Copa América.   





[1] Palabras del presidente Evaristo Giordano, 8 de enero de 1917
[2] Escuela Normal Juan F. Seguí,  Revista Conmemorativa Bodas de Plata, Cañada de Gómez, Comisión Popular de Homenaje, octubre 1942.
[3] Museo Histórico Municipal de Cañada de Gómez Elías Bertola. Documentación sobre el Club Newell’s Old Boys.
[4] Archivos del Museo Histórico Municipal Elías Bertola
[5] El Independiente, 4 de noviembre de 1917

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